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		En 
		el conocido Camino del Cid, hay un momento que el río Duero bordea una 
		inmensa y alargada mole de casi más de mil metros de altura sobre el 
		nivel del mar. Se trata del cerro sobre el que se asienta el castillo y 
		lugar de Gormaz, un lugar tranquilo en la inmensidad castellana. Hasta 
		este lugar podemos llegar desde El Burgo de Osma por la carretera 
		comarcal SO-160. O bien desde Retortillo de Soria por la carretera 
		SO-161. 
  
		
		 
  Las primeras noticias 
	que se conocen de Gormaz proceden de la ocupación del cerro en la Edad del 
	Bronce. Ya no volvemos a tener noticias arqueológicas hasta el siglo IV 
	a.C., de una necrópolis prerromana en el cercano paraje de La Requisada. 
	Además, en la ladera sur se han encontrado restos de un castro celta, que 
	quizás esté íntimamente ligado al origen del nombre, Gormaz, ya que este 
	deriva del nombre del Dios ligur Borbo/Bormanus (divinidad de las fuentes y 
	manantiales termales), del que desciende el topónimo prerromano 
	Vormatio/Burmatiu del que parece generarse el topónimo actual. Esta teoría 
	viene apoyada, según Á. Almazán, en que cerca de esta zona se encuentra el 
	paraje de Fuentes Grandes, uno de los más importantes de la provincia de 
	Soria. 
    
		
		 
  Aunque se han encontrado 
	restos romanos y visigodos que dan testimonio de cierta continuidad en el 
	poblamiento de la zona, la época más conocida de Gormaz llega con la 
	dominación árabe, en que llega a convertirse en un punto importante de lucha 
	constante por la dominación de la zona entre cristianos y árabes. Parece ser 
	que ya en el siglo IX los árabes construyeron un pequeño castillo en el lado 
	NO del cerro, y quizás de la misma época sea el puente. En el año 912 fue 
	conquistado por los cristianos, pero no debió durar mucho tiempo en manos 
	cristianas, ya que se tiene noticia de que Al-Hakem II mandó reconstruir 
	entre 965 y 966 el castillo para reforzar a Medinaceli en la primera línea 
	de combate contra los cristianos en la Marca Media. A finales del siglo X, 
	aún cambiaría de dueño con Garci Fernández y Almanzor, aunque no será hasta 
	el 1059 cuando quede definitivamente en manos cristianas con la conquista 
	por parte de Fernando I de Castilla. 
    
		
		 
  Será a partir de esta 
	época en que se funda el pueblo de Gormaz, a los pies del castillo, y será 
	el centro de la Comunidad de Villa y Tierra de su nombre, que la formaban 
	los siguientes 11 lugares: Fresno (de Caracena), Galapagares, Gormaz, 
	Modamio, Mosarejos, Nograles,Quintanas de Gormaz, Recuerda, Vilde, 
	Villanueva de Gormaz, Brías (esta última compartidacon la Comunidad 
	limítrofe de Berlanga), y los despoblados de Fuenterrey, San Cibrián y 
	Torrevides. Únicamente Fresno se separaría de la Comunidad para eregirse en 
	cabeza de otro señorío laico. 
	Castillo y villa de 
	Gormaz serán cedidos por el rey en señorío al Cid, pasando posteriormente al 
	Obispado de Osma, Juan Hurtado de Mendoza (siglo XIV) y por último a los 
	marqueses de Camarasa y condes de Castro, Ricla y Amarante, que la tuvieron 
	en posesión hasta la eliminación de los señoríos en el siglo XIX. 
    
		
		 
  Gormaz, que más que 
	villa parece un pueblo abandonado a su suerte, se conserva sin que se note 
	apenas el paso del tiempo desde el medievo. La prueba son gran parte de sus 
	viviendas, pajares, corrales y lagares, construidos aún en piedra y adobe. 
	Celebra sus fiestas los días 12 y 13 de agosto, en honor a la Virgen del 
	Pilar. 
	A pesar de tener 24 
	habitantes censados, este lugar mantiene un ayuntamiento propio. Cuenta la 
	leyenda que cuando este pueblo tenía muchos más habitantes, llegó al lugar 
	un pobre pidiendo comida y bebida. Parece ser que no encontró a nadie que le 
	auxiliara y como maldición dijo: "Gormaz, trescientos sois y en treinta os 
	quedaréis". No sabemos si esta leyenda es cierta o no (me la contó mi 
	abuela, q.e.p.d.), pero actualmente se mantiene vigente... 
		
		 
  Como monumentos 
	reseñables, queda en pie en la plaza Mayor, el Rollo de piedra de sillería 
	(XVIII), símbolo de su capitalidad de la Comunidad de Villa y Tierra de su 
	nombre; la iglesia parroquial de San Juan Bautista; y más abajo, a los pies 
	del cerro, aún se conserva un puente de sillares, de época romana, con diez 
	arcos. 
	De sus monumentos 
	desaparecidos, tenemos noticias de la existencia de varios conventos (San 
	Salvador, San Sebastián, San Cipriano, San Luis), todos ellos hoy en día 
	desaparecidos, y otras dos iglesias que tampoco existen en la actualidad, 
	las de San Pedro y San Andrés. 
    
		
		 
  Continuando por la 
	carretera que atraviesa todo el pueblo y que sube al castillo, llegaremos a 
	la ermita de San Miguel, antigua iglesia de Gormaz que posiblemente fue 
	construida en el siglo VII por los visigodos. De una sóla nave, planta 
	rectangular y galería porticada, en su interior se han descubierto pinturas 
	murales similares a las de la ermita de San Baudelio de Berlanga. En sus 
	muros se puede observar la lápida conmemorativa de la reconstrucción del 
	castillo de Gormaz por los árabes. 
	Si continuamos por esta 
	carretera local, llegaremos al castillo, con una pequeña replaza para poder 
	dejar el coche. El castillo de Gormaz es la fortaleza islámica más grande de 
	Europa, con una superficie de aproximadamente 10.000 metros cuadrados. El 
	recinto amurallado de sólida sillería tiene un perímetro de 733 metros de 
	lienzos de hasta 10 metros de altura en algunos de sus tramos, aunque sin 
	almenas, y en el que conserva los 28 cubos de defensa que la rodean. Su 
	carácter militar se hace patente en su recia construcción, la sencilla 
	decoración, así como su distribución interna dividiendo el Alcázar de la 
	enorme superficie disponible para acoger al ejército y la población en caso 
	de peligro. 
    
		
		 
  Del Alcázar destaca la 
	Sala de Almanzor (siglo X), la Sala de Armas, y la Torre del Homenaje, 
	aunque toda esta zona ha sido reconstruida en el siglo XIV en el contexto de 
	la guerra de los Dos Pedros, y posteriormente se reutilizó como cárcel. Del 
	resto de la fortaleza destaca el magnífico arco califal de una de las 
	puertas principales, así como aljibes y restos de del posible mihrab de una 
	mezquita. En el año 1931, todo el recinto es declarado Monumento Histórico 
	Artístico Nacional. 
	© Javier Mozas
    Hernando
  jamoher@alumni.uv.es   
      
           El Cardenal Cisneros 
	en el Monasterio de San Luis de Anjou, en la villa de Gormaz
 José Vicente de Frías 
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					 Fuentes 
					y Manantiales de Gormaz, José Ignacio Esteban 
  Con Teodosio por el río Duero: Quintanas de Gormaz, 
		Gormaz y Vildé 
  La piscifactoría de Vildé 
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