Sobre el solar del reino
islámico árabe (Islas Orientales de Al-Andalus), almorávide y almohade
(cuyo último walí independiente fue Abu Yahya), Jaime I el Conquistador,
con su "Carta de Franquesa" (1230), constituyó el reino cristiano de
Mallorca. A su muerte, en 1276, y según su testamento, además del dominio
insular de las Baleares (Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Cabrera e
islas menores), incluyó el Rossellón, el Vallespir, el Conflent, Carlades,
Omelades y Montpellier, en en sur de Francia.
La dinastía de los reyes
de Mallorca se inició, pues, con Jaime I el Conquistador (Jaume I el
Conqueridor), rey de Aragón, educado en el castillo de Monzón por los
Templarios, casado con Leonor, infanta castellana, hija de Alfonso VIII, y
suegro de Alfonso X el Sabio. El día 6 de septiembre de 1229, el monarca
avistaba la costa mallorquina de poniente, la Madina Mayurqa de los
musulmanes. El día anterior había zarpado, con sólo 21 años, con sus
naves, caballeros y peones, de los puertos catalanes de Salou, Cambrils y
Tarragona. De Salou salió el propio monarca, concretamente desde la
Platja dels Capellans. Siglos después, el escultor Salvador Ripoll
sería el encargado de moldear un monumento en honor del Conquistador, que
puede admirarse en ese bello pueblo de la Costa Dorada. La conquista de la
Mallorca musulmana se había fraguado en Tarragona, concretamente en la
casa del mercader Pere Martel.
A la muerte de Jaime I,
acaecida en Valencia, el 27 de junio de 1276, el reino de Aragón y
Mallorca se dividió entre sus dos hijos, previamente había sido repartido
entre los tres varones, pero Alfonso falleció antes que su padre. El
Conquistador está enterrado en Poblet (Tarragona), donde le llevaron sus
hijos desde Valencia.
Jaime II el Buen Rey
(Montpellier 1243-Mallorca 1311), fue el hijo segundo del Conquistador y
de su segunda mujer Violante de Hungría. Se tuvo que declarar vasallo de
su hermano mayor, Pedro III el Grande de Aragón. Uno de sus preceptores
fue Raimon Llull. Sucedió su segundo hijo, Sancho.
El padre de nuestro
protagonista fue Jaime III (1315-1349) sobrino de Sancho, el anterior rey,
y bisnieto del Conquistador. Durante su minoría de edad, de 1325 hasta
1328, fue regente del reino su tío el sabio y austero Infante Felipe,
hermano de su padre e hijo de Jaime II. De su matrimonio con Constanza de
Aragón, nacieron Jaime IV e Isabel.
El 29 de marzo de 1344,
en la capilla del Palacio Real de Barcelona, Pedro IV el Ceremonioso,
declaraba la unión del reino de Mallorca a los de Aragón y Valencia y al
condado de Barcelona, es decir, privaba a su cuñado, marido de su hermana
Constanza, a la sazón reina de Mallorca, de su reino, a él y a sus
sucesores, sus propios sobrinos. Con la ayuda del rey de Francia, Jaime
III intentó recuperar su reino. El monarca, al enviudar de Constanza,
había vuelto a casar con Violante de Vilaragut, quien aportó una dote de
15.000 florines de oro, destinados a recuperar el reino perdido, pero como
la cantidad fuera insuficiente, Jaime vendió Montpellier a Francia.
La guerra fue inevitable
entre el usurpador rey de Aragón y en legítimo monarca mallorquín. La
muerte de Jaime III, considerada por la Historia un vil asesinato, acaeció
en la Batalla de Llucmajor (25 de octubre de1349). Algunos historiadores
señalan esta fecha como el fin de la independencia del Reino de Mallorca.
Su muerte prepararía el camino a la desgraciada vida de su hijo, el
infante Jaime, en la Historia Jaime IV de Mallorca, rey en el exilio,
quien fue testigo de la decapitación de su padre, con tan sólo 11 años y
herido él mismo.
Jaime IV había nacido en
Perpiñán en 1336. Su madre fue Constanza de Aragón, hermana del rey
aragonés Pedro IV, llamado por unos el Ceremonioso y por los catalanes y
mallorquines el Usurpador o del Punyalet. De Constanza se llegó a pensar
que estaba aliada con su hermano, en detrimento de su marido y de sus
propios hijos. Por orden de este rey, tío de Jaime, fue hecho prisionero
después de la batalla de Llucmajor, permaneciendo encarcelado trece años,
sometido a todas las humillaciones posibles, hasta el extremo de dormir
dentro de una jaula donde no cabía tumbado. En 1362 consiguió huir,
gracias a la compra de la voluntad de los carceleros.
En 1363 casó con Juana I
(Nápoles, 1326-Amberes, 1382), de la Casa de Anjou, reina de Nápoles
(1343-1382), hija de Carlos, duque de Calabria, y de Margarita de Valois.
Juana había casado, sucesivamente, con Andrés de Anjou, Luis de
Anjou-Tarento (que la apartó del poder), y, a la muerte de éste, casó con
Jaime IV, a quien tuvo alejado del poder, sin concederle más que el título
de duque de Calabria.
Reconoció
a su sobrino Carlos, duque de Durazzo, como heredero (1370); pero, como
desconfiaba de él, adoptó a Luis I de Francia, duque de Anjou. Carlos de
Durazzo capturó a Juana (1381) y la hizo estrangular. En 1376 había
contraído un último matrimonio con Otón de Brunswik.
Jaime, al separarse de
Juana, marchó a Francia en busca de auxilio para recuperar el reino de su
padre, pero fracasó debido al buen entendimiento que había entonces entre
el rey de Francia y el de Aragón. Entabló negociaciones con Pedro I de
Castilla (el Cruel o el Justiciero, según quien le enjuicie) y con Eduardo
de Inglaterra (el Príncipe Negro, apelativo que se debió al color de su
armadura) y participó en la batalla de Nájera (1367), pero cayó en poder
de Enrique II de Trastámara, hasta que fue rescatado por Bertrand du
Guesclin, personaje que con el tiempo llegaría a ostentar el señorío de
Soria. En 1374 decidió reclamar el reino de Mallorca, para lo cual
emprendió una campaña militar contra su tío, Pedro IV de Aragón. Penetró
en Cataluña con una hueste de unos 6.000 hombres, pese a su táctica de
hostigamiento, al cabo de más de un año de operaciones infructuosas, su
ejército, fracasado, tuvo que atravesar la frontera castellana.
En Almazán, al otro lado
de esa frontera, se encontraba, en 1375, el príncipe Juan, hijo de Enrique
II de Trastámara, quien reinaba ya en Castilla, después de haber matado,
en Montiel, a Pedro I, su hermano de padre, ya que Enrique era bastardo,
hijo del rey Alfonso y de Leonor de Guzman. El panorama político había
cambiado, y el infante Juan se encontraba en la villa adnamantina para
firmar las paces con el Ceremonioso, el mismo que arrebatara el trono a
Jaime III de Mallorca, y tío de Jaime IV. Era Almazán el sitio ideal,
cerca de la raya entre los reinos de Aragón y Castilla, frontera que se
extendía por las localidades sorianas de Monteagudo de las Vicarías, Serón
de Nágima, Almazán, Agreda y otras villas, llegando a veces hasta Berlanga
de Duero. Estas marcas serían más tarde propiedad de grandes señores,
Hurtado de Mendoza entre ellos, que eran los de Almazán, a los que más
tarde los reyes concederían títulos nobiliarios que soportaran los
señoríos.
De la presencia del
futuro rey Juan I en la villa adnamantina se conservan documentos. Entre
el 8-4-1375 y 20-4-1375 se fecharon cartas en Almazán. La del 8-4-1375, se
trata de una carta misiva del infante D. Juan al concejo de Murcia,
comunicándole las paces firmadas con Aragón. Otra, de fecha 12-4-1375, en
la que se hace "Traslado de un albalá del infante don Juan, ordenando se
pregonen las paces firmadas con Aragón". De 14-4-1375, hay una "Provisión
del infante don Juan al Concejo de Murcia odenando se pregonen las paces
firmadas entre Castilla y Aragón". De 20-4-1375, "Carta misiva del infante
don Juan al Concejo de Murcia, pidiéndole un servicio para los gastos de
su casamiento con doña Leonor de Aragón". De 23-6-1375, se conserva,
fechada en Soria, una "Carta misiva del infante don Juan al Concejo de
Murcia, comunicando su complacencia por los maravedíes concedidos para su
casamiento".
Jaime IV de Mallorca fue
a morir a Almazán y el infante Juan le traslado con toda pompa a Soria,
mandando se le enterrara en el convento de San Francisco.
El infante heredero de
la corona de Castilla se casó en Soria, el 18-6-1375, con Leonor, hija de
Pedro IV de Aragón el Ceremonioso, precisamente, según Zurita, en la
iglesia del Monasterio de San Francisco de Soria, en el mismo recinto
donde se acababa de enterrar al rey de Mallorca. Con motivo de su
matrimonio, "El infante Juan dispuso que se le cantase en esta iglesia una
misa de la Trinidad cada día, concediendo a cambio a los frailes un juro
perpetuo de 4.000 maravedíes sobre la martiniega de Soria".
Veamos ahora cómo
cuentan el hecho de la muerte de Jaime los cronistas e historiadores. Pero
Lopez de Ayala, en su "Crónica del Rey Don Pedro y del Rey Don Enrique, su
hermano, hijos del rey don Alfonso Onceno", dice, en el capítulo VII:
En este año [1375] el
rrey don Enrrique sopo commo el infante de Mallorcas, sobrino del rrey de
aragón, fijo de su hermana, e fuera fijo de don Jaymes, el que fuera rrey
de Mallorcas, e lo priuara del rregno el rrey de Aragón, e agora este
infante casara con doña Iohana rreyna de Napol e se llamaua rrey de Napol.
E el e la marquesa de Mont Ferrat su hermana con grandes conpañas,
entraron en el rregno de Aragon e fizieron guerra por causa e rrazon del
dicho rregno de Mallorcas, que dezian que pertenesçia al dicho infant de
Mallorcas, que agora era rrey de Napol. E era ý por capitan de esta gente
un cauallero de Bretaña que venia con ellos, al qual dezian mossen Iohan
de Malestret, e fazian guerra en Aragon por titulo del rreynado de
Mallorcas, segund dicho es. E por quanto el rrey don Enrique estaua
quexado del rrey de Aragon por que le non daua a su fija la infanta doña
Leonor, de quien fuera puesto casamiento con el Infante don Iohan su fijo
del dicho rrey don Enrique plogole de la dicha guerra e avn non estoruaua
nin estrañaua algunos suyos que ayudassen al infante de Mallorcas que
agora era rrey de Napol. E entrauan por algunas partidas en Aragon
diziendo que lo fazian por su propia voluntad syn mandado del rrey don
Enrique. El el rrey don Enrrique e el infante de Mallorcas que se llamaua
rrey de Napol e la infante su hermana, que era marquesa de Mont Ferrand,
desque anduvieron grand tienpo en Aragon faziendo guerra, fallesçieron les
las viandas e desque vieron qe las nos pudian auer, por las grandes
fortalezas que son en Aragon, e estauan muchos castillos en los caminos
por do ellos andauan e eran en ellos muchas conpañas, e por tanto
sallieron a tierra de Castilla por rrefrescar e tomar algund espaçio, ca
andauan muy enojados e sallieron a tierra de Soria e de Almaçan.
En el capítulo VIII,
continua:
Luego que el rrey de
Napol e su hermana la marquesa de Mont Ferrad e las conpañas que con ellos
eran llegaron a comarca de Soria, morio ý el rrey de Napol de su dolençia.
E fue enterrado en la çibdat de Soria en el monasterio de Sand Françisco.
E el infante don Iohan, que era fijo del rrey don Enrrique, el cual fue
despues rrey, que era en esta comarca, fizolo enterrar muy honrradamente
en el monesterio de Sand Françisco de Soria. E otrossi rresçibio muy bien
a la infante de Mallorcas su hermana, marquesa de Mont Ferrad e a todas
las conpañas que venian con ella, e mossen Iohan de Malestret, que era el
mayor capitan que alli venia, e fizoles dar muchas viandas e partio con
ellos de sus joyas. E de alli tomaron su camino para Gascueña e se
tornaron para sus tierras.
Julio Valdeón amplía la
lucha del rey de Mallorca por la raya soriana y el apoyo de algunos
nobles. De hecho en el otoño de
1374 el conde de Medinaceli, Bernal de Bearne, y el caballero bretón Jofre
Richard, señor de Aguilar de Campos, entraron en tierras aragonesas por la
comarca de Medinaceli y posteriormente por la zona de Borja, robando
ganados y proclamando que hacían la guerra por el infante de Mallorca.
Enrique II, ante las quejas formuladas por Pedro el Ceremonioso, respondió
que aquellos caballeros eran de todo punto incontrolables. Por si fuera
poco, el conde de Carrión y Alonso Yáñez Fajardo entraron en el reino de
Valencia, causando grandes destrozos hasta la localidad de Crevillente,
cuyo castillo conquistaron. La aventura del infante Jaime de Mallorca duró
poco tiempo, tanto por las dificultades objetivas que tenía para vencer al
rey de Aragón como por sus escasos medios, tanto militares como
económicos. ‘Fallescieronles las viandas, é despues vieron que nos las
podias aver... salieron á tierra de Castilla por refrescar é tomar algun
espacio, ca andaban muy enojados, é salieron á tierra de Soria’.
Cuando ya habíamos dado
por finalizado este apunte histórico (del que continuaremos dando cuenta
según vayamos recibiendo más información), hemos recibido un documento más
de Josep Mas, de Mallorca. Josep nos puso sobre aviso del hecho histórico,
él forma parte de un grupo más amplio interesado en la localización de los
restos del rey Jaume, para lo cual no regatean ningún esfuerzo, dando
ejemplo de amor a su tierra y a su Historia. Este documento procede del
historiador Lecoy de La Marche, del Archivo Nacional de Francia, y llevó a
cabo una investigación sobre la casa Anjou (reyes de Francia), y su
relación con el reino de Mallorca. El documento, escrito en francés, ha
servido de ayuda para localizar el testamento de Jaume IV.
Por este documento
sabemos que el rey sufrió una mal misterioso en "le Val de Soria, sur les
bords du Douro". Suponemos, por las crónicas, que se está refiriendo a
Almazán. Aparece el "comte de Medina", con toda seguridad el entonces
conde y a partir de 1479 duque de Medinaceli, a quien Julio Valdeón ubica
por la zona en los años de la muerte de Jaume IV.
El desgraciado infante
de Mallorca había nombrado heredera a su hermana Isabel, muerta en 1404,
quien utilizó, hasta su muerte, el título de Regina Majoricarum,
Reina de Mallorcas, y sin perder las esperanzas de recuperar el Reino,
residió en su exilio del Castillo de Gallargues, Señorío de Pezenas, que
le cedió Carlos IV de Francia. Casó con Juan Paleólogo, Marqués de
Montferrato, y después con el caballero alemán Conrad von Reichach, con el
que tuvo un hijo llamado Miguel. Murió en París y con su muerte termina la
dinastía de los Reyes de Mallorca.
Pelayo Artigas dice: "En
sitio ignorado de esta iglesia (San Francisco) fue inhumado el rey de
Nápoles don Jaime de Mallorca, que, habiéndose visto obligado a refugiarse
en Castilla, después de sus frustradas tentativas hechas en Aragón, para
recuperar la corona de Mallorca, perdida por su desventurado padre, cayó
enfermo en Almazán, donde murió a primeros de 1375, y hallándose entonces,
en la comarca, el infante Juan (después Juan I), dispuso, con toda pompa,
su traslado a Soria, para sepultar su cadáver en en convento".
Jaime IV de Mallorca fue
una víctima más de las intrigas entre la realeza, que en nada mitigaban
los matrimonios entre miembros de la misma familia. Su antepasado, Jaime I
el Conquistador, queriendo ser justo con sus hijos, cometió un error que
pagaron sus descendientes: dividir entre sus hijos el reino.
En cuanto al convento de
San Francisco de la ciudad de Soria, donde el rey Jaime IV de Mallorca fue
inhumado, se fundó en el siglo XIII, dicen que por decisión del propio San
Francisco quien, en un viaje a Soria, vio ese paraje y amontonó unas
piedras en forma de cruz en el lugar donde hoy se levanta. Distintos reyes
les dieron privilegios, el primero de ellos fue el infante Juan, después
Juan I, y posteriormente fueron refrendados por Enrique III y Juan II.
Importantes familias
sorianas tuvieron en el interior de la iglesia del monasterio
enterramientos. Los Veras, los Arellanos (mariscales de Castilla y señores
de Ciria y Borobia), los Morales, los Beltranes, los Calderones, los Heras
y los Aguileras. En el año 1618 según unos historiadores, y en 1623 según
otros, se quemó todo el convento primitivo, excepto la iglesia, siendo
construido de nuevo con la ayuda de todos los sorianos que pudieron. En
1812 se ordenó la destrucción para evitar que los franceses pudieran
fortificarse en él, aunque sólo se quemó la capilla mayor y el crucero de
la iglesia, los lugares donde se asentaban la mayoría de los
enterramiento, quedando intacto la parte del convento.
En la actualidad, lo que
fuera convento, muy remodelado, es la sede del Colegio Universitario. La
iglesia de San Francisco, prácticamente nueva, se halla junto al convento
y, pegado a la iglesia, pueden verse las ruinas de lo que fuera el antiguo
templo, un solar donde se alzan todavía restos de paredes con alguna
ventana y unas lápidas semienterradas de algunos nobles sorianos. Todo en
ruinas. En esas ruinas fue enterrado el rey Jaime IV, sin que nadie sepa
en qué lugar concreto.
Bibliografía:
Artigas, Pelayo.
Los conventos franciscanos de Soria. Boletín de la Sociedad Española de
Excursiones (tirada aparte). 1928.
Colección de Documentos
para la Historia del Reino de Murcia.
Documentos de Enrique II. Academia Alfonso X El Sabio. CSIC
Lecoy de La Marche,
historiador, archivero del Archivo Nacional de Francia.
Lopez de Ayala, Pero.
Crónica del Rey Don Pedro y del Rey Don Enrique, su hermano, hijos del rey
don Alfonso Onceno". Ediciones críticas. Buenos Aires, 1997.
Madoz, Pascual.
Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico. Soria. Ámbito. 1845-1850.
Valdeón Baruque, Julio.
Reyes de Castilla y León, Enrique II (1369-1379). Diputación provincial de
Palencia. Editorial La Olmeda, 1996.