Artículos
de Heráldica y Genealogía Soriana
por Javier Mozas Hernando
jamoher@alumni.uv.es |
LOS DOCE
LINAJES DE
SORIA (*)
Actualmente
se tiende a confundir linaje con apellido. El linaje era la unidad familiar de las épocas
anteriores a la contemporánea, formada por varios miembros que pertenecían a esa
familia, tutorizados por el patriarca del linaje. De esta manera, un linaje comprendía el
cabeza del linaje, su esposa, hijos/as, yernos/nueras, etc... la mayoría de ellos no
llevarían el mismo apellido.
De ahí que
nos encontremos con que cada uno de los linajes de Soria esté compuesto, a parte del
apellido de la familia troncal, de otras familias que han ido entroncando con la familia
principal.
¿Y por qué
fueron 12 los linajes de Soria? Parece ser que fue por influencia vasca, ya que el rey
García de Navarra fundó las 12 casas de Ricoshombres de Navarra, imitando a los Doce
Pares del Reino de Francia.
Las noticias
que tenemos de la fundación de los Doce Linajes es que fueron fundados por el
caballero Fortún López, por orden del rey Alfonso I de Aragón, trayendo hidalgos de
otros lugares para poblar. Las relaciones entre Aragón y Navarra eran muy fluidas en esa
época (matrimonios y migraciones).
Los Doce
Linajes de Soria son una estructura diferente al resto. Los hidalgos de la ciudad de
Soria, adopta el linaje como estrategia de organización familiar, y la institución del
mayorazgo como método de cohesión frente a otras clases sociales: filiación agnaticia y
orden de primogenitura para heredar.
Pero no solo
eran agrupaciones familiares "artificiales" debido a su gran diversidad de
familias, sino que funcionaban como verdaderas instituciones de gobierno urbano,
repartiéndose el poder de la ciudad de Soria.
Los Doce
Linajes adoptaron sus nombres según diversas causas: la principal, tomando el apellido
principal del linaje (Barrionuevo, Morales, Santa Cruz y Calatañazor); o tomando el
nombre de la parroquia en dónde se reunía (Santisteban y San Llorente); o tomando el
nombre de la persona principal del linaje (Martín Salvador y Don Vela); o tomando el
nombre del cargo municipal que ostentaban (Chancilleres).
En los
linajes que toman por nombre el apellido principal, la familia troncal monopolizaba los
cargos, y tenían gran dominio sobre el resto de familias del linaje. Sin embargo, el
resto de linajes, tenían varias familias que se disputaban el poder interno.
La entrada de
una nueva familia al linaje dependía del propio linaje, si acogían o no a los hidalgos
casados con las doncellas de ese linaje. Con el paso del tiempo, los Doce Linajes de Soria
fueron perdiendo poder político municipal, en favor de otras instituciones que ofrecían
a otras clases sociales el deseado ascenso social.
En realidad,
no son doce los linajes, sino nueve, ya que hay tres que están duplicados: Chancilleres,
Morales, y Salvadores. A continuación, citamos las familias más importantes que
integraron cada uno de los linajes.
Barnuevo:
Aceves/Acebes, Arista, Castellano, García, Jiménez, Lezcano, Lope, Medrano, Mendoza,
Ortega, Ovando, Serna, Sotomayor, Trillo, Vélez y Vera.
Calatañazor:
Álvarez de Calatañazor, Araes, Contreras, Espinosa, Montenegro, Ribera, Sandoval, Tapia,
Vallejo, y Villanueva.
Chancilleres:
Aguilera, Aracón, Cáceres, Calderón, Carrillo, Castejón, Flores, Garcés, García,
González, Herrera, Jiménez, Ledesma, López, Lucena, Miranda, Molina, Morales, Ramírez,
Rueda, Ruiz, San Clemente, Soria, Sotomayor, y Vera.
Don Vela:
Ávilas, Beltrán, Berguilla/Verguilla, Caravantes, Cervantes, Chaves, Espinosa, Gironés,
Lara, Mendoza, Ontiveros, Rivera, Velas, Velázquez, Vélez, Vera, y Zapata.
Morales:
Aguirre, Albornoz, Arévalo, Camargo, Céspedes, Estancia, Guelgas, Moral,
Naharros/Navarro, Salamanca, Salcedo, Setrén, Sevilla, Vera, Vergara, Zapata, y Zurita.
Salvadores:
Barnuevo, Bravo de Lagunas, Cal, Cerdá, Garanga, Garnica, Gayango, Laguna, Malo,
Matamalo, Medrano, Río, Ríos, Salcedo, Sarabia, Solier/Soler, Soria, Torres, y Vera.
San
Llorente: Álvarez de Chávaler, Amaya, Barnuevo, Barroso, Basurto, Brezero,
Calderón, Contreras, Dos Ramas, Gamboa, Hinojosa, Mariaca, Marrón, Montes, Muñoz,
Neyla, Oquina, Papión/Pipaón, Peñaranda, Perea, Rodríguez de Villanueva, Roma,
Villanueva, Zaldierna, y Zárate.
Santa Cruz:
Espinosa, Pacheco, Rebolledo, y Vallejo.
Santisteban:
Álvarez, Albiz/Alvis, Beteta, Eras, Esteban, Estévanez, Fuenmayor, Giménez/Jiménez,
González, Íñiguez, Villanueva, y Vinuesa.
© Javier Mozas Hernando (*) El presente artículo,
más ampliado, ha
sido publicado en la revista
ABANCO/COSAS DE SORIA, número 40 |
APELLIDOS PATRONÍMICOS,
TOPONÍMICOS Y OTROS DE LA PROVINCIA DE SORIA (*)
Todo
apellido tiene un significado muchas veces sencillo, aunque otras no tanto porque nos
falta la clave que nos permita explicarlos. De entre estos apellidos destacan los
apellidos toponímicos.
Esta clase de apellidos son de los
más abundantes. Se puede afirmar casi con total seguridad que, una persona que
lleva un apellido toponímico, tiene una relación con ese lugar que le sirve como
apellido. Veamos a continuación las explicaciones.
En primer lugar, puede ser que una
persona, que naciera, viviera de manera temporal, y/o trabajara, en ese lugar, y tuviera
que emigrar a otro lugar relativamente cercano. Es entonces cuando el nombre de un lugar
se convierte en apellido toponímico: la persona que emigra, bien sea en memoria del lugar
del que viene, o para diferenciarle del resto de personas que tienen el mismo nombre y
primer apellido (muy común en la Edad Media), toma por apellido el nombre de ese lugar.
En segundo lugar, el señor de un
lugar, tenga el título que tenga (vizconde, barón, conde, marqués, o duque), toma por
apellido el topónimo como demostración de propiedad sobre ese lugar.
En cualquiera de sus casos y sus
variantes, todo apellido toponímico, al menos en su origen, lleva delante la preposición
"de" (por ejemplo, Pedro de Soria), que significa relación con ese topónimo.
En la actualidad, muchos apellidos toponímicos han perdido esta preposición debido a un
proceso que comenzó al final de la época moderna.
Y también, añadir que el apellido se
puede formar en la primera persona que emigra (aunque no necesariamente), y que se hace
hereditario solo por voluntad de sus descendientes.
Se pueden hacer diferentes divisiones
dentro de estos apellidos toponímicos.
1. Entre la importancia de los
diferentes topónimos: topónimos mayores (nombres de pueblos, villas o ciudades) y
topónimos menores (del relieve, arquitectura, etc.).
2. Entre el origen geográfico de los
topónimos: topónimos de la provincia de Soria o de otras provincias, estén cercanas o
no a la de Soria (y que han pasado a Soria en algún momento).
3. Entre la relación con ese
topónimo: topónimos o gentilicios de esos lugares. Cabe destacar que el apellido SORIANO
es uno de los gentilicios convertidos en apellido toponímico más extendido en España.
*** |
Pero
también son abundantes en la provincia de Soria los apellidos patronímicos, quizás los
que más, ya que son más antiguos. Estos apellidos nacieron al añadir al nombre del
hijo, el nombre del padre, que irá variando según épocas como vamos a ver.
En muchas civilizaciones hubo la
práctica de añadir un prefijo o un sufijo al nombre del padre convertido en apellido.
Este prefijo o sufijo, significa "hijo de", descendencia o filiación. Conocidos
son los casos de los Ben- musulmanes, y los Mac- escoceses.
Pero la forma mayoritaria de nuestros
apellidos patronímicos derivan de la tradición romana. El apellido patronímico romano
iba en el caso genitivo (desinencias -ius, -ii). Éste, durante la época medieval,
sufrió variaciones debido al fraccionamiento del latín clásico en "vulgar",
provocando diferencias fonéticas entre las zonas, los que produjo a su vez cambios
morfológicos en los apellidos: quitar, añadir, o cambiar una o más letras.
1. La -i de la última sílaba,
permutó en -a, u -o. Pero en muchos casos, se produjo una apertura del timbre, mudando a
una -e-. Solo pervivió la -i- en la zona del noroeste.
2. Monopolización de la -z en
posición final, haciendo desaparecer al resto de consonantes finales, -c, -d, -s, y -t.
Únicamente la -s ha sobrevivido en algunos apellidos del noroeste.
3. Feminización de apellidos
añadiendo la vocal para -a (típica del femenino latino).
4. Supresión de una o más letras
(síncopa), antes de seguir su proceso formativo de terminación en -z.
Su origen, un nombre propio
generalizable a otras zonas de la Península Ibérica, nos descubre que pudo generarse a
la vez en varias regiones, sin tener por tanto un tronco común todas las personas con un
mismo apellido patronímico.
En la Edad Media, se produce en una
línea descendiente, una alternancia de dos apellidos patronímicos, formando cadena entre
ellos. Una solución para diferenciarse entre ellos será, o heredar el apellido del padre
en vez de formar su apellido con el nombre de su padre (originando un apellido
patronímico hereditario y rompiendo la cadena); o añadir un segundo apellido al primero,
formando uno solo, pero con carácter patronímico y toponímico. Este apellido que se
añade suele ser el nombre del lugar con el que guarda una relación (véase apellidos
toponímicos).
Pero hubo apellidos patronímicos que
no se declinaron, y se fosilizaron en su forma de nominativo (tal y como los conocemos en
la actualidad, como Benito, por ejemplo) con la preposición "de" antepuesta,
que desde el final de la época moderna iría desapareciendo en muchos casos.
También hay un cierto número de apellidos que no son ni apellidos
patronímicos o ni toponímicos. Son apellidos que indican alguna
característica especial del genearca (cabeza de linaje): un oficio o
profesión o cargo (civil, eclesiástico o militar), un apodo, un defecto, un
vicio, una virtud, etc.; o bien tienen relación con el Reino Vegetal...
Una manera muy normal de clasificar a las personas es por su profesión. En
este caso tuvo que haber un cabeza de linaje en que se fijara ese apellido.
Y es aquí donde generalmente tiene más sentido el que un apellido de un
oficio pase de padres a hijos por varias generaciones, y que a esa familia
se le conociera por su oficio, o que ellos mismos lo adoptaran como apellido
familiar. Se pueden dividir en oficios y en cargos. Y los cargos, a su vez
en civiles, eclesiásticos y militares. Entre los oficios, destacarían
apellidos como Tejedor, Tundidor (azotador), y según algunas
interpretaciones, el apellido Mozas. Entre los cargos: militares (Alférez),
civiles (Alcalde); y estado civil (Hidalgo). De cargo eclesiástico: Monge.
Canciller o Chanciller, sería un ejemplo de cargo civil o eclesiástico,
porque ambas cancillerías tenían ese cargo.
Otro tipo de apellidos es el que responde a los apodos o motes con que se
puede conocer a una persona o familia, indicando alguna característica
física o psicológica, un defecto, un vicio, o una virtud. Si esta
característica la “heredaron” sus descendientes, entonces era fácil
reconocer a esa familia. Y no era hereditaria, lo adoptaron como apellido en
su memoria, aunque fuera un defecto. Como ejemplos pueden servir: Espadón,
Malo, y Medrano (acobardado) como defectos; Bravo (y sus compuestos Bravo de
Lagunas y Bravo de Sarabia), y Valiente, como virtudes; Matalobos, como
vicio.
Por último, los apellidos relacionados con el Reino Vegetal, que aunque en
nuestra provincia sea más común el componente vegetal, no se manifiesta en
la misma proporción en los apellidos, como veremos a continuación. Su
formación es idéntica a la de los apellidos toponímicos, pero en vez de
tomar como origen un topónimo, lo hacen de un árbol, arbusto, planta, o
conjunto de un mismo tipo, sus flores y sus frutos, etc... Como por ejemplo
la existencia de algunos de los elementos vegetales anteriormente citados,
cerca de un lugar en donde una persona viva, trabaje, etc. De este tipo,
tenemos los ejemplos de Granados, Romero, Villaumbrosía (sombreada).
Por lo tanto, todos los tipos de apellidos del presente artículo pueden no
tener un tronco común, sino que se pudieron haber originado en diferentes
lugares de la geografía española, e incluso en diferentes lugares de la
propia provincia de Soria, llevando el mismo apellido, pero no siendo
familia. ©
Javier Mozas Hernando (*) El presente
resumen fue publicado en varios artículos en la revista
ABANCO/COSAS DE SORIA, números 34, 35, 36 y 37 |
LA PREPOSICIÓN "DE" EN LOS APELLIDOS
Hay veces que, en la vida cotidiana, una persona se
deja llevar por la “moda”. En cuestiones que nos atañen, esto se puede
aplicar a algunos apellidos que gustan de llevar la preposición “de” que
antecede a ciertos apellidos, sean o no sorianos, porque así parecen “más
nobles”.
Quizás fue la propia
pervivencia de la partícula “de” en algunos apellidos de personas nobles que
se preocuparon en conservar sus apellidos tal cual se escribían, que hizo
que posteriormente las personas asociaran que los apellidos con “de” eran de
origen noble. Si una persona se dedica a investigar sus propios antepasados
hispanos, descubrirá en algún momento alguno de sus apellidos con esta
partícula tan peculiar.
Esta preposición, con o
sin el artículo determinante masculino “el” (contracción “del”) o el
femenino “la” (formando “de la”), se utiliza(ba) en varias clases de
apellidos (patronímicos y toponímicos, ver artículo relacionado en esta
sección), y en todos ellos tiene el significado de pertenencia, en todos sus
sentidos más amplios.
En los apellidos
patronímicos tenía el significado de un hijo con respecto a su padre, que en
algunos casos está sustituido por el sufijo “–ez”. Como ejemplos, valgan:
(de) Andrés, (de) Antón, y (de) Hernando. En los apellidos toponímicos tenía
el significado de relación con ese lugar o espacio físico al que hace
referencia su apellido, sea por haber nacido en o cerca, vivido, trabajado,
etc... el que tomó el apellido. Como ejemplo, valgan: (de) Ayuso, (de)
Sauquillo, y (de) Soria.
Con el devenir del
tiempo, la preposición “de”, con o sin artículo determinante, fue
desapareciendo (siglos XVIII y XIX), bien por olvido al escribirse, bien
porque era más corto y fácil de pronunciar. Con su pérdida, todos los
apellidos que lo llevaron, perdieron su significado primitivo.
¡Y pensar que si no
hubiera sido por los curas que no escribieron correctamente mis apellidos en
su época, actualmente me hubiera llamado Javier de las Mozas de Hernando!
©
Javier Mozas Hernando
BREVÍSIMA HISTORIA DE SORIA
Javier Mozas
Entrevista a
JAVIER
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