Noviembre del 2000, Pedro desde Argentina
nos explica su emotivo viaje: |
Felicito a las
hermanas Goig por el interesante trabajo que desarrollan. Me produce gran alegría el
recibir vuestro boletín postal o los mensajes que llegan por internet.
Intentando ser lo más sintético posible me permito narrarles mi viaje a España y
especialmente a la Provincia de Soria. No tiene nada de extraordinario, salvo para
mí, puesto que significó el encuentro con mis ancestros, con el padre al que
casi no llegué a conocer.
Mi nombre es Pedro y soy hijo de Pedro, oriundo de Cueva de Agreda, Provincia de Soria. Mi
padre emigró a la Argentina siendo joven, lamentablemente falleció no habiendo
cumplido yo los tres años. Mi madre, Evelia , también fallecida, era Argentina de
segunda generación pero como pueden advertir por sus apellidos sus ancestros son de
origen catalán y dinamarqués. Mi país es un crisol de razas, aunque indudablemente
predomina la sangre Española e Italiana. Nací el 31 de Julio de 1939, es decir que
cuento actualmente con 61 años de edad. Desde pequeño tuve la ilusión de conocer el
lugar de origen de mi familia paterna. Por esas cosas de la vida había desaparecido todo
contacto con los familiares de España y solo conservaba algunas fotografías, cartas
amarillentas y los relatos que me había transmitido mi madre sobre la existencia de los
tíos españoles. Quizás para echar un poco de luz sobre la situación debería aclarar
que nací siendo mis padres de edad avanzada, es decir que habían pasado muchos años
desde la partida de él de su patria. En alguna oportunidad le propuse a mi esposa ir a
visitar España pero ella se negaba pues tenía miedo a los viajes en avión. Cierto día
conversando con un amigo cuyo abuelo era Asturiano, me comentó que le había prometido a
este que iría a visitar esa tierra y llegaría al lugar desde donde había partido
hacia Argentina. Allí surgió la idea de viajar juntos y cumplir con nuestro sueño.
La invité nuevamente a mi esposa y esta se negó; al expresarle mi idea de visitar el
lugar de nacimiento de mi padre me desanimó diciendo que por el tiempo transcurrido
habrían muerto todos y si alguien quedaba no me reconocerían como familiar. No
obstante esto, en Setiembre de 1996 partimos con mi amigo Luis hacia Europa. Primero
visitamos París luego volamos a Madrid y de allí recorrimos el sur de España y
Marruecos. La última semana de estadía la dedicamos a visitar los lugares
que motivaron nuestro viaje. Partí de Madrid hacia la ciudad de Soria y al consultar
allí como podía hacer para llegar a Cueva de Agreda me informaron que no había ningún
medio que me acercara a ese poblado. Solamente podía hacerlo viajando hasta Olvega y de
allí en taxi hasta Cueva. Desorientado, decidí alquilar un automóvil en la
agencia Avis de Soria y al comentarle a la persona que me atendió -con una
amabilidad destacable- los motivos del viaje y mi incertidumbre sobre que encontraría en
aquel lugar, me alentó diciendo que pese a los años transcurridos con seguridad
encontraría alguna persona que me orientaría sobre el lugar de nacimiento de mi padre.
Al llegar a Olvega consulté a algunas personas que estaban en esa población sobre si al
llegar a Cueva de Agreda encontraría lugar para pasar la noche. Me respondieron "
No, es para echar un cerveza y seguir de largo, allí no hay nada" Algo
decepcionado con lo que me encontraría, seguí mi
viaje. Al desviar el camino principal y tomar el que conduce a Cueva, a poco de llegar,
diviso una edificación en lo alto. Cuando me aproximo, con gran sorpresa , noto que
todo me resulta conocido. Esto yo lo he visto antes exclamo. Detengo el
automóvil, observo y lo que veo me parece familiar. De un bolso extraigo las fotografías
que llevaba y entonces me doy
cuenta, lo que estoy viendo es la imagen que tantas veces contemplaba al revisar los
papeles que había dejado mi padre. Había llegado al lugar tantas veces soñado. Me
puse a gritar de alegría y lamenté no tener nadie a mi lado para compartir la
emoción. Una vez recompuesto mi estado de ánimo ingresé a la pequeña población. Eran
aproximadamente las 13.30 horas,
diviso a dos ancianos y me detengo, los saludo y les digo que ando en busca de la familia
de Pedro. Cual de ellas? hay tantos aquí, me responde uno. Luego de explicarle que era
hijo de Pedro, que habían quedado allí dos hermanos, Plácido y Ambrosio y los nombres
de mis abuelos me dice : "creo que mi mujer es pariente suya, venga conmigo" .
Fuimos hasta una casa cercana y luego del llamado " !Eleazar, ven que te
buscan!" aparece una señora mayor, de aproximadamente 70 años. Su esposo le
informa que posiblemente yo sea un familiar. Inmediatamente le explico mi viaje, extraigo
del bolso una fotografía, esta es mi abuela Cesilia le digo. Es la mía también, me
responde. Esta carta es donde le comunican a mi padre la muerte de la abuela, la mira y
dice : esta letra es de mi padre. Que familia tienes tú? me interroga, como con
desconfianza. Inmediatamente le muestro todo el repertorio de fotos familiares,
esposa, hijos, nietos etc... Al fin me dice: Somos primos, dame un beso. A partir de
allí algo mágico sucedió, no sabían como hacer para agasajarme. Me invitaron a comer y
entonces me enteré que tenía nueve primos hermanos. A poco comenzaron a aparecer algunos
que vivían en el pueblo. Todos me demostraron un cariño tan grande que hizo me
sintiera verdaderamente en familia. Recorrer la pequeña población, sentir el afecto de
la gente y visitar el cementerio fueron acontecimientos que nunca olvidaré, fue como
encontrarme con el padre que nunca llegué a conocer. Ante su insistencia y mi poca
resistencia dormí allí esa noche. Al otro día, primos de pueblos vecinos vinieron a
conocerme y deseaban que fuera visitarlos. Lamentablemente debía regresar a Madrid puesto
que se acercaba la fecha de mi partida. Al regresar a la ciudad de Soria me encomendaron
fuera a visitar a otra prima, Esther, quien vive allí. Con temor a ser inoportuno
así lo hice. Con que afecto y alegría fui recibido por ella y su hijo Eladio, el cariño
sincero demostrado hicieron que inmediatamente pareciera nos hubiéramos conocido de
toda la vida. Al dejar Soria e ir a devolver el auto arrendado, debí darle la razón a la
persona que me había atendido la primera vez. Cuando le comenté lo bien que había sido
recibido y como me trataron dijo algo que llamó mi atención. " Ser Castellano
no es solamente haber nacido en Castilla. Es ser noble, generoso y buena
gente. " Y puedo afirmar que tiene razón. Estoy orgulloso de mis
ancestros.
Esta pequeña historia no termina aquí. Cuando regreso a Argentina comento todo lo
sucedido y comienza un intercambio epistolar y telefónico con los primos de España. A
raíz de esto se establece una relación tan afectiva entre ellos y mi esposa que cierto
día recibo una llamada desde Cueva y un hermano de la esposa de uno de los primos me
dice: " Pedro, estamos comiendo jamón y tomando vino. Que esperas para venir y
compartir esto con nosotros." Ese fue el detonante para que nos decidiéramos
con mi esposa, venciendo su miedo al avión, a ir a España con el fin
exclusivo de visitar a cada uno de los primos. Allí, compartiendo la intimidad familiar,
pude apreciar la nobleza del pueblo español.
Quizás estas lineas sirvan de aliento a otros descendientes de Sorianos para que se
animen a visitar esa tierra con la seguridad que serán recibidos con la hospitalidad
propia de nuestra raza.
Pedro |
Octubre del 2000, Luís nos cuenta su
aventura soriana: |
Hola, ante todo quiero daros las gracias por
vuestra completísima página, que nos ha ayudado a aprovechar al máximo nuestra breve
estancia (4 días) en tierras sorianas. A continuación os cuento mi viaje, perdonar por
lo extenso del texto, pero es que había mucho que contar (podéis reducirlo todo lo que
queráis)
Salimos un jueves a primera hora de Madrid, nuestro destino inicial eran las ruinas de
Tiermes, y allí nos encaminamos. A eso de las 9,30 h. (habíamos abandonado Madrid
a las 8 h.) ya estábamos en Ayllón, nada mejor que desayunar junto a su plaza
(imperdonable seguir esta ruta y no detenerse al menos un momento a admirarla, y
si es muy de mañana, cuando todavía los coches que allí aparcan no la afean,
pues mucho mejor). Sólo un lunar, nos resultó complicado encontrar una cafetería
abierta.
Nada más pasar Ayllón, giro a la derecha y carretera local dirección Montejo de Tiermes
(el yacimiento está, desde Ayllón, perfectamente señalizado). Sobrecogedor el tramo en
que se atraviesa el pueblecito de Cuevas de Ayllón.
Imposible que Tiermes defrauda a alguien, ya que no solo las ruinas, sino el paisaje en
sí mismo, son impresionantes, desde aquí quiero pedir disculpas a los arqueólogos por
pasear por donde los carteles nos rogaban que no lo hiciéramos, pero la soledad del
entorno y la sensación de sentir que pisábamos algo ya habitado hace tanto años
movía nuestros pies.
El siguiente punto después de Tiermes era Caracena, y aquí llegó nuestro primer
problema, intentamos seguir carreteras que en realidad sólo eran caminos de tierra,
(junto al desvío a Hoz de Arriba no sale ninguna carretera y Quintanas Rubias de Arriba
está unida a Fresno por un camino de tierra que a mis amigos, que llevaban un Seat
Toledo, les obligó posteriormente a visitar un taller en Covarrubias para que les
sujetaran una pieza de los bajos del coche que vibraba peligrosamente), por tanto, no nos
quedó más remedio que desde allí volver a San Esteban de Gormaz y luego coger la
carretera que por La Rasa nos llevaba a Fresno de Caracena y Caracena. Esto hizo que
llegáramos a nuestro destino con los ánimos un poco bajos, lo que unido al frío soriano
impidió que disfrutáramos de la visita, (una observación, el mesón que en muchas
guías se anuncia ya no existe) y que el comentario mayoritario fuera en un principio de
decepción, que para algunos no fue tanta gracias al paisaje que se observaba desde su
castillo y a que descubrimos que algunas de las piedras por allí esparcidas
contenían distintos tipos de fósiles (hasta hubo cabreo cuando un valioso fósil
recogido con esmero por una amiga bióloga fue tirado en un despiste por su marido porque
pensó que "sólo era una chirla").
Desgraciadamente, ya era tarde para alcanzar nuestra siguiente meta, el castillo de
Gormaz, y es que uno de nuestros amigos debía regresar a Madrid y su autobús
salía del Burgo de Osma a las 16,30 h. Así que hacia allí nos dirigimos. Del Burgo de
Osma nada nuevo puedo aportar, por lo que sólo os diré que en el restaurante donde
comimos "El Mirador", situado entre la Plaza Mayor y la parada de
autobuses, me sirvieron uno de los mejores corderos asados que he comido en mi vida
(ensalada + cordero para dos: 5.000 ptas.).
Tras un largo paseo por el Burgo para que nuestro estómago asimilara lo que habíamos
ingerido, nos dirigimos sin más paradas a nuestro destino, el bonito pueblo de Vinuesa, y
más concretamente los Hostales Visontium y Revinuesa, alojamientos que sin
grandes pretensiones nos permitieron recuperar fuerzas decansando cómodamente los 3 días
que allí nos alojamos.
El día siguiente el objetivo era Calatañazor, pero primero nos vimos obligados a
acercarnos a Covaleda para que, como antes comentaba, a uno de nuestros coches le
solucionaran un pequeño problema. Pero como no hay mal que por bien no venga, el viaje
nos permitió contemplar el precioso paisaje que une Vinuesa y Covaleda, con los
árboles (algún que otro roble incluido) iniciando el cambio de estación (que ganas nos
quedaron de parar los coches y caminar por alguno de los muchos caminos forestales
que se introducen en el bosque). Agradecer al taller de Citroen situado a la entrada del
pueblo su amabilidad pese a que el vehículo averiado era de otra marca . En la breve
espera, parte del grupo nos dimos un paseo por un corto camino que se inicia al otro lado
de la carretera y que, además de ser la entrada al cementerio, sigue hasta un
campamento para chavales atravesando un poblado pinar.
Ya con el coche reparado, camino de Calatañazor con parada en otro precioso pueblo,
Molinos de Duero, uno de esos maravillosos lugares donde no hay nada concreto que destacar
porque el pueblo entero es destacable, sus casas de piedra con vigas de madera, muchas de
ellas con una antigüedad de 500 años, su limpieza, su plaza, su entorno, y como
no, su río Duero (y como a los que vayáis con niños os pasará lo que a nosotros,
que los chavales querrán cruzarlo una y mil veces saltando por las piedras hasta
acabar poniendo uno o los dos pies en el agua, un consejo, no os preocupéis porque en el
pueblo todavía existe esa tienda donde se vende de todo, es carnicería, pero también
droguería y mercería y por supuesto, vende los calcetines perfectos para evitar una
segura pulmonía).
La llegada a Calatañazor fue sobre las 2 de la tarde, milagrosamente conseguimos comer en
el restaurante del mismo nombre (uno de los pocos que situado en un pueblo tan
"turístico" se come muy bien a unos precios muy ajustados) Una sugerencia a
quien por allí se acerque, reservar con antelación, aunque si no es posible, cerca hay
otro, "El Palomar" donde los precios aparentemente tampoco son elevados. De
Calatañazor sólo una palabra, maravilloso, no recuerdo cuantas horas pasamos allí,
cuantas veces recorrimos cada calle, el tiempo que estuvimos parados mirando al infinito
desde el castillo, la amena clase de historia que nos dio el encargado del museo de su
austera iglesia mientras nos mostraba las joyas que en él se guardan. Antes de marchar un
amigo y yo nos escapamos del grupo para visitar (o mejor, beber) en la taberna
Ondategui, donde nos sirvieron un delicioso orujo (de miel el mío, suave que había que
conducir) mientras su propietario nos obsequiaba con la música de algo parecido a una
guitarra con teclado. (añadiremos que el instrumento que toca Víctor es la zampoña).
Poco antes de caer la tarde, conseguí convencer a mis acompañantes de que la Fuentona
merecía nuestra visita, por lo que allí nos dirigimos, el paseo después de dejar los
coches es muy relajante, y cuando, después de alrededor de media hora de cómodo
caminar se llega a la Fuentona y nos recostamos en las grandes piedras que la rodean
buscando su fondo, es fácil soñar con los seres que las viejas leyendas cuentan que la
habitaban.
El tercer día se inicio muy temprano con una horita de footing por un camino que naciendo
en la ermita creo que llamada de la Soledad, pasa junto al campo de fútbol y
atraviesa un brazo del pantano a través de un puente que sustituye al romano (cuyos
restos se ven más abajo), para adentrarse en el bosque entre frondosos pinos y otros
árboles que mis escasos conocimientos botánicos me aconsejan no nombrar (de quien no
quiero saber el nombre es de la persona a la que se le ocurrió ubicar el vertedero del
pueblo en este paraje. Afortunadamente la siguiente curva permite olvidar la basura que
acabamos de ver). La hora que estuvimos corriendo nos permitió disfrutar del precioso
entorno que rodea Vinuesa.
Después de despertar a los demás y desayunar, nos dirigimos todos a la Laguna Negra, el
sol se supone que ya había salido, pero las nubes lo tapaban totalmente (y
afortunadamente también, porque la lluvia que comenzó a descargar según nos dirigíamos
a la laguna se transformó en nieve a nuestra llegada, permitiéndonos disfrutar de una
visión maravillosa). Para llegar a la laguna, nos dividimos en dos grupos, los que
subieron en coche hasta casi el mismo borde (300 mts. antes) y los más valientes,
que nos quedamos en el primer aparcamiento, a dos kilómetros de la meta (y digo valientes
no por la fuerte lluvia que nos caía ni por la pendiente de la carretera, sino por los
muchos coches que por allí circulaban. De todas formas, el camino mereció la pena, la
combinación de helechos, pinos y creo que hasta algún que otro haya resultó
fantástica y el recibimiento de la laguna, con la nieve que poco a poco teñía de
blanco el circo que nos rodeaba daba al entorno una apariencia deslumbrante, hasta nos
atrevimos a ascender un poco por una de las laderas hasta una cascada cercana. El vértigo
de algunos junto a que parte del grupo fueran niños nos hizo desistir de continuar la
ascensión.
La nieve y el frío nos impedía cualquier plan de comida campestre, por lo que nos
acercamos a un pequeño pueblo situado no muy lejos de allí. Eran ya las 3 de la tarde y
en el único bar-restaurante nos dijeron que teníamos que esperar más de media
hora para comer. Como todavía nos quedaban ganas de andar, aprovechamos la espera para
recorrerlo y charlar con dos lugareñas que estaban en su puerta, la verdad es que
era un paraje idílico, tanto que una amiga, maestra de profesión, soñó despierta con
la idea de pasar allí un año dando clases a los pocos niños que todavía residían.
Tras la comida, y cuando íbamos a marcharnos, vimos como varias personas se asomaban a
una barandilla afirmando que les parecía haber visto unos cuernos junto al arroyo.
Imaginaros nuestra emoción, podríamos ver un ciervo muy cerca. Oíamos los ladridos de
los perros y yo rapidamente cogí mi cámara para no perder la ocasión. En ese
momento, se me acercó una persona del pueblo sugeriendome que no hiciera fotos ya que
"los animales se podían asustar o despistar".
Le manifesté mi extrañeza diciéndole que no iba a utilizar flash y el simple sonido del
disparo no podía asustar a nadie. El ciervo poco a poco se hacía más visible y al
empezar a ser acosado por varios perros, huyó sin sentido, cruzando el pueblo y
dirigiéndose hacia nosotros por la carretera, momento que aproveché para hacer
varias fotos. Al ver que el ciervo era perseguido por más perros, empecé a sospechar
cual era el verdadero motivo de que me pidieran que no hiciera fotos por lo que guardé la
cámara. El ciervo cada vez era más acosado, cada vez había más perros y pudimos
comprobar que el deseo de la gente del pueblo no era precisamente ayudarle a volver al
monte, hecho que confirmamos cuando se pusieron especialmente agresivos con otra pareja
que estaba intentando fotografiar la escena (hablaban del daño que causan estos animales
al campo, de que solamente tienen derecho a su caza los que tienen dinero, .).
Hubo momentos en que nos sentimos realmente asustados ante el cariz que tomaba la
situación. Finalmente, después de discutir agriamente entre ellos y cuando el
ciervo ya estaba totalmente entregado a sus perseguidores, decidieron dejarle escapar con
gran alegría por nuestra parte. Posiblemente el ciervo nos debía la vida. Este hecho nos
hizo reflexionar sobre la aparente tranquilidad que se respira en los pueblos pequeños,
sobre lo falso de la idea que tenemos los habitantes de las grandes ciudades de creernos
que la vida en ellos tiene que ser idílica, de que allí "todo el mundo es
bueno".
Vuelta a Vinuesa, tras pasar de nuevo el puerto de Santa Inés, donde se está
construyendo una estación de esquí, no sin antes acercarnos a Salduero, donde vimos
atardecer mientras dábamos un tranquilo paseo acompañando al Duero en su caminar hacia
Molinos.
Y ya llegó el domingo, la vuelta a Madrid, la mejor forma de alargar el día era
seguir disfrutando un poco de la provincia de Soria, por lo que decidimos acercarnos al
Cañón del Río Lobos (que además me traía bonitos recuerdos de hace muchos años,
durmiendo bajo las estrellas con la única protección del saco de dormir). Muy
aconsejable el camino desde Abejar a través de Navaleno y San Leonardo, ya que la
carretera se encuentra perfectamente asfaltada, con un tráfico escaso y un bello
paisaje pinariego. Nuestras prisas nos impidieron detenernos a contemplar San Leonardo y
su majestuoso castillo.
Del Cañón del Río Lobos sólo puedo decir que era más impresionante aún de lo que
recordaba, una pena que el río estuviera casi seco, aunque con el suficiente agua para
recordar las pozas donde hace muchos años me bañé. Durante cerca de dos horas paseamos
por allí, con parada obligada junto a la ermita y la cueva grande y
continuación por el tranquilo paseo que entre los juncos discurre a la vera del río
observando el vuelo de los muchos buitres que por allí pernoctan.
Y como la comida no es el menor de los placeres, que mejor que acabar el viaje con una que
nos dejara el mejor sabor de boca, así que nos encomendamos a Dios y la suerte y
decidimos parar en el primer restaurante que apareciera en nuestro camino. Dios y
la suerte no nos abandonaron y obtuvimos el mejor premio, un pequeño restaurante
al paso de la carretera por el pueblo de Ucero donde comimos como reyes (y además nos
vendieron el número de lotería que va a obtener el premio gordo de Navidad). Y como
postre, un simpático abuelillo que tiene montado el tenderete al otro lado de la
carretera, nos ofreció "autentica" miel de abeja, dejándonos un recuerdo aún
más dulce de nuestro viaje.
Después llegó lo peor, carretera, caravana, pero de eso ya no me acuerdo.
Gracias de nuevo por toda vuestra información y hasta la próxima, |
Octubre del 2000, atgc felicita a los
iruechanos: |
Un año, en el mes de agosto y durante sus
fiestas, tuve la suerte de pasar por ese pueblo de Soria, llamado Iruecha, y tengo que
reconocer que fueron las más mágicas vacaciones que he vivido hasta el momento.
Gracias iruechanos. |
Octubre del 2000, Julián elaborando
nuestras recetas: |
He apreciado muchísimo las recetas de La
Matanza y de Extremadura.
Me han permitido lucirme con mis amigos y disfrutar con ellos hermosos momentos.
Apreciaré información acerca de como puedo obtener recetas de embutidos españoles.
Desde ya mi mayor agradecimiento, de un nieto de 4 españoles (Soriano, Asturiano, y 2
Vascos Navarros)
Un cordial Saludo |
Octubre del 2000, Roberto nos anima a
continuar: |
Lo primero que tengo que hacer es daros las
gracias por el esfuerzo que hacéis para que Soria siga siendo un poquito más conocida y
utilicéis para ello hasta las últimas tecnologías.
Yo no soy de Soria, porque en mi carnet dice que nací en Madrid, pero mi padre es de un
pueblecito de Soria, Muriel Viejo, a 40 kms de la capital. Desde que nací, todos los
veranos y puentes y demás salidas allí me encuentro para escapar de la locura de una
ciudad como Madrid.
Aunque esta es la primera vez que os saludo, cosa que en realidad me hace mucha ilusión,
espero que sigamos en contacto para poder saber más cosas de una tierra que,
sinceramente, cada día que pasa más me gusta.
Lo dicho, un saludo, un abrazo y muchos ánimos para seguir conociendo más cosas de
Soria, la gran olvidada pero el que sabe conocerla, muy entretenida y muy muy juerguista,
que en esta vida, para todo hay que valer...digo yo...
Se despide vuestro ya amigo...
Roberto |
Septiembre del 2000, Begoña encantada con
Soria y Duruelo de la Sierra: |
Gracias por contestarme. Encantada de
conoceros. Me voy a presentar: Mi nombre es Begoña, estoy haciendo prácticas en una
agencia de publicidad en Madrid, pero soy de Valencia y alli he vivido toda mi vida. Me
encanta la naturaleza y el senderismo, siempre que podemos mis amigos y yo buscamos un
destino para poder conquistarlo.
Quiero que sepáis que estoy encantada con Soria. Ayer estuve en Duruelo de la Sierra, no
llegue a probar la Caldereta pero si que vimos los juegos que organizaron, y tambien
visitamos la iglesia, y por supuesto Castroviejo, un paraje impresionante. Tambien
visitamos la Laguna negra, Covaleda y Vinuesa.
Me he quedado completamente hechizada por la zona y no tardare en volver a visitaros. La
verdad es que queria haber preguntado por vosotras en el pueblo. No importa, la proxima
vez.
Si que estoy interesada en el boletin de noticias, y lo que me gustaria saber es si hay
Grandes Recorridos, o Pequeños Recorridos que no sean Caminos forestales, por la zona
para poder llegar a pie a Castroviejo y a La Laguna Negra. Tambien me gustaria saber que
mas cosas puedo visitar, ademas del Pico de Urbion que se ha quedado colgando.
bueno espero recibir noticias vuestras.
Un beso
Begoña |
Septiembre del 2000, Mónica nos relata su
visita y promete volver: |
Buenos días a todos,
Tal y como me pedíais, os mando mi pequeño relato de nuestras mini vacaciones por
vuestras hermosas tierras, estuvimos 4 noches y cinco días :
1er. día : Llegamos ya por la tarde-noche a Herreros "La vieja Chimenea"
por cierto nos encanto, sus propietarios, Toñi y Javier encantadores.
2do. día : Iniciamos excursión hacia el Cañón del río Lobo, lo empezamos desde el
puente de los siete ojos y llegamos hasta la ermita, maravilloso el recorrido, jamas vimos
tantos buitres, son impresionantes, vimos como se peleaban supongo que por una hembra! no
se ...
Acabamos la excursión justo para ir a comer y fuimos a La Posada el Chispo, comimos muy
bien y precio/calidad razonable
3er. día: Ese día nos tocaba La Laguna Negra, precioso, lastima la cantidad de gente que
había, pero bueno ya se sabe en Agosto nunca se esta solo, sin embargo cuando iniciamos
el ascenso al Monte Urbion ya casí íbamos solos.
Por la tarde estuvimos bañandonos en la playa de Herreros, es curioso decir que te has
estado bañando en una playa en Soria, pero es cierto, es una playa e incluso note el olor
a mar, ¡maravilloso!
4º día : Ese día nos toco las ruina de Tiermes, son impresionantes, estuvo muy bien
pues tuvimos un guia y nos lo estuvo explicando todo, luego estuvimos comiendo en el
restaurante que hay justo al lado, el menú estuvo muy bien platos muy generosos,
calidad/precio muy bien.
5º día : La despedida y hacia Barcelona, pero justo antes el ¡Gran Susto! cuando Toñi
nos da la nota casi nos da un sincope, nos habían estado cobrando por cada cena 2.500
Ptas. a cada uno, la verdad que nosotros no preguntamos el precio de las cenas, pero
estamos acostumbrados a ir a casas de Turismo Rural y nos cobran por cena y persona no mas
de 1500 Ptas., y esas son las mas caras, y con unos platos muy generosos, en cambio en
"La Vieja Chimenea" los platos eran muy muy justos y no del todo buenos, pero
bueno, ya se sabe que algunas veces te falla el olfato, la casa nos encanto, eso si, si la
recomendemos a alguien les remarcaremos que no se queden a las cenas, aquí
la calificación diría que precio/calidad/cantidad muy flojo (1-5) yo le daría 2 como
máximo.
Bueno espero que sea de vuestro agrado, y me encantaría que me suscribierais a vuestro
boletín, pues es seguro que repetiremos, pues como habéis podido comprobar nos falta
mucho que visitar.
En espera de vuestras noticias,
Un saludo,
Mónica |
Agosto
del 2000, Pere nos comenta su breve pero aprovechada estancia en Soria: |
Hemos visitado Soria i provincia durante los
días 16-17-18 de agosto visitando la zona del Almuerzo, Calatañazor, Burgo de Osma,
Almazán, Medinaceli i Soria capital siguiendo vuestras indicaciones. Ha sido fabuloso.
Nunca hubiera creido que Soria fuera una ciudad tan vital, sobretodo por la noche.
Magnífica alameda de Cervantes. Fantàstica la gente. Solo dos cosas a señalar. Después
de 25 años de la muerte del dictador quedan demasiados símbolos franquistas como el
escudo que luce el chaflan de la Vasco Navarra de seguros. Y un aviso para navegantes que
creo importante: Durante el mes de agosto es difícil encontrar plaza hotelera en la
capital sin tenerla reservada. Gracias por vuestra ayuda. Han sido tres días
maravillosos.
Atentamente.
nota para Pere: hemos
contestado tus e-mail, pero nos son devueltos, esperamos poder contactar de nuevo contigo |
Agosto
del 2000, Elbio desea conocer sus raices sorianas: |
Tengo mis raices en Soria. Alos 56
años me he propuesto encontrarlas. Vivo en Rosario, Argentina. Lo poquito que se es que
mi bisabuelo Faustino Martinez y mi bisabuela Lucia Benito con un pequeñin de nombre
Vicente un dia llegaron a Argentina. Fue a fines del siglo pasado. Tuvieron otros hijos,
entre ellos un abuelo que no llegue a conocer. A esta altura de mi vida quisiera afirmar
mi identidad, saber de mi terruño, mi sol, mi comarca. Es emocionalmente una de las cosas
mas importantes que quiero hacer antes de morir. Soy un humilde periodista. No tengo
dinero ni mas datos que esos. Alguien podrá ayudarme. Alguien podrá entender mi tremenda
necesidad interior. Alguien me ayudará marcandome un caminito y brindandome un
dato, un techo , un poco de comida ???
Espero. Agradezco. Alguien que quiere sentirse SORIANO . PORQUE SUS RAICES ESTAN AHI.
ESPERO. QUE ALGUIEN ME DIGA QUE NO ESTOY SOLO. GRACIAS |
Agosto
del 2000, Guillermo desde Sevilla nos da la enhorabuena: |
Estoy en contacto con vosotros desde Ecija
(Sevilla) y vuestra página me parece extraordinaria, sobre todo por su alto contenido
cultural; realmente Soria era para mi una desconocida y creo que este año, en Otoño no
me quedo sin conocerla. Además en mi paisano D. Antonio Machado caló inmensamente
vuestra forma de vivir y sentir. ¡Enhorabuena y gracias! |
Agosto
del 2000, Pedro nos escribe sobre su amor a la "terrilla": |
Quisiera felicitaros por este titánico
esfuerzo que supone todo esto. Aunque no soy soriano de nacimiento, mis padres sí lo son
(de Almazán ), pero mi amor a la "terrilla" no puedo expresarlo (me casé el
día de San Juan sólo porque me parecía un día muy soriano). Os mando un saludo y os
seguiré de cerca. Hasta siempre. |
Julio
del 2000, Luis Lope de Muriel de la Fuente y su esposa Teresa Casabés, nos envían un
artículo que publicaron en " LInformatiu" Revista informativa "dels
amics de Jardí Botànic de Barcelona": |
Los amigos os recomiendan:
"UN PARAJE DE LA RED"
A primera vista, el título nos puede llevar a pensar en la red de Internet, pero se
trata de una red muy diferente: la "Red Natura 2000". Es una iniciativa
ecológica europea de zonas especiales de conservación de los hábitos naturales, de la
fauna y flora silvestres. Este año, el paraje de la Fuentona de Muriel de la Fuente,
donde nace el río Abión, ha pasado a formar parte de esta red.
La primera vez que vi este paraje me gustó mucho. Pero no fue hasta más tarde, con la
breve pero provechosa experiencia de guía voluntaria en el Jardín Botánico, donde se me
descubrió la curiosidad y aumentó el interés por conocer y, por tanto, querer los
árboles y las plantas, cuando disfruté realmente de la belleza y encanto de este
recóndito lugar.
Durante los meses de verano, principalmente, es una buena época para dar un paseo valle
arriba hasta el nacimiento del río. Contemplar el majestuoso vuelo de las aves que anidan
en las rocas y el de los pájaros que planean sobre el río, mientras se oyen sus variados
y sonoros cantos, son algunos de los atractivos de un paseo muy ameno y saludable. El
sonido del agua en su discurso, rompiendo el silencio del valle, y el aroma de hierbas y
plantas nos hacen disfrutar de ese placer tan maravilloso del contacto con la naturaleza.
Si alguna vez vais cerca de este lugar, no paséis de largo. De camino, también podéis
visitar Calatañazor, un pueblo amurallado, muy antiguo y bonito.
No son imágenes virtuales, sino bien reales y bellas. Pienso que vale la pena conocerlas.
Si las veis, quizás quedéis "enganchados" a la "Red Natura 2000".
Teresa Cabasés y Luis Lope |
Junio
del 2000, Rafa y sus amigos a pesar de las inclemencias primaverales sorianas, nos
prometen volver: |
Ahora os contaré un pequeño relato para el
cuaderno del viajero:
sábado finales de abril: Esta nublado y hace fresco. Salimos por la mañana desde
Gipuzkoa con el coche y las bicis dentro, pasamos Vitoria, Haro, Logroño y nos adentramos
en tierras de Cameros por la N-111 hasta llegar al puerto de Piqueras entre algunos copos
de nieve donde vemos el ansiado cartel de "provincia de Soria". En el alto
cogemos la pista que baja a Santa Cruz de Yanguas y después de ver saltar algunos corzos
llegamos a un pequeño refugio donde teníamos pensado dormir, algunos ya han estado alli
y han dejado sus "huellas". Después de comer algo cojemos las bicis y subimos
dirección piqueras hasta el alto donde tomamos una pista a la izquierda hacia el cordal
de Montes Claros...Ya no nieva y tampoco hace frío como a la mañana. Volvemos a ver
algún corzo saltando entre los pinos y bajamos hasta Santa Cruz de Yanguas. La
tranquilidad reina en este pueblo. Algún turista despistado con matrícula de Madrid y
San Sebastián pregunta por las huellas de los dinosaurios... Después de ver las
huellas seguimos por la pista hasta llegar a la txabola donde antes dejamos el coche.
Antes de anochecer subimos por el bosque hasta el alto para ver el atardecer desde arriba.
Vemos montes en
todo nuestro alrededor y nos sentimos a gusto, "como en casa". Después de
pasar la noche en el refugio, subimos otra vez a Piqueras con el coche y comenzamos a
bajar hacia La Póveda, dejamos atrás el hotel abandonado del puerto y nos preguntamos
por qué habrá acabado así... Pasamos por La Póveda, Barriomartín... y cogemos el
cruce hacia Valdeavellano de Tera . Es primavera y nos encontramos con una Soria muy
verde. Pasamos Sotillo de Rincón y queremos subir por el valle del río Razón hacia la
sierra de Cebollera pero las nubes que cubren la sierra nos echan para atras ("ya
volveremos con mejor tiempo" pensamos). LLegamos al collado que nos conduce a El Royo
pero antes cojemos la pista hacia la Hermita de la virgen del Castillo que en otra
escursión ya nos había llamado la atención desde la carretera que va de Vinuesa hacia
El Royo, sobresaliendo orgullosa entre el bosque... Aparcamos el coche 100m más
arriba de la hermita y bajamos por el caminillo. Es un bonito lugar y muy tranquilo. No se
ve ni alma por estos parajes, subimos por las escaleras de caracol al campanario y tocamos
la campana, dudo que alguien la oyera... Vemos que el tajado no está en muy buenas
condiciones... Espero que alguien haga algo para arreglarlo y no acabe como otras muchas
hermitas. Es una pena pero tenemos que volver, esta vez decidimos hacerlo por el
puerto de Santa Ines, vemos que todavía no han acabado las obras del hotel que ya vimos
comenzadas el verano pasado y esperamos que tenga mejor suerte que el de Piqueras.
Último vistazo al Urbión y para abajo. Echamos un trago en el bar de Montenegro y
dejamos atras las tierras de Soria...
Volveremos!! |
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