Soria Pueblo a Pueblo

lolaMiño De Medinaceli

por Verónica Retamero García

 © Textos y fotografías, originales para la sección

 

Miño de Medinaceli

Si quieren llegar a Miño de Medinaceli, -seguro que sí después de haber leído esto -, lo encontrará a 72 kilómetros de Soria, por la N-111 y a 10 kilómetros de Medinaceli.

La verdad es que no es un pueblo muy grande (no pasa de los 40 habitantes en invierno, aunque en el censo hay más de 100 por agregar otros ayuntamientos), pero tiene cosas que llaman la atención, y que hacen que se le tome cariño.

Una de las curiosidades es la iglesia de San Miguel, fuera de lo común, no os váis a encontrar una planta basilical, ni de cruz latina típicas, sino que es como un "agregado". La puerta no está a los pies, sino en un lateral lejos del altar y el campanario está justo al fondo, al final de la cabecera. Al lado, y adosado a ella está el consultorio médico, que en tiempos fue la escuela del pueblo.

Un elemento importante en Miño es el agua. No en vano hay dos fuentes y cinco pozos (si no he contado mal). Una fuente está en el barrio de la estación y la otra en el pueblo. Hace unos cuántos años - cuando todavía había vacas- se podían ver abrevando (si es que se puede decir así) en la fuente; ahora sólo queda el grifo: se ha rellenado la pila.

Pero, sin duda, una de las maravillas del pueblo es la panadería de Gerardo, un gallego amante de esta tierra y casado con una lugareña, Gloria, donde hay unas empanadas gallegas estupendas y un pan que hace comer al menos apetente. Eso sí, si venís, no olvidéis un buen jersey y el traje de baño, para daros un chapuzón en la piscina del bar o pasear por la ribera del río Torete.

Miño de Medinaceli

Fiestas populares.- 29 de setiembre, en honor del Arcángel San Miguel. Ángel guerrero que luchó contra el dragón, se suelen celebrar el último fin de semana de septiembre. El viernes, sábado y domingo hay verbena en el bar si llueve o en el frontón, si despeja, y, como dirían los de la comisión, "marcha en la peña hasta el amanecer", además de los típicos bingo y campeonato de mús y guiñote. Es interesante ver cómo esas calles, tan vacías en invierno, se convierten en ríos de gente propia y extraña, disfrutando de las últimas fiestas del verano.

© Verónica Retamero

 

Sobre las inciertas consecuencias del alcohol

Aunque el resto del país apenas se dé cuenta de que estamos aquí, hay algunas cosas en que en Soria somos los primeros. Tenemos un elevadísimo índice de despoblación, pero es posible que sea así porque a nadie se le ha ocurrido la idea mágica que lo solucione. Soria es la provincia con menos índice de paro. Y yo me pregunto: ¿será porque los únicos que no han emigrado han sido los que tenían tierras de cultivo o cualquier otro medio de subsistencia? (Que por otro lado, está íntimamente ligado a la primera cuestión).

Una de las peores redes de transporte terrestre, ya sea por carretera o por vía férrea, ¡está en Soria! Claro que debemos estar de enhorabuena porque ya han comenzado las famosísimas obras del túnel de Piqueras. Sin embargo, digo yo, ¿veré la N-122 que nos une con el sur de Burgos mejor? ¿Y para cuándo la N-111, eterno suplicio de los que tenemos la mala suerte de encontrar pesados camiones por la carretera? ¿No estaría mejor (claro que eso sólo sucede en mis plácidos sueños) una autovía que enlace con la N-II?

Sin que se me ofendan loas ecologistas, tengo mis dudas sobre que la negativa a estas opciones sea un nefasto impacto medioambiental. Y es que en el resto de España hay líneas férreas, más gente y autovías, ¡y tan contentos que viven! Estimo que son cosas necesarias que harían sacar un poco la cabeza a una provincia degradada por las circunstancias.

Y es que en la provincia hay carreteras que son las menos apropiadas para traer invitados. Es cierto que se están haciendo algunos esfuerzos para avanzar: tenemos –al menos en el sur, que lo conozco mejor- bastantes casas rurales, un arco de triunfo, un museo arqueológico, y lo más reciente, un descubrimiento que deja atrás a Europa. Pero, las carreteras para acercar a los visitantes aún dejan mucho que desear. Es triste que hasta que no han venido a ver lo que tenemos por aquí no haya empezado a arreglar tortuosas carreteras, llenas de baches y de sinuosas curvas. Al menos nos queda el paisaje y el frío, los vastos terrenos dorados en verano y verdes en primavera…

Se me olvidaba, hay otra cosa en que somos los primeros. Sí, eso que tiene algo que ver con desbancar a Europa. En Miño de Medinaceli han hallado la cerveza más antigua de Europa. Exactamente del 2400 a.C. ¡Los alemanes e irlandeses la tendrán mejor, pero nosotros desde antes! Para este hallazgo llevan ya cuatro años trabajando en la Sima un grupo de arqueólogos de la Universidad de Valladolid. A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar: no se puede negar que el “repentino” aumento de población y los trabajos en sí han dado algo más de vida a Miño, que parece, como tantos otros pueblos, que sólo existe en agosto. Se notó sobre todo el pasado día 26 de agosto. Como agradecimiento a las ayudas ofrecidas por los vecinos para facilitarles el trabajo, el director, Manolo Rojo, ofreció una comida popular, así, con personalidades de la política y todo. Eso sí que fue reavivar al pueblo. Salió gente de donde no la había. Y es que una chuletada nadie la perdona. Todos comimos junto a esta gente que ha conseguido que el nombre de Miño de Medinaceli aparezca en los libros de Historia. Rueda de prensa con medios de comunicación incluida. Todo un lujo por estas tierras.

Las fotografías pertenecen al reportaje que publicó muy interesante nº 268

El profesor Manuel Rojo examina uno de los vasos

Y en ella se habló de todo: duro trabajo, proyectos de futuro… Y algo así como un parque temático. Hasta ahora ya hay un servicio de guías que explica al visitante inquieto lo que se va descubriendo, qué significa, por qué es relevante y lo que esperan descubrir.

Pero una cosa es un servicio de guías y otra cosa podría ser la ciudad de la cerveza en Miño. No creo que se llegue a tanto, pero por el momento ya se piensa en hacer algo así como un “parque cultural de índole arqueológica”. Ya veremos en qué se traduce todo esto. Por ahora lo espero con una mezcla de esperanza y de cautela.

Todo avance es importante, pero en un lugar en el que hasta hace dos días había señales de carro específicas para carros tirados por caballos, los pequeños cambios se convierten en pequeñas revoluciones. Valga de ejemplo la sorpresa de ver hace unos diez años aceras en el pueblo.

Pero no nos desviemos. Una cosa es algo de lo llamado “necesario” –unas aceras- y otra cosa es un entretenimiento. Depende de cómo se plantee podría dinamizar la zona, o siguiendo el juego de palabras, dinamitarla. Es evidente que es bueno que la gente se acerque, que la zona se dé a conocer, porque seria un tremendo impulso. Sin embargo, en ocasiones el precio que hay que pagar es demasiado elevado. Por la misma razón de que la tónica es la tranquilidad (que no significa lo mismo que inmovilismo) los cambios han de estar convenientemente dosificados.

Un parque cultural en condiciones supone acercar a la gente, como el mismo Manolo Rojo dijo, de todo el mundo. Para poder absorber este flujo de gente ¡volvemos siempre a lo mismo! hace falta que las vías no sean de caballos, sino de coches; que dos vehículos se puedan cruzar sin temor a caer al barranco. Hace falta que aquí haya gente viviendo, porque un municipio necesita población constantemente, y no quince días al año… Es el pez que se muerde la cola.

Pero será mejor no perder la esperanza: comenzar poco a poco, y que el tiempo dé la razón a unos o a otros.

Estoy convencida de que esta zona tiene interés arqueológico, que después del hallazgo de la cerveza en Miño, de los mamuts de Ambrona… aún quedan cosas y, que ¡por qué no!, debemos compartir con el resto del mundo. Pero por favor, señores responsables, piensen en la tranquilidad de la zona y en los avances más revolución.

© Verónica Retamero

 

Verónica Retamero en SENDEROS IMAGINADOS:
A mis queridos ancianos - La hija de la hornera - El tren

 

Fotografías de Carlos Hernando

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Calleja de Miño de Medinaceli    Miño de Medinaceli    Camino Real, Miño de Medinaceli

Iglesia de San Miguel de Miño de Medinaceli    Castillo de Miño de Medinaceli

 

Los primeros agricultores y ganaderos del interior peninsular

 

 

Mapa de la zona (65 KB)¡CLICK!

 

Fuentes y Manantiales de J. I. Esteban JaureguiFuentes de Miño de Medinaceli, José Ignacio Esteban
Tres ríos para cuatro pueblos, Javier González Soria
La Laguna de Conquezuela, Javier González Soria
Arturo y su tienda de coloniales, narración de Isabel Goig

El mundo de Oci. Una historia de hace 6.000 años. Manuel A. Rojo Guerra
Un brindis con el pasado. La cerveza hace 4500 años en la Península Ibérica.
Manuel A. Rojo Guerra, Rafael Garrido Pena e Íñigo García Martínez de Lagrán
Miño de Medinaceli - caminosoria.com
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