La
Navidad y sus Ritos Sorianos
Sorteos de novios
Si los Reinados eran más frecuentes en el Oeste provincial, el sorteo de novios lo encontramos con mayor frecuencia en el Norte de Soria, aunque ambos se den en otras comarcas. Se organizaban, al igual que los reinados, durante las fiestas navideñas, días en que el trabajo agrícola escaseaba. Con ligeras variantes, en todos los pueblos se practicaban igual y tenían el mismo significado: juntar a muchachos y muchachas solteros y sin compromiso, para que disfrutaran juntos de las fiestas navideñas. Podía o no cuajar la relación aunque, tal y como nos dijeron, se trataba solamente de divertirse durante unos días y era difícil que, siendo como era sorteo, llegara a un puerto más allá del día de Reyes.
En Yanguas, el sorteo de novios se hacía la última noche del año, en el trasnocho (veladas de invierno) según Luis Camporredondo en su Miscelánea sobre Yanguas, donde también apunta que en él participaban los viudos y se hacía todo honestamente, en presencia de los padres. Las listas quedaban expuestas en la puerta de la parroquia, el día de Año Nuevo, lo que le otorgaba seriedad al juego. Los mozos, con algún presente, visitaban a las mozas que les había tocado en suerte, y eran correspondidos con otro por parte de ellas. En Santa Cruz de Yanguas, Félix Jiménez recogió las letras de las canciones populares de este interesante pueblo de Tierras Altas, que fueron publicadas por la Asociación de Amigos. Sorteo de novios:
A bis
bis a bis bis
También el día de Nochevieja, según nos contó Lidia Lafuente, se sorteaban novios en Matasejún. Se incluían a todos, desde los 18 años, hasta los que estaban fuera. El hecho mismo del sorteo era ya una fiesta en el salón del Ayuntamiento, o en una majada, donde se daban a conocer los nombres emparejados. Luego se pedían los aguinaldos. En Matasejún el noviazgo duraba un año, por lo que bailaban y se divertían en todas las fiestas que se celebraran en ese espacio de tiempo. En Torrearévalo se hacía, aunque en este pueblo era para el día de San Fernando, el treinta de mayo, cuando encendían hogueras y, previamente, acudían los emparejados por el sorteo a por leña, cargando el haz el novio sobre la espalda de la novia. En un pueblo tan alejado de Tierras altas como Arenillas, encontramos también esta costumbre, aunque el compromiso se limitaba a bailar juntos durante todas las fiestas. Es esta del sorteo de novios una costumbre muy extendida, mi madre me la había contado como juego de jóvenes de Jaén.
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