Al entrar en este templo,
todas, con gran devoción,
hincaremos las rodillas
a pedirle a Dios perdón.

Santo Cristo de la Vega,
todos con gran devoción, desde la
iglesia a tu casa
te traemos en procesión.

Nos acordamos de vos,
Santo cristo de la Vega,
como estrellas tiene el cielo
y rosas la primavera.

Santo Cristo de la Vega,
¡Que bien te cae el vestido!
mejor te cae la corona,
como el rocio en los trigos.

Pastores y labradores,
venid todos a adorar
al Santo Cristo de la Vega,
que se queda en este altar.

No seamos tan soberbios
y más humildes seamos,
que Cristo nos ha de dar
el premio que merezcamos.

Señor, en tus dulces manos
la vida y salud ponemos
y en tu bondad entregamos
todo cuanto poseemos.

Santo Cristo, tú que estás
en esas andas de pino,
échanos la bendición
a todos los que venimos.

Y bendice nuestros campos
que por Vos frutos darán
y nuestros amados padres
tendrán para darnos pan.

Y que el sacerdote hoy
ante ti el campo bendice,
oye sus ruegos y manda
agua que los fertilice.

Los pájaros piden agua
para beberla en los charcos
y nosotros te pedimos
para regar nuestros campos

Como sabio omnipotente
te pedimos, ¡oh, Señor!,
que des a nuestras cosechas
lo que Tú juzgues mejor.

Santo Cristo de la Vega,
danos hermosas cosechas
y después también salud
para poder recogerlas.

Santo Cristo de la Vega,
tú que tienes la virtud,
a los enfermos del pueblo
devuélveles la salud.

A todos los de este pueblo
que en otros puntos residen,
nosotras te suplicamos
que tampoco los olvides.

A todos los forasteros
que vienen hoy a tu ermita,
ampáralos y haz por ellos
todo cuanto necesitan.

Santo Cristo de la Vega,
con fervor te lo pedimos:
que vuelvan sin novedad
los quintos de Romanillos.

Echanos la bendición
con tu mano la derecha,
por si no volvemos más
a cantar a vuestra iglésia.

Adiós, Santo Cristo, Adiós,
mucho sentimos dejarte
y perdiendo un rato de ocio
vendremos a visitarte.

Adiós, Santo Cristo, Adiós,
al dejarte lo sentimos;
mis compañeras y yo
con ésta nos despedimos.

Santo Cristo de la Vega,
de rodillas te pedimos
nos eches la bendición
al pueblo de Romanillos.

Oye, Señor, la oración
que el sacerdote recita
y haz que en tu protección
tengan calma nuestras cuitas.