A lo largo de los siglos, Cihuela ha
tenido varios topónimos que han ido cambiando su léxico conforme han
pasado las diferentes etapas históricas, desde los árabes hasta
nuestros días. A partir de documentos escritos se pueden intentar
resolver los diferentes cambios lingüísticos y apreciar el desarrollo
de los mismos. La historia de la lengua española ofrece una gran
cantidad de datos con los que se puede indagar para saber cual ha
podido ser el topónimo de nuestro pueblo a lo largo de los siglos,
pero aún así, queda constancia de lagunas, debidas a etapas
inexploradas, sin datos ni documentos.
Chella
Es el primer nombre que conocemos, de
procedencia árabe. Sabemos que Alfonso III, en el año 876, “después
de rechazar al caudillo árabe Almorabir, persigue a los musulmanes
entrando a sus tierras hasta tomar los castillos de Deza, Chella
(Cihuela) y Atienza”. Los árabes conservaron en las voces
hispánicas el sonido /c/ ante /e/ o /i/, a esto se debe el predominio
de /c/ en las transcripciones árabes de voces romances, así como la
abundancia de “ch” por “c” en topónimos de las regiones
que pertenecieron al Ándalus, como lo era Cihuela. De ahí que
“Chella” fuera el nombre del poblado árabe asentado en “Las
Hoyas”, dando lugar a un posible topónimo posterior, que
posiblemente fuera “Cella”, al que posteriormente podría
haberse añadido, por reminiscencias visigóticas, la diptogación /ue/
que debió de cundir en la provincia Tarraconense, en la que se
englobaba Cihuela, pudiendo quedar por tanto, el topónimo “Cuella”,
a finales del siglo XI.
Zuella
Del año 1136 es el documento de la
división de los límites diocesanos entre Tarazona y Sigüenza, en el
que Deza y Cihuela quedarían para el Obispado de éste último.
“Fariza Eclasiae Sanete Thome, Sancte Marie, Sancti Petris in aldeis.
La Puebla, Mont Real, Pozuel, Bordalaua (Bordalba), Zuella
(Cihuela), Baza (Deza), Embit, Cabrafuente, Alconchel, Torre
Fermosa, Sisamón”. Ya en los primeros siglos de la Reconquista, el
fonema /c/, procedente de /c/ ante /e/ o /i/, tomó la articulación
dental /z/. El diptongo “ue” proviene de la diptongación de /e/
acentuada, iniciada en el latín imperial y continuada en el periodo
visigótico. Así pues, el topónimo “Zuella” sería el nombre de
Cihuela durante los siglos XII y XIII, aunque los árabes continuarían
usando /c/ (Cuella) en el léxico de uso común y en los topónimos que
habían recibido sus dominados.
Ciueruela
Según Eleuterio Carracedo Arroyo, en un
documento de los años 1208 – 1210, del “Cartulario del Monasterio
de Santa María de Huerta”, García Luján recoge el nombre de
“Ciueruela”. Este nombre podría relacionarse con el latín
“Cibaria”, que significa víveres o alimentos. La romanización de
Castilla hace confluir las diversas tendencias del habla peninsular,
encontramos de nuevo la diptongación “ue” y la doble “l”
se podía haber abreviado en una sola, aparece el fonema /c/ como tinte
conservador al latín hablado y tenemos un hiato ante el diptongo /ue/.
Por otro lado, “Ciberia” y su diminutivo “Ciberuela”,
contienen un significado del cereal. Sea como sea, el topónimo Cihuela
se encuentra relacionado de alguna manera con la producción de cereal.
También podría haber sido un topónimo anterior a los ya mostrados, ya
que habiendo sido extraído del cartulario de un monasterio, hay que
pensar que los monjes siempre escribían en latín y que, por tanto, los
topónimos árabes no eran validos para ellos.
Cuthiella
El 23 de Julio de 1444, el Rey Juan II
de Castilla donaba a D. Álvaro de Luna el castillo de Cihuela: “En
enmienda de Baza (Deza) e Cuthiella (Cihuela) de las
cuales vos yo ove fecho merced con sus castillos e fortalezas”.
Durante los siglos XIV y XV, posiblemente hasta el reinado de los
Reyes Católicos, el topónimo “Cuthiella” aparece en distintos
documentos de las luchas de “La Raya”. Se produce un
estancamiento en la forma “iella” derivado del leonés y el
aragonés, acompañado en parte por el mozárabe, y que luego emprendería
la reducción de /ie/ a /e/ ante la /l/, convirtiéndose en “Cuthela”.
El fonema /th/aparece destinado quizá a suprimir el diptongo /ue/,
sabemos que es una transcripción latina aunque en boca del pueblo se
pronunciara como “t”, al igual que la “ch” árabe, que se
pronunciará como “c”. Durante el siglo XVI puede que sea
posible la aparición en otros documentos del topónimo “Cihuela”
tal y como lo conocemos hoy en día, que en el habla vulgar cambiaría
la “h” por la “g” y que volvería a cambiarse en el siglo
XIX.
Cigüela
Ya en el siglo XVI, y según notas del
interventor Jean de Vandenesse, servidor del Emperador Carlos I (y
luego de su hijo y sucesor Felipe II), “realizó una serie de viajes
entre 1528 a 1542 a Medinacelli, Cigüela, Montuenga, Agreda,
Aldealpozo, Quintana Redonda y Burgo de Osma. Posteriormente, el Rey
Felipe II realizaría el mismo viaje entre 1554 y 1560”. El habla
vulgar tiende a retraer la base de la articulación hacia la parte
posterior de la boca, el fenómeno empieza a notarse desde la Edad
Media, y se revela en varios cambios: mientras que el Arcipreste de
Talavera escribe “Menciyuela”, deshaciendo con la /y/ palatal
el hiato que existía ante el diptongo /ue/, Lope de Rueda emplea
“Mencigüela”, con /g/ velar.
Cihuela
Durante la Guerra de la Independencia,
sabemos que Juan Martín Díaz, apodado “el empecinado”, del
bando español, “partiendo de la base de Ateca, hizo su inclusión
hacia Soria por el valle del Henar, estando en Cihuela, Deza y Gómara
durante 1.811 y 1.812”. A principios del sigo XIX aparece el
topónimo “Cihuela” que todos conocemos y que llegará hasta
nuestros días. Los primeros testimonios de “h” por “g”,
parecen denunciar la baja extracción social del siglo XVI. El cambio
de “Cigüela” a “Ciguela” y a su posterior “Cihuela”,
implica una desaparición de la diéresis y la relajación de la
consonante /g/, afectada en mayor o menor grado, debido a un lenguaje
corriente, y tras una propensión velarizadora, haciendo que la /h/
sustituya a la /g/ ante el diptongo /ue/.
©
José Manuel Pérez
Cihuela, leyendas y tradiciones
Iglesia de Ntra. Sra. de
la Asunción de Cihuela |