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Alcaldes contra la despoblación

Lugar: Nomparedes. Pueblo perteneciente al Ayuntamiento de Tejado.

Fecha: 9 y 10 de septiembre.

Alcaldesa: Rosa Rodríguez Marcos.

Promotor de las jornadas: Miguel Ángel Rodríguez Marcos.

Colaboración financiera: Soriactiva.

Campo de acción: Comarca del Campo de Gómara. Aunque oficialmente esta comarca cerealística cuenta con 44 pueblos, el núcleo central de ella está compuesto por:

–  Gómara con los anejos Abión, Ledesma de Soria, Paredesroyas y Torralba de Arciel. 4,72 habitantes/kilómetro cuadrado

–  Tejado con los anejos Alparrache, Boñices, Castil de Tierra, Nomparedes, Sauquillo de Boñigares, Villanueva de Zamajón y Zamajón. 1,59 h/km2.

–  Almenar con los anejos Cardejón, Castejón del Campo, Esteras de Lubia, Jaray y Peroniel del Campo. 2,2 h/km2. 

–  Cubo de la Solana, con los anejos Almarail, Ituero, Lubia, Rabanera del Campo y Riotuerto. 1,4 hab./km.

Los 44 pueblos que oficialmente pertenecen al Campo de Gómara, contaban en 1930 (según el INE), 15.254 personas censadas. En el año 2011, el padrón dice que son 2.468, datos que pueden aplicarse al núcleo central del Campo de Gómara sin demasiada variable.

Los días 9 y 10 de septiembre de 2017, sábado y domingo, fueron una mezcla de fiesta popular (el día anterior se había celebrado en honor de la Virgen de la Vega), Fiesta del Pan y Primer Encuentro de Pueblos de la Comarca de Gómara. Fueron, sobre todo, unas jornadas reivindicativas, con el fondo de la sangrante despoblación de la zona y el compromiso de la unión para frenarla. 

Nomparedes fue, hasta hace pocos años, un pueblo algo destartalado, como tantos otros de la provincia, donde los vecinos acudían desde otras localidades algo más grandes y habitadas, con servicios mínimos, o desde la propia capital, para la recolección de la cosecha y a pasar el verano. Fue Miguel Ángel Rodríguez quien lideró (y trabajó a fondo), en el embellecimiento (en principio algo difícil), de este pueblo, y resultó, tanto, que a día de hoy lucen sus paredes con dibujos, sus muros con aperos, espacios con hierbajos plantados de flores hechas con materiales desechables... Ya había hecho algo igual en Oteruelos, acompañado entre otros por Ernesto Martínez de Francisco, había colaborado en Almarail y en Tardelcuende, con Ángel, de Graffiti Soria. (*Nomparedes se embellece).

Lo popular estuvo representado por los pasacalles, la degustación de migas, las comidas y cenas comunitarias, los juegos populares y la chocolatada. El domingo se celebró el Campeonato Mundial de Acarreo de Sacos en el que participaron Alberto Pacheco, de Matamala de Almazán. Óscar Aguas, de Navarra. Jesús Muñoz, de Almazán. Javier Pazos, de Soria.  Víctor Modrego, de Soria. Oier Aizcolbe, de Navarra. Santiago García, de Almazán. Guillermo Pérez, de Santa María de Huerta. Óscar García, de Almazán. Los premiados fueron Oier Aizcolbe, primer premio, 500 euros, trofeo y diploma. Segundo, Óscar Aguas, trofeo. Tercer ganador Santiago García, de Almazán. Fue la escritora Lucia Santamaría la encargada de animar la carrera, con gracia y fuerza como ella sola sabe.

El pan entra en todo: en el aceite, en el gazpacho, en el queso y la uva, para dar sabor a beso, en el vino, en el caldo, en el jamón, en él mismo, pan con pan. También solo, como la esperanza, o con una ilusión…,

Platero y yo. Juan Ramón Jiménez

En la cuna de la civilización que fue el Creciente Fértil comenzó la Cultura que todavía, a día de hoy, nos sustenta, junto con el sustrato imperecedero de la Grecia Clásica. Es el Mediterráneo. En una comarca cerealística como es la de Gómara, los cereales y, muy especialmente el trigo, y todo aquello que conlleva, estuvo presente en dos exposiciones y una especial degustación. En una amplia nave portátil los vecinos de Nomparedes reunieron para mostrar a todo aquel que quisiera los instrumentos utilizados en el trabajo de la tierra, en la trilla, en el pesaje, en la molienda y para la elaboración del pan. Muy interesante los stands destinados a mostrar las variantes del cereal, alusión directa para que los agricultores se animen a diversificar los productos. En espacio abierto, una exposición, “Nuestras viejas máquinas”, extrañas para los profanos, que utilizaron los agricultores al principio de la mecanización del campo. Entre ellas destacaba una segadora atadora Deering, fabricada en Chicago, donada por la familia Miguel. Fue utilizada hasta los años 70 del pasado siglo, primero con tracción animal y después mecánica, cuando fueron sustituidas por las cosechadoras automotrices. 

El pan, junto con los hornos, fue alimento fundamental hasta hace pocos años y en parte lo sigue siendo. Alrededor del pan existió un mundo que pervive. Por un lado lo práctico para convertir el trigo en harina, como son los molinos, de los cuales tenemos muestras empezando por los celtíberos custodiados en museos, hasta los hidráulicos cuyos restos todavía nos salen al camino cuando vamos por el monte cerca de la orilla de los ríos. De un molino portátil nos habló Elpidio Barranco, de Las Cuevas de Soria, artefacto que patentó y con el que se recorrió buena parte de la provincia moliendo a domicilio. De los pósitos sólo restan algunos edificios, pero su fundación, tanto los de Villa y Tierra como  los píos, alivió durante siglos las penurias de las familias y han dejado para la posteridad abundante documentación. Los hornos merecerían capítulo aparte, y extenso. El pan ceremonial ha estado presente en las ofrendas en las bodas, painazgos, entierros... Los ritos relacionados con el pan siguen vivos todavía en las rogativas, fiestas de acción de gracias y en la bendición de campos. Muy especialmente, en la Comarca de Tierras Altas, en la fiesta de las Móndidas, ofrendas de cereales convertidos en pan a la diosa Ceres.

Hubo taller de pan y una degustación muy especial, la del trigo Bulgur. Esta variedad es de origen turco y puede ser usado, tanto para ser cocinado directamente, como para convertirlo en sémola. Otro guiño a los agricultores, una forma de pasar del sector primario al secundario. El trigo Bulgur se repartió, cocinado con verduras, entre todos los asistentes. Mala cronista, no pregunté el nombre del cocinero, pero es necesario felicitarle. El resultado fue un guiso suave, esponjoso, en punto de cocción y de aliños, pocos, ya que no necesitaba demasiado aderezo, como todas las buenas materias primas. 

El profesor Fernando Moliní Fernández, en su tesis doctoral titulada “Geografía, desarrollo y  medio ambiente en las concentraciones tecnológicas y en Soria: un análisis territorial de la calidad de vida” dividió la provincia en tres zonas. La Comarca de Gómara la ubicó en el llamado espacio central, cuyo modelo es el moderno-desarrollista. Lo considera moderno porque se racionalizan las explotaciones mediante su concentración, especialización, utilización de maquinaria (a veces excesiva), selección y mejora de simientes y empleo de productos químicos. Y desarrollista “por responder a un tipo de transformación predominante en la caduca segunda revolución industrial, que tiene, tardíamente, su época dorada en España durante los años sesenta y comienzo de los setenta”. Más de treinta años después de llevar a cabo la investigación, y veintiocho más tarde de haber leído la tesis, ignoro si el doctor Moliní seguirá opinando lo mismo.

“En esta subcomarca [la de Soria] está incluido el Campo de Gómara cuyo estudio antes citado trata de mostrar las transformaciones que se han producido en el sector agrario, la alta rentabilidad agrícola de esta zona entre 1940 y 1970 y su repercusión en la evolución demográfica. Son tierras llanas, fácilmente cultivables y de alta rentabilidad agrícola, dedicadas exclusivamente al cultivo cerealista. La mecanización del campo se produjo aquí antes que en otras comarcas sorianas y, en consecuencia, también el éxodo rural fue más temprano. Gómara (827 habitantes en 1900 y 298 en 2010) ha perdido su carácter de cabecera del entorno y todo el Campo de Gómara ha sido atraído por Soria capital”. Carmen Sancho de Francisco y Jesús Bachiller Martínez:
www.soria-goig.org/pdf/espaciogeograficosoriano4.pdf

En el trabajo de campo que realicé sobre la emigración en el año 1990, para el extinto periódico Soria Semanal, Gómara (con Paredesroyas y Torralba de Arciel) contaba con 554 personas censadas y ocho sucursales bancarias tenían allí oficina, además de escuela con ocho unidades más preescolar, a donde acudían niños de pueblos de alrededor. La sangría poblacional para esta zona, tal y como reconoció el alcalde de aquellos años, Mariano Labanda, la propició, fundamentalmente, la excesiva mecanización del campo y, como en el caso de Almenar, la inadecuada educación dada a los hijos, con la mejor de las intenciones y, en todo caso, con todos sus derechos, pero que no colaboró a la fijación de la población.

El acto más importante de los días 9 y 10 de septiembre fue el relacionado con la despoblación de la zona. Además de la mesa sobre el tema, en el ambiente flotaba la necesidad de atajar este despropósito que ha llevado a algunos pueblos de esta provincia y, muy especialmente a las comarcas de Tierras Altas y Gómara a perder, en algunos casos, el noventa por ciento de sus habitantes cuando no la despoblación completa del pueblo convirtiendo a la zona, como diría el impulsor de las jornadas, en un cementerio de pueblos. Es casi imposible volver a poblarlos por lo que ya, lo que se plantean en todas las zonas, es frenar la despoblación y hacer que la gente vuelva aunque sólo sea como segunda residencia los fines de semana. 

Con muy buen criterio, todos los allí reunidos tenían claro que, de poder aplicar algún remedio, éste sólo podría llegar desde los alcaldes de los pueblos, quienes conocen realmente las necesidades, aquellos que se sacrifican pese a que, en muchos casos, reciban las críticas de algún sector más o menos minoritario. Una vez que ha quedado demostrado que a los políticos les interesan las fotos de viajes varios, a otros grupos y asociaciones varias el manejo de los fondos europeos que no han contribuido a fijar población, y aún otros se mueven por el interés de realizar reuniones rimbombantes que tampoco conducen a nada, es la hora de que los alcaldes tomen el relevo. 

La mesa sobre la despoblación estuvo formada por Rufo Martínez Andrés, alcalde de Tejado; Antonio Campos, concejal de Almenar; Anselmo García Marín, director de Soriactiva, que actuó de moderador; Juan Carlos González Hernández, alcalde de Gómara; Rosa Rodríguez Marcos, alcaldesa pedánea de Nomparedes; Miguel Ángel Rodríguez Marcos, promotor de las jornadas; Juanjo Delgado Soto, alcalde Cubo de la Solana; Gregorio Alonso Amed, luchador en Soria Ya! Y otras organizaciones; Isabel Goig Soler, escritora. 

Miguel Ángel Rodríguez, que denominó a la zona como un cementerio de pueblos, invocó el espíritu de comarca, la creación de vínculos entre los pueblos y las personas y, muy especialmente, que sean los alcaldes quienes gestionen directamente ya que ellos son más del pueblo que de su partido. Todo ello a fin de que la comarca, la provincia, no acabe en un coto de caza mayor. “Vamos cuesta abajo y sin frenos. Nadie vendrá a salvarnos”. 

Rosa Rodríguez, la alcaldesa y única que, junto a su familia, reside todo el año en Nomparedes, agradeció a Miguel Ángel la idea de las jornadas y al resto de vecinos, “entre todos hemos hecho todo”. Insistió en que “ni políticos, ni partidos, sí colaboración y vecinos”. 

En general todos incidieron en la unidad de todos los vecinos, en la deseada ausencia de las instituciones, en la potenciación de las cabeceras, en otorgar a los alcaldes el papel principal. Sacar las materias primas elaboradas y facilitar todo lo posible a quienes quieran instalarse, fue propuesto por Juan Carlos González, alcalde de Gómara, quien hizo referencia al victimismo de los sorianos, y un llamamiento: “los sorianos nos lo tenemos que creer”. Rufo Martínez, alcalde de Tejado, pidió más unión, más colaboración, y afirmó que es posible vivir cómodamente en los pueblos. Para ello, Antonio Campos, concejal de Almenar, apuntó que se pueden hacer los pueblos más atractivos y valoró muy positivamente el trabajo de las asociaciones. 

Podríamos añadir en la necesidad del cambio de mentalidad para evitar la presión social o de poder conseguir a precios razonables casas medio en ruinas. Como experiencia vivida año a año, puedo asegurar que una forma de hacer pueblo es a través de las hacenderas, tal y como lo hacen en Sarnago, donde varias veces al año acuden desde Navarra, La Rioja, y desde allá donde residen, para hacer piña, pueblo. El último punto del decálogo siguiente creo que se refiere a eso, a reo vecino, azofra, hacendera, o “proyecto sábado”.

–  Elaboración de un inventario de recursos de cada municipio para su captación y uso público.

–  Elaboración de un plan de mejora de espacios públicos en cada municipio y sus pedanías.

–  Creación de un plan para captar ayudas exteriores.

–  Elaboración de un plan de mejora de servicios locales (agua, carreteras, banda ancha, suministro eléctrico…).

–  Recuperación del uso de las escombreras municipales restringido a escombros de construcción.

–  Elaboración de un plan especial de urbanismo que favorezca el uso de nuestros pueblos como segunda residencia (licencias “blandas”, mejora de espacios públicos, oferta de terrenos municipales, bar de verano…).

–  Repoblación forestal eficaz de espacios públicos sin uso.

–  Contrato conjunto de servicios de videovigilancia, limpieza, reforestación, mantenimiento...

–  Dotación de medios a los alguaciles (vehículo, barredora mecánica, desbrozadoras…) que permita a éstos desarrollar eficazmente su trabajo y su desplazamiento a los barrios.

–  Favorecer desde los municipios el asociacionismo y las tareas de trabajo comunitario (proyecto “sábados”).

El domingo por la tarde la doctora en Políticas y Sociología, Eva Rodríguez, impartió una conferencia titulada “Nomparedes, evolución de un pueblo y sus gentes”. Para el doctorado estudió el funcionamiento de la sociedad rural, los factores que confluyen para la despoblación, unido con retazos de historias y testimonios de personas que ya no viven. 

Hubo también concierto de los cantautores Paul&Moni y homenaje a Miguel Delibes con la proyección de dos películas inspiradas en sus novelas. 

Hay que destacar muy especialmente la excelente organización de todos y cada uno de los eventos, la implicación de todos los habitantes, estantes y residentes fuera pero que vuelven cada año para compartir fiestas y proyectos. Así se hace pueblo.

Añadiré que, tal y como percibí las jornadas, conociendo al promotor y suponiendo el apoyo de Soriactiva, estos han sido los actos más esperanzadores de todos a los que he asistido o conozco. Salen del pueblo para el pueblo. No buscan fotos, ni votos, ni fondos (aunque sospecho que serían bien llegados, los fondos, claro). Ignoran, como Machado, los cantos de los grillos. No quieren la grandilocuencia, generalmente hueca, de políticos que desean colgarse medallas no por los hechos, si no sólo por las palabras. Por todo ello, se van a poner a trabajar ya, de hecho a final de octubre tendrán los alcaldes y el promotor el primer encuentro de trabajo.

© Isabel Goig, Septiembre de 2017