Al pie de la
carretera SO-615 que se dirige al Puerto de Oncala, se asienta Ausejo.
Esa pequeña comarca natural regada por el naciente río Merdancho, que
Antonio Ruiz dio en llamar de la Antesierra, está dominada por el
Cerro
de San Juan, y la conforman
Fuentelfresno, Cuéllar,
La
Rubia, Ausejo, y
algunos pueblos más, caracterizados por una dura emigración que dio
comienzo en los años sesenta y se prolongó, carretera arriba, por todas
las tierras altas, en el espacio, y en el tiempo hasta ahora mismo.
Forma
Ausejo con La Rubia un espacio con abundante vegetación (que se va
degradando según se asciende hacia la sierra), gracias a las dehesas de
los dos pueblos, regadas por el mismo río, en realidad una sola, donde
pastan caballos del Tacho, de La Rubia, vacas de Ausejo, y corderos
estabulados a medias. Las ruinas de un molino perviven en la dehesa,
industria que recoge Madoz en su Diccionario, y también la tradición de
emigrar temporalmente a los molinos de aceite de Andalucía, cagarraches
se les llamaba a estos hombres, y un camino con ese nombre puede todavía
identificarse en algunos mapas, bordeando la dehesa de La Mazorra, de
Estepa de San Juan, nombre perdido ya en las últimas actualizaciones de
los mapas geográficos y catastrales, aunque todavía, por el momento,
siguen conservando los de las vías pecuarias.
De La Rubia a Ausejo por el río Viejo
Zona de paso
Ausejo, camino natural para los animales y para los vehículos de motor,
que tomaban esa ruta para ir a tierras riojanas. Los archivos del
cuartel de la Guardia Civil de Ausejo, de conservarse, darían cumplida
información de las veces que los guardias debieron acudir para auxiliar
a viajeros y correo que, en los durísimos inviernos, sufrían percances
en el Puerto de Oncala.
En los
tiempos actuales todo ha cambiado. Forma municipio con Fuentelfresno y
Cuéllar a la espera de la nueva agrupación, y apenas cuentan entre los
tres con sesenta habitantes. Y precisamente en Fuentelfresno se ha
instalado, gracias a las facilidades dadas, la Escuela Libre de Soria,
recién nacida, y a la que nos gustaría augurar un futuro interesante,
como será probablemente.
Vacas y Arte
Nos
sorprendió, y muy gratamente, encontrar un establecimiento especial,
cuanto menos, en este pueblo de Ausejo, donde también, y desde hace
muchos años, se instaló una casa rural. En lo que fueran escuelas,
suprimidas en el curso 1975/1976, Julián Llorente, descendiente del
pueblo, pintor con el nombre de Ratatine, ha instalado un local a medias
entre bar tradicional –una mesa la ocupaban cuatro mujeres que jugaban a
los naipes-, y un lugar de reunión para artistas y literatos, con el
nombre de Vacas y Arte.
Un espacio
acogedor, íntimo y revestido de cuadros de Julián y otros, adaptado a
los tiempos actuales sin perder nada de su tradicional construcción. Un
sitio donde hay que parar para echar un vistazo y tomar una cerveza,
aunque sea sin alcohol.
Por cierto,
en Ausejo vio la luz, en 1963, el poeta Fermín Herrero, ampliamente
premiado a todos los niveles. Con su hermano estuvimos tomando unas
cervezas, y su madre jugaba la partida en la mesa de Vacas y Arte.
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©
soria-goig.com
De La Rubia a Ausejo por el río Viejo
Fuentes
y Manantiales de Soria, José Ignacio Esteban
Jauregui
Mendikat
:: Soria -
Cerro
de San Juan
Ausejo
de la Sierra - caminosoria.com
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