En Tudela, donde
fueron a buscarse la vida muchos sorianos de Tierras Altas, falleció el
pasado día 3 de julio José Carrascosa Calvo. Era padre de José Mari
Carrascosa y de cinco hijos más. Llegó al final de la vida rodeado de
plantas, en un espacio muy suyo, donde se encontraba feliz. Me parece
estar viendo la escena del fallecimiento de don Vito. José Carrascosa,
Pepe, vivía en Tudela, como he escrito, pero siempre llevó Sarnago con
él. Era, como todas las personas que han vivido en contacto con la
tierra, que han sufrido con ella (porque no olvidemos que la tierra es
madre-madrastra) era, digo, un hombre sabio. Una persona que lo sabía
todo de la vida rural y mucho de la otra, que se enojaba cuando algo se
hacía mal desde su punto de vista. Y es que, cuando alguien dice que la
muerte significa la pérdida de una página, o de un libro, yo creo que
viene a ser la pérdida de un mundo. Nadie volverá a ver el ocaso como
José, ni volverá a sentir lo mismo, ni interpretará la vida y la muerte
de la misma forma y manera. Si bien es cierto que nadie es
imprescindible, que el mundo gira falte quien falte, también lo es que
cada persona es un mundo único e irrepetible y cuando ya no está tampoco
está ese mundo.
Tal y como vemos
Sarnago hoy, lo hacemos gracias a José Carrascosa y muchos otros
sarnagueses. La calera, en la que estuvo tan implicado, la pavimentación
de las calles, los arces que van colonizando los espacios de alrededor
de las fuentes y los errañes. En todo, está la mano de este hombre
sabio. Por lo que a nosotras respecta, su ayuda para entender la
construcción en Sarnago, la despoblación sangrante, los bailes, las
costumbres en general, se lo deberemos siempre a él y a otros que se van
yendo. Es lo que tiene acudir siempre a los mayores porque son quienes
más saben de todo.
Gracias por haber
existido. Le recordaremos siempre, junto a Josefa -Pimpín- su mujer, en
Sarnago, siempre en Sarnago. Hasta siempre.
Recuerdos de Sarnago,
José Carrascosa (1)
Recuerdos de Sarnago,
José Carrascosa (2)
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