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A orillas del río Izana, y a mediados del siglo IV (según el nuevo
folleto al que habrá que otorgar mayor credibilidad tras muchos decenios
de investigaciones) y a final del II, según Blas Taracena, una familia
de origen celtibérico, romanizada, de nombre gentilicio IRRICO,
construyó la villa conocida siempre como La Dehesa.
Es precisamente en ese lugar, la dehesa del pueblo de Cuevas de Soria,
donde los habitantes de este interesante pueblo llevaron durante siglos
a pastar a sus animales de labor. Forma un pequeño valle que finaliza en
el río Izana, naciente en Villaciervos y receptor de buena parte de su
caudal en los manantiales de Villabuena y Cuevas de Soria, en cuya poco
relevante cumbre, entre la villa y la carretera que conduce al pueblo de
Izana, se ubicaría en tiempos la ermita de San Miguel, con hospital
anejo, cuyo patronazgo correspondió a la familia Morales, de Las Cuevas.
(Ver soria-goig.com, actualización verano 2012, sección Ermitas).
Se sabía, por Eduardo Saavedra (1829-1912) entre otros, del hallazgo de
lápidas con inscripciones romanas, tanto en la dehesa, como en la ermita
de San Miguel y en la de los Santos Mártires, en su época nombrada de
San Cristóbal. Pero sería Blas Taracena quien se encargaría de la
primera excavación, como recoge en su Carta Arqueológica de la provincia
de Soria, 1941. "En la dehesa del pueblo quedan las ruinas de una villa
rústica de planta rectangular de 80 por 60 metros y en veintidós
habitaciones, que arrojan un total de 1.400 metros cuadrados (...). La
excavación que en los años 1928 y 1929 verifiqué en unión de don José
Tudela, a expensas de la Excma. Diputación Provincial de Soria, puso al
descubierto casi la totalidad de la planta de la vivienda, a excepción
del tramo de fachada situado a saliente. La crujía meridional tiene por
eje un gran salón que pudo ser el triclinio; a los lados, habitaciones
rectangulares de uso indeterminado, y en el ángulo Sudeste las termas
privadas, compuestas por el balneum, el apodyterium y
algún departamento levantado sobre hypocaustum; la crujía
occidental tiene en el centro, y comunicado por tres vanos por la
galería del peristilo, el oecus, de 17 por 11 metros, cerrado en
forma absidal, que comunican con la galería a través de un pasillo
igualmente rematado en ábside; la crujía Norte es como la Sur, de
habitaciones rectangulares que a juzgar por sus pavimentos se
destinarían a usos domésticos inferiores. La villa debió construirse a
finales del siglo II y estuvo habitada hasta el fin del Imperio".
Veintiséis años más tarde, José Tudela, en un comentario publicado en la
Revista Celtiberia, 1967, sobre la villa de Los Quintanares, de Rioseco
de Soria, deja a su amigo Taracena el protagonismo de la excavación
arqueológica en la villa de Las Cuevas: "Lo más interesante de esta
nueva villa [Los Quintanares, de Rioseco de Soria] descubierta es su
pavimento y el enlucido de sus muros, aquella de mosaico con dibujos
análogos a los de la no lejana villa romana de Cuevas de Soria, cuya
excavación dirigió en 1928 Taracena, maestro y orientador de Ortego y
Frías, entonces aprendiz de arqueólogo. Algún dibujo de estos mosaicos
es igual a los de Cuevas, pero otros, dentro del mismo estilo, son
diferentes; y el enlucido a estuco de sus muros son temas decorativos
más simplificados imita placas de mármol".
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Antes de estas dos publicaciones, José Tudela y Blas Taracena
escribieron la Guía de la Provincia de Soria, publicada por Las Heras,
Soria, 1928, con cinco ediciones hasta la fecha. En ella amplían hasta
cinco mil los metros cuadrados de la villa. Dicen que es una suntuosa
residencia campesina, y cambian también la fecha de la construcción,
datándola en el siglo III: "Las ruinas descubiertas hasta hoy, son las
de un enorme edificio cuya planta mide 5.000 metros cuadrados,
constituido por un gran patio central rodeado de crujías de habitaciones
con unos 17 metros de fondo...". En esta primera edición, y para la
publicación de la segunda, que correría a cargo de Revista de Occidente,
en el año 1962, don José, a pluma, anota lo siguiente: "Pero estas
ruinas para su conservación fueron tapadas otra vez, aunque se adivina
su planta en el lado N. La maqueta de la Villa y los dibujos de los
mosaicos pueden verse en el Museo Celtibérico y el plano y una muestra
de los mosaicos están en San Juan de Duero".
En la 5ª edición, 1979, los mosaicos estaban todavía en San Juan de
Duero. Pero ya, en el folleto titulado "Cuevas de Soria, Villa Romana",
fechado en el año 1994, con textos y fotos de María Mariné Isidro,
maqueta y diseño de José Luis Argente Oliver, Imprenta Provincial, ya
estaba, el de San Juan de Duero, en su lugar de Las Cuevas.
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En la actualidad, según decíamos más arriba, y tal y como se lee en el
tríptico, a la villa de La Dehesa, de Cuevas de Soria, se le atribuyen
unos cuatro mil metros cuadrados de superficie, y se data hacia la mitad
del siglo IV, "sobre una construcción anterior de la que apenas tenemos
conocimiento". Se ha elegido la figura de la diosa Magna Mater
·para
presentar en proyecto de puesta en valor de tres villas romanas
emblemáticas de la provincia de Soria: La Dehesa de Cuevas de Soria, Los Quintanares de Rioseco de Soria y Los Villares de Santervás del Burgo".
Desde aquel lejano año, hace más de ochenta, la Villa romana ha
cambiado, lenta, muy lentamente. También desde 1970, cuando la visitamos
y el encargado de enseñarla levantaba un poco la tierra con la cayata
para que pudiéramos ver los mosaicos. Eso sí, la recordamos siempre
señalizada, o al menos desde hace ya muchos años, en el cruce de
Quintana Redonda.
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Lo que se muestra al público, la totalidad de lo excavado, es una
treintena de habitaciones de distinto tamaño, algunas con cabecera
semicircular; las termas, el aula magna, el jardín central con
vegetación propia de la zona, y una magnífica colección de mosaicos,
algunos casi podría decirse que en perfecto estado, y otros consolidados
y restaurados. Si los materiales empleados para la construcción son los
propios de la zona (como en casi todas las construcciones), el diseño y
la configuración de la villa recuerda a edificaciones manchegas y a
grandes cortijos andaluces, tanto por el patio central como por las
habitaciones abiertas a él, aunque en este caso no sería a través de
galerías. El conocido como Don Bernardo, en Navas de San Juan (Jaén), es
muy parecido. En Altafulla (Tarragona), la villa Els Munts, antecesora
de las masías, llevaba anejo a la propia vivienda, los cultivos y las
dependencias para los animales. Suponemos que cuando se siga excavando
la de Las Cuevas aparecerán todas estas dependencias. Al fin y al cabo,
por toda Hispania anduvieron los romanos.
Hoy podemos decir que la musealización de la Villa de la Dehesa, abierta
al público unos días atrás, es extraordinaria. Para lograrlo, además de
la Diputación Provincial de Soria -propietaria de la villa-, de la Junta
de Castilla y León como gobierno autonómico-, y con la ayuda de fondos
europeos, se han unido al proyecto los talentos del arquitecto José
Francisco Yusta, de la historiadora y responsable del área de Cultura de
la Diputación, Yolanda Martínez, y del historiador Dimas Fernández
Galiano.
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Otro tanto puede decirse del personal de Soria Museum, encargados de
atender a los visitantes, mostrarles las instalaciones, y explicar de
forma didáctica, muy didáctica, la villa y la musealización. Garantía,
pues, para el próximo evento cultural, la apertura, en Morón de Almazán,
del Museo del Traje, pues será esta misma empresa la encargada de
mostrarlo y explicarlo.
©
soria-goig.com
Quintana
Redonda, sus barrios (Los Llamosos, Izana, Las Cuevas, Monasterio, La
Borbolla) y Camparañón
Anotaciones
a la Historia de Las Cuevas de Soria
«Museo Provincial del Traje Popular»
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