Estamos en Morón de Almazán, uno de los pueblos más interesantes de la provincia de Soria, con una plaza irregular pero donde se construyeron edificios notables durante el Renacimiento. Se trata de un conjunto formado por el Ayuntamiento, el palacio de los Hurtado de Mendoza, señores de la Villa en la época de las construcciones, y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Delante del noble y artístico lateral de la plaza, como facilitando, a la vez que controlando, la entrada a él, se alza el rollo gótico. Todo aquello que de otras épocas anteriores tuviera la villa, ha quedado difuminado, cuando no escondido, por los edificios renacentistas y por el paso de los siglos. Se tienen noticias de un castillo y de una iglesia de San Pedro, cuyos restos románicos se hallan integrados en una vivienda.

Antes de los Hurtado de Mendoza y durante un relámpago de tiempo en la historia, Morón fue dado en señorío a Beltrán Duguesclín (Francia 1320-1380), a quien Enrique II Trastámara, por su ayuda en la guerra contra su hermano Pedro I de Castilla, le concedió, además, las plazas de Soria, Almazán, Monteagudo de las Vicarías, Deza y Serón de Nágima. Las tres últimas padecieron los avatares propios de situarse cerca de la frontera con Aragón, a cuyo reino pertenecían de vez en cuando y donde, al igual que en Ágreda, se celebraban enlaces reales con los que afianzar sus posiciones.

En el palacio de esta singular villa se instaló, en el año 2012, el Museo Popular del Traje Provincial, auspiciado por la Diputación Provincial de Soria y gracias a prendas cedidas por guardianas de tan interesante recurso etnográfico del que es investigador Enrique Borobio. Acondicionado el interior en tres plantas donde se cuida la accesibilidad y atendidos por la amabilidad de Rogelio Peña y Verónica Soria, a lo largo de los años se han llevado a cabo talleres de patronaje, peinado tradicional, actividades infantiles, conciertos, seminarios, conferencias, ferias de textiles y complementos, etc. y exposiciones como 'A la gala de la buena moda', 'El procesos textil', 'Un paseo por la gran moda' y en la actualidad 'Al estilo del país'.

'Al estilo del país' conmemora el 150 aniversario de la muerte de Valeriano y Gustavo Adolfo acaecida en 1870. Los hermanos Bécquer vivieron una época marcada por el Romanticismo y la querencia por toda la historia pasada, especialmente los monumentos arruinados en las dos desamortizaciones, así como el gusto, más o menos misterioso, de las leyendas, como bien dejó para el futuro la pluma de Gustavo Adolfo. Coincidió también con el reinado de la reina Isabel II, cuyo retrato preside una sala de la exposición. Les fue concedida una beca con pensión de diez mil reales para recorrer provincias españolas y recoger costumbres y usos. La vinculación a Soria de los hermanos les trajo a Soria. Por un lado eran sobrinos por el apellido Domínguez (de su padre) de un señor afincado en Soria y, por otro, Gustavo Adolfo casó con Casta Esteban, vinculada a Soria. La casa de ella, en Torrubia de Soria, se conserva museizada y otra que los padres poseían en Noviercas ha sido recientemente restaurada. Estos hechos, unidos a la principal característica de la provincia de Soria, su aislamiento que conservaba la esencia, hicieron que la escogieran para trabajar sobre ella.

Así, la exposición se compone de fragmentos de textos de Gustavo Adolfo, cuadros y maravillosos dibujos de Valeriano sobre trabajos, costumbres, paisajes y folklore. Vitrinas con prendas relacionadas con esos textos y esos dibujos. Vestimentas tanto femeninas como masculina e infantiles, realizadas con material propio del mundo rural, aquello que se cultivaba, lo que se tenía en casa, paños caseros, lana cruda, lana tintada, hasta que más tarde llegó el percal, la seda o el terciopelo. Las prendas que se presentan son casi todas de la provincia de Soria, pero también se muestran algunas procedentes de Ávila y Aragón.

En el recorrido por la exposición, facilitado por la explicaciones que pueden seguirse mediante el teléfono móvil, veremos vitrinas con vestimenta para personas de alta posición. Enaguas, miriñaques, polisón, hombres vestidos a la moda inglesa, tocados con chistera o sombrero de copa. Capas y prendas de abrigo confeccionadas con lana, casi todas se usaban hasta que quedaban inutilizadas, como la famosa capa blanca que hubo de ser restaurada. Medias y camisas femeninas confeccionadas con lino y cáñamo, como la ropa interior, camisas para dormir, tanto femeninas como masculinas, justillos... Mantillos para taparse al ir a misa. Vestimenta masculina de fiesta, capotes, anguarinas. Muy interesante la colección de joyas, unas de temática religiosa, cruces, medallas, relicarios, otras de fiesta como las collaradas (de coral rojo, protector, que quitaba el mal de ojo), y pendientes de bellotas, símbolo de fertilidad, una colección que ya tuvimos ocasión de ver hace años en el Casino de la Amistad Numancia gracias a Enrique Borobio.

Enrique Borobio y los Trajes Populares Sorianos

Ropa infantil, cintas ombligueras, vestidos de cristianar... No podía faltar la indumentaria ritual como el danzante de Casarejos que rodea la cintura con el mantón de la novia para indicar que estaba prometido, el de piñorra, el que visten en la Soldadesca de Iruecha. Pueden verse también unos preciosos mantones, algunos regalo del novio a la novia para lucir el día de la boda, confeccionados con seda y terciopelo.

Para acompañar esta interesante muestra, se han recogido objetos utilizados en la época, como el torno de hilar, la agramadera, el carretón con el que los niños aprendían a caminar y piezas de cerámica.

Se trata de una exposición muy interesante, histórica y etnográfica, necesaria e ilustrativa de una época relativamente reciente y que, junto con los museos etnográficos que mantienen en muchos pueblos, muestran un siglo, el XIX, donde el Romanticismo, las desamortizaciones, los avatares políticos y muchas más circunstancias, lo marcaron profundamente. Nada mejor que seguir la muestra con los pinceles y la palabra de Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer.

Folleto AL ESTILO DEL PAÍS.Descarga