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Octubre 2008 Del 24 de septiembre al 1 de octubre, un equipo compuesto por dos arqueólogos y dos auxiliares, dirigido por Helena Inglada, ha practicado excavaciones en las ruinas de la que fuera iglesia del antiguo convento de San Francisco, de la capital. La cata, de unos seis metros cuadrados en principio, ampliada posteriormente, trata de confirmar lo que documentalmente se conoce. Por un lado, la existencia de una cripta, llamada en un documento de 16 de julio de 1683, capilla de La Concepción, propiedad que fuera de los marqueses de Velamazán, que fue remodelada en esa fecha: “… que por cuanto en dicho convento el dicho señor Marqués [de Velamazán] como sucesor en su casa y mayorazgos tiene el derecho de patronato de una capilla y enterramientos con la advocación de Nuestra Señora de la Concepción que está debajo de un arco que tiene encima el Altar Mayor de dicho convento (…) Que la dicha capilla de la Concepción que es de dicho Señor Marqués, y techumbre de ella se ha de derribar hasta todo lo que está sobrepuesto a las paredes principales de la Iglesia y se ha de bajar el Altar Mayor y retablo al hueco de dicha capilla en la conformidad que conviniere al término y capacidad de ella. Que desde la entrada de dicha capilla se han de hacer gradas para subir al altar mayor y presbiterio conforme fueren necesarias a la proporción de la obra. Que el dicho padre guardián y convento y quien le sucediere en la guardia han de levantar el arco que hay en dicha capilla de la Concepción por sepulcro que está al lado del Evangelio en el término que quedara después de derribada dicha capilla a lo alto que conviniere sobre las gradas, y de la misma manera se ha de hacer otro sitio a la parte de la Epístola sobre las gradas y en la proporción conveniente…”. Por otro lado, la aparición de algún resto, como epigrafía o el propio enterramiento del que fuera monarca nominal de Mallorca, Jaume IV. La primera actuación en las ruinas ha sido fructífera en cuanto a confirmar la existencia de cripta o capilla bajo el suelo principal, como también adelantara ya el georadar. Una pared de piedras sillares, reutilizadas, ha salido a la luz. También han quedado descubiertas distintas estructuras, tierra quemada probablemente del incendio de comienzos del siglo XIX, y restos humanos, tal vez de la misma época o posterior, en lo que sería un osario, depositadas en el Cementerio Municipal. En cuanto a material que hiciera posible datar lo excavado, habrá que esperar un tiempo a que se lleve a cabo el estudio. Han aparecido piedras labradas, de relleno, que han sido depositadas en el Museo Numantino. Ahora habrá que esperar unos meses, renovar el permiso de excavación que da la Junta de Castilla y León y, sobre todo, conseguir financiación para continuar la excavación. Al margen de que los restos del rey aparezcan o no, después de los siglos, el estudio y posible puesta en valor de estas ruinas, merece la pena el esfuerzo.
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octubre 2008
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