A
nosotras nos hubiera gustado que la señora Dorotea hubiera visto esta ruta, estos lugares
a los que ella nos acompañó, en Internet. Podéis estar seguros que, llegado el caso,
hasta hubiera sabido manejar el ratón, y acceder a la página donde su pueblo,
Beratón, aparecía en la pantalla.
Beratón
Pero la señora Dorotea
Serrano ya no vive, por eso, ahora, en homenaje a ella, y a tantas personas mayores de
esta singular tierra, queremos daros a conocer la ruta, cortísima, del río Isuela.
El último día que vimos a la señora
Dorotea fue alrededor de la Semana Santa del año 97. Cuando, sentada en un poyo, nos
decía adiós con la mano, María Luisa me dijo: deberías hacerle una foto, me parece que
no vas a verla muchas más veces. Pero no la hicimos, y nos hemos arrepentido después.
Ya, en realidad, estaba muy enferma, además padecía un principio de Alzheimer, ella, a
la que tanto le gustaba leer, escuchar la radio, pasear, y perderse por el castillo de don
Dionis, allá en lo alto. Así se nos van yendo nuestros viejos. Cada vez que recorremos
de nuevo la provincia falta Cosme, de La Cuenca; Agustín, de Ures; Rufina, de Ciria;
Dorotea, de Beratón
Y con ellos, desaparece también la historia no escrita. Un
trozo grande de ella, porque las nuevas generaciones, salvo raras y honrosas excepciones,
ven, en esta intrahistoria, algo sin importancia, cosas de viejos.
Fue en el año 89 cuando la conocí, y, con ella, a Beratón. Ágil, hospitalaria,
conocedora a fondo de su pueblo y el entorno, me enseñó, apenas intercambiar unas
palabras, un escrito, redactado y enviado por ella misma, al Defensor del Pueblo,
solicitando que no se llevaran el agua de Beratón a Olvega; se la quería "quitar el
Revilla", y eso, en un lugar donde viven pocas familias, pero muchos animales, muchas
miles de cabezas, no se podía consentir. El agua se la llevaron, claro, pero ella luchó
hasta el final.
Beratón se asienta en las faldas del Moncayo, a 1395 metros sobre el nivel del mar. Es el
pueblo más alto de la provincia de Soria. Abunda el ganado lanar, porque abundan los
pastos, los cuales son también alquilados a ganaderos de otras provincias, principalmente
de Navarra y La Rioja.
Primero nos enseñó el minúsculo pueblo.
-
Pero no se crea que porque sea pequeño no tiene historia. Mire en esta iglesia
aconteció, a finales del siglo pasado, un hecho de bandoleros. Querían quitarles el
dinero a los vecinos, y hasta existe un romance...
- Podría recitarme algo de él
- Es que no me acuerdo. Pero me deja la dirección y le diré a mi hijo que se lo
mande. Sólo recuerdo el principio. Dice así:
"Salve, Reina de los Cielos,/Amparo
del afligido./Dadme luz para explicar/el nuevo caso ocurrido,/en este presente año,/con
diez facciosos bandidos./En el pueblo de Beratón/situado al pie del Moncayo/en territorio
muy frío,/pero que habitan en él/algunos ricachoncillos,/cuyos bienes codiciaron/los
desalmados bandidos
".
-
Ya se lo mandaré. Ah!, y Beratón está ya incluída en
la ruta de Bécquer. El poeta romántico se inspiró en nuestro pueblo para escribir
alguna de sus historias. Ahora vamos en el coche, aunque yo prefiriría ir a pie.
- Pero me ha dicho que es allí abajo. Eso está a bastante distancia y usted ya es
mayor.
- Sí, mayor, pero toda la vida he ido con las ovejas y ando mejor que usted,
seguro.
- Seguro, pero no tengo mucho tiempo. Si le parece vamos en coche.
El río Isuela nace en el "prao del Hoyuelo". Solo recorre parte del término de
Beratón, en la provincia de Soria; surje rápido hacia la de Zaragoza, por Purujosa. Hay
que tomar la carretera que se dirige hasta este enclave zaragozano, bordear el
"barranco del moro", y llegar a un paraje excepcional, por donde el río
discurre entre la "umbría de la Muela" y el "alto de
San
Mateo".
-
Aquellas rocas con el castillo de don Dionis.
Se refiere Dorotea a las elevaciones rocosas que flanquean el discurrir del Isuela. A
contraluz, la fortaleza de piedra, con dos oquedades, una a cada lado, ofrece toda la
imagen de un castillo real. Aunque se trate sólo de fantasía. Bécquer, en
La
Corza blanca, cuya historia transcurre en un pequeño pueblo de Zaragoza, del
entorno del Moncayo, tiene como protagonista a don Dionís, y habla en ella de "la
castellana de Veratón".
Cueva de Ágreda
Es una
zona rica en historias, esta del Moncayo. En Cueva de Agreda, lugar a pocos kilómetros de
Beratón, existe una oquedad, que da nombre al pueblo, con resonancias mitológicas, al
hacerla vivienda, nada menos, que de Hércules. Hay quien mantiene la tesis de que el
Moncayo fue uno de los muchos montes sagrados celtas de toda la región celtíbera.
La vegetación que rodea al río es de rebollo y chopo. Todo el entorno es de una belleza
salvaje, intocada. Por los alrededores nace la fuente llamada del "agua Santa",
debajo del castillo, cuya agua recoge el Isuela antes de marcharse de la provincia. Nace
también en Beratón el histórico río Araviana -a ella le gustaba nombrarlo Diluvial- a
más de mil trescientos metros de altura, relacionado con la leyenda de los Siete Infantes
de Lara.
Nos despedimos de Dorotea.
-
Ahora me acuerdo de otra estrofa del romance. Ya verá:
"A cuántos de
Beratón/les quitaron sus ahorrillos./Sacaron la Marinola,/la mujer del Marianillo,/la
mayor contribuyente/de todo este pueblecillo./La llevaron a su casa/y mandaron
degollarla/como se hace a un cabrito,/hasta arrancarle el postrero/cuarto, de los
escondidos./Y así sucesivamente/hicieron a otros vecinos./Después de desvalijados/los
llevaron a la iglesia/y los dejaron atados/pa sumarlos al martirio./Terminada la tarea/los
ladrones reunidos/llenos de sarisfación/y con regocijo henchido/metiéronse en una casa/a
atracarse de chorizo".
©
Isabel
Goig
Esta
ruta se complementa con los dos pueblos mencionados y el romance
Beratón
Cueva de Ágreda
Romance de Beratón
Fuentes
de Beratón, José Ignacio Esteban
Beratón -
Asociación Cultural Cruz de Canto
Beratón
- caminosoria.com
Mendikat
:: Soria
::
Muela
de Beratón
-
Castro San Mateo
Donde comer y dormir
- La Cantina de Cueva de Ágreda
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