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5.-
El
tren sigue hacia Medinaceli
Mientras nosotras nos disponemos a visitar el río Duero, el pequeño tren
sigue su camino hacia Madrid. Parará en Medinaceli, la bella ciudad
querida por los romanos (hay cerca unas muy rentables salinas) y por los
musulmanes, tanto, que la defendieron con todas sus fuerzas. Es la ciudad
de los duques... Pero esto es otra excursión.
Aún seguirás corriendo tu trayecto
casi sin nadie, por la helada estepa,
por fondas donde dan agua de pozo
donde braman, trabadas, las terneras.
Mucho he viajado desde entonces; trenes
de sleepings con sus máquinas eléctricas
han llevado mi tedio o mi alegría
por las grandes ciudades extranjeras.
Pero a tí, tren humilde, tren de Soria
vuela mi corazón; porque tú eras
alegría inicial de mis veranos
con equipaje ingenuo de cometas.
Agustín de Foxá
6.-
El río Duero-1
Este hermoso paraje está a sólo trescientos metros de la estación donde
nos ha dejado el tren. Esa corta distancia la recorreremos por lo que
fueron huertas y monasterio de San Francisco. También en Almazán tuvieron
convento estos frailes y muy antiguo, tal vez fue fundado en el siglo XIII
principios del XIV. Nadie lo diría, pues se ha llenado el espacio antes
ocupado por los frailes de torres de pisos. Pero existió, y todavía
Pascual Madoz, en 1845, lo describe y cuenta cosas terribles, como que los
sepulcros de los condes (se refiere a los Hurtado de Mendoza, marqueses de
Almazán y condes de Altamira) “están en un estado tan lastimoso que se
entra a ellos como a una cuadra y allí ruedan por los suelos las momias de
los condes que más de una vez sirven como juguete de los muchachos”. En
él, aseguran, estuvo alojado Pedro “El Cruel” o “El Justiciero”, según
quien cuente la historia. En la puerta de entrada se daba pleito homenaje
a los condes cuando tomaban posesión. De todo esto sólo queda el recuerdo
del nombre del paraje “Campo de San Francisco”.
Almazán
Y ya el Duero, donde los chavalitos compiten para ver quien coje la carpa
más grande, aunque luego la devuelvan al agua, o no, y acabe en la sartén
de la madre. La parte del río que rodea al Campo de San Francisco ha sido,
digamos, retocada, pero con bastante gusto. Una manga de agua ha sido
desviada, se han instalado puentecillos de madera y lugares donde
sentarse. Los niños, ajenos a estas comodidades, siguen jugando donde
pueden demostrar mejor sus artes.
7.- El Duero-2
A pesar de las ánades que ahora viven en esta parte del Duero (a la que
llegaremos cruzando la carretera y pasando por el puente peatonal), lo que
en realidad se sigue escuchando es el canto de las lavanderas. Había una
foto en el bar Puerto Rico, muy grande, sepia, que mostraba a las mujeres
arrodilladas a la orilla del Duero, y detrás de ellas las murallas y la
parte trasera del palacio de los Mendoza.
La galería del palacio se ve en la foto y, coronándola, la cúpula de la
iglesia de San Miguel, bellísima, pequeña, dorada, a la que se accede por
la plaza Mayor. El palacio perteneció a los poderosos Hurtado de Mendoza y
en él se hospedaron los Reyes Católicos cuando les tocaba la zona
fronteriza con Aragón como corte. En él vivió también su hijo Juan, el que
moriría de amor, dice la leyenda romántica, de tanto usarlo con Margarita
de Austria.
Si hubiéramos alargado la imagen hacia la derecha, podríamos ver también
el “rollo de las Monjas”, un trozo de muralla que ampara el monasterio de
Clarisas que se asienta en Almazán. Ya viven pocas y son mayores, tal vez
las trasladen a Medinaceli, pero todavía hacen dulces, entre ellos el
nevado del Niño Jesús..
Hemos tomado la foto
desde la alameda, eje de la vida adnamantina. En ella se instala la Feria
de Maquinaria, en mayo, a la vez que celebran “El Zarrón”, en honor de San
Pascual Bailón, fiesta de origen pastoril.
© soria-goig.com
<--1
Soria-Almazán. Las estaciones-->
Quintana
Redonda-> Tardelcuende-> Matamala->
<--2 Estación Almazán-Villa
->Machado
<--3 Estación Almazán-Villa
->La Acacia
<--4 Estación Almazán-Villa
->La Cantina
8--> Estación Almazán-Dehesa
9--> Poema 55
10--> Los huertos socialistas
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