La Navidad y sus Ritos Sorianos

 

El Aguinaldo

 

La única diferencia entre gallofa y aguinaldo es que estos últimos se solicitaban en las fiestas navideñas. Algunos autores relacionan esta tradición con otra celta y la recolección del muérdago por los druidas. Pero, como ya ha quedado escrito en otros apartados, al no existir referencia que avale esta hipótesis, lo trataremos como una petición a la que los jóvenes, debido a la precaria economía familiar, se veían abocados, a la vez que servía como fiesta y regocijo.

En todos los pueblos de España, y fuera de ella, se piden los aguinaldos por Navidad y todavía es fácil ver a la chavalería cantando villancicos en las puertas de las casas a fin de recibir el preciado regalo. Hasta hace pocos años, no muchos más de veinte, algunos sectores laborales pedían por las casas, con una tarjeta de felicitación, el aguinaldo de Navidad: los basureros, serenos y carteros, por ejemplo.

En toda Cataluña, por Navidad, se celebra, con el Tió de Nadal, un rito que llaman caga tió. Se trata de otra forma de ritualizar los aguinaldos. Los regalos se colocan en el tronco hueco de un árbol que es golpeado por los niños y va cayendo lo que guarda en su interior.

En Asturias están muy bien estudiados (Del folklore asturiano, de Aurelio de Llano Roza de Ampudia (1868-1936)). Se piden en víspera de Reyes o de Año Nuevo, según lugares. Y se cantan canciones. Allí, en general, les dan castañas que después asan y comen bebiendo sidra. A esta puerta llegamos/último día del año,/y aquí venimos, señores,/a pedir el aguinaldo. Lo de pedir permiso se da también en las albadas, jotas, y otras canciones de grupo.

Los mozos de Salduero salían a pedir para celebrar el Año Nuevo; en este precioso pueblo de Pinares llaman a esta petición hacendarias. En Judes los llamaban aguilandos, pero a este pueblo en el límite con Aragón le dedicaremos capítulo aparte.

En Trébago los solicitaban de los funcionarios, como en Serón de Nágima, de los mainates, otra forma de nombrarlos. Les cantaban canciones de bienvenida. Estos funcionarios relevantes eran el cura, maestro, farmacéutico, veterinario y secretario de Ayuntamiento. En el pueblo de la Rinconada lo hacían a ritmo de jota castellana.

 Los mozos en armonía
a esta casa hemos llegado
a felicitar los Reyes
al Señor veterinario.

Nos preguntaba un maestro
si sabíamos de cuentas
le respondimos que sí
que veinte y veinte cuarenta

Revista de Trébago, nº 6

 

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