La idea de publicar un diccionario biográfico soriano viene de atrás y al principio iba a ser, por lo visto, un proyecto colectivo del Centro de Estudios Sorianos. Finalmente quien fuera factotum del mismo y director también de la Biblioteca y Casa de Cultura de Soria, José Antonio Pérez Rioja, decidió emprender la tarea en solitario.

Quizá para curarse un poco en salud el autor ha colocado encima del título un "apuntes para un..." de lo que, como explica en la introducción, no pretende ser sino un anticipo para una obra más completa.

En un libro como este, donde se maneja una cantidad de información apabullante, resulta prácticamente imposible no cometer errores y, lo que és más grave, ausencias.

Pese a que en la antecitada "Introducción" se diga que "el ensayo -como es notorio- desarrolla un tema concreto sin pretender agotarlo y sin la intencionalidad sistemática ni el aparato crítico de un tratado extenso".

Con eso y con todo, está la cuestión del criterio. ¿Con cuál se han seleccionado las personas que aquí aparecen? Habrá quien piense que por aquí aparece más de un mindundi y que se han dejado fuera (lo que es cierto) a personalidades sorianas de innegable proyección nacional (es especialmente sangrante la ausencia del poeta y ensayista Enrique Andrés Ruiz el cual ¡por cierto! resultó premiado hace ya muchos años en un certámen del propio C.E.S. así que el autor debería conocerlo, como debería conocer al menos algún volumen de la ya larga lista de publicaciones y galardones recibidos...)

En cuanto a los datos... por poner un ejemplo bien cercano a mí me hace nacer en Soria, cuando nací en Ibiza, ignora toda mi actividad pictórica y/o fotográfica, data mi libro "La Soria Mágica: fiestas y tradiciones populares" en 1991 (cuando salió 6 años antes)...

A un "soriano adoptivo" como Fernando Sánchez Dragó le trata de pasada (17 líneas) ignorando circunstancias como los premios Nacional y Planeta, la mayoría de sus obras...

Sin embargo tiene la humorada (genial) de incluir como entrada a un conocido seudónimo (María Villanañe) a quien así dota de existencia real en el elenco de sorianos de ayer y de hoy.

Tampoco se entiende la ausencia de antropólogas extranjeras que se han ocupado de temas sorianos, como Elizabeth Chesley Baity (ésta incluso publicó en "Celtiberia", la revista que edita el C.E.S.) o Violet Alford.

En fin, como decimos, el propio autor pone antes la venda que la herida y se cura en salud llamando a este libro "ensayo" y anteponiendo la muletilla protectora de "Apuntes para un...".

Con todo, un libro interesante y necesario que está produciendo en la ciudad del Alto Duero un pequeño terremoto social para ver quién sale, quién no, cuántas líneas, etc. Ser soriano y no aparecer en este libro será para muchos un baldón insufrible. Puede que haya que pedir número para la cola del Viaducto...

Aquí están -o deberían estar- todos, desde los caudillos numantinos hasta los últimos deportistas que han llevado los colores sorianos a las olimpiadas. Un "Who´s who" de consulta obligada que, esperamos, se perfeccione en sucesivas ediciones. La edición, modesta y algo anodina, carece de ilustraciones aunque se vende al precio político de 1.500 pts. lo que lo está convirtiendo en un modesto best-seller provincial.