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640 SORIANOS REPRESALIADOS POR FRANCO Antonio Hernández García
Edita: el autor |
Hay publicaciones que una no sabe cómo empezar a comentarlas por la magnitud y la importancia de lo publicado, y esta es una de ellas. Desde que hace aproximadamente treinta años el mismo autor, Antonio Hernández, junto con Gregorio Herrero, publicara “La represión en Soria durante la Guerra Civil” (después reeditada por la Asociación Soriana “Recuerdo y Dignidad”), no se había hecho un trabajo semejante en Soria. Poca literatura –el tema no lo requiere- y mucha documentación, pura y dura, en la que hablan, y dicen, los hechos reflejados en ella. Cuando se publicó “La represión en Soria”, el acceso a los archivos estaba restringido, cuando no directamente prohibido, algunos todavía lo están, pero pocos, y para el caso que nos ocupa, ninguno. Así, los datos de estos 640 sorianos represaliados por Franco están, originales y casi vírgenes, en los archivos siguientes: Históricos Provinciales de Soria, Salamanca y Guadalajara. Históricos Municipales de Abejar, Almazán, Baraona, Covaleda, Navaleno y San Leonardo. Archivo de la Guerra Civil, en Salamanca. Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares (Madrid). Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas, en Salamanca. Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (Tribunal de Responsabilidades Políticas de Burgos). En estas fuentes, primigenias, y en las publicadas en los distintos boletines oficiales del Estado, ha investigado el autor para dar a conocer, una vez más, un trabajo valiente donde los haya. La triste historia de las represiones durante y después de la Guerra Civil, es un episodio más de aquella barbarie que los españoles se vieron obligados a padecer. La violencia de los años de la guerra se vio convertida en una revancha inexplicable de los vencedores sobre los vencidos, y solamente en Soria, 640 de sus habitantes –algunos ya desaparecidos o muertos en la contienda o en las cunetas- se las tuvieron que ver ante un tribunal de Responsabilidades Políticas que indagó sobre su vida social, política y económica. Los delitos cometidos eran, en general, haber formado parte de un ayuntamiento constitucional, haber estado presente en las mesas electorales, pertenecer a sindicatos obreros –en especial a la UGT, aunque la CNT también se llevó su buena parte-, haber cumplido lo que las leyes de la República ordenaban en cuanto a los maestros se refiere o, sencillamente, simpatizar con éste o aquél político, aunque fuera el mismísimo Maura. Todo un despropósito. En estos juicios se les aplicaron penas de cárcel y multas que sobrepasaban con mucho el poder económico del enjuiciado, lo que motivó que sus bienes, a veces pobres bienes, fueran embargados o, en el caso de que hubiera muerto o desaparecido, fuera la viuda la que debía hacerse cargo de la multa. Para darle verosimilitud al juicio, era necesario que declararan en contra de los juzgados personas de clara relevancia social para los vencedores, como eran jueces de paz, alcaldes del nuevo orden social, sacerdotes y vecinos de prestigio. Algunos se cebaron especialmente y otros dieron su opinión comedida a fin de evitar males mayores. Todo esto, extraído directamente, como decimos más arriba, de archivos especializados en el tema, está en este libro de casi novecientas páginas, ordenados alfabéticamente los pueblos, con una extensa introducción del propio autor, y doce apéndices. La historia reciente de Soria ha sido mostrada, una vez más, por el profesor del Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria, Antonio Hernández García. soria-goig.com Otros libros de Antonio Hernández: El fiasco de SORIA FUTURO, S.A. |
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