Inés Tudela, un siglo de historia que finaliza

 

El día 28 de diciembre de 2021, a los 99 años, falleció doña Inés Tudela Herrero. Nos lo comunicaba María Inés, su sobrina. Habían celebrado, el 4 de diciembre, su 99 cumpleaños toda la familia e Inés (quien la haya conocido lo sabrá bien), estuvo alegre y, casi con seguridad, entonaría alguna canción antigua o recitaría con su tono de voz casi infantil, con su magnífica memoria, un romance, como hacía al final de las conversaciones telefónicas que mantuve con ella durante años.

Culta sin vanagloriarse, generosa e inquieta, Inés Tudela fue hija de don José Tudela de la Orden (de familia de raigambre agredeña) conocido en los ambientes intelectuales por su faceta americanista, dio nombre a un códice precolombino, “Códice Tudela”, pero también por el amor a su tierra y por haber dirigido durante un tiempo el periódico 'La Voz de Soria'. Hija de doña Cecilia Herrero, también mujer intelectualmente notable. El matrimonio Tudela Herrero recibía en su casa a figuras relevantes que Inés, acostumbrada desde pequeña a esa situación, recordaría siempre como personas casi familiares a Ortega y Gasset, Valle-Inclán, Antonio Machado..., un siglo de historia y vida.

Licenciada en Filosofía y Letras, ejerció, durante treinta años, como bibliotecaria y documentalista para, finalmente, jubilarse desempeñando un cargo muy grato para ella, del que conserva muchas anécdotas: la Jefatura de Cursos para Hispanoamericanos, en el Instituto de Cultura Hispánica, dependiente, por entonces, del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ya jubilada, dedicó buena parte de su tiempo a la organización del archivo y biblioteca de su padre. Dejó publicado en Cuadernos de Etnología un extenso vocabulario pastoril que más tarde publicamos en nuestro 'Diccionario de habla soriana'. Se mostraba incansable cuando alguien se interesaba por la labor de su padre, por quien sentía devoción. Fue nombrada, por la Casa de Soria en Madrid, Soriana del Año en 1989.

Deja sin publicar unas conferencias que dio sobre la Generación Literaria del 98 y un estudio de su padre sobre la alimentación prehistórica. Pero su huella está y estará en la casa familiar de la calle Caballeros, en las calles de Soria y en los homenajes recibidos en su vida. Se ha marchado, rodeada de sus sobrinos, una gran mujer y una enorme intelectual.

 

Isabel Goig

Inés Tudela Herrero

No sé si a doña Inés Tudela le corresponde protocolariamente el ilustrísima, pero desde luego porta el de magnífica persona y gran mujer, ganado a pulso. El haber nacido en la familia que lo hizo le ha ayudado, pero creo que hubiera nacido donde lo hubiera hecho, ella sería, igualmente, una gran mujer. Es muy culta, pero tiene la virtud de esconderlo cuando eso puede molestar o distraer al que tiene enfrente, porque para Inés, el hecho de poseer ese patrimonio que sólo a ella pertenece, es algo natural. En cambio, si considera necesario ayudar, abrir el camino, enseñar un poco o un mucho de todo ese patrimonio, es generosa y lo da, lo enseña sin regatear.

Mujer inquieta, joven a pesar de la veteranía, siempre abierta, cercana y muy cariñosa, Inés Tudela lleva dentro, mima, cuida y da a conocer a esa gran figura que fue su padre, don José Tudela de la Orden. A él y a su madre, doña Cecilia Herrero, ha dedicado Inés toda su vida. Desde que se fueron, primero don José y mucho más tarde, para satisfacción de Inés, doña Cecilia, ella, como una vestal, dedica su tiempo a ordenar el gran archivo familiar, del que, de vez en cuando, saca lo que le pedimos para ayudarnos en la investigación de temas sorianos.

Su infancia la recuerda casi siempre de la mano de su padre, mientras éste recibía y hablaba con personajes como Ortega y Gasset, Valle-Inclán, Machado y tantos otros de los que Inés nos dará cumplida razón. Con el paso de los años cambió la mano del padre por el volante del Seat-600, con el que se recorrían la provincia persiguiendo, literalmente, a las mujeres que vestían de forma tradicional, a los hombres que recordaban jotas castellanas, a los que todavía cantaban albadas, a los grupos que bailaban con arcos.

 Licenciada en Filosofía y Letras, ejerció, durante treinta años, como bibliotecaria, encargándose de catalogar la Biblioteca de José Ortega y Gasset y una sección de la del Colegio de Abogados, ubicada en el Palacio de Justicia, en la plaza de las Salesas, de Madrid. Buena documentalista, trabajó para el CSIC, recesionando revistas especializadas y, en el mismo ámbito, documentó el libro “La mujer en un siglo”, del que fue autora la condesa de Campo Alange.

El 18 de septiembre de 1972 presentó, en Roma, un informe al XL Congreso Internacional de Americanistas sobre “Las Guías del Americanista por las Bibliotecas y Museos de Europa”. Recopiló un interesante vocabulario pastoril que fue publicado primero en Cuadernos de Etnología, y después en nuestro Diccionario de Habla Soriana.

Se jubiló desempeñando un cargo muy grato para ella, del que conserva muchas anécdotas: la Jefatura de Cursos para Hispanoamericanos, en el Instituto de Cultura Hispánica, dependiente, por entonces, del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Desde que pasó a la situación de jubilada –sólo oficialmente- la dedicación al patrimonio cultural dejado por su padre ha sido total, ordenando el archivo familiar, dando conferencias sobre la obra de don José Tudela y de los componentes de la Generación Literaria del 98. Y, sobre todo, atendiendo a todos aquellos que nos interesamos por don José.

Fue nombrada, por la Casa de Soria en Madrid, Soriana del Año en 1989.

soria-goig.com, 2008

 

 

 

Inés Tudela. In Memoriam, Carmen Sancho de Francisco

Una suerte de homenaje a José Tudela

Homenaje a los intelectuales sorianos y a la mujer soriana. Representados en la persona de Inés Tudela Herrero.

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