Procedencia: Judes, provincia de Soria.

Localización: Casa particular de D. Santiago Álvarez Bartolomé

Fecha: Diciembre de 2015.

Dimensiones:

Altura de frente: 19 cms.

Altura del fondo: 21,50 cms.

Anchura de frente: 15, 30 cms.

Anchura del dondo19 cms.

Grosor: 5,8 cms.

Estado de conservación: caja malo, el cristal está fracturado. El contenido normal.

          En el interior tenemos una lámina recortada que representa a los cinco mártires y que corresponde la autoría a J. Gómez. Esta ha sido seccionada para su insertación en la caja de cristal.

          Se trata de un grabado que representa un tema minoritario de la iconografía castellana: los cinco mártires de la fe nicena. Los santos se hallan ocupando la totalidad del espacio, conformando una pirámide imaginaria que culmina en un triángulo que remata el margen superior central y que se identifica con la Santísima Trinidad. La figura geométrica pone de manifiesto su carácter divino por los haces de luz que irradian en dirección a los cinco santos que ocupan los otros dos tercios de la composición.

          En esta imagen se diferencian claramente tres ámbitos espaciales. En primer lugar, el precitado ámbito celestial que, si bien invade toda la escena, muestra su culminación en el tercio superior. Dentro de este espacio supra terrenal los personajes se hallan dispuestos en dos estratos, lo que, a nivel compositivo, resulta un poco sumario. Las razones que indujeron al artista a optar por este tipo de composición pueden ser de naturaleza diversa; en primer lugar, puede subyacer la falta de dominio de la perspectiva, lo que le habría condicionado a optar por una composición sencilla. Asímismo, resulta plausible que, a sabiendas de la falta de elaboración de esta estructura, el artista la hubiese elegido sin otro condicionante que su adecuación al concepto de ascensionalidad.

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          El estrato superior se ha resuelto mediante la disposición de un podium, sobre el que se apean San Paulilo en el centro, flanqueado por San Pascasio y San Eutiquiano. El santo-niño revela su santidad mediante el halo con el que se haya tocado que, sin embargo, no entra en contradicción con la toga romana con la que ha sido ataviado; esta se ciñe a la cintura dejando entrever un vestido que no llega a la altura de las rodillas. Los pies del pequeño San Paulilo, al igual que el de los otros cuatro mártires, están protegidos por sandalias, lo que denota una voluntad expresa por parte del dibujante de recrear el marco histórico en que vivieron estos personajes.

          El movimiento de las figuras es bastante contenido, San Arcadio y San Eutiquiano dirigen su mirada hacia el símbolo trinitario, mientras que San Probo y San Pascasio inclinan la mirada y el joven Paulilo mira hacia el frente.

          San Probo y San Eutiquiano son los únicos que realizan un leve movimiento con las manos. El único personaje que realiza una torsión más pronunciada es San Arcadio, situado en el margen derecho, como reminiscencia de las aposturas teatrales del Barroco.

          Sin llegar a contravenir el gusto idealista inherente a los principios estéticos de la época, los rostros de los mártires reflejan una caracterización que les confiere entidad propia.

          Todos y cada uno de los santos, a excepción de San Paulilo, están dotados de lanza y loriga; bajo sus pies se ha colocado una numeración de carácter identificativo que, con una clara intencionalidad didáctica, se resuelve en el texto que discurre en la parte inferior de la composición.

          La base del grabado está formada por una cartela rematada con elementos de naturaleza vegetal ovalada en la que se puede leer la siguiente inscripción:

Santo, Santo, Santo,
Señor Dios de los Exer
citos Llenos estan los
Cielos y la tierra de
Vuestra Gloria, Glo
ria al Padre, Gloria
al Hijo, Gloria al
Espiritu Santo

          El pie del grabado revela el nombre de los mártires: LOS CINCO SANTOS PROTO MARTIRES DELA FE/NICENA 1º. ARCADIO. 2º. PROBO. 3º. PASCASIO.4º EUTIQUIANO.5º./PAULILO

          Su posición, en el margen inferior de la composición, en horizontal con el triángulo equilátero que se halla coronando el centro superior del grabado, pone en evidencia la alabanza a la Trinidad, bajo cuya advocación se puso el ejército cristiano del que formaron parte estos santos mártires.

          En el original de la lámina y en su margen inferior derecha del grabado, si no se hubiese recortado se podría lee: Grabado por J. Gómez en Valencia.

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          Como es de suponer existen pocas referencias que puedan identificar al autor que figura al pie de la lámina que nos habla de Valencia, siglo XIX. En el diccionario correspondiente hemos detectado con esa inicial y el apellido Gómez cuatro referentes al siglo XIX: José Gómez, calcógrafo granadino de 1802; José Gómez, calcógrafo gaditano de principios del siglo XIX; José Gómez, calcógrafo madrileño 1842-1867 y Juan Gómez Navia, calcógrafo y dibujante, nacido en San Ildefonso en 1757 y fallecido en Madrid, post 1812.

           El grabado, insistimos recortado, va enmarcado en una lámina de rebordes dorados y de ella, en forma de arco, salen diez rosas. Sobre el papel de enmarque en las esquinas inferiores, una serie de elementos de tipo floral y en el centro una especie de águila imperial en rojo.

          En los extremos del papel-soporte, igualmente como elemento decorativo, y en diferentes colores: verdes, rojos y amarillos, flores, corazones, hojas de palma, etc.

          Al pie del grabado un texto en el que se puede leer: A expensas de un devoto y en beneficio de las Religiosas Gerónimas de la Villa de Medinaceli en [Soria]. Sobre este tenemos un papel dorado, clavado con dos pequeñas chinchetas, con forma de florecillas y en su interior una pequeña reliquia ósea.

          Igualmente, estimamos que a nivel informativo, colocado como arcada, se aprecia un epígrafe sobre fondo blanco, y borde de nuevo dorado, que dice: Reliquia de los Cuerpos Stos.

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          Los restos óseos de estos cinco mártires, detectados en Medinaceli, y que fueron, los cuatro adultos, asesinados por orden de Gensérico en el norte de África por no abrazar el arrianismo, desconocemos cuándo y cómo llegaron a la villa medinense, han sido exhumados varias veces a lo largo de la historia, la primera de la que tenemos constancia en 1581.

CASA, Carlos de la/EZQUERRO, Juan José. (2112). Reliquias óseas de los Cuerpos Santos de Medinaceli. Revista de Soria, nº 79, 2ª época, Soria.

CONTRERAS, Juan Manuel (1754). Los Soles de Salamanca en el cielo de Medina. Breves noticias y sumario histórico de las Reliquias de los Cuerpos Santos de San Arcadio, Probo, Paschasio, Eutiquiano y Paulilo, Protho-Martyres, en la persecución Africana del Tyrano Genserico, à quienes la Ciudad de Salamanca aclama por sus Hijos, y la Villa de Medina-Coeli, en donde se guardan dichas Reliquias, los reconoce Patronos. Extensión de sus cultos, favores, y beneficios, que logran por su intercesión sus Devotos. Madrid.

NIETO JIMÉNEZ, Marcos. (2012). Los cuerpos Santos de Medinaceli, Mártires de Salamanca y el Convento de San Román: una reinterpretación. Guadalajara, Aache.

SANZ HERMIDA, Jacobo. (2001). Prácticas religiosas salmantinas en el Seiscientos: la devoción de los Cinco Santos Mártires. Salamanca