Otoño en Tierras Altas

 

 

Un año más. Otoño en Tierras Altas, 2018


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Feria del Acebo en Oncala, 2018Feria del Acebo en Oncala, 2018

Un año más, y van muchos, los hombres y mujeres de Tierras Altas nos regalan unas actividades hechas con mucho cariño y mucho interés. En los pueblos de las sierras del Alba, de la Alcarama, de San Miguel, esas tierras de la Trashumancia, duras y amables, severas y acogedoras, cada otoño los pocos habitantes que van quedando, se unen para que cada actividad sea lo suficientemente atractiva para recibir a quienes nos acercamos para conocer cómo vivían hace cuatro días, como quien dice.

Valtajeros, 2018

En Yanguas capturaron, anillaron y avistaron aves. El horno comunal lo encendieron en Valtajeros, Vizmanos, Los Campos y Cerbón. Han elaborado productos de matanza en Villar del Río y Fuentes de Magaña. En San Pedro Manrique tuvieron lugar las jornadas micológicas además de una jornada de escabechados. En Castilfrío de la Sierra visitaron el castro y despidieron a los pastores que marchaban al Sur. Muy cerca, en Carrascosa de la Sierra, excursionaron hasta el dolmen. Han hecho rosquillas en Magaña. Migas en Santa Cruz de Yanguas y Aldealices y centros de acebo en Magaña, Santa Cruz de Yanguas y Aldealices.

Valtajeros, 2018Valtajeros, 2018

El domingo 7 de octubre, coincidiendo con la fiesta patronal, en Valtajeros encendieron el horno. El matrimonio formado por Sandro Imbriani y María Martina Calvo, panaderos que fueron de San Pedro Manrique durante muchos años, cocieron pan, empanadas, bollos de chorizo y tortas de chicharrones deliciosas, pero cuyos ingredientes es imposible sacar a Martina ni en secreto de confesión. Más suerte tuvimos con Nati Domínguez Cuesta para sus sobadillos: 2 kilos de harina, 800 gramos de manteca de cerdo, 400 gramos de azúcar, un buen chorro de moscatel y tres huevos. El horno a 200º y al sacarlos, rebozarlos en azúcar.

Valtajeros, 2018Valtajeros, 2018

Rosa, la hermana del alcalde, nos acompañó a la zona del pueblo que no conocíamos, donde se ubica el lavadero, restaurado como el horno. Su madre nos enseñó la hoy casa familiar, donde en su día se ubicó la tienda y el bar, y que conservan respetando tanto la arquitectura como el mobiliario original.

Feria del Acebo en Oncala, 2018Feria del Acebo en Oncala, 2018Feria del Acebo en Oncala, 2018

La palma se la llevó el pueblo serrano de Oncala. Dice la prensa que fueron unas dos mil personas, pero mi amigo José Mari Carrascosa cree que muchos más, y yo también. No se podía caminar, las calles abarrotadas como la Gran Vía madrileña en hora punta. Y Oncala, vestido de gala, hermoso, mostrando su forma de vida, sus oficios en los umbrales de las casas. Sastre, lavanderas, planchadoras, carpinteros..., y un grupo de mujeres haciendo trasnochos, otro de muchachas vendiendo verdura. Una emoción para quienes amamos el mundo rural y sabemos que ya sólo es posible verlo como muestra etnográfica gracias a la voluntad de los habitantes.

Feria del Acebo en Oncala, 2018Feria del Acebo en Oncala, 2018Feria del Acebo en Oncala, 2018

Al caer la noche, con la silueta de la iglesia de San Millán dominando desde arriba, el Belén viviente puso broche a las tres jornadas oncalesas de la Feria del Acebo.

Feria del Acebo en Oncala, 2018Feria del Acebo en Oncala, 2018

Felicidades a los bravos oncaleses, residentes y quienes se marcharon y vuelven para arrimar el hombro. Y a la Mancomunidad de Tierras Altas.

Feria del Acebo en Oncala, 2018Feria del Acebo en Oncala, 2018

 

© fotos: Leonor Lahoz

© soria-goig.com


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