La
Navidad y sus Ritos Sorianos
La Gallofa
La petición de gallofa fue una actividad festiva que iba añadida a todas las fiestas del mocerío. Con el paso del tiempo y en los pueblos donde la población se mantuvo, las mozas se fueron incorporando al grupo gallofero, tal y como nos contara Laura Barranco para Quintana Redonda. Precisamente en Quintana Redonda, acompañaba al grupo de peticionarios un muñeco grande, negro, al que llamaban gallofo. En Navarra y el País Vasco, el carbonero Olentzero tenía el mismo significado que el gallofo, utilizado para pedir los aguinaldos en Navidad. Como veremos, en algunas peticiones las niñas portaban, o bien imágenes de santos, o bien muñecas, y los muchachos lanzas para ensartar los embutidos, o la cabeza de un gallo.
A modo de referencia, dejando muchos pueblos en el tintero, recogimos datos sobre la petición de gallofa en Garray, Los Llamosos, Momblona, Noviercas, Pozalmuro (la pedían antes de Año Nuevo, para hacer ese día la merienda, y volvían a pedir el día de Reyes, sólo a los forasteros), Rioseco de Soria, Rollamienta, Santiuste, Torralba del Burgo, Villar del Campo, Villaciervos (segundo día de Pascua y santa Ana), Quintana Redonda, en Valdegeña esa petición iba acompañada de rondas y zarragón. Después de oir misa los mozos rondaban a las mozas. Uno de ellos, vestido de mamarracho con una cola de toro en la mano y unas alforjas, se despistaba mientras la rondalla cantaba y se colaba por las cocinas y alacenas llevándose en las alforjas todo lo que podía, siempre con la complicidad de la dueña de las viandas. A la petición en Velamazán la llamaban somarro, y la hacían por Carnaval. También los quintos, llegado el momento, recorrían las casas y con lo recolectado se reunían para el hornazgo. No existe ninguna referencia para esta palabra ni en el Diccionario de la Real Academia, ni en el de uso de María Moliner, ni en los más antiguos de Autoridades y de Covarrubias. Tal vez sea una corrupción de voz y derive de hornazo, bollo con un huevo encima de él sujeto con tiras de masa, cocido al horno, que se regala en ocasiones especiales. Un cocido con grumo era la comida preferida de los mozos de Vadillo, con el fruto de la gallofa. En Ucero, el Jueves Lardero, los escolares niños, provistos de un palo con una cabeza de gallo en la punta, y las niñas con muñecas, iban por los pueblos de alrededor cantando las cuarentenas y haciendo la petición. Una forma de gallofa, como petición a cambio de algo, o trueque más o menos festivo, sería la que se solicitaba en Alcozar llamada limosna del zorro, cuando se cazaba uno de estos cánidos, a los que se les cortaba una oreja para evitar una segunda cuestación. En otros lugares se hacía lo propio cuando se cazaban lobos o aves que dañaban a los animales domésticos y a los cultivos. En La Póbeda la gallofa se pedía por Carnaval, pero en este interesante pueblo del Norte de la provincia, lo llamaban la Zandaria. .. y un etcétera tan largo como los pueblos que componen la provincia de Soria.
Los Mozos de Quintana piden La Gallofa
El pasado domingo, 21 de junio de 2009, y con motivo de las fiestas patronales en honor de los santos Juan y Urbano, los mozos, y no tan mozos, de Quintana Redonda, recorrieron el pueblo pidiendo la gallofa. El término gallofa ha estado siempre ligado a la peregrinación al sepulcro del apóstol Santiago. Todos los lingüistas coinciden en apuntar que el vocablo procede de “galli offa”, “bocado del peregrino”, en referencia a la nacionalidad de los compostelanos (gallegos), según Joan Corominas, o de “comida de galo”, según María Moliner, nombre aplicado a los peregrinos que eran franceses (Galia), en su mayoría. Como segunda acepción, sería el mendrugo de pan que se daba de limosna, fueran o no peregrinos. Y aún encontramos más definiciones, por ejemplo, María Moliner anota también el significado de “panecillo”, o “bollo”, en Cantabria y Vizcaya. Como tradición, “pedir la gallofa”, en la provincia de Soria, significa recorrer las casas del pueblo demandando de los vecinos ayuda, en especies o dinero contante y sonante, para poder hacer una merienda en comunidad, al caer la tarde. En Quintana Redonda esta tradición se lleva a cabo desde que se tiene memoria, permaneciendo en esencia, aunque modificada, tanto en la forma de solicitarla, como en lo recaudado. Antes, Laura Barranco recuerda que participaban todos los mozos provistos de un “gallofo”, muñeco o monigote que fabricaban los mismos jóvenes, por ejemplo un mono relleno de paja, con el que se acompañaban a solicitar la gallofa. Este año no había muñeco, aunque la estética de uno de los jóvenes nos hiciera preguntarle si era él el “gallofo”. Un grupo bien nutrido recorrió el pueblo, acompañado de la charanga, casa por casa. El acto se prolongó durante varias horas, toda vez que Quintana es un pueblo relativamente grande, y además eran invitados en muchas de las casas a refrescar el gaznate y llenar algo el estómago, además de refrescarse con una manguera que lanzó agua durante un buen rato.
Preguntados los jóvenes si estaban satisfechos con lo recaudado, parece ser que mostraron alegría, pese a que la caja estaba bien cerrada. Pero fuimos testigos de que los mozos fueron bien recompensados, tanto en víveres (que van comiendo y bebiendo mientras recaudan), como en dinero en efectivo. Nos gusta que las tradiciones se sigan manteniendo.
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