Festival de las ánimas
Las Ánimas y Todos los Santos, Manuel Castelló
Festival de las Ánimas
Como siempre, la Iglesia,
presta a no dejarse escapar por resquicio alguno los ritos de los paganos,
hizo suya la Samain con el nombre de Todos los Santos, el día 1 de
noviembre, ampliando al día 2 las conmemoraciones y así aprovechar la
noche intermedia para dedicarla a los difuntos o las ánimas.
Noviembre trae una festividad
que goza de predicamento en nuestras tierras, se trata de San Martín de
Tours. Para la historia oficial de la Iglesia, este obispo del siglo IV es
el gran desmitificador de los árboles sagrados, quien redujo a polvo los
vestigios del mal llamado paganismo. O sea que, curiosamente, en esta
tierra de árboles y ritos, con importantes yacimientos de ciudades
arévacas y castros, se agradece a Martín de Tours que intentara no dejar
rastro de ello.
La noche del
día 2, en el mundo rural, los mozos que habían entrado en quintas
eran los encargados de convertir los pueblos en un gran cementerio, eran
capaces de conseguir que todos se metieran en sus casas a escuchar
atemorizados, durante toda la noche, los clamores. El temor que los mozos
provocaban, a buen seguro que ellos mismos no lo sentían, pues bien
calientes gracias al vino que corría sin cesar, no quedaba espacio para
miedos.
Piénsese, si no, en los
jóvenes de Fuentetecha, que se ataban la cuerda de la campana a la pierna
para dejar las manos libres y poder jugar a la baraja. O los de Santa Cruz
de Yanguas, quienes, a fin de calentarse, encendían buenas hogueras.
Junto a esta ancestral
costumbre soriana, existía otra, la de bendecir bodigos o molletes que
eran obsequiados a la feligresía.
Es
en Tajueco donde se conserva el rito más significativo de estas
fechas casi invernales. Allí, cantan y recitan a medias, provistos de
farolillos o animillas, los Cánticos para el Día de Todos los Santos:
“A tí exclamo, esposa mía,
padres, amigos y hermanos,
pido que me socorrais
por Cristo crucificado”.
Texto muy parecido al que
leen en muchos municipios de Asturias.
Tajueco
Peroniel del Campo le
guarda fiesta a este santo y su parroquial se halla bajo su advocación.
Otro tanto sucede en Zayas de Torre, Vilviestre de los Nabos,
Berzosa, Cubo de la Solana, Fuentetoba, Las Fraguas y Magaña,
lugares todos que guardan fiesta el día 11 de noviembre y cuyas iglesias
están dedicadas al obispo de Tours. Un día después, el 12 de noviembre,
Cabrejas del Pinar celebra la festividad de su patrón, San Millán.
En la villa de Magaña,
cuando la población era más abundante, ese día tenía lugar el bibitoque o
almendreques, convite a base de nueces, almendras, pan y vino que bebían
en tazas de plata.
Recordemos también que en la
primera quincena de noviembre tiene lugar un fenómeno meteorológico que en
el mundo rural se conoce como “veranillo de San Martín”, durante el cual
es posible disfrutar de unos días que se asemejan más a la primavera que
al otoño-invierno soriano.