Pueblos
Deshabitados de la Sierra Pela
La Sierra de Pela sirve
de frontón a unos pueblos agrupados en dos municipios: Montejo de
Tiermes y Retortillo.
El de Montejo de
Tiermes está compuesto por Carrascosa de Arriba, Cuevas de Ayllón,
Hoz de Abajo, Hoz de Arriba, Ligos, Noviales, Pedro, Rebollosa de
Pedro, Torresuso y Valderromán, además de
Manzanares,
considerado deshabitado, pero en realidad con seis habitantes
repartidos en dos casas.
En el censo del año 2002 habitaban este espacio 250 personas; en
1991, 310; en los años ochenta, 361; y a mediados del siglo XIX,
1627.
La misma involución se
da en el municipio de Retortillo, compuesto por Cañicera, Castro,
Losana, Madruédano, Peralejo de los Escuderos, Sauquillo de Paredes,
Tarancueña, Torrevicente y Valvenedizo, 238 habitantes en total, en
el año 2002, aproximadamente la mitad que hace 30 años y el quince
por ciento de la población de mediados del siglo XIX, que era de
1.650 habitantes. O sea, que entre los dos municipios, compuestos
por 22 núcleos de población, no llegan a quinientos los habitantes,
la mayoría de ellos en las cabezas de los municipios: Retortillo y
Montejo.
El hecho de la
despoblación sangrante en las tierras del Sur es, al parecer,
irreversible. Pero no puedo evitar el comparar esta zona con otra,
también montuosa, como es Tierras Altas, por la que siento una
especial devoción. Sufrió, tanto o más que la de Sierra de Pela, los
rigores de la despoblación. En su ámbito de influencia son numerosos
los pueblos deshabitados.
En un momento
determinado, las gentes de Tierras Altas se pusieron manos a la
obra, apoyados por las personas que trabajan en el Plan de
Dinamización de Tierras Altas. Durante el otoño, en pueblos poco
habitados, sus gentes abren el horno y cuecen pan, o elaboran queso,
o hacen morcillas, o migas, y convocan a los medios para que Tierras
Altas “suene”. Hasta en Fuentes de Magaña se han construido
viviendas sociales y han reclamado personas para que las habiten.
Sarnago, que llegó a estar completamente deshabitado, fue remozado a
base de lucha de sus vecinos, quienes además, publican una revista y
hace años que muestran a los visitantes un magnífico museo
etnológico.
Valdelavilla fue
rehabilitado, previa cesión de las viviendas por parte de los
vecinos. En Villar del Río han vuelto a abrir el Aula
Paleontológica, y años han pasado desde que varios dinosaurios de
reclamo turístico se dejan ver por las cumbres. Y tantas otras
actividades que ahora, a vuela pluma, no recordaré. El caso es que
se mueven mucho y bien. Sin mirar atrás, han decidido mirar adelante
y tratar de sujetar la población y atraer a más.
¿Por qué no se da esta
misma situación, o similar, en los pueblos de la Sierra de Pela?
Están arreglando la carretera que, de Este a Oeste, une a los
pueblos. Madrid está relativamente cerca. Cuentan con unos paisajes
diversos y ricos, surcadas sus tierras por pequeños ríos que nacen,
precisamente, de la Sierra de Pela. Y lo más importante, el
yacimiento de Tiermes, desde mi punto de vista el más interesante de
toda la provincia de Soria, además de atractivo.
¿Por qué en el Sur de
Soria no existen pequeñas, o grandes, industrias chacineras o
queseras, como en Tierras Altas? ¿Y los fondos europeos? Ninguna
actividad, mas que la rústica, encontramos en nuestra visita. Tan
solo una turística seria, la de Manolo, de la Venta de Tiermes.
Ninguna iniciativa de los antiguos habitantes, como en Sarnago.
Algo, no obstante,
llama la atención. En Manzanares, que estuvo deshabitado, hace ya
bastantes años se asentó un grupo de personas, restauraron dos
casas, y en la actualidad albergan el Archivo Teresa Claramunt.
¿No sería una solución
que, con los problemas económicos que existen, sobre todo en las
grandes ciudades, se ocuparan y rehabilitaran algunas casas de los
pueblos deshabitados?
© Isabel Goig Soler
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