CALENDARIO ETNOLÓGICO
LOS FUEGOS DE BELTANE
El mes de mayo es uno
de los más hermosos, si no el mejor, de los doce que componen el
año. La naturaleza surge con toda la fuerza y este año, después de
las nieves y lluvias, salir al campo será el acto más gratificante
que podamos hacer, para verlo en todo su esplendor, en toda su
majestad, y a la vez tan cercano y tan palpable. Hacía años que no
veíamos los ríos tan crecidos ni los manantiales tan abundantes,
mientras todavía, en Cebollera, las últimas nieves se resisten a
derretirse, o regalarse, para usar el habla de la tierra.
No en vano nuestros
antepasados celtas dedicaban el mes a
Beltane (o Beltaine) y lo consideraban el comienzo del
universo diurno y la sacralización de la vegetación naciente.
La celebración comienza el último día de abril, con el apagado de todas
las luces del hogar y el encendido de hogueras, que se hacía sobre
collados o cerros. Eran fiestas de exaltación sensual y de reforzamiento
de lazos de la comunidad. Así, se reparaban los bienes comunales (nuestras
hacenderas?); se llevaba al ganado para que fuese purificado por el fuego
y prevenirlo de enfermedades, haciéndolo pasar entre dos hogueras; se
saltaban las hogueras para asegurar una cosecha abundante; se unían a las
parejas... todo ello entre danzas, música, bebida y comida y presidido por
una "Reina de Mayo".
Con el tiempo, el
cristianismo no podía dejar de sacralizar estos ritos paganos tan
importantes, y dedicó todo el mes de mayo a la Virgen, lo llamó el “mes de
las flores”, e indeleblemente han quedado en todos nosotros esas canciones
“con flores a María” y la costumbre de llevar cada viernes las mejores que
se podían conseguir para adornar los altares de las vírgenes.
Los primeros días del mes de
mayo, el sacerdote, hisopo en mano, bendice los campos y solicita buena
cosecha. Podríamos decir que en todos los pueblos de la provincia de
Soria, y en el mundo rural en general, existe un lugar, una cruz, un
pairón, desde donde se agrupan los campesinos alrededor del cura para
bendecir los campos a fin de que la cosecha sea abundante.
Junto con la exaltación a
María, la Iglesia enalteció en el mes de mayo la figura de la Cruz;
pero de sus fiestas de origen pagano, en este mes de mayo, nos queda la clara
referencia en la de "PINGAR EL MAYO", esta tradición, que se celebra en muchos
pueblos de Soria, está arraigada en la creeencia de que los espíritus
arbóreos, hacen prosperar las cosechas.
PINGUEMOS LOS MAYOS,
José María Martínez
Laseca
LA CRUZ
DE MAYO Y TENTERENULO,
Mercedes Rubio Condado
FIESTAS EN
LOS PUEBLOS
En Villasayas se celebraba "Las
Garrochas", esta fiesta tenía lugar la víspera de la Ascensión, a los
cuarenta días de Jueves Santo. Siempre coincidía en miércoles.
"LAS GARROCHAS" DE VILLASAYAS
En Rello, el 3 de mayo,
celebran la fiesta llamada “La Cruz de la Torrecilla”. Por esas fechas se
subastaba el pasto de la dehesa, y el subastador, una vez rematada la
operación, regalaba al pueblo una arroba de vino, aceitunas y huevos, la
gente acudía a degustar la dádiva al paraje que da nombre a la fiesta. Tan
pagana reunión está sustentada por el lugar donde se celebra y las fechas,
coincidentes con el momento ideal de subastar los pastos.
Son muchos los pueblos que
guardan la fiesta de la Cruz: Cidones, Aliud, Pinilla del
Campo, Santa María de las Hoyas, Chavaler...
Pocos días después, el mundo de
los agricultores vuelve a hermanarse para agasajar a su patrón, San Isidro,
ese santo varón nacido hacia mediados del XI, casado con otra santa, María
de la Cabeza. Era tan piadoso que Dios resucitaba a sus caballos muertos y
hacía surgir fuentes para que le regaran los campos. Mientras San Isidro
oraba los ángeles le hacían el trabajo, algo que, por desgracia, nunca han
conseguido los sufridos agricultores. Ese día, el 15 de mayo, puede decirse
que media provincia de Soria está de fiesta.
Muchos pueblos mantienen
todavía muy viva la cofradía de San Isidro, repartiendo entre el pueblo,
como en el caso de Berlanga de Duero, queso, pan y vino. En Soria
capital se celebran subastas de animales vivos, roscas, rollas y todo
aquello que los fieles ofrecen, en la explanada de la ermita del Mirón.
Los días 17 y 18 de mayo, en plena Feria
de Maquinaria, en Almazán celebran las fiestas de San Pascual Bailón,
pastor nacido en el siglo XVI, en la provincia de Zaragoza. Fue, antaño, una
fiesta de pastores y de su organización se encarga la Cofradía del santo.
Ahora no es necesario que sus mayordomos sean pastores, de hecho quedan ya
pocos dedicados a este oficio, y de estos días festivos disfrutan todos y la
siguen organizando los mayordomos, sean del sector que sean. Esta fiesta
reúne muchos de los ingredientes de las manifestaciones populares, ya
perdidas en muchos lugares, y relacionadas con los animales y las cosechas.
Hay danza del paloteo, baile de cara al santo y, sobre todo, la figura del
zarragón
o zarrón que ha dado nombre a la fiesta.
SAN
PASCUAL BAILÓN Y EL ZARRÓN,
Carmen
Sancho de Francisco
Esta figura, ataviada con indumentaria
pastoril, con rabo de zorro rematado con vejiga en la mano, la encontramos,
casi idéntica, en Valdegeña; se encargaba, en el día de Navidad, de expoliar
las alacenas de las mujeres, con el consentimiento tácito de ellas. De una u
otra forma y con distintos nombres, está también presente en casi todas las
danzas de la península. En Barcelona aparecía en el Baile de San Bartolomé y
era el encargado de recibir el dinero que el público entregaba después de la
danza. En Tarragona, con el nombre de estaquirot, tenía similar
función en el Baile de Gitanas. Es el cachidiablo de las danzas de Los
Llamosos, en Soria, y el cachibirrio o cachiburrio de Villalba de Rioja, en
el Baile del Árbol, por poner unos ejemplos. Y podría también estar
relacionada la figura del zarrón o zarragón con la tarasca de los carnavales
de Alcubilla de Avellaneda, encargada asimismo de recoger la gallofa. Es
cierto que en ninguno de los lugares mencionados ha alcanzado el renombre
que en Almazán, donde ha conseguido denominar a la propia fiesta,
desplazando al santo de la advocación. Para Martínez Laseca, según recoge en
su “De hoy,,, en un año”, sería “uno de los últimos supervivientes de las
mascaradas carnavalescas y
zarragones que en esta provincia han sido, y que
aun ofrecen una presencia importante en el folklore de la península”.
La localidad de Blacos celebra,
este año el día 2, la festividad de San Miguel, con romería a la
“fuente del Santo”, por que si algo abunda en Blacos es el agua. A San
Miguel la Iglesia le ha dedicado dos fechas, el 8 de mayo y 29 de
septiembre. Está considerado el guardador del equilibrio agrario, sirviendo
de esquema temporal a los agricultores, que tenían su tiempo óptimo de
siembra y sazón “entre san Miguel de mayo y san Miguel de septiembre”.
Los habitantes de Rioseco
se hermanan, este año el día 10, alrededor de San Torcuato, nacido en
Calatayud, uno de los Siete Varones Apostólicos, evangelizador y primer
obispo de Guadix. Lo homenajean con procesión, romería y comida campestre.
Otras
conmemoraciones más locales tienen lugar en distintos pueblos sorianos. En
Zayas de Torre, el día 27, homenajean a la Virgen de la Fuente, con
baile a la imagen sólo los hombres, procesión y subasta de banzos y roscas.
En Muriel de la Fuente, hacen romería con subasta de banzos y rollos.
En Pozalmuro son dos las fechas, el 15 y el 31, en las que se reunen
para celebrar el “Día del amor hermoso”, con subasta de ramos y rosquillas.
Alcubilla de las Peñas se congrega, el día 30, alrededor del Santo
Cristo del Consuelo. Momblona cierra el mes, el día 31, en honor de
la virgen de los Montejos.
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