Soria Pueblo a Pueblo
Quintana
Redonda
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Habitantes censados: 391
Altitud: 1.018
Lugar. Agrupa los siguientes Barrios: La Barbolla,
*Las
Cuevas de Soria,
Fuentelaldea, *Fuentelárbol, Izana, Los Llamosos,
*Monasterio, La Revilla de
Calatañazor, La Seca y *Ventosa de Fuentepinilla.
Acceso: SO-100
Kilómetros: 20.
Gentilicio: quintaneses
Apodo: cantareros; conservan un chascarrillo, referente a la
cerámica negra que aquí se elabora, que dice:
"En Quintana Redonda
los cantareros
hacen de tierra roja
cántaros negros".
Industria: trigo y cebada; girasol. Ganadería: vacuno y lanar. Importante
zona de recolección de níscalos. Industria chacinera. Fábrica textil.
Flora y fauna: pino, fundamentalmente, y algo de roble. Manzanilla, malva,
biércol. Ciervo, corzo, codorniz y jabalí. Discurre el río Izana. Parajes
de recreo, acondicionados:
*Los Poyales,
*Fuente de la Mora (también
llamada "El Manaizo") y
*El Molino.
Fiestas principales: 26 de junio y 16 de agosto. Acuden en romería a la
Virgen de Inodejo.
Generalidades: Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Palacio blasonado
de la familia González de Gregorio. Tuvieron lavadero de lanas,
perteneciente a la dicha familia. Hubo dos molinos y una sierra.
Servicios: Estación de ferrocarril en activo. Bar-comidas,
piscinas públicas, taller mecánico, entidades bancarias y una
recién abierta Casa Rural.
Capítulo
a parte merece el taller de cerámica negra de Evelio, quien ha recuperado
la tradición alfarera de Quintana, como el horno, nuevo pero igual al que
usaban años, siglos atrás, sus antecesores.
Escuela: Centro Rural Agrupado "Río Izana", engloba las escuelas de
Los Rábanos, Quintana Redonda y Tardelcuende.
©
Isabel y Luisa Goig, Soria pueblo a pueblo
Algunos apuntes para
la historia contemporánea de Quintana Redonda
En
1941 se editó la Carta Arqueológica de Soria, trabajo de campo llevado a
cabo por Blas Taracena Aguirre. La edición corrió a cargo del Instituto
Diego Velázquez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En
ella, y referente a Quintana Redonda, Taracena anota que “hacia 1868 se
halló un casco de bronce cubriendo dos tazas de plata una de perfil liso
y otra con asas, que contenían 1300 denarios ibéricos, principalmente de
bolscan (topónimo), y romanos. La primera pasó, con sus monedas, al
poder del entonces gobernador civil de Soria, y la otra, sus monedas y
el casco, al de don Eduardo Saavedra y luego a la Real Academia de la
Historia, donde se conservan”.
Hemos buscado el
nombre del gobernador que podría haberse quedado con este pequeño
tesoro. En el año en que apareció, España vivía un periodo interesante,
pues acababa el reinado de Isabel II con la Revolución de Septiembre de
1868 y comenzaba el Sexenio Democrático, con la búsqueda de alguien que
quisiera encabezar una monarquía constitucional, cargo que recayó
finalmente en Amadeo I de Saboya. Los gobernadores civiles de las
provincias cambiaron, desde 1860 a 1874, con una frecuencia de varios al
año, por lo que difícilmente llegarían a implicarse en los problemas de
Soria, a simpatizar con sus proyectos y a empatar con sus gentes.
Dos
fueron los gobernadores que se llevaron la taza con monedas, ignorándose
su paradero. Daniel de Moraza (1863-64, diputado por Zaragoza) tomó
posesión del Gobierno Civil de Soria el 17 de agosto de 1867 y ejerce el
cargo hasta que se vuelve a nombrar gobernador, el 30 de septiembre de
1868, a Miguel Uzuriaga Matute. Éste último diputado a Cortes en 1854 y
1869 por Soria, suponemos que sería de los llamados “cuneros”.
Mejor suerte que las
tazas de plata corrieron los restos arqueológicos aparecidos, según Blas
Taracena, en “Royo Albar” y en “Las Quintanas”. En el primero “tiestos
de barro rojo indígena y tejas romanas”, y en el segundo, “cerámica roja
celtibérica”. Todo ello en el entonces Museo Celtibérico de Soria, y
ahora Museo Arqueológico.
Casas de los
maestros y asilo municipal
A
escasos tres meses de que se iniciara la contienda civil, el Boletín
Oficial de la Provincia de 22 de abril de 1936, publicaba una reseña del
Ayuntamiento de Quintana Redonda, por el que se sacaba subasta pública
para contratar las obras de un asilo municipal para pobres transeuntes
en la localidad. El tipo de subasta era de 7.260,29 pesetas. Debían
emplear en las obras obreros de la localidad de las categorías y
profesiones correspondientes, mientras los hubiera, como igualmente
adquisición de materiales que se fabricaran en la misma y arrastre de
los que sean precisos con carruajes o caballerías de los vecinos, a
precios corrientes o que rijan en la materia. En la actualidad, el
edificio de este asilo está integrado en el complejo polideportivo,
concretamente se usa como vestuario.
En
el mismo Boletín aparece otra subasta pública, de 30.456,69 “para la
construcción de un edificio de nueva planta para tres viviendas de
Maestros nacionales en esta localidad”. Al igual que para el asilo
municipal, debían emplear en las obras “obreros de la localidad de las
categorías y profesiones correspondientes, mientras los haya, como
igualmente adquisición de materiales que se fabriquen en la misma y
arrastre de los que sean precisos con carruajes o caballerías de los
vecinos, a precios corrientes o que rijan en la materia”. Ambas
notificaciones estaban firmadas por el alcalde Doroteo Almarza.
© Isabel y Luisa Goig
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