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Habitantes
censados:
28. Altitud: 1.307.
Aldea.
Su ayuntamiento está agrupado al de Las Aldehuelas.
Acceso:
N-111 hasta Garray; C-115; carretera provincial a la izquierda, pasado
el cruce de Oncala. Kilómetros: 30.
Gentilicio:
camperos y yangüeses. Apodo: campestres y merineros.
Industria:
trashumancia.
Vegetación:
todo para pastos de verano. Algunos chopos. Le pertenece parte de la
Sierra del
Alba,. Nacimiento del río Cidacos, en la sierra del Alba, en
las cumbres de "La Gargantilla", a más de mil cuatrocientos metros de
altura.
Sierra
de Montes Claros o del Alba
Fiestas
principales: 19 de
agosto.
Generalidades:
Iglesia parroquial de Santa Elena. Ermita de San Roque.
©
Isabel y Luisa Goig, Soria pueblo a pueblo
Los Campos y el río
Cidacos
De
nuevo fue la localidad de Los Campos, en la sierra del Alba,
asentamiento de trashumantes, como toda la comarca, donde nos dimos cita
para ver a la señora Dolores amasar el pan, hacer rosquillos, y un a
modo de bizcochos, en el horno comunitario que fue restaurado hace pocos
años.
Hemos
hablado algunas veces de los hornos y su importancia en la provincia de
Soria y en general en el mundo rural. Sólo algunas casas importantes
tenían su propio horno, lo habitual era que fuera de los vecinos y se
cociera en él por adra. En tiempos remotos podía ser del señor, si el
pueblo era de señorío, quien lo arrendaba. También podía haber un
propietario o arrendador que lo gestionaba a cambio de quedarse para su
negocio una parte de lo que se cocía, era lo que se llamaba horno de
poya.
Los
hornos eran lugares de reunión de las mujeres. En ellos se cocía, cada
ocho, diez e incluso quince días, además del pan, y dependiendo de la
economía familiar, madalenas, tortas, empanadas y otros dulces. Lo que
se hacía en todas las hornadas eran unas tortas que se las llaman,
generalmente, cenceñas, aunque el nombre varía según los pueblos, hueca
y puesto son algunos de ellos. Era con el fin de aprovechar hasta el
último pellizco de masa, la que se quedaba pegada en la artesa, que se
mezclaba con un poco de aceite y se la espolvoreaba con azúcar.
Los
hornos han dejado su huella también en el lenguaje. Así encontramos
palabras como cocedero, relativo al propio horno; echadera, la pala para
meter el pan; horcón, palo para distribuir la leña; horguinero o
urgunero, vara de metal larga para extraer las brasas; levantadera o
rejadilla, para sacar el pan. Es sólo una muestra de la riqueza del
vocabulario relacionado con el horno.
Como en toda reunión que se precie, no
faltaron los gaiteros, el moscatel y las pastas y galletas con lo que
los sorianos luchan contra el frío para calentar el cuerpo y el ánimo.
Ese
día, sábado, 11 de diciembre, la cita era doble. Además de encender el
horno, se inauguró el Centro de Interpretación del río Cidacos, afluente
del Ebro, que nace, precisamente, en Los Campos. Se trata de un pequeño
edificio, de piedra como todo el caserío del pueblo, próximo a la
iglesia, restaurado en dos plantas, donde pueden verse carteles
explicativos, adaptados para invidentes, el tipo de roca, el arbolado y
la fauna de la zona.
©
soria-goig.com 2010
El
horno de Los Campos vuelve a dar calor
En
el mundo rural, el horno, junto con el lavadero y la taberna, eran
espacios importantes, fundamentales, para el vivir cotidiano de los
habitantes de los pueblos. La iglesia y las ermitas, alimentaban la
parte espiritual de esos mismos habitantes. Eran, todos, lugares de
reunión, donde se hablaba del devenir, las alegrías y las
preocupaciones. En determinados momentos de la historia, donde se
silenciaba ese devenir.
El lavadero
y el horno eran ámbitos privativos del mundo femenino. Las mujeres,
centro de la vida familiar, se ocupaban de todo lo cotidiano y, en el
mundo de la ganadería trashumante, al que pertenece Los Campos, y
durante más de la mitad del año, las mujeres se encargaban de todo.
Niños, ancianos, huertos y las pequeñas tierras de labor que
complementaban la economía de la familia. Por las noches, mientras
hilaban o zurcían calcetines, hacían los trasnochos.
El
horno tenía distintas formas de gestionarse. Si el pueblo era de
señorío, había un encargado que cobraba la poya y cada año pagaba el
impuesto al señor. La poya era como un impuesto, pero en especies. De
cada seis hogazas, por ejemplo, el hornero se quedaba una, lo mismo que
de cualquier otro elaborado que se cociera en el horno.
En otros
pueblos, la gestión del horno salía a subasta, cada año, junto con la de
la taberna –si era propiedad del Común-, la dehesa… En pueblos pequeños,
el horno era de todos y se hacía por adra, sin cobrar nada. Las mujeres
amasaban en casa y llevaban las hogazas a cocer, marcadas, como las
reses. Cuando el horno se había enfriado algo, aprovechaban para cocer
la cenceña, el puesto, las tortas huecas, o lo que cada una de ellas
hubiera preparado para aprovechar bien la masa que quedaba en la artesa,
y el calor del horno.
En el habla
rural, las tareas en el horno han dejado palabras como: boquera,
barredero, echadera, horcón, horguinero o urgunero, levantadera,
pellejo, rejadilla… Un mundo rico, como todo lo rural.
El pasado
sábado, 11 de octubre, el pueblo de Los Campos puso en marcha su horno
recién restaurado. Allí, las mujeres del pueblo, con la señora Dolores a
la cabeza, mostraron a los que estábamos cómo se hacía el pan cuando el
pueblo rebosaba vecinos y rebaños de ganado trashumante.
Los
Campos tienen una parte de su monte en la Sierra del Alba. Nace el río
Cidacos, que discurre creando una vegetación de ribera, por la parte
baja de la iglesia de Santa Elena, ejemplo de románico rural, con una
sola nave, a la que se le añadió un pórtico. Hasta Los Campos llegaron
algunos de los vecinos que se marcharon por los años sesenta, para pasar
un día en comunidad, oír misa, hacer el pan, asar patatas y comer una
caldereta todos juntos. Para los niños –que había alguno- allí estaba
Juan Catalina “Kata”, contándoles cuentos tradicionales.
La actividad
formaba parte del “Otoño en Tierras Altas”, que patrocina la
Mancomunidad,y en la que participan, alegremente, todos los vecinos,
quienes, además de en agosto, ven su pueblo con personas que se
interesan por las actividades de antaño.
©
soria-goig.com 2008
«Arte
en Los Campos»
«Este
año, 2015, Los Campos»
«De
nuevo, las merinas en Los Campos»
2013
«Cañada Real
Soriana Oriental»
Merinas en Los Campos.
2011
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