Leyendas y otras rimas. Capítulo primero. El Sacamuelas
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Carles de Escalada, Marzo 2020
Una ilustración de
Valeriano Bécquer sería publicada casi dos años después de su
fallecimiento el 1 de Abril de 1872 en la revista La Ilustración
Española y Americana. Un artículo explica al lector de la revista
madrileña:
“ Nuestros
lectores pueden haber conocido por la hella descripcion del señor
Lopez de la Torre que antecede, las disposiciones que el inolvidable
artista Valeriano Bécquer poseia para la pintura séria. Como
contraste del hermoso cróquis de Edipo, publicamos despues otro del
género cómico representando el sacamuelas de aldea, cuyo amor propio
de cirujano, ofendido por la tenacidad de un diente, le lleva á
extraer hueso, quijá, y hasta el arma, segun la propia expresion que
el difunto dibujante dejó escrita á la cabeza de sus aun no acabados
rasgos. Al inaugurar hoy LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA la
serie de dibujos inéditos de Bécquer que piensa publicar en sus
columnas, ha querido que aparezcan dos obras de tan diversa indole
como Edipo y el Sacamuelas, á las cuales seguirán tipos de niños y
tipos populares, que con pasmosa verdad dejó diseñados en sus álbums,
asi como otras escenas de costumbres, que si el jóven artista
hubiera animado con el color, serian asombro de las gentes. La
empresa de LA ILUSTRACION advierte con este motivo, para en
adelante, que Bécquer hacia apuntes numerosos, pero tan ligeros á
veces, que aun encomendaba hoy su interpretacion á un notable
artista, no hacen más que dar idea de lo que estos breves
pensamientos hubieran podido ser bajo la hábil mano del que los
concebia. El respeto, sin embargo, que nos merece la
memoria del pintor, es
causa de que se procure ante todo conservar en sus obras el carácter
con que las ha legado, dejando adivinar al público lo mucho más que
valdrian si pudiera exhibirlas él mismo con su incomparable
talento”.
Pero observemos con más
detalle esta ilustración, dibujo, viñeta … la ‘caricatura’.
Se representan
nueve personas. Notemos la presencia de por lo menos cuatro adultos,
tres hombres y una mujer. Tres de ellos los podemos identificar siendo
Gustavo, Valeriano y Casta.
Muy posiblemente el hombre
algo obeso, figura principal y que sin duda da título a la ilustración,
el ‘Sacamuelas’ no sea otro que don Francisco Esteban Ayllón, cirujano,
padre de Casta y suegro de Gustavo Adolfo Bécquer.
Desgraciadamente no
disponemos por ahora de ningún oleo o foto que pueda identificar al 100%
a Esteban. Por otro lado, la lógica nos hace pensar que si Valeriano
recoge a los otros miembros de su familia, no veo por qué posiblemente,
como he dicho, el representado no lo sea. Seguiremos más adelante
aportando más detalles.
Junto a Casta podemos
observar la presencia de cinco jóvenes. No me cabe duda que junto a ella
sus sobrinos Alfredo y Julia Bécquer y junto a la que aparece ser una
jóven niñera (de la que desconocemos más información) y los niños
Gregorio y Jorge Bécquer Esteban.
Si enfocamos nuestra
atención en el niño que la niñera sostiene en sus brazos, vemos que este
no ha de tener más de dos años de edad. Podría ser sin duda Jorge, quien
nacía en Madrid en Septiembre de 1865. El otro niño, el de la derecha de
la niñera posiblemente Gregorio, nacido en Noviercas en Mayo de 1862
(aparenta tener no más de cinco años) y los hermanos Bécquer Cogan que
deberían de tener entre los siete u ocho años de Alfredo y entre los
seis o siete de Julia.
Podríamos así pues calcular
de que la ilustración podría haber sido realizada en algún momento entre
los años 1866 y 1867 y muy posiblemente en la mismísima Noviercas, si
como sospechoso el ‘Sacamuelas’ se tratara de don Francisco Esteban,
quien entonces residía junto a su esposa en la Villa soriana empleado
como su cirujano.
En un artículo por ahora
inédito, expongo entre otros asuntos relativos a los Esteban Navarro la
titulación y profesionalidad de Esteban. Desgraciadamente tendremos que
esperar para cuando dicho artículo, diseñado para la recuperación de la
imagen de la torrubiana Casta y de su familia soriana salga publicado y
se pueda exponer una nueva serie de hipótesis.
En esta ocasión si que voy a
estar de acuerdo con el dicho que ‘una imagen vale más que mil palabras’
(que no siempre cumple la promesa de ser cierto) pero sí lo considero en
esta ocasión.
Sencillamente la situación
que recoge la ilustración de Valeriano, además de recoger a todos los
miembros de su familia, hermano, hijos, cuñada y sobrinos, también
recoge de una forma grotesca o quizá más tocando líneas cómicas la
figura del ‘sacamuelas’. Esteban era un cirujano y no un
cirujano-sacamuelas y mucho menos un médico. Eso sí, dentro del
currículum de un cirujano, se daba la posibilidad, tenía licencia, para
poder extraer muelas, si el caso lo necesitara.
Claramente la persona con
problemas bucales es Gustavo Bécquer, al que Valeriano lo ha dibujado de
tal forma que es imposible identificarlo como tal. Tampoco sería la
imagen que Gustavo buscara para ser recordado en la posterioridad. Todos
sabemos de la agonía y las molestias que un dolor de dientes y/o muelas
produce. El título irónico del sevillano a la ilustración ya lo dice
todo, la muela, la quijada y el alma … “ el sacamuelas de aldea, cuyo
amor propio de cirujano, ofendido por la tenacidad de un diente, le
lleva á extraer hueso, quijá, y hasta el arma” iroónicamente
degrada al cirujano de villa Esteban a ‘sacamuelas de aldea’ y con su
acento sevillano así deja por escrito y visualizado su punto de vista
sobre la posible personalidad y profesionalidad de Esteban.
Pero eso sí, lo que
Valeriano recoge claramente es que el cirujano Esteban está claramente
mirando a su hija, reafirmando con su mirada de que esta se fie de él
para la realización de este ‘pequeño’ trabajo. Quizá no su
especialización, o quizá Esteban mostraba algún problema físico que
desconozcamos, sin contar con su patente obesidad.
Como decía, aproximadamente
entre 1866 y 1867. Y aquí es cuando introduzco a la consideración la
propia imagen de Valeriano. Valeriano aparece en la viñeta apartado y
mirando la escena por detrás. A diferencia el resto, incluyendo los
niños lo hacen de una forma u otra en primera fila. El lenguaje que
expone con su posición defensiva (brazos cruzados) manifiesta un tipo de
inseguridad y de negatividad a lo observado en esos momentos.
Un psicólogo sería la mejor
persona que pudiera verificar mi punto de vista. Valeriano no es feliz.
Es posible de que ya hubiera comenzado o comenzara a tener una relación
venenosa con los Esteban Navarro y quizá ya también con la misma Casta,
cuyo epílogo acabaría no mucho más tarde, como sabemos.
¿Me dejan especular,? No
debería de hacerlo, pero lo veo apropiado. Quizá los Esteban Navarro
criticaran la situación de ‘soltería’ de Valeriano y lo que sus hijos
podrían sufrir al no tener una madre que los atendiera y el hecho de que
este utilizara indirectamente a la propia Casta (aunque estuviera esta
ayudada por criadas y niñeras). Recordemos de que Casta tenía una
formidable relación con su padre, aunque esta no fuera tan buena con su
madre. ¿Dependían económicamente los Bécquer Esteban más de lo que
creemos de los Esteban Navarro? y esa dependencia ¿formaría parte y
causa del malestar y de como acabaría todo?. Lo dejamos aquí.
Seis años más tarde la
ilustración también sería publicada el Sábado 24 de Agosto de 1878 en
‘El Globo, Diario Ilustrado, Político, Cientifico y Literario” número
1045.
El mismo ‘El Globo’
explicaba al lector:
“ De todos
son muy conocidas las disposiciones que el inolvidable artista
Valeriano Bécquer poseía para la caricatura. Hoy publicamos un
dibujo debido á su privilegiado lápiz, representando el sacamuelas
de aldea, cuyo amor propio de cirujano ofendido por la tenacidad de
un dente, le lleva á estraer hueso, quijá y hasta el arma, según la
propia espresión que el dibujante dejó escrita á la cabeza de su
obra. Becquer hacia apuntes numerosos, pero tan ligeros á veces, que
aun encomendada hoy su interpretación á un notable artista, no hacen
mas que dar idea de lo que estos breves pensamientos hubieran podido
ser bajo la hábil mano del que los concebia. Sin embargo, en sus
obras se conserva el carácter con que las ha legado, y el público no
deja de comprender el indiscutible mérito que encierran, á pesar de
la ligereza del género á que pertenecen”.
Tanto La Ilustración
Española y Americana como el Globo se encuentran en la Biblioteca
Nacional de España.
Ilustración por Valeriano
Bécquer. Gentileza de Colección privada.
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Carles de Escalada, Marzo 2020
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