Ermita de Nuestra Señora
del Perpetuo Socorro, Peroniel del Campo
Eduardo Muro Sanz
Apuntes sobre la ermita de
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Peroniel del Campo
Es innegable el sentir que
Peroniel muestra por su patrona la Virgen de Ntra. Sra. del Perpetuo
Socorro, auténtica devoción que se plasma en su Ermita de advocación a
la Virgen, también llamada en algunos textos “casa- santuario”,
sita a las afueras del pueblo,
“extramuros del pueblo”,
aunque no queden restos ni vestigios de que el concejo tuviese muralla,
ni siquiera un sencillo murete que la rodease.
Ubicada en un espacio abierto al campo
cerealístico, al este, en el principio de dos caminos, uno denominado
“El Sendero” que conduce a Esteras de Lubia (pueblo relacionado
con Peroniel por el apellido Contreras, de donde eran naturales la madre
del Cautivo, Isabel Contreras
y la de Diego de Morales y Contreras, Jesuita de Peroniel martirizado y
muerto en Nagasaki (1643), Philipa de Contreras, según se puede leer en
uno de los lienzos que decoran la capilla de los Morales en la
parroquial de San Martín), y el otro, conocido como “El Calvario”,
con 14 piedras (aunque en la actualidad faltan varias) donde
antiguamente se asentaban unas cruces también de piedra en recuerdo de
los 14 pasos o estaciones que sufrió Jesucristo hasta su crucifixión en
la Cruz. El pueblo realizaba este Vía Crucis por el camino del Calvario
el Domingo de Resurrección, por la mañana después de celebrar la
Eucaristía y de quitarle el manto negro a la Virgen del Perpetuo Socorro
en la entrada de la Ermita (acto del que más adelante hablaremos).
Enfrente justo de la Ermita, hay una Cruz
de Piedra, una de las cuatro que existen en Peroniel
“ignorando el objeto por
el que se hallan colocadas en los cuatro expresados puntos las cruces de
piedra que se encuentran una junto a la Ermita de Nuestra Señora del
Socorro, otra en la tejera, otra en lo alto de carra Soria y la última
en lo alto del camino del monte al dar vista a tras el cerrillo a la que
falta la parte superior”.
Es conocida por todo el pueblo la existencia de tales cruces, sin saber
claramente cual es su sentido “deben ser antiquísimas y que debieron
colocarse para recuerdo de algún acontecimiento ocurrido en la localidad
pero que se ignora por carecer de auténticas al efecto”, lo que si
sabemos tras la lectura del anterior Acta es que en este año de 1892, en
Peroniel se celebró una “Misión”, - especie de Obra Pía,
realizada por la iglesia para salvar las almas de los pecadores,
generalmente durante la Cuaresma, desde el Miércoles de Ceniza hasta el
Domingo de Resurrección, consistente en la realización de muchas
celebraciones espirituales con mucho sentimiento y exaltación con el
objetivo de salvar las almas y potenciar la doctrina cristiana -; pues
bien para perpetuar la memoria de la dicha Misión, el concejo decidió
poner una cruz de piedra en el cementerio (que estaba ubicado en el
actual atrio de entrada a la Iglesia de San Martín) con otras dos a los
lados, pero debido al coste que supondría y teniendo en cuenta la
existencia de las cuatro cruces antes mencionadas, se decidió por
unanimidad en el concejo, trasladar hasta el atrio para acompañar a la
que hoy todavía existe y que se supone es la que se hizo para la Santa
Misión, dos de las cuatro primeras cruces existentes, en concreto las
ubicadas en la Tejera y en Carra Soria. Hoy día, solo se conserva una
cruz en el atrio de la iglesia, desconociéndose el paradero de las otras
dos que le acompañarían, permaneciendo además las otras dos primeras
cruces que no se trasladaron, la de camino del Monte (en el pueblo es
conocida como la cruz de Carramonte o de los “Dos Amantes”) y la
que está enfrente de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro. En muchos pueblos
existen también cuatro cruces que suelen coincidir con los cuatro puntos
cardinales, siendo muy probable que su sentido obedezca o bien a la
tradición de bendecir los campos, o bien para que los labradores cuando
regresasen a sus casas pudiesen recibir el homenaje de la oración.
La Ermita en la encrucijada de
caminos y la Cruz de piedra delante de su portada.
Sobre la Ermita, diremos que se trata de
un templo pequeño (su interior, ocupa 21 m. de largo por 5 de ancho, más
las capillas de los brazos del crucero que la ensanchan 3m. 40 cm. más
a cada lado), con planta de cruz latina, de una sola nave y cubierta
plana salvo el brazo o transepto, que al interior en la parte central o
crucero se cubre con cúpula suntuosamente decorada y policromada, y las
capillas laterales con bóveda vaída. Posee cabecera cuadrada y coro a
los pies. Al exterior se observa la nave central y el brazo del crucero
bien marcado en planta y la cabecera y capilla o sacristía que la
envuelve cuadradas. Al cubrirse el crucero con cúpula – aunque no se
manifiesta al exterior – destaca en altura sobre las capillas laterales
y la nave central. Por último está rematada al exterior con una
excelente espadaña de ladrillo que, salvando las distancias, recuerda
mucho a la de Ntra. Sra. del Mirón de Soria.
Planta de cruz latina marcada
al exterior
Su acceso se realiza mediante una puerta
con arco de medio punto labrado en sillería, piedras labradas también en
las esquinas de la Ermita, siendo el resto de mampostería. Ya en el
interior, presenta un coro a los pies, al que se accede por escalera de
obra y desde el cual se puede llegar hasta el campanario de la espadaña,
con un pequeño oculo (repartidos también por el resto del templo) que
sirve de iluminación, y rematado con balaustrada de madera.
Coro de la Ermita del Perpetuo
Socorro de Peroniel del Campo.
El aspecto más desatacado de su interior
es sin duda alguna la policromía, sobre todo en el crucero, y
presbiterio, al que se accede por una arco de medio punto.
Vista general del acceso al
presbiterio.
La cúpula de media naranja esta
profuosamente decorada con colores azules, marrones y ocres de distinta
tonalidades, dividida en 8 espacios semicónicos con temas vegetales que
alternan cabezas humanas esquemáticas envueltas en una especie de
mandorla o aro.
Detalle de la cúpula
La cúpula descansa en cuatro columnas,
también pintadas y decoradas con cruces que llevan debajo un número
romano, decorándose las pechinas con 4 dibujos naturales y paisajísticos
que llevan las siguientes inscripciones, dedicadas a exaltar la
perfección y belleza de María.
PULCRA ET LUNA |
COLUMBA MEA |
STELLA
MATUTINA |
ELECTA
UT SOL |
Detalles de la cúpula |
Las capillas laterales también se
encuentran decoradas y presentan sencillos retablos de madera
policromadas, a ambas se accede por un arco de medio punto pintado y
poseen dos retablos de estructura idéntica con cavidad protegida por
cristal y arco apuntado, estando las imágenes sobre un pedestal; en la
capilla de la epístola se representa a la Virgen María, con corona, su
mano derecha indicando el pecho donde se resalta un corazón envuelto en
una aureola o mandorla, mientras que con la otra mano se recoge el
vestido y manto, está policromada con tonos rosas y azules. En esta
capilla existe además una tabla en mal estado de conservación donde se
representa un Cristo yacente. En la del evangelio, se representa a
Jesús, también con corona y con el mismo gesto con su mano derecha
hacia el pecho, con túnica policromada de color rojo. En este misma
capilla aparece otra especie de retablo en el que se ve como se ha
superpuesto un lienzo que representa una Virgen, con Ángeles, Dios Padre
y la Paloma del Espíritu Santo en la parte superior y una serie de
símbolos en la inferior como son una fuente, un espejo, un pozo, así
como diversas construcciones arquitectónicas…
Detalle retablo capilla de
la Epístola |
Detalle retablo capilla del
Evangelio |
Finalmente en la cabecera se encuentra la
imagen de Ntra Señora del Socorro en un tabernáculo con vidriera, con un
marco sobredorado de madera policromada en tonos verdes y dorados en el
altar, flanqueada por dos estatuas pequeñas de bulto redondo y cuerpo
entero: a la derecha una imagen de un santo con corona y lanza en la
mano que podría ser San Miguel, y a la izquierda una Virgen con corona y
un crucifijo. La imagen de la Virgen del Socorro es de dimensiones
considerables, aparece de pie con el niño en brazos, aunque no lo llega
a agarrar, pareciendo que éste está sobre una plataforma circular, ambos
con el mismo vestido, el de la Virgen entallado, en tonos verdes y con
flores encarnadas, llevando la Virgen en la mano derecha cetro, y el
Niño la bola del mundo.
No hemos encontrado ninguna fuente
documental que nos atestigüe de que siglo es la imagen o quien fue su
autor, aunque por sus características externas y teniendo en cuenta que
la Ermita ya estaba construida en el XVII, bien podríamos decir que es
de esta centuria.
Tabernáculo y vista general de
la Cabecera de la Ermita del Socorro
Detalle de la imagen de la
Virgen del Perpetuo Socorro
Además de esta imagen fija en la Ermita,
existe otra que es la que se procesiona por el pueblo el día de su
festividad y que normalmente se encuentra en la parroquial de San
Martín, al igual que un Estandarte con la imagen de la Virgen del
Perpetuo Socorro, pintada sobre tela.
Resulta complicado decir con exactitud la
fecha de construcción de la Ermita. La primera noticia que conocemos la
encontramos en el libro de la Carta Cuenta y Fábrica de la Iglesia de
San Martín ,
donde aparece una referencia en el año de 1636 acerca de unas obras
realizadas en la Ermita (si bien no se especifica el nombre lo que puede
crear confusión, pues se sabe que había más ermitas) y en la propia
iglesia de San Martín. Será a partir de 1675 cuando tengamos un
conocimiento claro y fehaciente de la Ermita, fecha en que principia el
libro 1º de cuentas e inventario de Ntra. Sra. del Socorro del lugar de
Peroniel
“En el lugar de Peroniel a primero de setiembre deste año de 1675, yo
el licenciado Pedro de Amaya y calderón, cura propio del dicho lugar por
mandado del Ilustrísimo Señor D. Antonio de Isla y Mena obispo de Osma
compre este libro y puse en el la quenta de los bienes que al presente
tiene la fábrica de la hermita de Ntra. Sra. del Socorro del dicho lugar
con cargo y descargo como sigue (…)”.
En estos libros, se recoge (al igual que
ocurre con los de la iglesia de San Martín) toda la actividad espiritual
y económica desempeñada por dicha Ermita, al frente de la cual y como
último responsable, estaba el cura propio de la parroquia, - los
primeros años a cargo de D. Pedro de Amaya y Calderón que pertenecía al
linaje de los San Llorente de la Ciudad de Soria – el cual pedía cuentas
(puesto que al cura se las pedía desde el Obispado el Visitador General,
cuando realizaba sus visitas anuales) al Mayordomo de la fábrica de la
Ermita, es decir al administrador de sus bienes, que solía ser un seglar
– para este caso concreto de la Ermita – generalmente del Estado de los
Hijosdalgo.
El primer Mayordomo de la Ermita que
aparece recogido fue Francisco Sanz
“nombré mayordomo de la
ermita a Francisco Sanz (…)”.
El dinero que entraba en la Ermita, del
que se disponía en las cuentas se le llama “cargo”, y el que se
gastaba o salía a lo largo del año, se le conoce como “descarga”o
“data”. Así en 1675 se dice
“por manera que suma y
monta lo que tiene al alcance y al presente la dicha ermita 15.385 mrs.
y una fanega de centeno”.
Estas cuentas se presentaban ante el “visitador” anual que las
aprobaba o rechazaba “visito este libro y la ermita de Ntra. Sra. del
Socorro y sus reglas y ordenanzas y las aprobo y dio por buenas y ansy
mismo las quentas tomadas a su mayordomo”.
El “cargo” de la Ermita provenía
de varios ingresos, en primer lugar y según el Catastro del Marqués de
la Ensenada de 1752 ,
la Ermita de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro disponía de “una pieza
de segunda clase que limita con tierras de la capellanía de Orduña y de
Blas de Medrano. A esta tierra no se le saca utilidad alguna por
cultivarla los vezinos para su mayor culto”. El dato es interesante
pues nos demuestra el amor y devoción que el pueblo tiene por su Ermita
y su patrona la Virgen del Perpetuo Socorro, siendo lo más habitual que
las tierras propiedad de alguna institución eclesiástica, - y en
Peroniel había muchas propiedades sobre todo de instituciones de la
capital como el Convento de Santa Clara, el de la Concepción, el de la
Merced, el Priorato de San Benito o el Arciprestazgo de Gómara entre
otras – se arrendaran a personas privadas para su explotación,
obteniéndose rentas en dinero o en especie, y así ocurre con las tierras
de la Iglesia de San Martín, arrendadas a Manuel Roncal (vecino de este
lugar), o con las de las Capellanías, por ejemplo la que fundó Garcés de
la Mata que se arrendaron a Manuel García de este lugar.
Por tanto el beneficio que obtenían
de esa pieza se reutilizaba en conseguir la mejor conservación y ornato
de la Ermita. Quiero mencionar, que con este mismo objetivo, también
tenía una pieza la Capilla de Ntra. Sra. del Rosario sita en la
parroquial de San Martín de Peroniel, cuyo retablo fue pintado en 1630
“por lo que se pago 100 reales”.
Otras fuentes de ingresos o de “cargo”
provenían de la limosna
“nombre mayordomo de la
hermita a Francisco Sanz vecino deste lugar y le encargue el cuidado de
pedir limosna todos los domingos del año y uno en el agosto, la limosna
del trigo teniendo por quenta y razón de lo que gasta en alumbrar la
dicha imagen y reparos de la ermita (…) para que en adelante este con
mayor decencia y la fábrica bien reparada”.
Había pues limosnas de varios tipos, desde las “limosnas que se
allegan por las puertas”, hasta las más destacadas y principales,
las que se hacían a título individual, normalmente a cargo de los
grandes hacendados del pueblo, bien buscando la salvación de sus almas –
práctica muy habitual debido a la religiosidad del momento -, o bien por
prestigio social, en este sentido es destacable, en el año de 1704, un
cargo que se hace de
“357 mrs. de vellón de una
escriptura que a favor de dicha ermita tiene echa D. Juan de Vera”
(el apellido Vera estaba muy entroncado en Peroniel, siendo una de las
familias más pudientes que poseían enterramiento en la parroquial de San
Martín, además de numerosas posesiones y casas, con patrimonio en la
Ciudad de Soria).
También se obtenían dineros a
través del pago de censos como el que tenían Francisco Herrero y
Francisco Blasco por el que pagaban
“20 reales cada año”;
de cargos a distintos hacendados y herederos por deudas de sus
predecesores; de diversas ventas, por ejemplo
“beneficio de la cal viva”,
de donde podemos deducir que tuviesen en propiedad una calera; de las
subastas de tortas y roscos los días de fiestas; de la confección de
ramos de flores o de trigo que se ofrecían a Nuestra Señora…
Por último quiero hacer
mención a otro sistema de “cargo” del que hay constancia desde
principios del XVIII y que todavía se sigue manteniendo en la
actualidad, el pago por coger las andas de la Virgen por los vecinos en
sus diversas procesiones
“item se le aze cargo de
15 mrs. que dieron de limosna por llevar las andas algunos vezinos”
, repitiéndose esta cita por sucesivos años. No se especifica sin
embargo, en que fiesta se realiza esta limosna “por coger los banzos”,
aunque si sabemos que en la festividad del 21 de mayo, día que se
celebra la Virgen del Perpetuo Socorro en Peroniel, y según los más
mayores, el “día más grande en la fiesta del pueblo”, se sacaba
en procesión a la Virgen por las calles del pueblo por la mañana y por
la tarde, al igual que se hacía un rosario por la noche.
Hoy día, la subasta de los banzos se hace
el Domingo de Resurrección, ofreciéndose dinero por quitar el manto de
luto a la Virgen y por meterla en su Ermita. El 21 de mayo se sigue
sacando a la Virgen en Procesión, pero no se subasta ni se da ningún
tipo de dinero por coger las andas, siendo todo el pueblo en que con
gran devoción va procesionando a la Virgen.
Volviendo a la fiesta que se celebra en
honor a la Virgen del Socorro, existe constancia documental de tal
festividad. Sabemos, que la devoción hacia Ntra. Sra. del Perpetuo
Socorro, a nivel general, podría estar consolidada desde la segunda
mitad del seiscientos, en Peroniel se celebra el 21 de mayo, así en el
Catastro del Marques de la Ensenada, en las 32 preguntas generales que
se hacen al pueblo, en concreto en la 25 sobre los gastos anuales del
pueblo, respondieron que para fiestas, se declaran
“200 reales de vellón que
se gastaban en Ntra. Señora, Jueves Santo, Corpus Cristo y Rogativas y
Letanías generales”.
En un acuerdo que se aprobó el 18 de mayo
de 1830 ,
el Concejo de Peroniel formado por el Alcalde D. Juan Marrón, los
Regidores Saturnino Marqués y Baltasar Blasco, el Procurador Síndico
Santiago Blasco y el Mayordomo de Propios Manuel Delgado, siendo Fiel de
Fechos D. Carlos Lafuente, acordaron “que para siempre jamás, se ha
de guardar fiesta, el día que se suba Nuestra Señora del Socorro a la
iglesia, bien sea el día 21 de mayo que es su día, u otro día semejante
de suerte que se ha de subir un día de trabajo, y no día de fiesta, y al
bajarla para colocarla en su Santa Casa se bajará en Domingo por ser el
tiempo único para la simienza y no poder guardar la fiesta en día de
hacer”.
Igualmente se acordó el 21 de mayo de
1833 ,
siendo Alcalde Felipe Almajano, Regidores Pedro Las Heras y Manuel
Delgado, Procurador Síndico Juan Blasco, Mayordomo de Propios Juan
Cabeza y Fiel de Fechos Carlos Lafuente “que al señor cura se le debe
pagar la misa que celebró el día 21 de mayo u otro día que se suba Ntra.
Sra. a la iglesia; igualmente acordaron que en salir de misa se ha de
contar para ver si falta algún vecino y aquel que faltare sin licencia,
a la Sra. justicia pagará un cuarterón de cera para alumbrar a María
Ntra. Sra. del Socorro, con advertencia de que se ha de poder trabajar
hasta que se toque a misa”. Era pues obligatoria la asistencia a
misa el día de Ntra. Sra. del Socorro, so pena de una multa que iría
destinada a iluminar su imagen (otra forma de obtener cargo para su
Ermita).
En otros libros de actas del Ayuntamiento
se puede certificar también dicha celebración, siendo normal que tanto
para el día de la Virgen, como en el remate de la Novena dedicada a
Ntra. Sra. del Socorro (a partir del día 21 de mayo, y durante 9 días se
celebrara misa en honor a la Virgen del Socorro, diciéndose el último
día en su Ermita, momento en que se dejaba la imagen en ella) el
Ayuntamiento “diese refrescos al público” y
“se encarguen sermones al
Sr. cura”.
Conocidos el capítulo de ingresos y la
festividad que se realizaba en honor a la Virgen del Perpetuo Socorro
conviene destacar otro aspecto muy importante para conocer el devenir de
la Ermita – Casa – Santuario -, en concreto el de los gastos, quizá el
más interesante para nosotros puesto que nos permite vislumbrar algunos
de los cambios que se fueron dando.
Sin duda alguna, el porcentaje más alto
de estos gastos estaba destinado a las obras de mejora y recomposición
de la Ermita. En ocasiones eran obras sencillas como los retejos, muy
frecuentes en varios años (en Peroniel existía una tejera que
suministraba teja, ladrillo y baldosas al propio pueblo y a otros de
zonas próximas, que existía desde antes de 1844) ,
otras veces, no se especifica el tipo de obra, pero por su gasto, se
deduce no eran de grandes dimensiones, también por la realización de una
reja de madera que se encargó en 1693…etc.
Sin embargo, también hay documentadas
obras de mayor envergadura, por ejemplo en 1696 se
“ladrillo y encalo la
capilla de la dicha hermita”
por el precio de 3.434 mrs. (materiales más el trabajo del oficial que
la hizo).
Así mismo sabemos que entre 1714 y 1720
se debió de realizar otra obra de gran envergadura. Durante estos seis
años aparecen en el libro de fábrica de la Ermita constantes partidas de
“datas” como las de “deshacer el tejado (1714) y la hermita
(1717)”, “sacar la piedra de la sillería”, “portear piedra ladrillo y
otros materiales” “pagos a oficiales” “pago al herrero por las
aguzaduras de los picos de los oficiales”, “por camas a los oficiales”,
“por puertas”. Deducimos que fue una obra de gran importancia,
aunque no se especifica claramente de que se trataba, pudiendo tratarse
de la cúpula que cubre la parte central del crucero para lo cual se
desmontaría el tejado y parte de la Ermita. Posteriormente en 1730 dicha
cúpula sería pintada
“primeramente da en data
10 medias de trigo que dio al pintor que pinto la media naranja de Ntra.
Sra. a 18 fanegas reales fanega y suma 40 reales”.
Además contamos con otro dato que nos corrobora la importancia de la
obra, así en la visita que realiza a la Ermita D. Pedro Gonzalo Pedroso
(Visitador General) el 12-5-1720 dice
“mando que por quanto esta
la fabrica empezada se ponga lo antes que se pudiere para volver a Ntra.
Sra. a su casa”,
lo que nos indica que la imagen de la Virgen del Socorro salió de su
Ermita debido a las obras quedándose mientras duraran en la parroquial
de San Martín.
En 1728, también hay otro gasto de
“696 reales de jornales, piedra, cal, traer
agua y otros portes para la obra del pórtico”.
Pero no todas las “datas”
provenían de obras, había otros destinados a las necesidades y
ornamentación de la Ermita como por ejemplo: compra de bancos con
respaldos, cera y aceite que se gastaban en la iluminación tanto de la
Ermita como de la imagen de la Virgen, un descargo de 88 reales para
“un marco
sobredorado del altar”,
por pintar la capilla, cambiar vidrieras,
“180 reales que costaron
los caxones que se compraron para los ornamentos de Ntra. Sra”,
en 1761 hay una data de 2131 reales para el “tabernáculo de Ntra.
Sra. del Socorro”, otro de 17 reales y 4 mrs. del
“coste de una mesa para poner a Ntra. Sra”…
Cajones para guardar vestidos y
ropas del sacerdote ubicado en la sacristía, detrás de la cabecera
Por supuesto también había gastos
derivados del ornato de la propia imagen de la Virgen del socorro: en
1696, 5406 mrs, “de las coronas que se hicieron a Ntra. Sra. y al
niño”, en 1761, 9 reales “de componer el pie a Ntra. Sra.”,
de vestidos y mantos…etc.
Por último, también costaba dinero el
cultivo de las tierras destinadas a mejorar su culto, en las que a veces
era necesario realizar acequias para aprovechar mejor el agua,
llegándose incluso a comprar tierras nuevas
“186 reales de una tierra
que llaman la “Cerrada del Sastre” que vendio la redención de cautivos y
asi consta de testimonio de Andres Garcia Rodríguez escribano del Rey
Ntro. Señor y del nº de la Ciudad de Soria”.
©
Eduardo Muro Sanz
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