Cueva de Ágreda o La
Cueva, como se la llamó durante siglos, debe su nombre a una oquedad
que Pascual Madoz, en su Diccionario del siglo XIX, describe así:
“...cuya entrada
tiene una habitación con 50 pies de longitud y bastante latitud,
a continuación hay un paso estrecho que conduce a otras
localidades mayores, muy frías y húmedas adornadas de columnas y
figuras caprichosas y raras, formadas por las aguas que destilan
las bóvedas, no ha podido averiguarse el fin de este subterráneo
por su mucha frialdad y enrarecimiento del aire y cada día será
más difícil porque poco a poco se van obstruyendo las entradas”.
La entrada a la cueva,
perfectamente visible desde muchos lugares del pueblo, se ha ido
habitando por quirópteros y ha dado lugar al Centro de
Interpretación del Moncayo y de los murciélagos en Cueva de Ágreda,
un edificio pintado de azul con tres plantas en su interior donde se
muestran los lugares de interés de la comarca del Moncayo, que no
son pocos. Entre ellos las aves que lo habitan y que ha dado lugar a
que sea Zona de Especial Protección para Aves. La vegetación y el
agua:
“De Norte a Sur
cruzan el término de Cueva los ríos Veguilla o Matilla y Mula o
Trasmoncayo; el primero se forma de dos arroyos, aunque su
origen primero está en la fuente de Malpedregoso, el Mula tiene
su lugar de origen en el manantial llamado Peñasnegras, en pleno
Moncayo. Pasa este río por el magnífico robledal de los prados
de la dehesa, lugar de excursión habitual y familiar. Los dos
ríos, cuyas aguas bajan con un fuerte componente de hierro a
juzgar por el color que deja en las piedras del lecho, van a
parar al Araviana en Ólvega”.(Fuentes, fuentecillas y
manantiales. Goig Soler).
Un poco de historia
Como acostumbramos a
señalar, es el Catastro del marqués de la Ensenada referencia
obligada para conocer la realidad de villas, pueblos e incluso
despoblados a mediados del siglo XVIII cuando recabaron los datos
para tal conocimiento. Gracias a estos documentos podemos afirmar
que en esa concreta fecha el lugar, que era de realengo, se
denominaba La Cueva a secas. Sabemos también que la tierra producía
berza, trigo centenoso, centeno, cebada, avena, garbanzos, lentejas
e hierba, como en general se producía en toda la provincia. La
población se componía de 66 vecinos que se dedicaban a la tarea de
alcalde, dos regidores, un fiel de hechos que ejercía a la vez de
maestro, un vecino que vendía vino al por menor, otro vecino que
tenía arrendado el molino, otro se beneficiaba del horno de poya, un
guarda de montes y panes, un guarda de vacuno y 17 zagales para el
ganado lanar. Les atendían, aunque residían en Ólvega, un cirujano
un médico y un boticario. Se contaba entre los oficios un albañil y
un albeitar que era a la vez herrador y herrero, como era habitual
en otros pueblos. El común de vecinos era propietario de una dehesa
boyal de dos mil yugadas de primera calidad que producía de
arrendamiento 1200 reales/año pagados por don Antonio de Cabriada (Ágreda)
y Sebastián de Val. Además de Casa-concejo, pósito, fragua, casa,
granero, horno de poya, más el molino harinero de una muela. Un
siglo después y según Pascual Madoz, la población había aumentado a
74 vecinos (290 almas), da razón de la cueva con cuya descripción
hemos comenzado este reportaje, anota que había escuela a la que
asistían 22 alumnos y da noticia de la ermita de la Virgen del
Monte, construida en el siglo XVII. En reciente visita, gracias a la
gestión de Guadalupe y a la amabilidad de Pepita, pudimos ver y
fotografiar la ermita y la imagen. Hemos de recordar que no muy
lejos, en Sarnago, otra ermita con la misma advocación está en
ruinas y ha sido objeto de estudio por parte de
Eduardo Alfaro
e
Isabel Goig.
Hay que reseñar la
Cantina, en funcionamiento, con altibajos, desde 1900. Los actuales
adjudicatarios la mantienen en perfecto estado con una interesante
oferta culinaria que se agradece mucho en una provincia donde en
pueblos con escasa población a lo largo de casi todo el año, no se
puede tomar ni un café.
Desde Cueva de Ágreda se
llega a Beratón pasando por la dehesa magnífica de robles, de otros
árboles, de agua, un sitio precioso.
Sigue la ruta>>>
©soria-goig.com,
2021
Este artículo se complementa con el pueblo de Beratón, la ruta con
Dorotea y el romance