EL MOLINO DE RENIEBLAS
ESTUDIO ARQUITECTÓNICO Y PERSPECTIVA HISTÓRICA

 

El Molino de Renieblas, vista general del edificio

ÍNDICE:

I.- EL MOLINO Y SU ENTORNO GEOGRÁFICO.

EL MOLINO Y SU CAUCE.

II.- DOCUMENTACIÓN PARA EL ESTUDIO DEL MOLINO.

III.- DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA DEL CONJUNTO

IV.- CONCLUSIONES

V.- BIBLIOGRAFÍA

VI.- SOPORTE FOTOGRÁFICO

 

I.- EL MOLINO Y SU ENTORNO GEOGRÁFICO

El molino que vamos a estudiar fue utilizado durante siglos por los habitantes de Renieblas y de otros pueblos cercanos. Renieblas es una localidad situada en el Noreste de la provincia de Soria, a quince kilómetros de la capital. Podemos ver su Locación precisa en la hoja número 350 I de los mapas topográficos 1:25000 del Instituto Geográfico Nacional.
El relieve es más bien llano aunque de vez en cuando aparecen elevaciones de poca importancia, la más importante es la conocida como "Alto Tiñoso", elevación que sí que cuenta con pendientes notables en comparación con el resto del terreno; también destaca el pequeño conjunto denominado "Sierra del Almuerzo". La tierra es apta para el cultivo de cereal, actividad que desde siempre ha sido la principal fuente de ingresos de sus habitantes. También tiene cierta importancia la ganadería, fundamentalmente la ovina. En los lugares más agrestes del término municipal existen bosques de encina que obviamente, hace siglos ocuparían mayor extensión que la actual.
En cuanto a aspectos humanos, la población de Renieblas en 1996 era de 130 habitantes, a pesar de que esta cifra puede parecemos pequeña es un número importante si lo comparamos con el resto de municipios que lo rodean, tan solo es superado por Almajano, municipio situado a tres kilómetros de Renieblas que sumaba el mismo año un total de 196 habitantes.
El poblamiento en esta zona está atestiguado desde antiguo, algunos aseguran que alguna parte de la torre de la Iglesia pudo tener origen prerromano, no obstante tan solo se basan en pequeños indicios. El asentamiento de Roma en el actual término de Renieblas sí está perfectamente comprobado. Por Renieblas pasa la vía Asturica-Caesaraugusta correspondiente al itinerario número 27 de Antonino. En el paraje denominado "La Atalaya' se encuentra uno de los más antiguos campamentos militares de la república romana localizados en Europa, el arqueólogo Alemán Schulten lo dató en el Siglo I A.C., el campamnento fue reutilizado sucesivamente por varios caudilllos militares romanos dentro de la ardua labor que supuso la conquista de Numancia.
Pruebas importantes como pueden ser el callejero, la Iglesia, las ruinas de un antiguo palacio y bastantes evidencias arqueológicas demuestran que el primitivo núcleo de población creció y se consolidó durante la edad media.

EL MOLINO Y SU CAUCE.

Planta baja del Molino, sobre el banco de trabajo, un juego de piedras y la grúa para levantarlasNo hace falta insistir en la importancia que para un molino suponía el contar con su propia acequia, cacera o cauce. El fuero de Soria, nombre que se da por extensión al fuero que fuero concedido a la villa y tierra de Soria durante el reinado de Alfonso VIII contiene un apartado que nos interesa: el Título de los molinos, en el que se regula el modo de construir y utilizar estos edificios. El fuero autorizaba a construir molinos sin cauce propio, en la madre del río, pero las ventajas parecen ser mayores si el molino dispone de su propia "cacera", sobre todo en el caso de la mayoría de los molinos rurales de la provincia de Soria, que no contaban con abundantes caudales:
"Si algún omme cauce ficiere de nuevo, otro omme ninguno non faga molino en aquel cauce, que faga embargo, ó angostura al molino de aquel que el cauce ficiere de nuevo.
Todo aquel que cauce ficicre de nuevo, faga quantos molinos pudiere en el mejor logar que quisiere."
(FUERO DE SORIA -Título de los molinos).

Para estudiar el cauce de nuestro molino es necesario separarnos del edificio unos dos kilómetros, distancia ciertamente considerable. Ahí se encuentra el azud, se trata de una pequeña presa, que permite elevar el nivel de las aguas del río Merdancho y de este modo desviar parte de ese caudal hacia el cauce artificial que nosotros denominamos cacera. En este caso los constructores del azud aprovecharon un ligero desnivel natural por el cual, tras un pequeño remanso el río debería descender por una suave pendiente. Se decidió hacer allí la presa para que la cacera discurriera a una altura ligeramente superior a la del río, de este modo era más fácil conducir el agua, aunque hay problemas de fugas de agua en la cacera causados por la diferencia de altitud entre los dos cursos de agua.
El aparejo del azud es de grandes piedras de mampostería, de mayor tamaño en la base, unidas con mortero de cemento. La parte superior está rematada por una capa de hormigón. Este aparejo es bastante moderno pues toda esta parte del azud tuvo que ser reparada a finales de la década de 1980, debido al mal estado en el que se encontraba por el empuje de las aguas del río. Detrás del muro de la presa se han dispuesto piedras de diferentes tamaños para reforzar este, de modo que si el agua rebasa por algún punto la altura de este muro, continuará hasta encontrarse de nuevo con el río, pero sin salirse de un pequeño lecho artificial de piedras sueltas.
Inmediatamente después de la presa propiamente dicha, el azud cuenta con dos aliviaderos, (distintos del aliviadero principal de la cacera que aparece marcado en el mapa) separados cada uno de ellos unos diez metros, el aliviadero situado a continuación de la presa principal tan solo consiste en un socavón en la margen derecha del cauce aguas abajo, de unos dos metros de anchura, por el que debería escapar el agua en el caso de que hubiera un fuerte caudal y esta se remansase aumentando el nivel del agua en el cauce, el lecho de este aliviadero hasta que se une al río, de una longitud aproximada de siete metros, esta reforzado con piedras de tamaño variable igual que veíamos en la presa.
A unos diez metros de distancia según se avanza por la cacera se encuentra otro aliviadero, este último es el que más desagüe proporciona a la cacera pues dispone de una compuerta que permite regular la entrada de agua. El lecho de este aliviadero, en el tramo que separa la cacera del río también se encuentra reforzado con piedras sueltas, además, en el lado donde se une con la cacera está reforzado con una gruesa capa de hormigón. Después del hormigón encontramos un fuerte muro de mampostería en el que destacan dos grandes piezas de sillería que llevan tallada una guía para sujetar la compuerta. La compuerta es de hierro al igual que una rejilla de finos barrotes situada debajo de esta.
Una vez superada la compuerta del azud comienza la cacera propiamente dicha, se trata de un canal artificial que tendrá una profundidad media de medio metro, y una anchura media de dos metros. El canal ha sido simplemente excavado en el suelo, pues se trata de tierra blanda dedicada al cultivo. A ambos lados del canal se pueden ver en ocasiones fragmentos de muros prácticamente derruidos que marcarían los límites de antiguas huertas hoy abandonadas o sustituidas por choperas. Se observa un intenso aprovechamiento agrícola del agua del cauce del molino, que hoy ha desaparecido totalmente. Es lógico pensar que esto pudo ocasionar conflictos entre el molinero y los propietarios de las huertas por el uso del agua.
El aprovechamiento de las tierras cercanas al cauce también podía ser de tipo forestal actualmente continúa este uso y podemos ver alguna chopera cercana al cauce en lo que antes serían huertas, asimismo toda la ribera del cauce esta sembrada de chopos. Hay que señalar que este aprovechamiento forestal no es moderno, el proyecto de contribución única del catastro del Marques de la Ensenada que data de principios del síglo XVIII, ya prestaba atención a los ingresos que podía obtener el propietario del molino con los árboles que crecían en el cauce:
"Por el esquilmo de veinte árboles silvestres que tiene el referido Don Joseph Orovio en la cacera de dcho. Molino se le considera de utilidad cinco reales de vellón en cada un año según la regulación hecha por los peritos."(Archivo Histórico Provincial de Soria. Fondo Catastro de Ensenada, pueblo: Renieblas).
La cacera se encuentra reforzada en algunos puntos con obras de mampostería, sobre todo donde esta se encuentra cercana al río y más elevada que este, que son los lugares donde hay más peligro de fuga. Lo que ocurre es que estas obras de mampostería apenas son visibles pues las sucesivas limpiezas del cauce hacían que el lodo se acumulase a los lados de la cacera tapando estos muros, lo que a la vez servía para reforzarlos; en el primer tramo de la cacera, desde el azud hasta el aliviadero, que tiene una longitud de kilómetro y medio, solo son visibles cuatro de estos muros y tres corresponden a obras modernas que se hicieron para tapar fugas.
El mantenimiento del cauce requería de grandes trabajos, que siguen siendo necesarios actualmente aunque el molino esté en desuso. Una vez al año, normalmente en julio o agosto, cuando el caudal del cauce más descendía era necesario limpiarlo de toda la maleza y vegetación que se acumulaba en él y podía dar lugar a obstrucciones de la maquinaria.
Para facilitar la descripción he divido el cauce en varios tramos que pueden distinguirse con claridad en el mapa, el primer tramo tendría una longitud aproximada de un kilómetro y medio e iría desde el azud hasta el aliviadero señalado en el mapa. El aliviadero consiste en dos compuertas construidas con aparejo de mampostería reforzado con piezas de sillería en los extremos y en las propias guías de las compuertas, una de esas compuertas esta cerrada y corresponde al aliviadero, es decir, va a parar al río Merdancho del que le separa una longitud aproximada de diez metros, en caso de crecida se abría para evitar que el empuje de las aguas dañara el edificio del molino. En la otra compuerta encaja una reja de anchos barrotes dispuesta en la misma cacera con el fin de impedir el paso hacia la balsa de ramas y maleza.
El siguiente tramo del cauce comienza a partir de este aliviadero y termina en el molino, tiene una longitud total de medio kilómetro. La siembra indiscriminada de chopos y la gran cantidad de vegetación silvestre han hecho que sea difícil de recorrer a pié. Nos hemos fijado en que la orilla izquierda de la cacera aguas abajo aparece aquí reforzada por un muro de mampostería en todo el tramo, pero este permanece prácticamente oculto debido a la acumulación de lodos ocasionada por las sucesivas limpiezas del cauce.
Una vez que termina este tramo y el agua traspasa el molino comienza lo que se denomina socaz, o cauce bajo, esta parte del cauce también es propiedad del molino y en la mayoría de los casos se extiende hasta que la cacera vuelve a unirse con el río. En el caso del molino de Renieblas no ocurre así, el socaz termina en un pequeño embalse junto a la iglesia del pueblo, algo más de medio kilómetro después de atravesar el molino, allí el agua de la cacera se junta con la de otros manantiales que nacen en Renieblas, y el nuevo cauce se junta con el río después de atravesar la dehesa de propiedad comunal, pasando por la zona donde se sitúan las huertas, de este modo el aprovechamiento agrícola del agua del molino continua.
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© Mateo Ayllón Martínez

(Primer capítulo del trabajo finalista del I Certamen etnológico "José Tudela")

 

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