Peroniel del Campo, enclave templario
Don Gonzalo Martínez Díez, a
través de dos publicaciones(1),
trata de explicar, basándose en los documentos conservados en Novillas y
Alcanadre(2)
los enclaves de
la Orden del Temple existentes en la provincia de Soria. La encomienda
aragonesa de Novillas administró al principio las dependencias templarias
en Soria, pasando después a la riojana de Alcanadre, quien mantuvo sus
posesiones hasta la desaparición de la Orden y desde 1154. Los bienes de
esta encomienda pasaron al rey Alfonso XI (1311-1350) quien dispuso que
todas las propiedades y derechos fueran transmitidos a Juan Alfonso de
Haro, señor de los Cameros, a quien por cierto, el mismo monarca mandó
ajusticiar en Agoncillo.
Desde hace más de dos siglos es creencia
que la iglesia de San Bartolomé de Ucero fue enclave templario. Antes y
según Francisco de Rades y Andrada (Chrónica de las tres Ordenes y
Cavallerías de Santiago, Calatrava y Alcántara. Toledo, 1572), la
ubicación del único convento de esta orden del que hablan las crónicas no
estuvo fijado a la orilla del río Lobos. Rades dice en 1572: El dicho
convento de Sant Iuan del otero, conforme a lo dicho, y a la opinión que
ha venido de tiempo en tiempo era de tres leguas de la dicha ciudad de
Soria, en un cerro muy alto, llamado el Otero, donde al presente ay vna
Hermita llamada Sant Iuan, con cimientos y otras señales de grandes
edificios.
Afirma Francisco de Rades que se hallaba el
convento en la diócesis de Osma, y que en él había profesado el templario
frey Fernán Núñez, hijo de Nuño Garcés de Fuentearmegil, quien más tarde
abandonó la orden del temple para pasar a la de Calatrava, en la cual
murió. A su muerte surgió una disputa entre ambas órdenes sobre la
herencia de ciertos bienes. El Temple alegaba el derecho de la profesión
de Fernán Núñez en su orden y la de Calatrava reclamaba la herencia por
haber fallecido Fernán Núñez como calatravo. Los bienes se hallaban sitos
en Melgar de Fernamental (Burgos). El papa Alejandro III (1159-1181)
encargó la causa al obispo de Osma y al abad de San Pedro de Cardeña.
Sería dos siglos más tarde, en 1778, cuando
Loperráez, el historiador del obispado de Osma, proponía otra ubicación
muy distinta: Tres quartos de legua de la villa de Ucero, a la orilla
del río Lobos, entre unos elevados peñascos, se halla la ermita de San
Bartolomé, que es la misma Iglesia del monasterio que tuvieron los
Caballeros Templarios con el título de S. Juan de Utero u Otero, del que
hay algunos fragmentos, conservándose aún los arranques del puente de
piedra que tenían que salvar para pasar el río (...).
Para el padre Gonzalo Martínez, la
ubicación de Loperráez tropieza con dos dificultades que creemos
insalvables: la primera el cambio de titularidad del convento-ermita de
San Juan en San Bartolomé; la segunda, la denominación de Otero que no
corresponde en manera alguna a la topografía de San Bartolomé situada en
lo hondo de un valle y no en ningún otero.
Don
Gonzalo cree haber encontrado el verdadero emplazamiento del convento
templario en el cerro de San Juan, a tres leguas exactas de Soria, en la
intersección de los municipios de Peroniel del Campo, Tozalmoro y
Mazalvete, aunque la propiedad del terreno es de Tozalmoro, todas las
localidades pertenecientes al obispado de Osma.
En este cerro, que hemos visitado en dos
ocasiones pudiendo comprobar la abundancia de cimientos y restos de
edificaciones en un gran espacio, existió una ermita y una tradición que
el padre Martínez recoge así: En este cerro se ven los restos de varios
edificios y un vecino de Mazalvete nos informaba cómo recordaba haber oído
contar a su madre, nacida en Peroniel del Campo hace 115 años, que iban a
la ermita de San Muan a Misa una vez al año y que llevaban una piedra que
arrojaban en cierto lugar, sin poder precisar si la asistencia a la Misa
era de su madre misma o ella lo narraba más bien de su madre, la abuela de
nuestro informante. Esa ermita, que estuvo rodeada de algunos edificios
creemos que era la sucesora del antiguo convento templario de San Juan de
Otero.
Pero no sólo en estos restos pétreos y en
la tradición oral se basa don Gonzalo para ubicar en este cerro de San
Juan el enclave de la orden del Temple. Se apoya también en la existencia
de propiedades templarias en Villaseca de Arciel. En la publicación
mencionada de 1993 –“Los Templarios en la corona de Castilla”-, Gonzalo
Martínez da por hecho que se trate de Villaseca de Arciel, pero ocho años
después, en “Templarios en los reinos de España”, 2001, dice que estas
propiedades están en Villaseca, despoblado no localizado.
Creo,
como él en su primera publicación, que se trata de
Villaseca de Arciel. El sobrenombre
Arciel aparece tardíamente añadido a Villaseca. Según Eleuterio Carracedo
Arroyo(3), son varias las
hipótesis para derivar este nombre: del latín ARCU, con diminutivo daría
Arquillo. O como lugar elevado o fortificado. Recoge la tesis de García de
Diego, para quien significaría acebo. Arciel fue uno de los sexmos de
Soria que englobaba a Abión, Peroniel, Buberos, Castejón, Jaray, Cardejón,
Reznos, Candilichera, Carazuelo, Duáñez, Ledesma, Mazalvete, Ojuel,
Omeñaca, Hontalvilla, Portillo, Torralba, Sauquillo de Alcázar, Villaseca,
Torrubia, Tozalmoro, Zárabes y el despoblado de Aleza.
Villaseca de Arciel aparece con el nombre
compuesto, por primera vez, en 1788. Como Villaseca a secas en el
Vecindario de la Ciudad de Soria y su provincia, censo de la Corona de
Castilla (1591), Censo de Campoflorido (1712), en el Tomás López, Catastro
de la Ensenada (1751), y don Teófilo Portillo, en “Instituciones del
obispado de Osma”, 1985, también la nombra Villaseca a secas, y dice que
en esta villa estaba la abadía que englobaba las parroquias de Abión,
Zárabes, Algarve, Ledesma, Tejado, Tejadillo, Mazaterón, Castel de Tierra,
Cascante, Buberos, Aleza, Villaseca, Torralba de Arciel, El Arcangel,
Almazul y Miñana. En un testamento conservado en protocolos notariales de
1878, ya aparece como Villaseca de Arciel.
Hay otros lugares con el nombre de
Villaseca: Villaseca Bajera y Villaseca Somera, en Tierras Altas. Un
despoblado de nombre Villaseca, en Tierra de Berlanga y una granja con el
mismo nombre en Tierra de Medinaceli.
Puesto que no existe ningún despoblado
más con este nombre en documento alguno, incluyendo el extraordinario
trabajo del propio don Gonzalo(4),
y dada la proximidad con el cerro de San Juan, de Peroniel, Tozalmoro y
Mazalvete, resulta lógico pensar que se trate de Villaseca de Arciel.
Las
propiedades del Temple en Villaseca eran la propia villa, suponemos que en
señorío, donada por Alfonso VII (1105-1157), en el mes de noviembre del
año 1146, en favor del maestre Pedro de la Roera o Rovira y del caballero
templario Melendo o Pedro Menéndez. Esta donación se documentó mientras el
monarca estaba en San Esteban de Gormaz, y a ella asistieron Ramón
Berenguer IV y el rey de Navarra García Ramírez, quienes habían acudido a
la villa sanestebeña para firmar la paz entre ellos. La donación se
conserva en el cartulario de Novillas.
Unos años más tarde, Sancho III (1133-1158,
a quien su padre había asociado en el gobierno) suscribe una permuta con
el monasterio de Santo Domingo de Silos, por la que entrega una serna con
su solar, propiedad del rey en Villaseca, a cambio de una heredad que el
monasterio de Silos tenía en el pueblo soriano de Fuentecantos.
Otras donaciones sirven para documentar la
ubicación propuesta por don Gonzalo. Una de ellas es la de un vasallo o
exárico, moro, de nombre Almoarach, residente en Almenar, villa
equidistante entre Villaseca y Peroniel. Así como la de un molino harinero
en Jaray, que en efecto existió, sobre el río Rituerto, una vez recibidas
por él las aguas del Araviana. Ya en el Catastro de la Ensenada (S.XVIII)
se dice “al presente se halla sin presa por haberse cegado por lo cual no
está en uso”. A partir de ahí, el Rituerto sólo alimenta molinos en Aliud
y Paredes-Royas.
Acudimos a la toponimia y sin necesidad de
atormentarla, encontramos en Peroniel del Campo, según datos del
Ministerio de Hacienda, Servicio de Catastro de la riqueza rústica,
octubre 1949, los siguientes parajes: “Senda de San Juan”, “San Juan”,
“Atalaya”, “Senda de la Atalaya”, y la más interesante “Fuente del
Frayle”, topónimo que aparece también en el Mapa Geográfico y Catastral
1:50.000, de 1991, y que, incomprensiblemente, ha sido eliminado en la
última edición. Los topónimos “Fuente del Frayle” y “San Juan”, vuelven a
aparecer, en las mismas fuentes, en el término de Tozalmoro.
Otro documento, este pétreo, acude en ayuda
de la investigación. Se trata de dos estelas discoidales que aparecen, una
en uno de los muros exteriores de la iglesia parroquial dedicada a San
Martín, en Peroniel del Campo, y la otra en el interior de la iglesia. Se
trata de unas cruces de las usadas por la Orden del Temple y, lo más
interesante, que la gente del lugar conoce como “La cruz de los cruzados”.
Según Pedro Rodríguez Campomanes(5)
dice que la cruz del Temple [en referencia a
Argote de Molina] (...) fue casi como la de la Orden de San Juan
(...) solo con la diferencia de ser los remates, no en punta como la de
San Juan, si no en medio círculo. Con lo que parece estar Rodríguez
Campomanes de acuerdo, no así con el color. Entre otros lugares, esta
forma de la cruz en estela la hemos encontrado en Faro (Portugal) y
Alcover (Tarragona), ambas localidades con restos templarios reconocidos
documentalmente.
Peroniel del
Campo y Tozalmoro
Ya hemos recogido algunos datos históricos
sobre Villaseca de Arciel. Sobre Peroniel diremos que se enclava en la
línea fronteriza entre Castilla y Aragón, donde durante al Alta Edad Media
hubo más fortificaciones de las que ahora podemos ver. Muchas fueron
derruidas a finales del siglo XII por orden de la reina María de Molina y
de su hijo Fernando IV el Emplazado por que vivían en ellas “algunos
caballeros malfechores que tenían muchas casas fuertes, donde se facia
mucho mal”. Es posible que antes del castillo que ahora se conserva en
esta localidad existiera una torre y fuera esa la conocida como “castillo
de los moros”.
Los
restos del castillo, sobre el arroyo Temblar(6)
, muestran en un montecillo algo alejado del edificio
restos de construcciones desaparecidas, lo que podría ser una posible
barrera alrededor del castillo para proteger parte de la población. Es de
planta rectangular, construido en mampostería tosca con hileras y con
algunos. elementos exentos cuando se trata de añadidos, lo que hace ver
una obra anterior. Conserva dos torres rectangulares en las esquinas sur.
A todo el recinto se accede por un arco de medio punto.
Frente al castillo se alza una casa
blasonada, de piedra. En una de las visitas nos aseguraron que en esa casa
habitaban los reyes, donde estarían más seguros que en la propia
fortaleza. La casa es de construcción relativamente moderna, pero en
realidad está a cincuenta metros de la fortaleza y puede ser que esté
construida sobre otra anterior. No cabe duda de que los reyes, al frente
de sus tropas, debieron estar por toda la zona fronteriza. Por ejemplo
está documentado que Pedro I se movió por la zona durante la batalla de
Araviana.
Por Peroniel pasaba una vía de comunicación
cuyo primer trazado fue, con toda probabilidad, la calzada romana que unía
Bilbilis con Numancia-Bilbilis, y que, con algunas modificaciones, pervive
hasta nuestros días en la N-234. Hasta Almenar el trazado coincide, aunque
en el tramo final la vía romana, para acortar, pasaba por Peroniel y en
línea recta llegaba hasta Numancia. Se localiza también por la zona el
camino que llaman Real, que se mantendría durante la Edad Media y se
ajusta mejor al trazado de la N-234. La zona está jalonada de torres o
castillos para la defensa: Ciria, Tordesalas, Almenar, Peroniel. Se sabe
que había otra en el despoblado de Andava.
La
iglesia es románica, de finales del siglo XII con posteriores añadidos y
está dedicada a San Martín de Tours. En su interior se conservan retablos
dedicados a San Martín y Ntra. Sra. de la Asunción, además de un cuadro
representando el martirio en Nagasaqui en 1643, de los padres jesuitas
Diego Morales de Contreras, Francisco Márquez, Antonio Gapezio, Alberto
Micischo y Antonio Rubino. Hay otros cuadros fechados en 1781 que
representan a San Donato y San Cayetano, una interesante pila bautismal y
una campana fechada en 1782.
Hubo muchos hidalgos en Peroniel y no es
leyenda, pues en el censo de la Corona de Castilla de 1591, aparecen 42
vecinos, de los cuales 19 son pecheros, y clérigo y 22 hidalgos. En este
lugar nació el protagonista de la leyenda “El cautivo de Peroniel”, Miguel
Martínez de Contreras, cuyos padres fueron Diego de Contreras e Isabel de
Contreras, rica dama toledana.
Compartiendo lindes aparece
Tozalmoro* cuya iglesia tiene el nombre de San
Juan Bautista y donde, como ya dijimos, aparece otra fuente con el nombre
“del frayle”. La iglesia es de un interesante románico, sus capiteles
tallados están tallados con animales fantásticos y los canecillos muestras
figuras eróticas. El tímpano, de tema religioso, es de una rusticidad tan
ingenua que parece tallado por manos infantiles, aunque recuerda al de
Santo Domingo, de Soria.
Toda la zona comentada rezuma un interés
especial. Fue frontera castellana-aragonesa, está rodeada de los campos de
Araviana y muy próxima a Omeñaca, por donde se sitúa la leyenda de los
Siete Infantes de Lara. Cerca también está La Pica, un lugar inquietante
donde los haya y a casi la misma distancia de Soria capital que Peroniel,
otro enclave del que tradicionalmente se ha llamado templario, el convento
de San Adrián, en la sierra del Almuerzo, en cuyos alrededores, por
cierto, aparece un topónimo con el nombre de “quinto de los templarios”.
Notas
(1) “Los Templarios en la corona de
Castilla”, Colección Piedras Angulares nº 4. Editorial La Olmeda, 1993. Y
“Los Templarios en los reinos de España”. Editorial Planeta, 2001.
Historia y Sociedad.
(2) Novillas,
en Zaragoza, partido judicial de Borja, a la orilla derecha del río Ebro.
Alcanadre, en La Rioja, partido judicial de Calahorra, asimismo regada por
el Ebro. De esta última es el Cartulario de la Orden y Milicia del Temple,
se trata de 444 documentos referentes a las casas templarias de Navarra y
Aragón, compilados, probablemente, en Novillas y que en la actualidad se
conserva en el Archivo Histórico Nacional.
(3)
“Toponimia de la Tierra de Soria”. Diputación provincial de Soria, 1996.
Temas Sorianos nº 32
(4) “Las
Comunidades de Villa y Tierra de la Extramadura Castellana”.
(5)
“Dissertaciones historicas del orden y cavalleria de los Templarios o
resumen historial...”. Licenciado Pedro Rodríguez Campomanes. Facsímil del
año 1747 editado por Luis Escudero Cillero.
(6)
He preguntado
a personas entendidas en etimología y toponimia si sería posible que de
templar hubiera derivado temblar y me han asegurado que eso es imposible.
No obstante, en el vecindario de Floridablanca se encuentra Buberos como
Puberos, aunque tal vez sea un error de transcripción.
©
Isabel Goig Soler
Ermita
de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro de Peroniel del Campo
Tozalmoro
Peroniel del Campo - J. A. Gallego
Peroniel del Campo - Castillos de Soria
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