DESPOBLACIÓN

 

LOS DESPOBLADOS SORIANOS
© Isabel Goig Soler

© El trabajo sobre los Despoblados Sorianos para nuestras páginas es propiedad intelectual de Isabel Goig Soler

 

Cabrejuelas del Hoyo

Despoblado perteneciente a Fuentetecha

El despoblado de Cabrejuelas del Hoyo, llamado a lo largo de la historia como Cabreiuellas del Foyo y Cabrejuelas del Oio, ya estaba deshabitado en el siglo XIII. En la actualidad todavía puede verse algún montón de piedras trasladadas de las fincas de labor formando majanos. Sus tierras se reparten entre los agricultores del comienzo del Campo de Gómara, pero principalmente entre los de Fuentetecha, Duáñez y Carazuelo. Su ubicación, en término de Fuentetecha, es muy próxima al cerro donde se asienta la ermita de la Virgen de la Sierrecita –tal vez la ermita del despoblado aunque en la actualidad pertenece a Carazuelo- y próximo también al cerro de San Sebastián, pequeña elevación que puede verse desde Ontalvilla de Valcorba, Martialay, Alconaba y otros pueblos de esa comarca, y antiguo castro.

En 1752, las 1339 yugadas de tierra eran todas aprovechables y estaban sembradas de lino, avena, otros cereales, cáñamo y alberjones, en secano y regadío. Poco más habría que decir de este lugar despoblado desde tantos siglos atrás, pero nos ha llamado la atención la cantidad de nobles que eran en él propietarios y el elevado número de fundaciones sobre las tierras, relacionadas con la Iglesia. Tal vez la proximidad de la Cañada Real Soriana Oriental, que discurre entre los términos de Duáñez y Carazuelo, tenga algo que ver con esta esperpéntica lista que vamos a dar a conocer, con la sola base de algo más de mil trescientas yugadas de tierra.

Los nobles propietarios de tierras, todos con el don delante del nombre, eran: Alejandro Ledesma, de Castilfrío; Francisco Herrera, de Soria; Gregorio Carrillo, de Soria; Joaquín Carrillo, de Vinuesa; Joseph Dávila, de Toledo; Leandro Carrillo, de Brieva; Lucas Martínez, de Castilfrío; Luis de Guzmán, de Soria; mayorazgo de Sebastián del Castillo; mayorazgo de los Contreras, de Serón de Nágima; mayorazgo de Felipe Ambrona, de Medinaceli; mayorazgo de Vicente Peiró, de Molina de Aragón; y mayorazgo de María Torroba, de Soria.

En cuanto a la Iglesia, cobraban diezmos la dignidad episcopal, el cura de Fuentetecha, la fábrica de la iglesia de Fuentetecha, el arcipreste y “La pila”, es decir, derechos por bautismos. También del estamento eclesiástico, eran propietarios de tierras en el despoblado de Cabrejuelas del Hoyo: el curato de Fuentetecha, la maestre escola de la insigne colegial de la ciudad de Soria, la fábrica de la iglesia parroquial de Fuentetecha, la capellanía que fundó el licenciado Joseph Sanz (cura que fue del lugar de Fuentetecha), la cofradía de las Ánimas de la ciudad de Soria, la capellanía de Ánimas del lugar de Alconaba, la casa y priorato de los monjes benitos de la ciudad de Soria, la abadesa de monjas del convento de Santa Clara de la ciudad de Soria, el curato de la iglesia parroquial de San Salvador de la ciudad de Soria y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Espino de Soria.

Así estaba Soria a mediados del siglo XVIII, poco antes de que se hiciera la Desamortización de Mendizabal; nadie dudará de que era muy necesaria.

El despoblado se localiza en el mapa 1/50.000, hoja nº 350, latitud 41º 44’ 17’’, longitud 2º 18’ 10’’

 

Cabreriza

Despoblado perteneciente a Berlanga de Duero

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CabrerizaHace poco más de veinte años que se despobló Cabreriza (sus habitantes residen, en su mayoría, en la vecina Berlanga de Duero) y, todavía, algunas tainas dan cobijo a ganado lanar. Confina con Abanco, Galapagares, Alaló y Lumías.

En el siglo XVIII era del señorío de la duquesa de Uceda, marquesa de Berlanga, quien cobraba: alguacilazgo (14 medias de cebada que reducidas a dinero importan cada año 42 reales de vellón), quatro unos por ciento, reales servicios de millones y nuevos impuestos. Pertenecían al rey las penas de ordenanza, monte, campo y sangre, que estaban encauzadas con las de Villa y Tierra en ocho ducados de vellón, y le tocaban a ese lugar dos reales y medio. Cobra también el rey las alcabalas (700 reales de vellón) y martiniega (20 reales y 22 mr./año).

En esa época vivían en Cabreriza 30 vecinos y medio incluso 7 viudas(1) . Vivía también un pobre de solemnidad.

Era propietario el Común de un monte carrascal con algunos robles, del cual se sacaba, por el fruto de bellota, 800 reales de vellón/año. Una dehesa boyal de regadío que rendía 30 fanegas. Un pósito real. Una obra pía administrada por el Concejo y fundada por Antonio López Lozano -cura de Arenillas-, Pedro Guerrero e Ignacio Yagüe, con caudal de 65 fanegas y media de trigo que se repartía entre los meses de mayo y junio entre los vecinos de mayor necesidad. Una casa para juntas del Concejo. Taberna y mesón por adra, sin utilidad. Dos puentes de madera sobre el río Talegones para el paso a las heredades por lo que no se cobra.

Pascual Madoz, un siglo después, dice de Cabreriza que es un lugar situado, la mitad en la cúspide de un pequeño cerro, y la otra mitad en la falda de este; que le combaten los vientos N. y NO. y ello hace su clima frío y propenso a tercianas. En un siglo el número de vecinos había aumentado notablemente de 30 a 46 –180 almas- que se repartían en 43 casas. La escuela de instrucción primaria albergaba 30 alumnos de distintos sexos, bajo la dirección de un maestro, a la vez sacristán y secretario de ayuntamiento, por cuyos tres cargos recibía 40 fanegas de trigo común. Los vecinos se servían de una fuente de buen agua –que todavía, en 1996, podía verse manando- y una iglesia parroquial dedicada a La Asunción de Nuestra Señora, servida por un cura de provisión real y ordinaria. El terreno, sigue Madoz, “es bastante áspero y quebrado, comprende un monte carrascal y una dehesa. Le baña el pequeño río Talegones sobre el que hay dos puentes de madera y sus aguas no se aprovechan mas que para el riego de algunos huertecillos y dar movimiento a un molino harinero de cubo. Los caminos todos de herradura y en mal estado. Produce trigo, centeno, cebada, avena, legumbres, poco cáñamo y hortalizas. Cría ganado lanar, vacuno, de cerda y algunas caballerías para la agricultura. Pagaba 23.719 reales de impuestos”.

Alconeza

Despoblado perteneciente a Cabreriza

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AlconezaCabreriza ha tenido desde siglos su propio despoblado, Alconeza, cuyo nombre porta ahora el monte donde se asentara la antigua aldea y cuyo señorío era de la misma marquesa y duquesa que Cabreriza. La duquesa cobraba una parte de los diezmos y el obispo de Sigüenza, el resto. Limita el ahora monte al Este con Casillas y Ciruela; Oeste Cabreriza; Norte Ciruela; Sur Arenillas y La Riba de Escalote. El monte, que fue propiedad del despoblado de Alconeza, era muy extenso y Berlanga de Duero tenía la obligación de poner un guarda, a la vez que arrendaba parte de él para pastos. Dice Madoz que “Es sitio delicioso y abundante en caza, tiene una fuente de mucha y buena agua, y aun existen algunos vestigios de la población y la iglesia, todo contiguo y enlazado con el monte. Dícese que la causa de su ruina (cuyo año se ignora) fue una peste, y otros añaden que en atención a su posición insana, fue abandonado por sus moradores”.

(1) Las viudas eran contabilizadas, en la época, como medio vecino y, como tal, pagaban impuestos y recibían beneficios.

La senda del río Talegones (2)

Berlanga de Duero

Cabreriza - Página del Ayuntamiento de Berlanga de Duero

 

Castellanos de la Sierra

Despoblado perteneciente a Arévalo de la Sierra

Con el nombre de Castellanos son dos los despoblados en la provincia de Soria. Uno en término de Villar del Campo y el otro, el que hoy describimos, muy cerca de la Sierra de Alba, en su cara Sur. Limita al Norte con Ventosa de la Sierra, Oeste con Segoviela, N con Arévalo de la Sierra y Sur con Fuentelfresno. Medía de Este a Oeste 1.300 varas (1) y de Norte a Sur a 3.500 varas.

Su despoblación es relativamente reciente y todavía viven algunas personas nacidas en él. No obstante nunca ha estado poblado en exceso, pues en el siglo XVIII su población era de cuatro vecinos y medio, el medio siempre se refiere a viudas, también vivía una pobre de solemnidad, pero no era considerada ni vecina. Residían allí Juan Gómez, tejedor de 26 años, casado y padre de una hija. Juan del Río, labrador de 39 años, casado y con dos hijas. Baltasar Jiménez, labrador de 64 años, casado y padre de 4 hijos. Juan de Arévalo, labrador de 26 años, casado, padre de un hijo y con dos hermanas a su cargo. Por último María Bravo, “el medio vecino”, viuda, madre de un hijo con 18 años y con una criada; figura “sin oficio”, pero era propietaria de tierras. Total veintiuna personas. Un siglo después, según Pascual Madoz, la población había aumentado hasta treinta y dos almas repartidas en ocho casas y otros tantos vecinos.

El lugar era de realengo y, como en todas las aldeas, villas y lugares de la península –y se supone que de las islas- los diezmos y primicias los cobraba la Iglesia y los repartía entre el obispado, curatos, arcedianos y fábricas de iglesias.

La tierra debía ser buena; el término está regado por un arroyo con abundancia de agua, así no resulta extraño que se encontraran huertos considerados de primera calidad de hortaliza, sobre todo berza, cultivo que debía servir de medida, pues así aparece en el Catastro de la Ensenada: 1 yugada(2) de hortaliza de regadío producía 60 arrobas de berza al año. Una arroba equivalía a 11 kilos y medio, por lo que la yugada de berza producía, al cambio actual, 690 kilos al año. Cada arroba de berza estaba valorada en un real de vellón. Para ilustrar más el tema económico diremos que el tejedor, el día que trabajaba, ganaba 4 reales de vellón; otro tanto ganaban los labradores. En cuanto a Juan de Arévalo, quien además de agricultor ocupaba el puesto de zagal, ganaba 264 reales de vellón al año, más la costa, o gasto de manutención, lo que suponía al año 630 reales de vellón. Además de los huertos de primera calidad, en el término tenían sembradura de regadío y prados de primera y segunda calidad, y sembradura de secano de las tres calidades, donde se sembraba lino, yerba, trigo casi puro, muy poca cebada, avena y semillas. No había árboles, ni fructíferos ni silvestres. También había un “pago de agostadero de ganado lanar”.

Los nobles, naturalmente, estaban también presentes en Castellanos de la Sierra. Tenían propiedades rústicas el marqués de Vadillo; Juan de Vinuesa; José Zapata; Joaquín Carrilo, los cuatro vecinos de Soria, y Juan de Cereceda, vecino de Castilfrío.

El despoblado puede localizarse en el mapa 1/50.000, hoja nº 318, latitud 41º 55´ 45´´, longitud 1º 17´ 57´´.

(1) Vara castellana, medida equivalente a 835 milímetros y 9 décimas
(2) Yugada, equivalente a 1.200 varas castellanas. También se utiliza el término yugada para definir la tierra que puede labrar una yunta en un día.

 

Arévalo de la Sierra
Arévalo de la Sierra - Jesús Hernández
Fotos de Despoblados

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