DESPOBLACIÓN

 

LOS DESPOBLADOS SORIANOS
© Isabel Goig Soler

© El trabajo sobre los Despoblados Sorianos para nuestras páginas es propiedad intelectual de Isabel Goig Soler

 

Vadorrey

Despoblado perteneciente a Bayubas de Abajo

Vadorrey, Vado-Rey, Badarrey o Badorrey, son las cuatro formas de nombrar a un mismo despoblado del que sólo quedan escasas referencias, siendo, la más importante de todas, la que de este lugar se hacía en El Cantar del Myo Cid.

Es en el impagable Catastro de la Ensenada donde encontramos descrito este despoblado “anejo a Bayubas de Abajo”. “Habiendo convocado por medio de un recado cortesano a Don Francisco de Barahona, cura vicario de la parroquial de dicho lugar [Bayubas de Abajo] y del despoblado de Vadorrey, su anejo…”. Se nombraron peritos que pudieran dar razón de las tierras y propietarios “a los cuales recibió juramento por Dios Nuestro Señor y a una señal de la Cruz en forma de derecho y aceptación de dicho cura y ofrecieron decir verdar…”.

Se dice de este histórico despoblado que es de la jurisdicción de Berlanga, aunque la jurisdicción eclesial fuera de Bayubas de Abajo,  y señorío de la marquesa del mismo título. Limitaba con Aguilera por el Este, Morales por el Oeste y Sur y río Duero por el Norte. El término era muy pequeño, pues de Este a Oeste medía un cuarto de legua y de Norte a Sur seiscientos pasos. Tierras de secano, chopos y sauces, además de una dehesa, se extendían por su suelo.

En su término había un canal con dos mangas para pescar, en ambas riberas del río Duero, perteneciente a Morales en el siglo XVIII, “que lo administra por si y a juicio prudencial se la ha considerado su producto en 150 reales en cada un año”. A Morales también pertenecía la dehesa de regadío, la de secano y algunas tierras. El Concejo de este lugar debía de satisfacer, anualmente, diez fanegas de trigo común y centeno por mitad de un censo perpetuo que estaba cargado sobre la tierra “que gozaba en dicho despoblado a favor de la marquesa de Berlanga”.

Además de la marquesa de Berlanga, el Común de Morales y la Iglesia (cabildo de la Colegiata de Berlanga, convento de Concepcionistas de Berlanga y otros que cobraban los diezmos), eran propietario de tierras en Vadorrey, Fernando Herrero, Francisco Muñoz, José González y Santiago Pascual, todos ellos vecinos de Morales.

El padre Gonzalo Martínez le llama Vadorrey y lo sitúa en el término de Morales, 1.400 metros al NE de la aldea, en la ribera sur del río Duero y lindando con el mismo sobre un altito; al lugar se llega por la senda llamada de Vadorrey y el cerro es conocido como Alto de la Mina. Ninguno de estos topónimos aparecen en el mapa 1/50.000, donde puede hallarse, en la hoja 405, latitud 41º,28’,57’’, longitud 0º,45’,53’’.

 

Bayubas de Abajo 

 

Valdemoro

Despoblado perteneciente a San Pedro Manrique

CLICK!! sobre la foto para ampliar
ValdemoroEn plena sierra del Hayedo de Enciso, cuyos relieves se conocen en Valdemoro como sierra Ballenera, y en el límite con la comunidad de La Rioja, se asienta esta localidad, antigua pertenencia del Sexmo de Vea, después perteneciente a San Pedro Manrique, hasta su despoblación. Por su término discurre, abundante, el arroyo Ambriguela y en tiempos bastantes árboles dieron sus frutos. Ahora su tierra está cubierta de pinos de repoblación, y por entre ellos luchan los roblecillos para hacerse el hueco que nunca debieron perder. Pertenece a esos núcleos de población cuyos habitantes fueron convencidos para que vendieran sus posesiones a Patrimonio Forestal del Estado.

Perteneció hasta la abolición de los señoríos al duque de Arcos, como todas las Tierras Altas; a este noble le pagaban por vasallaje 96 reales y 17 maravedíes de vellón; a “Su Majestad que Dios guarde” le hacían efectivos los cientos, impuestos y millón, que ascendía a 120 reales y 10 maravedíes. Los diezmos y primicias iban a parar a las arcas de la Dignidad Episcopal de Calahorra –a cuya diócesis pertenecía toda la zona Norte de Soria-, a la iglesias de San Juan, San Miguel y San Martín, de San Pedro Manrique, a sus respectivos beneficiados y al párroco de Vea, ya que la iglesia de Valdemoro era matriz de la de Vea.

Los treinta y un vecinos y medio (incluidas las viudas que siempre sumaban medio vecino) residían en 51 casas habitables; dentro y fuera de la localidad había edificados 21 corrales que daban albergue a la buena cabaña: 8 mulos, 52 bovinos, 22 jumentos, 44 cerdos, 683 cabezas de lanar y 425 de caprino. Se movía este ganado por un término que de Este a Oeste se recorría en “media hora larga” y de Norte a Sur igual, y la circunferencia tardaba en circundarse dos horas y media. Tenían unas medidas estas tierras de 2815 yugadas, de las cuales dos tercios –1900 yugadas- estaban “yermas por desidia”; el resto lo ocupaban hortalizas de regadío “por industria a mano”, prados de secano, dehesa, pastos y sembradura de secano de buena, mediana e inferior calidad.

El común era propietario de tierras de sembradura, fragua y agostadero que producía 203 reales de vellón al año y en el que pastaban los ganados finos de doña Ángela Sánchez Samaniego, vecina de San Pedro Manrique. Con el dinero que producía el agostadero y las pobres tierras, el común de Valdemoro debía hacer frente a los pagos de Jueves Santo, Corpus, San Juan, Letanías a Nuestra Señora de la Peña, Luminaria del Santísimo y de la Virgen de la Peña, religiosos demandadores, pobres pasajeros, médico, boticario, cirujano, paso de soldados y bagajes, salario y viajes del regidor, limpieza de balsas y composición de caminos, calzadas y puentes. Todo esto acontecía a mediados del siglo XVIII. Un siglo después, Madoz recoge que vivían 37 vecinos, quienes sumaban 148 almas; sembraban centeno, cebada, avena, lentejas y otras legumbres, leña de combustibles y buenos pastos con los que se mantienen ganados lanar y cabrío. La iglesia estaba dedicada a San Juan Bautista.

Valdemoro limita al Norte con Navalsaz (La Rioja), Sur con Armejún, Este con Vea y Oeste con Buimanco.

Puede localizarse en el mapa 1:50.000, hoja número 280, latitud 42º 05’ 30’’, longitud 2º 13’ 15’’. Se accede con facilidad hasta la base del despoblado por una pista forestal, pero para llegar hasta el caserío hay que subir un terraplén.

Ruta de la Despoblación 1.- El Norte de la Villa y Tierra de San Pedro

San Pedro Manrique 

 

Valladares y Yuba

Despoblados pertenecientes a Somaén y Blocona

Valladares aparece en el Catastro de la Ensenada como un caserío, junto con el de “Lluba” –Yuba-. Eran de la jurisdicción del duque de Medinaceli, quien cobraba parte de los impuestos, concretamente los situados perpetuos, alcabalas y mestillas, y el resto el rey, aunque en realidad las percibía también el duque, puesto que estaban enagenadas. La tierra, de regular calidad, estaba sembrada de cereal y producía también algunas peras, ciruelas, serbas y nogales, “plantados en las tierras de hortalizas y de regadío sin orden ni concierto”. Ambas localidades se han despoblado recientemente.

Valladares perteneció a Somaén antes de que ésta pasara a depender de Arcos de Jalón, y Yuba pertene a Blocona. En el término de Valladares y con el nombre de Valdeherreros, se dio a conocer por parte del marqués de Cerralbo una cueva prehistórica excavada en la roca. En pie todavía permanece la iglesia y el edificio donde se ubicaron las escuelas, en una pequeña plaza presidida por una viejo olmo ya seco.

Ambos despoblados están situados sobre unas tierras pobres y carentes de agua; en Valladares, al Norte, un pequeño manantial apenas servía para las necesidades del vecindario; en cuanto a Yuba, una pequeño arroyo que se pierde a mitad del término, es toda el agua de superficie con que contaban.

Pueden encontrarse en el mapa 1:50.000, hoja 435; Valladares en la latitud 41º 14’ 15’’, longitud 1º 18’ 50’’, y Yuba en la latitud 41º 13’ 20’’ y longitud 1º 16’ 30’’.

Yuba, de Faustino Calderón

 

Velasco

Despoblado perteneciente a Santiuste

Velasco

Al pie de la carretera N-122 y con su término regado por el río Abión, resulta difícil –mucho más cuando repasemos los datos del Catastro de la Ensenada- comprender porqué se despobló Velasco, ya avanzado el siglo XX. El caso es que sus ruinas pueden verse, en un pequeño altozano, cuando, de camino al Burgo de Osma, se rebasa el término de Torralba.

En el siglo XVIII era del señorío del duque de Uceda como “dueño de la ciudad de Osma y su tierra en que es comprendido éste [Velasco]”. El de Uceda percibía las alcabalas –241 reales y 20 maravedíes al año- y las tercias en los frutos decimales. Los diezmos y primicias los percibía el obispo y cabildo de Osma y otros, como curas e iglesias.

Vivían en la época 23 vecinos y 4 habitantes (se refiere a medios vecinos, como eran consideradas las viudas), repartidos en 26 casas. No había pobres de solemnidad. Siete casas servían para guardar el ganado, además de doce tainas dentro del término y nueve en el monte. Completaba el censo de edificios un palomar inmediato a la población y siete pajares. El ganado era abundante, pues contabilizaban alrededor de quinientas cabezas de ovino, unas novecientas de caprino y cincuenta y ocho de bovino; casi noventa cerdos servirían para el consumo familiar, además de 29 jumentos y 32 bueyes para el trabajo del campo.

Como se puede apreciar la economía del lugar era envidiable, y más si añadimos 24 colmenas y 8 hornos para elaborar la miel, la industria casera de fabricación de queso de cabra y el negocio de la arriería practicado por dos vecinos que portaban leña al Burgo. Tampoco podían quejarse sus habitantes de las tierras, muchas de ellas dedicadas al regadío “por mano y pie para hortalizas”. El secano producía yerba, cáñamo y todos los cereales. Tenían viñas, dehesa boyal y un gran monte de carrascal y enebro, que todavía, hacia 1960, suministraba madera a pequeñas fábricas familiares, entre ellas una ubicada en el Barrio de La Estación, próximo a Berlanga de Duero, donde se fabricaban cajas de madera y traviesas para el ferrocarril.

El Común de Velasco gozaba también de una economía saneada. Tenía en propiedad dos casas unidas, un corral cerrado, dos huertos, cinco prados cerrados de seto, un arreñal, nueva tainas en el monte, dos heredades cada una de treinta y dos medias de sembradura, la dehesa boyal (en la que entraban los animales de otros pueblos durante el invierno), además de los montes referidos líneas arriba. Debía hacerse cargo el común de los sueldos de dos regidores, a los que entregaban ochenta reales al año “por los gastos que hacen con los religiosos mendicantes, soldados y verederos”. Obsérvese que esta cantidad representa la tercera parte de lo que el duque de Uceda cobraba solamente por las alcabalas. Otros gastos del común eran los derivados de los arreglos en la fuente común, de la acequia grande “que baja de la dehesa precisa para la labranza” y de los dos puentes de madera y tierra sobre el río Abión “precisos para el paso de los ganados de labrantío”. Pagaban el sueldo al sacristán, quien ejercía también de maestro, al cura y al fiel de hechos.

Un siglo después acudían a la escuela –según Madoz- doce alumnos. Escuela que acogería años después a Teógenes Ortego como maestro. Todavía la industria se basaba en la leña de combustible, pastos y abundancia de ganado, complementada con la caza de perdices, conejos y liebres y la pesca de barbos y truchas.

El 9 de junio de 1908 aparece en la prensa provincial una noticia relacionada con unos vecinos de Velasco. Se les había formado consejo de guerra por injurias a la Guardia Civil. Al parecer, estos vecinos estaban descortezando 225 árboles en la carretera Valladolid-Soria. Suponemos que más de lo permitido o en época no autorizada, por lo que fueron denunciados por la Guardia Civil de El Burgo. Los hombres enviaron una carta al periódico, redactada por el sacerdote Ildefonso Rupérez. Llevadas a cabo las pertinentes investigaciones, se llegó a la conclusión de que se trataba de calumnias, por lo que pidieron para los firmantes y el sacerdote penas que iban de un año a un año y seis meses. Los nombres de los firmantes son: Pablo Gañán, Francisco Gañán, Nicomedes Fernández, Andrés Frías, y Francisco Gañán Boíllos.

Tendría que pasar un siglo más para que este lugar de espeso bosque y buenas tierras de regadío se convirtiera en un despoblado más de los muchos que salpican la provincia de Soria.

Fotos de Despoblados

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