 A Pie por Soria
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Ya hemos hablado varias veces de La Rubia, ese lugar de la Antesierra hasta donde se llega por la carretera de Oncala. Es un pueblo pequeño, con casas de piedra aisladas, por donde discurren arroyuelos donde crecen berros. Tiene una hermosa dehesa donde pasta el ganado vacuno y caballar de Tacho, uno de los dos ganaderos del pueblo. En el centro del pueblo una hermosa fuente de dos caños por donde mana abundante agua, invita al paseante a pararse y, de paso, llenar los recipientes que lleve encima. Tiene una iglesia pequeña, románico-rural, que los más mayores del lugar recuerdan con ábisde semicircular. En la ruta de hoy nos vamos a dirigir hacia Ausejo. Son apenas tres kilómetros de cómodo paseo por la vereda que discurre por delante de los lavaderos públicos, restaurados y muy limpios, con un estanque que recoge el agua que baja de un abundante manantial y que se utiliza para el ganado vacuno de la nave próxima a ellos, aunque casi toda forma un arroyo. A un kilómetro de este conjunto, a la derecha, se ven las ruinas de un molino harinero resguardado, casi protegido, por la abundante vegetación. Un poco más adelante, a la izquierda, un pinarcillo compone la única masa compacta de vegetación. Al llegar a él la vereda gira a la derecha y vamos viendo al frente Fuentelfresno, sobre un pequeño altozano, y a la derecha las ruinas de otro molino, el de Ausejo. Este sí aparece referenciado en el Catastro de la Ensenada, no el de La Rubia, lo que nos hace sospechar que el segundo se construyó después de 1754. En dos ocasiones hemos atravesado sendos puentecillos por donde discurre el río Viejo, que irá a parar al Merdancho, formando pequeños meandros, adentrándose en la dehesa de Ausejo, donde podemos ver ejemplares de chopos muy viejos y ganado caballar. El día que hicimos el recorrido vimos, a la entrada a la dehesa, una oveja recién parida, afanada en dejar reluciente a una de sus crías. Había parido dos y todavía llevaba otra en el vientre.
Bastante incultos en esto de la ganadería, a pesar de tántos años conviviendo, dimos la voz de alarma en el pueblo, no tanto por la recién parida, si no por que fueran dos ya los corderillos alumbrados y otro por nacer. “Ocurre con frecuencia”, nos dijeron. En Ausejo, o Ausejillo, tuvieron Guardia Civil y fueron numerosas las ocasiones en las que debieron salir para auxiliar a los viajeros del coche de línea que se dirigía a los pueblos de la Sierra, por el Puerto de Oncala, a causa de las grandes nevadas, tan frecuentes en esa zona. Vivió en Ausejo el cura-brujo, tan bien retratado por Pedro Iglesia en su libro Curanderos y exorcistas en Soria. Bendicen los campos el 20 de mayo y los vecinos acuden a la romería de Narros. La iglesia parroquial está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Apunte toponímico de nuestro libro Diccionario de habla soriana: En 1270 su topónimo era Aguseio. Del verbo "agusar", "aguzar" (hacer o sacar punta a un arma u otra cosa), en sentido orográfico: "pico", "punta".
Un importante rebaño de ovino vive en las naves por donde necesariamente hemos de pasar, decenas de corderillos se acercan curiosos a completar nuestra propia curiosidad. Muy cerca de la nave se encuentra lo que, a nuestro parecer, es lo más notable de Ausejo, un enorme castaño que da sombra a la fuente de los años cincuenta y cuyas raíces, seguidas por nuestros ojos durante metros, se hunden en la tierra protectora. El camino de vuelta lo podemos hacer por la carretera para así poder ir cogiendo ajoporros, que crecen con abundancia en las cunetas y con los que podremos hacer una exquisita salsa mezclados con los berros de La Rubia. A mitad del camino de vuelta, frente al molino de Ausejo, encontraremos un importante manantial que va a parar, a la entrada de la dehesa de La Rubia al río Viejo, formando una pequeña cascada. El recorrido ha sido corto pero hermoso, verde, con agua y animales pastando tranquilamente. Sólo falta esperar que el centro, llamado antes tele-club, de La Rubia esté abierto para tomar una cerveza, en caso contrario servirá el agua de la fuente. © Isabel Goig
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