Soria Ciudad, 2000 (3)

- Callejeando por la Soria de los nobles y artesanos

- La Plaza Mayor

- La Alameda de Cervantes, el Museo Numantino y la ermita de la Soledad

 

Callejeando por la Soria de los nobles y artesanos

Una vez comprobado que el río Duero da lugar a la Soria más honda y legendaria, el visitante puede recorrer lo que la desidia especulativa ha dejado en pie en esta ciudad castellana. Estaba Soria, como tantas otras ciudades, amurallada. De ese cerco defensivo sólo quedan en varios sitios alguna muestra apenas visible. Como dijimos más arriba, desde los Cuatro Vientos, rodeando la ermita del Mirón puede verse algún trozo de lienzo y los cimientos de algunos tramos. En la calle Puertas de Pro, detrás de algunas casas de vislumbra algún cubo y, en la zona noreste, junto a lo que fue cuartel de Santa Clara –antes convento- y ahora parque, se conserva el tramo mejor cuidado. Queda también el recuerdo de las puertas que la cerraban en los nombres: Puertas de Pro, Puerta del Rosario, y poco más.

Desde la zona del río y la concatedral, se accede al centro de la ciudad por la calle Real, donde hasta hace pocos años todavía se conservaban casonas blasonadas. Ahora, salvo alguna fachada en estado de ruina, poco más puede verse. Todavía se alzan, altivas en su ocaso, las ruinas de la iglesia románica de San Nicolás. La portada se trasladó a la iglesia de San Juan de Rabanera y ello motivó, hace más de setenta años, que un grupo de vecinos solicitara que en el lugar de la iglesia se construyeran viviendas. No se consiguió, pero años más tarde, el obispado vendió la iglesia románica de San Clemente y en su solar se construyó el que sería edificio de la Compañía Telefónica. Un cristal, destrozado una y otra vez por la chiquillería del barrio, trata de proteger –en la de San Nicolás- una hornacina con una pintura bastante bien conservada  del asesinato de Becket, rápidamente canonizado por orden del principal culpable de su muerte, Enrique II Plantagenet, de Inglaterra. El tema de esta pintura, que también puede verse en una iglesia de la villa de Almazán, puede estar relacionado con la querencia por Soria de la hija de Enrique, casada con Alfonso VIII, matrimonio que influyó, como veremos más adelante, en la construcción de la iglesia románica de Santo Domingo.

Siguiendo la calle, en un ensanche de la misma, en forma de plaza, a la derecha, aparece al otro lado de la calle Cuesta Dehesa Serena el cuartel del la Policía Municipal, de reciente construcción. Interesa fijarse en la blasonada entrada principal, de piedra, traída hasta aquí desde el antiguo convento de Concepcionistas, ya en ruinas, extramuros de la villa.

Siguiendo la calle Real se llega a la plaza Fuente Cabrejas, donde, a mano derecha, se ubica el convento de Carmelitas, fundado por la mismísima Santa Teresa, sobre una casa donada por la familia Beaumont. Llevan ahí, por lo tanto, casi cinco siglos, dedicadas a la oración, el bordado, la costura y todo aquello que puntualmente les haga conseguir algún dinero para su manutención. A partir de la plaza, en línea recta, la calle Real cambia el nombre por el de Zapatería. Para seguir la ruta de los nobles, habría que tomar la calle Mayor, a la izquierda, para llegar a la Plaza, pero por cuestión de comodidad mezclaremos nobles con artesanos y seguiremos por la Zapatería para llegar al palacio de los condes de Gómara; en otra ruta enseñaremos la Plaza Mayor. Esta calle, Zapatería, se ha convertido en uno de los lugares nocturnos y donde se celebran cada año los Carnavales. En el número 7 vivió José Domínguez, tío de los Bécquer, y es de suponer que ellos mismos residirían ahí en sus estancias en Soria, pues Gustavo Adolfo, el poeta, tenía casa en Noviercas, junto con su esposa Casta, natural de Torrubia de Soria.

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Palacio de los Condes de Gómara (Soria)El Palacio de los condes de Gómara es renacentista, de la segunda mitad del siglo XVI. En 1692 se concedía a un caballero de Alcántara el título de conde sobre la villa de Gómara. Se trata de un condado muy soriano otorgado a una familia soriana sobre un solar también soriano. Su palacio, la muestra más interesante y grandiosa de todo el renacimiento de la capital y provincia, ha sido a lo largo de la historia de esta ciudad lugar de reunión, de proyección de cine, de artisteo, ubicación de una emisora de radio, hasta llegar a convertirse en palacio de Justicia. El gran escudo que muestra en la fachada las armas de la familia tiene, también, como tantas cosas, lugares y santos en Soria, su leyenda. En el centro del blasón una mujer, acodada en el quicio de una ventana, parece hablar con alguien que se halla abajo, en la calle. Parece una actitud plebeya en exceso, encantadora para la gente de la calle, pero impropia de una dama y más aún, de un escudo de armas. Se cuenta que don Juan Manuel de Salcedo, a la sazón conde de Gómara y alférez mayor de la ciudad, tenía mejores aposentos para sus perros que los dormitorios del mismísimo rey. Volvía el conde de un acto propio de su rango y acudió a los aposentos de la condesa para hacerle partícipe de sus asuntos, cuando la encontró en la misma postura que se ve en el escudo, extasiada, escuchando “las trovas de algún amador nocturno”, y así quedó para siempre inmortalizada.

Detrás de este noble edificio se encuentra una plaza con el pequeño mercado de abastos y un palacio, colegio hasta hace pocos años, perteneciente a una noble familia soriana, Saravia entre otros apellidos, a los que se concedió el marquesado de la Pica, sobre un solar soriano con casa-fuerte en la sierra del mismo nombre. También en esa plaza está el convento de franciscanos, dedicados a la enseñanza.

Desde esta plaza, pasando por la calle Estudios, donde la familia de Leonor Izquierdo tuvo la pensión en la que se hospedó Machado en sus cortos años de enseñanza de francés en Soria, se pasará al Collado, arteria comercial soriana y principal también, pues por ella discurren las máscaras carnavelescas, los pasos de la Semana Santa, las procesiones religiosas y profanas de las fiestas de San Juan y, en general, todas las manifestaciones sociales, festivas y religiosas de los sorianos. En este Collado se ubica el Casino Amistad, decimonónico, con grandes sillones tapizados, rimbombante salón para presentaciones y actos culturales y todavía el piano donde Gerardo Diego entretenía sus ocios. Algunos escudos de próceres sorianos quedan todavía en las fachadas de los edificios.

Hacía la mitad, un callejón a la derecha, donde se ubicó la casa de la Inquisición, ya convertida en pisos, lleva a la plaza de San Clemente. Le da nombre una iglesia románica vendida por el Obispado y derribada para edificar el edificio de Telefónica, como decíamos más arriba. Es más conocida esta zona por el nombre de El Tubo y gran número de bares sirven de reclamo para la reunión, antes de comer y ya caída la tarde, de los sorianos. En esta misma plaza se ubica, junto a lo que fuera iglesia de San Clemente, el palacio de los Ríos y Salcedo, antes cuartel de la Guardia Civil, ahora Archivo Histórico Provincial. Es monumento Nacional, con portada renacentista-plateresca del siglo XVI. La distingue una ventana esquinada y el escudo de la noble familia.

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Instituto Antonio Machado (Soria)Siguiendo por esa calle y a continuación del palacio de los Ríos, se encuentran todavía en pie –acaso milagrosamente- unas casonas nobiliarias con sus escudos, una convertida en viviendas y otra perteneciente a la familia Marichalar. Todavía había otro palacio, el de los condes de Lérida, frente a Santo Domingo, convertido años atrás en edificio del Gobierno Civil y más tarde derrumbado para levantar modernos pisos. Forma parte de una plaza el Instituto Antonio Machado, antigua propiedad también de los condes de Lérida, luego donada para convento de Jesuitas y más tarde centro de enseñanza. Junto a él un busto dedicado a Machado indica que allí dio clases de francés el sevillano y el aula donde las impartía se conserva tal y como él la dejó.

Iglesia de Santo Domingo (Soria)CLICK!! sobre la foto para ampliarA unos cien metros del Instituto, ocupando un lado de la plaza de los Condes de Lérida, asienta sus reales el edificio más interesante del románico soriano, la Iglesia de Santo Domingo, antiguamente de Santo Tomé. Ahora sirve, como antes a los dominicos, para el culto  de las monjas clarisas, las cuales ocuparon el monasterio en 1894, después de su paso por el convento de Santa Clara, junto a la muralla, después convertido en cuartel y por los palacios del marqués de Alcántara y de los Ríos. Una vez instaladas aquí, donde tienen el Iglesia de Santo Domingo (Soria)CLICK!! sobre la foto para ampliarnoviciado, se dedicaron a elaborar unos exquisitos dulces, entre rezo y rezo. Reciben también de los novios la costumbre de una docena de huevos antes de casarse. El marco que encuadra esta vida recogida y laboriosa es un templo del siglo XII, llamado “la biblia en piedra”. La bellísima portada, presidida por el Pantocrátor y culminada por el rosetón, presenta unas arquivoltas inspiradas en los libros sagrados y en los evangelios apócrifos. Las arquerías ciegas son de estilo francés y el origen de esta influencia puede deberse a Leonor, hija de su homónima, la interesante Leonor de Aquitania, casada con Enrique II Plantagenet. Casó la hija de ambos con Alfonso VIII “el de las Navas”, tan unido a Soria por haberle custodiado en su minoría de edad, cariño que transmitió a su esposa. Ambos tuvieron mucha importancia en la construcción de la entonces Iglesia de Santo Tomé.

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Iglesia de Santo Domingo (Soria)   Iglesia de Santo Domingo (Soria)   Iglesia de Santo Domingo (Soria)

Desde Santo Domingo puede desandarse el camino hasta la plaza del Vergel, donde se ha visitado el Instituto Antonio Machado y buscar la calle Puertas de Pro a través de una entrada que  han abierto en la muralla. En esa calle puede verse como se construyeron las casas con la muralla de fondo; sólo algún trozo y un cubo se deja ver. Siguiendo la calle hasta el final se cruza el Collado de nuevo, se atraviesa la estrecha calle de la Claustrilla y se llega hasta otro de los pocos palacios conservados, el de los marqueses de Alcántara, en la calle Caballeros, frente a la plaza del Olivo, antigua Puerta de Rabanera. Puede parecer extraño ver este árbol en una zona fría como la soriana. La explicación se halla en que ha sido transportado de la comarca soriana de Tierras Altas, desde un pequeño pueblecito abandonado en los años setenta, donde se disfrutaba de un microclima que posibilitó el cultivo del olivo. El palacio de los Alcántara perteneció a una familia soriana ennoblecida en la época floreciente de la Mesta.

En la calle Caballeros, junto a la muralla, de la que ya apenas queda algo más que el nombre y el palacio arriba mencionado, gracias a la desidia de la política urbanística seguida en esta maltratada ciudad, vivían, como indica su nombre, aquellos nobles dedicados a defender la ciudad. Ahí tenían palacio los condes de Lérida –no confundir con la ciudad catalana ya que el título se otorgó sobre un despoblado del mismo nombre, soriano, junto a Retortillo-; de ese palacio no queda ni rastro. Junto a la Diputación se conserva la casa de uno de los linajes sorianos, los Salvadores, con sus escudos en la fachada, ahora propiedad de la hija del ilustre investigador soriano José Tudela de la Orden. A continuación, la Diputación se construyó sobre el palacio de los marqueses de Vadillo. Y seguiríamos nombrando a todos los nobles relacionados, de una u otra forma, con Soria: Zafra, Velamazán…, que tenían en esa calle su residencia.

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Iglesia de San Juan de Rabanera (Soria)En esa plaza que forma la Diputación y las traseras del Banco de España (sobre otro palacio) se ubica la iglesia de San Juan de Rabanera, románica. El ábside tiene dos vanos apuntados y decoración vegetal. La portada de poniente pertenece a la iglesia de San Nicolás, cuyas ruinas ya hemos descrito en el paseo por la calle Real.

Iglesia Virgen del Espino (Soria)CLICK!! sobre la foto para ampliarSiguiendo la calle Caballeros hasta el final se llega a la iglesia de la Virgen del Espino. Delante de ella un viejo olmo homenajea a Antonio Machado; quiere rememorar el árbol seco el poema que el sevillano le dedicara a otro parecido de la orilla del Duero. Cerca de él, en el cementerio, otro rincón machadiano, la tumba de su esposa Leonor, recibe cientos de visitas cada año, unas oficiales en los aniversarios y otras, más íntimas, de aquellos que desean dejar constancia de su estancia en Soria escribiendo unos versos para la primera de las musas del profesor.

La plaza Mayor

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Palacio de la Audiencia en la Plaza Mayor de SoriaComo en toda ciudad, villa y lugar que se precie, también en Soria la Plaza Mayor es el lugar de reunión, convocatoria tácita y diaria de mayores y chiquillería. Hasta mediados del siglo XIX se celebraban en esta plaza las corridas de toros. Ha visto también llenarse de aldeanos con sus productos para la venta. Y aquí, desde el balcón del Ayuntamiento se escucha el pregón que abre las fiestas de San Juan y, cinco días más tarde, el pamplonés “Adiós, adiós, San Juan”.

Palacio de la Audiencia en la Plaza Mayor de SoriaCLICK!! sobre la foto para ampliarLa de Soria tiene dos partes porticadas, una de ellas ocupada en su totalidad por la antigua Audiencia, ahora centro cultural, edificio construido sobre el solar de casas propiedad de los marqueses de Velamazán. Otra parte la ocupa el Ayuntamiento, sobre lo que fuera Casa de los Doce Linajes. Frente a él puede verse la iglesia de Santa María la Mayor, antigua parroquial de San Gil, con portada románica y capilla y cristo del retablo gótico, donde Antonio Machado se casó con Leonor Izquierdo. A continuación, haciendo esquina con la calle del Cuerno, se asienta, sobre lo que fuera la casa del Estado del Común, el Archivo Histórico Local.

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Pasaje de Doña UrracaSe prolonga la plaza en la calle Mayor, detrás de la cual se halla la Real y entre ambas las de Latoneros, Cuchilleros, Carbonería y Zapatería. Uno de los lados de esta calle, compartiéndolo con la plaza Mayor, lo forma la Torre de doña Urraca, propiedad en su día de la familia Suero de Vega, del linaje de los Beteta y hospedaje de nobles como él cuando acudían de visita a Soria, entre los que cabe destacar al mismísimo Felipe II y Santa Teresa de Jesús cuando se desplazó para fundar el convento de Carmelitas, frente a la torre. El porqué a esta edificación se le da el nombre de “doña Urraca”, se debe a la leyenda de que la reina propietaria de Castilla, casada en segundas nupcias con el aragonés Alfonso I el “Batallador”, fue encerrada en este edificio a causa de sus veleidades, aunque sea más cierto –al menos más contrastado históricamente- que la historia de esta reina está plagada de traiciones por parte de su marido. No debió estar nunca aquí la reina –al menos prisionera- y sí es cierto que perteneció al linaje de los Beteta, que siglos después fue una pensión que llevó por nombre “de la gitana” y más tarde propiedad de la familia Ruiz Pedroviejo, importantes industriales sorianos.

La Alameda de Cervantes, el Museo Numantino y la ermita de La Soledad

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La Alameda de Cervantes (Soria)Junto a la plaza de Mariano Granados se abre, hacia el oeste, la ahora llamada Alameda de Cervantes, antes la dehesa boyal de la ciudad. En ella se encuentran gran número de ejemplares de árboles exóticos, paseos, terrazas de verano, parques infantiles, rosaleda y en “el alto de la dehesa” una gran pradera de césped y junto a ella, un pequeño pinarcillo. Es el parque soriano más importante y más visitado, tanto por su ubicación como por lo cuidado del entorno. En él encuentran acomodo las estatuas de destacados sorianos, como las de los compositores de las letras y música de las canciones sanjuaneras. Y también la de Mariano Granados, fundador del periódico El Noticiero de Soria y escritor.

Ermita de La Soledad en La Alameda (Soria)CLICK!! sobre la foto para ampliarTambién se encuentra la pequeña ermita de La Soledad. Un pórtico de tres arcos de medio punto, tendido y apoyados sobre cuatro pilastras, da acceso a la ermita, donde se venera la Virgen que da nombre al pequeño templo y cuya talla sostiene en sus manos otra de un Cristo yacente. En la capilla trasera se encuentra el Cristo del “Humilladero” talla del siglo XVI que se atribuye a Juan de Juni.

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Museo Numantino en El Espolón de SoriaEsa parte de la ciudad era antes el extrarradio. Flanqueando la alameda se encuentra el paseo del Espolón a la derecha y la calle Nicolás Rabal a la izquierda. En el Espolón se asienta, junto al edificio de Correos, el Museo Numantino, inaugurado por Alfonso XIII en 1919 y financiado –tanto edificio como mobiliario- por D. Ramón Benito Aceña. Redactó el proyecto Manuel Aníbal Álvarez. En 1968 los fondos del Museo Celtibérico  se incorporaron al Numantino y cambió el nombre por el de Museo Provincial de Soria. En tres plantas y seis salas pueden verse los hallazgos arqueológicos tanto de Numancia como de otros yacimientos sorianos.

Convento de San Francisco (Soria)CLICK!! sobre la foto para ampliarEl otro flanco de la dehesa lo ocupa la calle Nicolás Rabal, donde se asienta la Biblioteca pública, el Colegio Universitario, en lo que fuera Convento de franciscanos y más tarde hospital. Quiere la tradición que fue el mismo san Francisco, en su peregrinación a Compostela y habiendo hecho una parada en Soria, el que lo fundó. Desde luego de una forma peculiar, pues saliendo del convento de Benitos, junto a lo que hoy es plaza de Toros, atravesó la dehesa de San Andrés –la actual Alameda de Cervantes- y se paró en el campo cercano, haciendo cinco montones de piedras a cierta distancia unos de otros. Cuando sus acompañantes le preguntaron por el significado, el santo dijo: “comienzo como puedo la obra del Señor; otros vendrán después y la continuarán”. Y así fue, efectivamente.

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Del cerro de "El Mirón" a San Saturio

 

 

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