¡ La ermita de La Monjía declarada Bien de Interés Cultural !
Como pasara con las declaraciones de la Ermita de San Saturio y del Palacio de la Audiencia, a finales de Julio de este año 2021 los medios de comunicación, locales y algunos nacionales, se hacían eco de esa noticia concerniente a La Monjía ubicada en el término de Fuentetoba, hoy día en el municipio de Golmayo, que tan sólo ha tenido que esperar 21 años para ser reconocida como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.

Ya decíamos en el artículo sobre el Palacio de la Audiencia que las tres declaraciones se hicieron en un mismo día y fueron publicadas en un mismo boletín oficial, tal vez para que no hubiera distinción entre ellas; y por tanto, si las otras dos adjuntaban unos Anexos clamorosos, el que se adjunta para La Monjía no podía ser menos.

Como quiera que sobre este nuevo BIC, ubicado a pocos kilómetros de la capital, no dispongo de tanta documentación como de los ubicados en ella, tan sólo haré una advertencia para quien quiera tenerla en cuenta.

En el ACUERDO 85/2021, de 29 de julio, de la Junta de Castilla y León, por el que se declara la ermita de la Monjía, en Fuentetoba, municipio de Golmayo (Soria), Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento; publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León núm.148 del 2 de Agosto de 2021; y en el Boletín Oficial del Estado núm. 204 del 26 de Agosto de 2021, se lee:

Como suele ser habitual nos encontramos ante el clásico anacronismo de meter a la nobleza en una época que no le corresponde.

Hasta donde yo sé, no existió ningún conde de Castejón, aunque sí me consta que ese título se utilizó para denominar al conde González de Castejón de Ágreda.
Ahora bien ¿si ese título se creó en el año 1819 cómo pudieron sus poseedores fortificar La Monjía en el siglo XVI?

En ese mismo Anexo cult-turístico sus redactores dicen: Por escritura pública de 12 de octubre de 1507, el Abad y la Comunidad cedieron La Monjía a censo perpetuo enfitéutico a D. Diego Solier; y puesto que no lo indican, añadimos que el dicho término quedó incorporado en el mayorazgo de los Solier, cuya etapa de transición de familias, según las referencias documentales que poseo en la actualidad, omitiendo hasta el 1700 puesto que corresponde a los del apellido Solier, se puede resumir de la siguiente manera:
En 1707 lo poseía Antonio de Solier y Frías, vecino de Madrid (PN-848-1350-89).
En 1709 el mayorazgo pasó a posesión de Manuel de Salazar Barnuevo y Salcedo (PN-937-1458-45).
En 1736 lo poseía Manuela Saturia de Camargo [Solier] y Salcedo , vecina de Tudela (PN-1065-1643-127).
En 1743 su hijo Juan Manuel de Castejón Camargo y Solier, vecino de Tudela; primer Castejón que sucede en el mayorazgo (PN-985-1530-305).
En 1781 es Felipe González de Castejón, vecino de Tudela, el poseedor del término redondo que llaman de La Monjía (PN-1155-1766-8).
Y en 1835 encontramos la ya expresada dualidad del título condal: (PN-1353-2054-63 y 64)
Mientras el 13 de Mayo de dicho año 1835, el concejo de Fuentetoba, ante el fiel de fechos, daba poder a su alcalde para otorgar la competente escritura de arrendamiento del término, monte, y prado que llaman de La Monjía, y sita en dicho lugar, en favor del excelentísimo señor don Francisco González conde de Castejón vecino de Gallinero.
El día siguiente 14 de Mayo, el escribano de Soria ante quien se formalizó el arrendamiento anota que el alcalde del dicho lugar: toma y recibe en renta y por arrendamiento para el Común, concejo, y vecinos de Fuentetoba, del excelentísimo señor conde González del Castejón (sic)...

Este breve repaso, en el que indicamos el año que tenemos documentado, no el año de posesión del mayorazgo, así como los apellidos que constan en los protocolos, nos permite observar cómo es un error decir que La Monjía la fortificó en el siglo XVI el conde de Castejón.
Porque si bien el título condal, según el "Elenco de las grandezas..." se creó el 2 de Diciembre de 1819, el 2 de Febrero de 1820 a su titular se le nominaba: Francisco González de Castejón, [Veraiz], Tovar, Ezpeleta, Solier, Barnuevo, Salcedo, Guerrero, Salazar, Caritas (PN-1304-1994-157; se omite el apellido Veraiz que tomamos del Elenco); lo cual nos indica que si bien los condes llegaron a poseer el término de La Monjía no fue porque descendieran por línea directa de aquel Diego Solier que tomara dicho término a censo perpetuo de los monjes benedictinos.

El hecho de que en la fachada del caserón de La Monjía haya un escudo de los Solier y Barnuevo, armas que se pueden ver también en el que hay en la calle Aduana Vieja de la capital soriana, en la casa de los Solier llamada tradicionalmente Palacio de los Castejones o de los clavos, y así mismo el tradicional error de decir que esos escudos son los de esos Castejones, es, sin duda, el motivo que inspiró e inspira la novelesca aportación cult-turística de la fortificación del recinto de Fuentetoba.

El tradicional error de identificar el Palacio de los Solier de la calle Aduana Vieja de Soria como Palacio de los Castejones o de los clavos, de la que se dice erróneamente que los escudos que adornan su fachada son los de esos Castejones; y el hecho de que en la fachada del caserón de La Monjía haya un escudo formado por dos de los que se contemplan en la casa de la ciudad, es, sin duda, el motivo que inspiró esa novelesca fortificación del recinto de Fuentetoba por el conde que nunca existió.

Que estos escudos eran de los Solier, y que el palacio llamado de los Castejones también era de los Solier; aunque brevemente ya lo expusimos en nuestro artículo La muralla de Soria; y en el de los Escudos de los Doce Linajes.
Sobre ellos escribió el marqués de Saltillo en "Evocaciones del pasado soriano": Subiendo por esa calle [Aduana Vieja], aún permanecen en pie, sin aditamentos ni reformas lastimosas, la casa de Los Solier Patronos de la Capilla Mayor de la vecina Iglesia de San Clemente. En el tímpano de su portada plateresca campea el escudo de los Solier Yáñez Barnuevo, con el de Contreras. Este Mayorazgo recayó en los González de Castejón de Tudela; dejando bien claro que los Castejones no tuvieron nada que ver ni con la construcción del palacio, ni los escudos tienen nada que ver con ellos; lo cual hay que aplicar a La Monjía, por mucho que los responsables del cult-turismo soriano estén empecinados en repetir su errónea cantinela.

No sé si lo de La Monjía ya lo habría advertido alguien, lo que sí es seguro es que ahora sí se ha hecho la advertencia; el que quiera tomar nota que la tome, el que no... que siga practicando ese cult-turismo que es lo que a día de hoy respaldan todas las instituciones.

Recuerden los expertos que los errores son errores, y los cometemos todos, pero cuando un error es corregido y a pesar de ello se insiste en mantener lo erróneo, el error deja de ser un error y se convierte en una falsedad.

PN - Archivo Histórico Provincial de Soria - Protocolos Notariales - caja-volumen-folio

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