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Soria Pueblo a Pueblo

Navaleno

 

 

Navaleno

Habitantes censados: 973. Altitud: 1.105.

Lugar. Ayuntamiento propio.

Acceso: N-234 dirección Burgos. Kilómetros: 44.

Industria: reparto vecinal de los aprovechamientos forestales, cuyo origen se remonta a una concesión hecha por Carlos IV. Fábrica de conservas AROTZ. Recolección de hongos. Industria derivada de la madera.

Vegetación: pinar. Nacimiento del río Navaleno. Paraje del "Botón" , donde se encuentra la fuente "Loyola"; en este entorno se desenvuelve buena parte del ocio de los vecinos de Navaleno; es ahí donde se instala, con motivo de las fiestas patronales, la plaza de toros portátil y donde se elabora la caldereta que se consume en una gran mesa construida a tal fin: "la merienda del toro", popular en toda la zona de Pinares. Paraje "La Chorlita". "Fuente de Robellano", en la dehesa vieja, a cuya agua le atribuyen propiedades curativas para las afecciones de estómago.

Fiestas y tradiciones: del 14 al 18 de agosto en honor de la Asunción y San Roque, durante las cuales se celebra la comida del toro, también llamada de La Caridad, en la fuente del Botón; bailan al santo, los hombres, y de cara, en la procesión. San Esteban, 26 de diciembre, con encendida de hogueras. Fiesta del Niño Jesús, el tercer domingo de enero. Pingan el mayo.

Generalidades: Iglesia de San Esteban Protomártir. Ermita de San Roque. Zona de carreteros.

Centro Rural Agrupado "Pinar Grande", el cual engloba las escuelas de Navaleno, Abejar y Cabrejas del Pinar.

Piscinas públicas. Biblioteca. Restaurantes. Asoción Micológica. Asociación cultural "La Bombonera". Centro Rural de Innovación Educativa. Jornadas de Setas y Plantas de Primavera. Aula del Bosque El Amogable...

© Isabel y Luisa Goig, Soria pueblo a pueblo

Aula del Bosque El Amogable. Actividades.

 

El Lavadero Viejo

por Paquita Molinero

Ahora que has venido, no te vayas  sin saber que cuando todavía no teníamos  agua corriente en las casas y había que ir a las Fuentes, Navaleno ya tenía un formidable lavadero aquí, en la salida hacia Soria, un poco a la derecha de las últimas casas del pueblo.

Recuerdo cuando yo era muy niña que había un lavadero -decían- de agua caliente. Todos lo conocíamos por el "Lavadero Viejo", pero ocurrió que muy pronto construyeron uno nuevo -que aún existe- moderno  y bonito, enterito de cristal para que las mujeres pudieran tomar bien el sol mientras lavaban, hasta tenía una chimenea en un rincón, pues sabido es lo duro que aquí es el invierno.

El Lavadero Viejo era un edificio de tres paredes, al Sur, no tenía, de esta manera se recibía sin obstáculo todo el sol.  Había un pilón en el suelo que ocupaba  el centro del edificio, mientras que el suelo del alrededor era todo de madera. Allí -como en la iglesia - las mujeres se arrodillaban a lavar al tiempo que no paraban de cotillear las noticias del pueblo. Había 24 plazas. El chorro de agua venía de unos 30 metros más arriba, de "La Fuente Vieja", entraba por la parte sur y salía por el  norte. Que curioso se me hace pensar, el agua fuera de temperatura cálida, mientras que en el verano la considerábamos fresca  y la apreciábamos por ello.... me acuerdo bien porque era  uno de nuestros trabajos habituales, el de ir a llenar los botijos para beber, de paso merendábamos, hacíamos barquitos con la punta de la navaja, monicacos con los cortezones de los pinos negrales... mientras contemplábamos el cubo de madera, tan común en las fuentes de la época.

Pero esta Fuente también tiene  una historia triste: un día se ahogó un niño mientras su madre estaba  lavando, con prisas para acabar, sin levantar la vista de la ropa... el niño, sin duda, se agachó a coger algo o a mirarse en el agua y cayó de cabeza. Aunque poco profundo quedó encajado. Cuando la madre salió de la soledad de sus pensamientos y de la obsesión de la ropa sucia, se encontró a su angelito con los pies para arriba y estrenó sin duda, la etapa más triste de su vida.

Fuentes y Manantiales de J. I. Esteban Jauregui"La Fuente Vieja" de Navaleno, José Ignacio Esteban

En mi casa siempre hubo lavandera. No, no es que fuéramos ricos, si acaso de clase media acomodada, pero nunca nos faltó de nada. Lo que éramos,  que éramos muchos: padres, nueve hermanos (ocho cuando menos, pues el mayor tuvo el privilegio de ser estudiante y vivir en Madrid los años jóvenes...) y por tanto se formaban montañas de ropa.

Mi madre nunca tuvo cocinera ni otras ayudas. pero lavandera eso si, tuvimos siempre a la Saturnina, la lavandera... Era una señorina viuda, pequeñita, buena y trabajadora como nadie, tenía dos hijos –de mozos, el hijo se fue para cura y la hija se quedó con ella...-me acuerdo que entonces ganaba 2,50 pts de jornal. En nuestra casa tenía trabajo tres días a la semana.

Así durante muchísimos años, se puede decir que mientras pudo trabajar. También venía a ayudar los días de las matanzas y a las limpiezas generales, tres veces por año, y  cuando tocaba hacer todos los colchones de lana¡ ¡aquello no se acababa nunca, ya que al menos teníamos quince!

¡Era tan grande nuestra casa!... hoy sigue siendo un estupendo edificio de piedra, situado a la izquierda del Ayuntamiento, de planta, piso y desván. Repartido en tres viviendas a las que han ido haciendo arreglos sucesivos y añadiendo materiales, por cierto con mal gusto y sin ningún respeto por la arquitectura popular.

La Saturnina, además de honrada y trabajadora -cualidades que antes eran de dominio general- era  valiente, "supervaliente" que dirían los jóvenes de hoy. A pesar de su aspecto menudo, no creo que nunca pasase de los 34 Kg., no faltaba nunca el lunes por la mañana, allí estaba a buscar los baldes de ropa hasta arriba. Se ponía un rodete en la cabeza y con los brazos libres lo trasportaba hasta el lavadero viejo, tanto si nevaba como si llovía... muchas horas pasó allí sola, sin otras con las que comentar sus cuitas... años más tarde intuí  la razón de su resistencia al frío... yo me ausenté del pueblo unos años después de casarme y cuando volvía de tiempo en tiempo y nos encontrábamos, recordábamos cosas y yo la veía disfrutar de la charla... siempre tan coloradita, un poco como "abotargada". A medida que envejecía comía menos. Duró mucho tiempo. La última vez que visité a la Saturnina, reparé que a la altura de la cabecera de la cama en la que yacía, tenía una botella mediada de anís y me creí lo que se contaba de ella desde hacía tantos años, que su desayuno consistía en una sopas de aguardiente... y entendí cómo cuando mi madre le decía "déjalo para mañana que hoy hace muchísimo frío y la ropa no nos hace falta" ella contestaba invariablemente "si no tengo frío y además en el lavadero el agua sale caliente".

© Paquita Molinero (enviado por Nati de Grado)

 

Fuentes y Manantiales de J. I. Esteban JaureguiFuentes y Manantiales de Navaleno, José Ignacio Esteban Jauregui:
> Fuente de la Chorlita-1 > Fuentes de la Dehesa Nueva > Fuente de Fuentevieja > Fuente Loyola > Fuentes de las Piscinas-1 > Fuente de la Ramona > Fuente de Robellano >>> Hay más Fuentes
Merenderos de Navaleno:
> El Botón > Fuente de Robellano > La Chorlita > La Dehesa Nueva

Aula del Bosque El Amogable

Museo "La Gamella" en Navaleno

Museo La Gamella
Navaleno "Un nido en el pinar",  Jesús Rodrigo del Caz
Navaleno - caminoSoria.com
Centro Micológico de Navaleno

La Casa pinariega, José Tudela de la Orden
La Carretería y la Vaca Serrana Negra, Isabel Goig
Los metales en Soria, Isabel Goig
Una jornada pinariega
Aquellas viejas carretas, Pedro Sanz Lallana

Las Casonas de Carreteros de la Junta y Hermandad de la Cabaña Real de Burgos-Soria Escuela Politécnica Superior de Burgos

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