Carretero.
“Que cada y quando que los carreteros, ó cada uno de ellos,
pasaren, y fueren por las Ciudades, Villas y Lugares de nuestros
Réinos y Señoríos, y sus términos, con sus
bueyes, mulas y carretas y carros, que los dexen
y consientan pacer, estar y parar sus, carretas y carros”. Fuero
Juzgo, lib. 8, tit. 3, 1.8”. (DA).
Algunos pueblos de
la Sierra de Neila (Burgos), con Quintanar de la
Sierra a la cabeza, y de Soria, capitaneados por Molinos
de Duero, crearon la Cabaña Real de Carreteros, cuyo título
verdadero fue Junta y Hermandad de la Cabaña Real
de Carreteros, trajineros, cabañiles y sus
derramas.
A final del siglo XV
los Reyes Católicos les concede la exclusiva en el transporte por los
caminos de España. Además, les concedieron los
derechos de paso libre por terrenos comunales, proveerse de madera
para arreglos de las carretas y preparado de comidas, siendo
éstas, principalmente, el denominado ajo carretero. Estaban exentos de
cumplir el servicio militar. Pero el transporte
de los carreteros comenzó mucho antes de esa
fecha de privilegios.
Algunos documentos
informan, ya en el siglo XIV, de pleitos. Los
pueblos que pertenecían a la Cabaña Real de Carreteros
fueron, en la zona soriana, Salduero, Duruelo, Molinos de Duero,
Covaleda, Navaleno, San Leonardo. Luego se añadieron las derramas de
Abejar, Cabrejas del Pinar, Herreros, Villaverde
del Monte, según la web
Cabaña Real de Carreteros.
En otras publicaciones se incluyen Arganza,
Casarejos, y Vadillo. Y de Burgos: Quintanar de la Sierra, Regumiel,
Canicosa, Palacios de la Sierra, Vilviestre del Pinar, Aldea del Pinar y
Navas del Pinar. Según algunas fuentes, Navaleno
y Aldea del Pinar no pertenecían, E. Ruiz, en
cambio sí incluye Hontoria del Pinar.
A lo largo de los
siglos se irían integrando, también aparece
Molinos unido a Salduero, pero más tarde se
separan y Molinos de Duero se constituye en cabeza de los carreteros con
un muy elevado número de carros y bueyes. Transportaban
mercurio, lana, madera, hierro, municiones y armas para las
guerras, sal y un largo etcétera.
Una carretería
estaba compuesta por 25 ó 30 carretas y cada una
de ellas portaba tres bueyes o vacas serranas negras, una cabeza era de
repuesto. Con la llegada de otro tipo de transportes el oficio se
fue perdiendo.
Todavía, en Covaleda,
1945, 1510 habitantes, trabajaban de carreteros
Mariano González Llorente y Miguel Santorum Pascual. En otra
zona de pinares, en este caso resineros, en Matamala de Almazán,
en 1945, 959 habitantes, funcionaban seis
carretas de bueyes para transporte propio y ajeno. Curiosamente, en un
pueblo tan apartado de la zona carretera, como es
Peñalba de San Esteban, 350 habitantes, se registra en 1945 un
carretero: Hilario Miguel Ballesteros.
La marcha la
encabezaba el mayoral. El aperador, revisaba el
estado de las carretas. El carretero tenía a su
cargo cinco carretas. Le seguían en el escalafón el pastero y el gañán.
Los ayudantes, como su nombre indica, estaban al
servicios de los distintos trabajadores.
Pedro Sanz Lallana
ha escrito una trilogía, novelada, sobre los carreteros, que
comienza con “Aquellas viejas carretas”.
Del libro "De oficios" de Isabel Goig Soler
La Carretería y
la Vaca Serrana Negra.
Isabel Goig
Cabaña Real de Carreteros
©soria-goig.com