Berlanga de Duero

   Ermitas

Isabel Goig y Leonor Lahoz

 

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Durante siglos, y hasta el XIX, Berlanga de Duero ha sido la cabeza de la comunidad de Villa y Tierra del mismo nombre. La Comunidad de Berlanga la compusieron, además de la villa, veinte aldeas: Abanco, Aguilera, Alaló, Arenillas, Bayubas de Abajo, Bayubas de Arriba, Bordecorex, Brías (compartida con Gormaz), Cabreriza, Caltojar, Casillas de Berlanga, Ciruela, Fuentelpuerco (hoy Fuentetovar), Hortezuela, Lumías, Morales, Paones, Rebollo de Duero, Rello y La Riba de Escalote. En el siglo XVI se desvinculó Rello para pasar a otra jurisdicción señorial.

Antes de 1594 se despoblaron trece aldeas pertenecientes a esta Comunidad, según recoge el padre Gonzalo Martínez Díez en “Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura Castellana” (1983). Estas eran: Alconeza, Ardachosa, Navacería, Quintanar, San Gil de Pedroso, Santa Cruz, Tajarejo, Talegones, Torre de Rollán, Torremocha, Vadorrey, Valparaíso y Villaseca.

Despoblados de Soria

Altar de la ermita Virgen de las Torres (Berlanga de Duero)

Tal importancia histórica, que debía reflejarse en la Villa, dio como resultado que, a lo largo de los tiempos, fueran diez las iglesias que se asentaron en Berlanga de Duero, y hemos de pensar que todas ellas serían de factura románica. Todas fueron demolidas para erigir la Colegiata.

José María Martínez Frías, en “El gótico en Soria” (1980), recoge un documento en que sólo se mencionan las parroquias de Santo Tomé, San Facundo, San Andrés, San Miguel, San Gil, Santa María del Mercado y la ermita de San Esteban. Cuando se tomó la decisión de edificar la Colegiata, el abad y cabildo estipularon que en cada lugar donde antes se levantara la iglesia quedara “una pequeña capilla u oratorio en señal de la dicha yglesia que primero alli fue fundada e declaro e mando que conforme a la dicha clausula quede en cada una de las dichas iglesias que ansi se derribasen una pequeña capilla u oratorio, qual los señores Abad y Cabildo quisieran dexar...”.

Con posterioridad una bula autorizó la edificación de casas en los solares de las iglesias, por lo que, la ermita de la Soledad tal vez sea el único oratorio que queda en Berlanga de aquella época de esplendor histórico. Otro resto de aquellos templos románicos es el tímpano policromado de la fachada del convento de Concepcionistas.

Don Gonzalo Martínez, en el libro arriba mencionado, escribe, refiriéndose al despoblado de San Gil de Pedroso: “despoblado sito en el término de Berlanga, cuyo nombre se ha olvidado totalmente, pero que con gran probabilidad corresponde a la ermita de la Virgen de Carascosa y a las ruinas cuyos vestigios se hallan en torno a la ermita, ya que su situación corresponde a la zona donde se hallaba el despoblado según el elenco de 1229 (...) muy cerca de la fuente se encontró una tinajilla con monedas”. (1)

Por otro lado, Juan Manuel Bedoya en “Memorias históricas de Berlanga” (1845), y refiriéndose a las ermitas “que ya están arruinadas” (2) nombra a las de Santa Librada, cerca de Paredes Albas. San Cucufate, mártir de Barcelona, hacia las Torres, donde se le canta una conmemoración en las letanías. San Bartolomé, a pocos pasos de la Soledad, bajo el altillo de San Sebastián. La de San Sebastián, donde ahora se ha puesto el cementerio. La de San Francisco, más adelante, rodeando el cerro del Coborrón. Junto con las de San Esteban y la Soledad (que menciona Martínez Frías), la de Carrascosa (posiblemente la iglesia del despoblado de San Gil de Pedroso), la de las Torres (antes capilla del hospital) y la de Paredes Albas, son diez las ermitas reconocidas, por unos u otros historiadores, pertenecientes al término de Berlanga de Duero a lo largo de su historia.

De estos diez pequeños templos, en la actualidad perviven para el culto y se encuentran en buen estado de conservación, dos: la Soledad y las Torres. Todavía se mantiene en pie, aunque en mal estado de conservación y sirviendo para guardar ganado, la de Carrascosa. Pueden verse los restos de una cuarta, la de Paredes Albas, integrada en el convento del mismo nombre. De las otras seis sólo conocemos el nombre: Santa Librada, San Cucufate, San Bartolomé, San Sebastián, San Francisco y San Esteban.

 

Paredes Albas

Convento de Paredes Albas (Berlanga de Duero)

A unos dos kilómetros de Berlanga, en la carretera que se dirige a Sigüenza, frente a una cruz de piedra de nombre Martín Sanz, se levanta el antiguo monasterio de la Orden de San Francisco, popularmente conocido como el convento de Paredes Albas. Por los alrededores del edificio principal aparecen restos de lo que fuera huerta y factoría de los frailes y un gran estanque.

La ermita fue construida en los primeros años del siglo XVI. Dice Martínez Frías: “Una vez fundada la ermita se hizo eremitorio de la iglesia de San Juan de Letrán, de Roma, quedando anexa a ella, tal como se desprende de las bulas expedidas al respecto, otorgando asimismo a los Marqueses de Berlanga el patronazgo, administración y regimiento de la misma”. Firmado por la reina Juana I, en 1513, se conserva un documento de juro perpetuo (pensión perpetua) de dos mil maravedíes de renta anual para la capellanía de la ermita erigida por la duquesa.

En 1633 se obtuvo autorización real para la fundación de un convento de frailes franciscanos, y estos utilizaron la ermita como cabecera de la iglesia. Antes de la obtención de la autorización, hubo pleitos entre el marqués y el Ayuntamiento por un lado y el Cabildo por otro. La ermita de Paredes Albas tuvo sirvió de capilla mayor, conservándose todavía algunos de sus elementos góticos.

El Dr. Juan Manuel Bedoya afirma que fue el VI duque, VII condestable, V marqués, quien, secundando los deseos de su padre, don Juan, fundo en 1636 el convento, donde se veneraba la virgen de Paredes Albas. “Puso órgano, libros cantorales en el coro, adornó la iglesia, proveyó la sacristía de ropas y todos los utensilios necesarios, de que se conserva una lista muy circunstanciada. En este estado otorgó su testamento y escritura de fundación en Segovia a 19 de agosto de 1636, consignando para ello quince mil ducados en tres años”. Se sostuvo con limosnas y cierto número de fanegas de trigo y maravedises que los patronos estipularon fueran destinados a la manutención del convento.

Hasta la Guerra de la Independencia (1808) solía haber doce o pocos más religiosos profesos (incluso algunos legos). “Los sacerdotes servían a la villa y pueblos circunvecinos en el confesionario y la predicación particularmente en Adviento y Cuaresma y en las enfermedades ausencias y vacantes de los párrocos”.

Fue desamortizado en 1836, pero más tarde el convento sirvió de colegio, y a él acudían niños y niñas de Berlanga.

En la puerta principal pudo verse, hasta el principio de la década de los años noventa, el escudo de la Casa de Frías. Alguien, amparándose en la noche y la soledad del paraje, se lo llevó, como tantos otros expolios de la provincia.

 

Nuestra Señora de Carrascosa

Ermita de la Virgen de "Carrascosita" (Berlanga de Duero)

A unos cuatro kilómetros de la villa, en la carretera de Soria, aparece en un altozano la ermita de Nuestra Señora de Carrascosa, conocida entre los berlangueses como “Carrascosita”. A ese paraje, con pinos y una fuente como es habitual en casi todas las ermitas, han acudido los berlangueses, ya en romería, ya a merendar en grupo. Antaño, todas esas tierras estaban plantadas con vides. A principio del siglo XX está documentado que se celebraba “la tradicional función religiosa” en conmemoración de San Lázaro, con rezo de rosario y sermón. Después se repartía entre los pobres la limosna acostumbrada.

De fecha 11 de agosto de 1715 se conserva la escritura de obra para la reparación y construcción de casa aneja en la ermita, tal vez sobre la que según don Gonzalo Martínez, perteneció al antiguo poblado de San Gil de Pedroso. Firmaron la escritura “Francisco Martínez Bulsemina vecino de la villa de Almazan y estante al presente en esta de Berlanga maestro de albañilería y carpinteria como principal, Miguel Calvo y Simon Calvo maestros de dicho arte, Juan Rubio Morales, Tomas Alcalde y Bartolome de Utrilla todos vecinos de esta dicha villa, como sufradores y cumplidores juntos juntamente y de mancomunidad por uno y cada uno de nosotros por si y por el todo (...)se remató la obra y reparos que se han de hacer en la hermita de nuestra señora de Carrascosa estramuros de esta villa de quien es patrono esta dicha villa como mejor postor en precio de 700 reales de vellon...”. (3)

La ermita de Nuestra señora de Carrascosa, popularmente conocida como Carrascosita, yace casi en ruinas, convertida en taina, en un paraje rodeado de pinos con fuente y merenderos. Pero antaño se iba en romería hasta ella. Hará unos cincuenta años, una campana mató a Doroteo; se descolgó mientras repicaba y cayó encima de él en la puerta de la ermita; a pesar de ello, los berlangueses eran y siguen siendo muy devotos de la virgen de Carrascosita. Muchas han sido las veces, a lo largo de su historia, que la imagen ha salido en procesión por las calles de Berlanga, a petición de los vecinos y autoridades, para tratar de conseguir que llegara la deseada lluvia. En una ocasión la llevó hasta el pueblo el tío Zangarriana, lo que dio lugar a una coplilla: "Virgen de Carrascosita/ a qué tiempos hemos llegado/ que te ha traído "el Zangarriana"/ entre patatas y nabos". (Isabel y Luisa Goig Soler, Soria pueblo a pueblo)

Restauración de la ermita de Carrascosa

 

Soledad

Ermita Virgen de la Soledad (Berlanga de Duero)

La ermita de la Virgen de la Soledad es el único edificio que, según Martínez Frías, podría haberse mantenido de los que se construyeron en el solar de una antigua parroquia. Está al cuidado de la cofradía de la Vera Cruz, y por el Dr. Bedoya sabemos que los pasos o imágenes de la Pasión del Redentor que estaban en ella y servían para las procesiones de Semana Santa, fueron quemadas en noviembre de 1808 por el ejército de Napoleón para calentar los ranchos.
Martínez Frías dice de esta ermita-humilladero (4) que es pequeña, bien proporcionada, de planta cuadrangular y aparejo de tosca mampostería en el exterior, a excepción de los estribos colocados en los ángulos en donde se hace uso de sillares bien trabajados. La puerta de doble ingreso es de sencillos arcos de medio punto, sostenidos por pilastras. Tuvo un porche que protegía la entrada. Está datada en el segundo cuarto del XVI.

Se ubica a la salida de Berlanga, al pie del cerro del cementerio, donde existió otra ermita, la de San Sebastián. Muy cerca de la Soledad se ha instalado recientemente la picota gótica.

 

Virgen de las Torres

Ermita Virgen de las Torres (Berlanga de Duero)

La ermita de la Virgen de las Torres se sitúa frente a la Puerta de Aguilera, una de las que cerraba la villa. Fue la capilla del hospital de San Antonio, anejo a ella y mandado edificar por los condestables de Castilla, duques de Frías y marqueses de Berlanga, señores que fueron de la villa berlanguesa hasta la abolición de los señoríos. El retablo es barroco y sirve de marco a la imagen policromada, sedente, con niño en brazos, por la que los berlangueses sienten una gran devoción, celebrándole fiesta el 24 de septiembre, con procesión, salve cantada en el monasterio de Concepcionistas y subasta de banzos y quitada de manto.

El hospital se mantuvo en pie hasta los años setenta, cuando se derribó para construir en su solar viviendas de protección oficial. Se conservó, no obstante, parte de su fachada y la enorme chimenea de la cocina, alrededor de la cual se sentaban los pobres para tomar la sopa del peregrino y descansar en el camino. Le cupo el honor de recibir a San Francisco de Borja, 4º duque de Gandía antes de tomar los hábitos de la Compañía de Jesús, quien prefirió la compañía de los pobres a la de su noble familia en la fortaleza o palacio de la villa.

Según Don Juan Manuel Bedoya: “El señor obispo de Zamora D. Francisco Zapata, concedió cuarenta días de indulgencia por cada paso que se dé con ánimo de ir a visitarla a su capilla”.

 

(1) Puesto que la ermita de Carrascosa fue construida en 1745, sobre otra más antigua, hay que pensar que se refiera a la anterior ermita.
(2) Esto nos hace pensar que, aunque arruinadas, quedara algún vestigio, por lo que, o son otras distintas a los oratorios que mandaron hacer en lugar de las parroquias, o no para todos estos oratorios se concedió bula a fin de construir sobre los solares.
(3) El documento se conserva en el Archivo Histórico Local de Berlanga de Duero.
(4) Diccionario de autoridades: “lugar devoto, en el cual hay colocada alguna imagen de Cristo Señor nuestro, de Nuestra Señora, de algún santo, o de la Santa Cruz, el cual suele estar en los caminos o en los extremos de los lugares. Diósele este nombre por que allí se postran los pasajeros para hacer oración”.

© Isabel Goig y Leonor Lahoz
(artículo publicado en el nº 12 de la revista Arévacos)

Las fotografías son © de Juan-Luis de Sorondo
Censo de ermitas de Soria, Juan-Luis de Sorondo

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