Serón. Presencia judía y su casco urbano

 

© Carles de Escalada, invierno 2023

 

 

En todas estas décadas de interés y fascinación que he demostrado tener por la historia de Serón y Soria he escuchado un número indeterminado de … vamos a calificarlos ‘dimes y diretes’ creados por algunas personas con el ánimo de ‘llamar la atención’.  Alguien me preguntaba qué es lo que sabía al respecto de la posible existencia de judíos en Serón, lo que voy a tratar de clarificar de la mejor forma posible. 

Recordemos que la historia se crea y se forma a base de, entre otros factores, hechos, informaciones y por supuesto, la interpretación de esos hechos, circunstancias que pueden ser partisanas, manipuladas y también falseadas. Diferentes investigadores pueden llegar a diferentes conclusiones.   La historia no es dogma y lo que ayer parecía demostrado y tener una interpretación aceptada, hoy en día esa interpretación puede ser desafiada y cambiada en su explicación por la entonces ya aceptada. 

No es mi intención el hablar de esta temática como si de un especialista en la materia se tratara, pero sí que considero relevante tener en cuenta una serie de hechos y pormenores que actualmente son conocidos.   

Presento hoy en Soria Goig una pequeña hipótesis basada en sentido común, deducción investigativa y la intención de’ remover del aire’ una serie de alegaciones que circulan sin ningún tipo de base científica. 

En cuanto a Serón se refiere para el entendimiento del artículo, voy a concentrarme en un periodo de la historia de la villa, entre 1118 (año de la llegada y posesión física cristiana por el rey aragonés Alfonso I el Batallador) y 1492 (año del decreto de expulsión de los judíos de los reinos de Castilla y Aragón por los Reyes Católicos). 

Aclaremos también que cuando hablo de Serón me refiero a la localidad que durante ocho siglos (entre los años 1118 y 1916) se identificó originalmente en la Península Ibérica con esa denominación, y subrallemos que sería tan sólo a partir de 1916, ahora hace poco más de un siglo,  cuando se le añadiría a su nombre el Nágima (o Nájima), construyendo oficialmente a partir de entonces una nueva identidad que es como hoy en día la conocemos, Serón de Nágima. 

Nos concentramos pues en casi cuatro siglos (374 años para ser exactos) en los que potencialmente pudo haber existido una presencia de judíos en Serón y cuando hablo de Serón, me refiero el señorío de la Villa de Serón y su Tierra, que incluía también los lugares de Torlengua, Cañamaque y Valtueña (hasta el momento de la desaparición de los señoríos poco antes de mediados del siglo XIX). 

Pues bien, como decía, tras esta introducción, una vez aclarados estos puntos, volvamos a lo que se me preguntaba, que era lo que sabía sobre los judíos en Serón. 

Han pasado 530 años desde el momento de la expulsión de los judíos que habitaban los reinos de Castilla y Aragón.  Circunstancialmente, en 1492 los Reyes Católicos alentaron en sus territorios el Cristianismo y toleraron el Islam, pero al mismo tiempo decidieron erradicar la religión hebraica por medio de una ley que obligaba a la conversión forzosa o al exilio.  Por supuesto que un buen número de judíos no quiso renunciar a su fe y emigraron al Imperio Otomano o a Portugal, y de allí a Holanda e Inglaterra, entre otros muchos lugares. Otros no quisieron o no pudieron convertirse, se exiliaron pero acabaron regresando bautizados y convertidos al cristianismo. También los hubo que decidieron convertirse más o menos sinceramente, y claro, lo que se convirtieron y se bautizaron pero siguieron practicando a escondidas sus costumbres judías, algo que les complicaría la existencia con la ‘policía religiosa cristiana’ la llamada Inquisición. 

Sabemos de la existencia en Serón de asentamientos humanos pertenecientes a la Edad del Bronce (3300-1200 AC) http://soria-goig.com/arqueologia/arqueoseron.htm.

Desgraciadamente, por el momento, no conocemos el nombre histórico que tuvo de tener durante su etapa celtíbera en la que es posible se construyera una torre o atalaya, y tampoco conocemos sí hubo una etapa romana que ocupara el mismo espacio. Primero tendremos que descubrir restos arqueológicos, de los que no tengo duda, han de existir y están esperando a ser descubiertos como ha sido hace tan solo unos pocos meses el canecillo románico en Andaluz.  

Tampoco conocemos el nombre que, aproximadamente durante casi cuatro siglos (VIII-XII), tuvo durante su ocupación musulmana y por supuesto si durante ese periodo ya cohabitaría en ella población judía.

Por el contrario, el nombre del río sí que parece tener un origen árabe.  Hace ya varias décadas que elaboré una teoría sobre el nombre del río Nágima, Nagima, Najima, Naxima,…, que muy posiblemente derive del nombre de origen árabe najim, najima نجم, , y que se traduce al castellano como estrella o estrellita,  siendo también este nombre de mujer.

Lo que si sabemos es que no hubo, ni hay constancia histórica o documental de la existencia de una aljama judía en la villa, una circunstancia documentalmente demostrada en otras poblaciones sorianas como Almazán, Ágreda, Berlanga, Deza, Medinaceli o Soria.  En mis tiempos de adolescente, algún anciano (de los muchos con los que me gustaba conversar) me comentó una historia que en su momento y sin darle mayor importancia encontré curiosa, pero que hoy en día me parece relevante tener en cuenta.  Proponía que el llamado barrio Escobar de Serón fuera hace siglos un barrio judío, justificándolo con el hecho de que las diferentes procesiones religiosas que se celebraban en la villa durante los ciclos festivo religiosos, rehusaban el recorrer ese barrio (por haber sido judío - decía).

Recordemos que el desarrollo de las procesiones religiosas está fijado a partir de la salida de la iglesia parroquial de Santa María del Mercado, su corto recorrido por la plaza Mayor para subir la calle de Santa Ana (hoy hermanos Lope García), torcer por la calle de la Muela (en donde en su día existió la parroquia/iglesia de Santiago) bajar por la calle de Santiago y por la de la Botica hasta la entrada del pueblo en el lugar que se disponía hasta el primer cuarto del siglo XX de una estructura conocida como el Arco (un elemento que posiblemente eran los restos de una de las puertas de la entrada a la villa, la llamada puerta de la Fuente) y volver a subir por la calle Mayor para entrar de nuevo por la plaza Mayor y acabar de nuevo en el punto de salida (ahora entrada) la iglesia parroquial de Santa María del Mercado.

Por otro lado los recorridos de las procesiones entre las ermitas de San Roque y la Virgen de la Vega con Santa María del Mercado siempre han sido realizados subiendo por la calle Mayor  (y no por otro lugar) y empleando solo para el regreso de los Santos venerados la calle de la Botica.

La práctica totalidad del recorrido de las procesiones se basa en factores como son la orografía, el urbanismo histórico de su casco urbano, usos y costumbres prácticas.  No parece probable que ese supuesto pasado judío del barrio Escobar tenga suficiente peso para condicionar ese recorrido de las procesiones. 

 

Observemos lógica y razonamiento.

La orografía.   Serón se encuentra en una ladera a 942 metros de altura del nivel de mar, y el casco urbano originario se encontraba físicamente entre las calles de la Muela, Santa Ana, Santiago y la plaza Mayor.   En mi versión para internet sobre la toponimia de Serón de Nágima que publicaba en estas páginas de Soria Goig el año 2003,( http://soria-goig.com/historia/historia_13d.htm) daba a conocer el nombre de tres de las puertas del recinto amurallado: las de la Muela, las Heras y la Ombría.  (En preparación un artículo en donde aportaré y expandiré una serie de detalles por ahora inéditos).  

No me cabe duda de la posibilidad de la existencia de una pequeña comunidad judía (quizá permanente y oriunda) o quizá temporal, pero no lo suficientemente grande para considerarla aljama y por lo tanto, en un principio, no creo que existiese una sinagoga en Serón.

Para que se entienda el planteamiento de mi teoría, pensemos que por ejemplo, hoy en día existe una pequeña comunidad marroquí (musulmana) residiendo en Serón de Nágima, y también sabemos que no existe una mezquita en donde estos celebran sus ceremonias religiosas, por lo que estos se limitan a celebrarlas únicamente en sus domicilios. Eso mismo pudo ocurrir con el contado número habitantes judíos que entonces pudo haber habitado Serón. 

Por otro lado, el barrio Escobar estaría relativamente separado del centro amurallado del Serón original, y tenemos entendido, aunque no fuera necesariamente una regla,  las comunidades judías vivían no muy lejos de las iglesias y por lo tanto el barrio Escobar no cumpliría con una de esas reglas de asentamiento. 

Especialistas como Cantera Burgos y  Maximo Diago Hernando afirman que la comunidad y aljama judía, por ejemplo en Soria estaba “… asentada tanto en el interior del recinto del castillo como en otros sectores de la ciudad, en particular en uno localizado entre San Juan de Rabanera y la plaza mayor.”  

Palacios Moya nos aporta en cuanto a la aljama de Ágreda se refiere, que en 1411 se aplicaron las llamadas ‘Leyes de Ayllón’ que obligaban a que los judíos vivieran en barrios separados al de los cristianos, aunque esta ley no sería efectiva en un buen número de lugares.  Por supuesto que esas normas podrían aplicarse en este caso y justificar el apartamiento judío en el barrio Escobar, que sin duda es posterior al casco original de la villa de Serón establecido entre la calle de la Muela y la plaza Mayor, pero insisto, que sepamos y sin evidencia arqueológica o documental que lo demuestre, de momento sólo podemos decir que no existió aljama judía en Serón, lo que no quita la posibilidad de que en algún momento concreto algún judío o familia judía pudiera haber residido en esa calle.

El rabí Jacó Aben Núnes, médico, juez mayor y recaudador de impuestos del rey Juan II de Castilla en 1474, afirmaba que había en Serón habitantes de fe judía.  Es decir que aunque hubiese algunos judíos en Serón, no los había en cantidad suficiente para calificarlos como aljama, tan solo como moradores, entendiéndolo como sinónimo de habitante, inquilino, vecino, poblador, residente, u ocupante de un lugar.

Lo que Diago Hernando recoge, merece ser repetido pues viene a decir que en muchos lugares los judíos eran sólo una población de carácter temporal:

Los judíos que residieron  en  la  Península  Ibérica  durante  los  siglos  bajomedievales  se  caracterizaron  por  ser  personas  muy proclives  a  la  movilidad  geográfica. Esta tendencia  se  desarrolló  con especial intensidad  entre los  que tuvieron  como principal  dedicación las  actividades  mercantiles  y  financieras,  aunque  no  hay  que  descartar  que  se diese  en igual  grado  entre  los  dedicados  a otro tipo  de  actividades,  como, por ejemplo,  el trabajo  artesanal,  puesto  que las fuentes  documentales  conservadas  aportan  bastante  menos  información  sobre  estos  últimos  que sobre  los  primeros”.

 

Iglesias en Serón

A partir del siglo XII los monjes del Císter debieron tener una importantísima influencia no solo en Cántabos, Bliecos y Santa María de Huerta, pero sin duda también en Serón, Monteagudo y su aldea Fuentelmonge, siendo las tres iglesias que existieron en Serón construidas en el estilo de esos momentos, el románico.

Hasta bien entrado el siglo XIX, la iglesia de Santa María del Mercado tuvo la presencia física de tres curas (los llamados de Santa Cruz, Santiago y Santa María del Mercado) situación que explico en ‘Bosquejo histórico, genealógico y heráldico de la villa de Serón’ publicado en Revista de Soria nº108, 2020.   Sus tres curas mantenían esas denominaciones/títulos por tradición, ya que las iglesias de Santa Cruz y Santiago (por lo menos, si no antes) por circunstancias históricas en el proceso de la Reconquista, dejaban de celebrar culto desde algún momento del siglo XV.

De esas tres iglesias la primera en ser construida debió de ser la de la Santa Cruz, en el valle del río Nágima, zona donde muy posiblemente acamparían las tropas del Batallador en el momento de la toma de la población, varios cientos de hombres que estratégicamente se situarían junto al río para tener así el acceso vital de sus aguas. Obviamente demasiados hombres y caballerías para poder vivir en el limitado, por sus murallas, reducido espacio del Serón musulmán, que debía contar en esos momentos con unos pocos cientos de habitantes, y eso suponiendo que un número de ellos no la hubieran ya abandonado antes.  Sin duda el Batallador reconquistaba Soria y su actual provincia con tropas y asistencia aragonesa, pero también con un número de tropas franceses, navarras, mozárabes levantinos y alguna administración judía.

Años después aparecen por lo menos un par de factores fundamentales para la pérdida de protagonismo tanto de Serón como el de otros muchos lugares de Soria en general con la expansión fronteriza de Castilla hacía el sur y Soria dejaba de ser la ‘Cabeza Pura de Extremadura’.

Posiblemente fuera la de Santa María del Mercado la segunda iglesia en ser construida para años más tarde reconvertir o construir la de Santiago en el sitio que creo debió de ocupar la mezquita en el Serón musulmán.  Sin duda Serón precisa de una investigación arqueológica que lo confirme o lo desmienta.

Soria ya había dejado de ser frontera con los territorios ocupados por el Islam desde comienzos del siglo XII. Hemos de considerar la importancia de la unión entre los Reyes Católicos que pondría la necesidad militar en un segundo plano, para pasar a ser primordial una frontera por razones de negocio y comercio de la Corona.  Obviamente un número de castillos dejan de ser baluartes estratégicos militares para convertirse en casas fuertes y algunos en semi-palacetes para acomodar en sus visitas de inspección y ocio (cacerías) tanto a sus dueños nobles como a sus administradores hidalgos.

Martínez Alonso recoge un documento del año 1411 en el que entonces ya señorío de Serón sería vendido al obispo de Palencia don Sancho Sánchez de Rojas

 “… merced e donacion de la my villa de Seron con su alcazar e fortaleza e casa fuerte, e con todas su tierras e terminos, e aldeas e vasallos, cristianos e judios e moros, quantos oy dia ay, moran e morasen de aquí adelante …”. 

Son interesante dos puntos que se recogen en el documento.  Por un lado la existencia de tres edificios: “ … su alcazar e fortaleza e casa fuerte …”.  Es decir el actual castillo (casa fuerte), las entonces existentes murallas (fortaleza) y alcázar (quizá un edificio situado en la zona de la Muela y vecino a una de las entradas de la villa, la puerta de la Muela) casco urbano original del Serón del siglo XII.   

Y por otro lado también se menciona  “ … cristianos e judios e moros …” es decir de la existencia y descripción en esos momentos de sus habitantes. También se entiende que estos pudieran haber habitado no solo en la Villa, sino en alguna de las aldeas del Señorío.

El profesor Gil Crespo deduce que el actual castillo de Serón pudo haber sido construido durante el señorío de Lope Fernández de Padilla entre los años 1375 y 1411, y también afirma

“ … la construcción que hoy aún podemos apreciar no parece tener factura islámica sino mudéjar ”. 

Basándome en estas referencias deduzco dos factores fundamentales que se han de considerar:

Primero:    El periodo de entre 25 a 35 años del siglo XIV cuando no solo el castillo - casa fuerte sería construido, sino además algunas casas y otras instalaciones complementarias (cuadras, corrales, pajares, harreñales, vallados, etc …) que acomodarían la estancia de sus constructores y de sus familias.  La localización del barrio Escobar extramuros es ideal al encontrarse cerca de las aguas del río Nágima (agua y huertas),  tierras próximas para el cultivo y el proceso del grano (eras) y a escasa distancia de la zona de construcción de la obra. 

Así pues una vez decidida la construcción de un edificio que sirviera para proteger y tener un nivel mínimo de habitabilidad para sus propietarios (a diferencia del pequeño y ya obsoleto alcázar), se decidió su construcción en la parte alta de la zona en donde hoy la podemos verlo.  

También afirmo que la población que ya residía en Serón (agricultores, pastores, militares, etc …) no sería la que lo construyera. Tanto el arquitecto como sus albañiles, por el tamaño de la construcción, debieron de venir de algún lugar.

Segundo: En cuanto al posible origen del lugar de esos trabajadores, de nuevo utilizo la referencia del estilo de la construcción que describe el profesor Gil Crespo: Mudéjar.   

Sería pues una población musulmana ‘legalmente’ habitando en las zonas cristianas y lo más probable que fueran de origen aragonés o valenciano (del Reino de Aragón), en donde el estilo mudéjar era mucho más habitual que en Castilla.

Así pues mi conclusión es que la razón y motivo de la construcción del barrio Escobar no sería otra que la de acomodar a las varias docenas de trabajadores que junto a sus familias llegarían a Serón para participar en la construcción de dicho ‘castillo’, cuya construcción posiblemente duraría también un número de años, siendo realizado seguramente durante los momentos  que contaran con un clima propicio (evitándose fríos, lluvias y nieves) y la preparación, transporte y llegada de los materiales de la obra.   Una vez acabada la casa fuerte-palacio (insisto, no castillo) la mayoría de estos trabajadores, que formaba una comunidad marcharían a otras zonas peninsulares para seguir así con otros proyectos. 

 

Sobre la población judía.

No cabe duda que en algún momento de la historia de la villa debió de existir en Serón algún artesano, sastre, tejedor, zapatero, pastor, mercader, cirujano, médico o funcionario (contador, escribano, etc…) algunas de las profesiones tradicionales (aunque no exclusivas) de los judíos y una vez llegado el edicto de expulsión en 1492 obviamente dejaría de existir esa población judía.  Es posible de que alguno se convirtiera o que regresase a la villa y su tierra ya convertido.

Un dato curioso lo recoge Alisa Meyuhas sobre la presencia de un tal Juan de Buendía, residente en Serón en 1492.  En su estudio cuenta sobre ciertas conversaciones que este Juan de Buendía tuvo con Mosén Gil, el cura de la parroquia de  Santa María de Ariza cuando acusaba a los cristianos de ser locos: “ Que dexauan al Padre y tomauan al Fijo”.  No sabemos si Buendia era cristiano viejo o converso, así como si fuera natural o tan solo había residido en Serón.

Un documento que demuestra la existencia de una comunidad en Serón, fue recogido por Tomás González en 1827 en la publicación “La Población de Castilla en el siglo XVI”.   El rabí Jacó Aben Núnes, médico,  juez mayor y recaudador de impuestos del rey Juan II de Castilla en 1474, habían judíos en Serón.  El Obispado de Osma, al que pertenecía Serón (entre otras poblaciones fuera de la actual Soria),  tenía aljamas de judíos principalmente en Soria, Ágreda y Calatañazor y moradores (habitantes) en, El Burgo de Osma, Serón y Monteagudo.

Es decir, que aún habiendo algunos habitantes de esta fé en Serón, no los habían en cantidad para calificarlos como aljama, tan solo de una ‘presencia’ como moradores. 

Los moradores de Serón y de Monteagudo procuraron 1000 maravedis de impuestos, de los 1000 maravedís que producían los aljamas de Alfaro.  La aljama de Calahorra procuraba 3000 maravedís y la de Burgos tan solo 700.

El investigador Palacios Moya, recoge sobre la aljama de Ágreda que contaba esta con medio centenar de habitantes, con nombres tales como Salomón, Marian, Sara (Çara), Jacobo (Yaco), Yehuda y con profesiones como las de platero, peletero (pellegero), tendero, remendón (sastre), zapatero, etc …

Máximo Diago Hernando ha sido uno de los mejores investigadores sobre esta temática en Soria y recoge una nota que justifica la presencia hebrea en Serón. Según este autor, en el año 1298 Benvenist  y Mosse,  hijos  de  Abrahim  el  Rabi, judíos  de Calatayud,  denunciaron  que varios  vecinos  de Serón  les  debían  dinero  y no  les  querían  pagar:

 “ Además  del  préstamo,  otra  actividad  que propició  que  los judíos castellanos  mantuviesen  importantes  intereses   económicos en la Corona de Aragón, y,  a  la inversa, los judíos  aragoneses en la Corona de Castilla, fue la práctica  del  comercio.  En  efecto,  muchas  son las noticias  que proporciona la documentación sobre judíos que  traspasaban  la  frontera  terrestre  castellano-aragonesa  para  comerciar  con  productos muy diversos en el vecino  reino,  unas  veces  para  comprarlos,  otras  para  venderlos, y en  la mayoría de las ocasiones para realizar  de forma  simultánea  ambas  actividades.  Pero  conviene  precisar  que,  a juzgar  por  las  informaciones  de las  que hoy  por hoy disponemos, la mayor parte de estos  judíos   fueron   modestos   mercaderes, o incluso a veces  simples  tenderos o buhoneros, y sólo en  muy  pocos  casos  alcanzaron la categoría de grandes  mayoristas  con elevado  volumen  de negocio”.

La existencia directa o indirecta de algún ganadero-prestamista judío en Serón se hacía patente en un documento fechado en Barcelona el 30 de enero de 1493 cuando se reportaba la queja sobre una posible deuda que algunos vecinos de Serón habían acumulado.   Acabando siendo estas deudas contratos de usura así como de manipulación ‘artificial’ de los precios de productos tales como el pan

 “ … algunos vezinos e  moradores del dicho lugar, con necesidades, mandauan dellos algunas contías de maravedíes e pan e otras cosas a logro en mayores presçios de lo que valían e que, por ellos, fizieron contratos e obligaçiones de los dichos judíos como si fueran cosas justas e verdaderas …”.

El documento prueba la sentencia por la que se anularían dichas deudas por tratarse claramente de un fraude “ … las obligaçiones fueron fechas en fraude de justiçia, non la esecutes nin consyntas que sean esecutadas e dexo por libres e quitos a los debdores en ellas contenidos e a sus hijos e fiadores…”.

El documento nos hace pensar en una serie de posibilidades a considerar en esos momentos, como la posible inexistencia de conversos que hubieran conservado su status social en Serón ya que las deudas eran llevadas por ‘personas poderosas’  que sin duda, si no refleja directamente al señor de Serón, serían, sin duda, miembros de su administración hidalga   

“ … traspasaron los dichos contratos e obligaçiones a otras personas poderosas…” . 

Recoge Maximo Diago en ‘Los judeoconversos en Soria después de 1492’:

Es ya tópica la imagen del judío prestamista y usurero, y de hecho a través de la documentación se constata que en el ámbito geográfico soriano los judíos actuaron repetidamente efectuando préstamos tanto a campesinos como a vecinos e instituciones de la ciudad de muy diversas maneras, entre las que, aparte del simple préstamo de dinero en metálico, se incluirían las ventas de trigo y otros cereales «al fiado» y las propias compras de lanas también «al fiado», consistentes en el adelanto, por parte del comprador de las lanas al vendedor, del dinero por el que se había concertado la venta de las mismas meses antes de que se efectuase su entrega, compensándose este adelanto del dinero mediante la fijación de unos precios inferiores a los que se establecerían en condiciones normales de contratación”.

La relación judío prestamista en la villa y tierra de Serón se debe de entender y compaginar con la importancia que tuvo el ganado lanar y la producción, preparación y venta de la lana, su principal y más importante industria.

 

Toponimia

No existe en Serón ningún paraje que haga alusión a población de origen judío.  De todas formas hemos de considerar un topónimo importante que delata la presencia de un cementerio, probablemente musulmán, aunque posiblemente judío, en el paraje denominado el Onsar (Lonsar).

Por el contrario sí que existe toponimia muy especifica en la vecina Velilla de los Ajos (leer mi articulo sobre Velilla de los Ajos en estas mismas paginas de Soria Goig) que sí que hace referencia a judíos

En cuanto al nombre del barrio Escobar, nos encontramos con un personaje hijo de Juan Alfonso de Sahagún, vecino de la ciudad de Burgos llamado Andrés de Escobar, ambos mercaderes de lanas (Diago Hernando 2002).  Sin embargo no existe repetido este nombre como topónino en Serón, aunque curiosamente sí que aparece en la toponímia de Cañamaque.

Tablas de población judía en la actual geografía soriana  y de sus impuestos anuales.

Obispado de Osma

Aljama

maravedís

  Soria     5000
  Ágreda    750

Con población judía

 maravedís

  Calatañazor    1600
  El Burgo de Osma    500
  Serón y Monteagudo    1000

Obispado de Sigüenza

Aljama

maravedís

  Medinaceli    2500
  Almazán    4500
  Berlanga y Fuentepinilla    700
  San Esteban de Gormaz    1300

Con población judía

 maravedís

  Caracena y Sancho Diego    1300
   
   

 

Como podemos observar en las tablas aparecen dos tipos de habitantes.  Los que habitan en las llamadas aljamas (por ley barrios exclusivos y separados de los barrios cristianos)  en donde han de vivir un número de familias y la de sus contados habitantes que han de vivir en alguna casa de las otras poblaciones.  

Claramente demuestra que la villa de Serón (junto a la de Monteagudo) cuenta con un número contado de población judía residiendo (o por lo menos pagando impuestos).  Posiblemente alguna casa tenga la función de refugio para descansar y pernoctar el paso de algún mercader, prestamista, recolector de impuestos, médico, cirujano, tejedor, pastor, etc … y que esa casa fuere habitada por una familia también judía que se encargaría de su mantenimiento y que salvo por las imposiciones de su religión, funcionaría de la misma forma que una cristiana de la época.

Desgraciadamente no sabemos cuantos maravedís de los 1000 que aparecen pagando como impuestos pertenecen a los judíos de una u otra villa, pero si comparamos este número con poblaciones como Ágreda y El Burgo de Osma, nos damos cuenta de que la actividad económica tanto en Serón como en Monteagudo sería mucho mayor por ser ambas villas fronterizas (aduanas) con el reino de Aragón.  Obviamente tanto Almazán como Soria contaba con un mayor número de población judía y por tanto se recogían más impuestos.

 

Conclusiones 

No creo que existiera una aljama judía, aunque definitivamente debió de haber un número de sus miembros residiendo muy posiblemente en algún lugar cercano a las iglesia de Santa María del Mercado o a la de Santiago. Santa Cruz quedaría algo apartada del trazado de las murallas originales.  No parece disparatado que con la creación de un nuevo barrio que albergara a los constructores de la casa fuerte/palacio (castillo) durante el siglo XV y que pudieran haber habitado también un número de judíos (como en cualquier otro lugar del casco de la villa). 

Lo más probable es que una mayor comunidad mudéjar construyera y habitara originalmente el llamado barrio Escobar y que quizá formara temporalmente una pequeña morería.  De nuevo, como en el caso de una sinagoga, no existen restos de una mezquita. 

La industria lanar en Serón fue la principal durante varios siglos.  Por supuesto que la agricultura fue importante, pero por razones obvias.  La comunidad judía en Serón se basaría en la relación directa e indirecta con esa industria lanar. 

Lo que nos afirma Maximo Diago es fundamental para entender mi planteamiento sobre la existencia de algunas familias judías (sin causar aljama) residiendo en Serón:  “… la mayor parte de estos  judíos  fueron   modestos mercaderes, o incluso a veces  simples  tenderos o buhoneros …” y los mercaderes de lanas que prestaban a los propietarios de los rebaños (ganados pertenecientes tanto al Señor de Serón como a los hidalgos de su administración) podían ser no solo castellanos, pero aragoneses.  La relación de Serón y Monteagudo con la aljama de Calatayud sería muy importante y por ahora, desconocida.  

Esperemos motivar algunos investigadores en potenciar esta interesantísima temática mucho más.

© Carles de Escalada, invierno 2023
©de las fotos: Carles de Escalada

ccdesk@yahoo.es

 

 



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