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LA HISTORIA MÁS BELLA
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El soriano de Pozalmuro, Carmelo Romero, escribió, y publicó, hace más de un año, una historia que, como el título, es bella, bellísima. En las solapas y contraportada puede leerse esto:
El día que cumplió 7 años la niña no despertó. Se quedó vacía de vida. Un caso semejante había ocurrido hacía 100 años y Margarita sólo podría volver a la vida si alguien le contaba “la historia más bella del mundo”. El plazo: un año. Si José, su abuelo –sus padres han muerto-, no encuentra esa historia, al cumplir ocho años, la niña morirá.
No son los grandes escritores ni los grandes cuentistas los que pueden hacerlo, ni el dinero –que no le falta al abuelo-, ni el poder –que tampoco-… “la historia más bella” no es, por lo tanto, la mejor escrita, ni la mejor contada, sino la mejor vivida. Y debajo de esas emotivas historias cargadas de sentimientos universales, Carmelo Romero Salvador, nos ofrece un bello canto a la vida y a la esperanza envuelto en una literatura tan sencilla y cercana como espléndida.
Encontrar la historia más bella que se ha escrito o contado. He ahí el reto. No se trata de un concurso literario ni de un divertimento para diletantes, sino de algo mucho más trascendente: salvar una vida. Porque solo “la historia más bella” puede devolver las ganas de vivir a una niña que la has perdido. Hombres y mujeres que han quedado al margen de los caminos del progreso y del triunfo, que han pasado a ser, en frase de uno de ellos, “algo así como cacharros, como trastos inservibles, a los que apenas rozó la felicidad y a los que la vida dejó muy pronto al borde del camino”, se darán cita en el soto de una meseta para intentar levantar esperanzas, abrir senderos de ilusión y sembrar en esa niña como los labradores hacen en los labrantíos, ansias de vivir. ¿Estará ya escrita la historia más bella? ¿Habrá alguien capaz de contarla? ¿Se encontrará ese alguien entre estos “perdedores de la vida”?. El lírico torrente de sentimientos que recorre cada una de las páginas de esta obra es, ante todo, un canto a la vida, aunque ésta solo llegue a ofrecernos en ocasiones “el filo cortante de su cuchillo”. Hay que encontrar la historia más bella para que Margarita vuelva a la vida. Su abuelo, José, hombre de posibles, triste desde la muerte de su esposa, Margarita también de nombre, al dar a luz a la única hija de ambos, Elena, dedica todo su esfuerzo vital en tratar de dar con esa historia. Y por las páginas escritas por Carmelo, van apareciendo todos esos personajes de los cuentos infantiles, o los manidos y sofisticados, que cuentan sus historias, reales o inventadas, historias hermosas, pero ninguna sirve, ninguna consigue que Margarita reaccione. A la vez que se escuchan otras voces, se narra la especial relación de abuelo y nieta, algo que el propio José negó a su hija, por el hecho de haber nacido mientras la madre moría. Es una novela que no puede abandonarse. Recuerdo estar leyéndola en la Feria del Libro de Soria, y desear que el stand no fuera visitado, naturalmente mientras duraba la Historia más bella. Acostumbrados como estamos a un Carmelo Romero historiador y erudito, si ya sorprendió en Calladas rebeldías, ahora, con esta sensible y hermosa novela, nos ha dejado con la boca abierta, literalmente. © soria-goig.com
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