Robo en la ermita de la Virgen de la Peña de San Pedro Manrique (1697)
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La
ermita de la Virgen de la Peña, de San Pedro Manrique, observa, desde la
parte alta de las gradas del anfiteatro, el rito más querido y universal
que llevan a cabo los sampedranos, el Paso del Fuego la noche de San
Juan. Su interior alberga, al día siguiente, la misa del día de las
Móndidas, donde las muchachas hacen entrega de los arbujuelos a las
autoridades.
Antes de convertirse en ermita, fue una de las parroquias de la villa
sampedrana y la imagen, muy venerada por todos, es la patrona de la
Villa y Tierra de San Pedro Manrique.
En
el siglo XVII abunda la documentación referida a la entonces parroquia
de la Peña y por ella sabemos que el 25 de agosto de 1656, a media
noche, se cayó el cuerpo de la iglesia hasta el coro, solicitando meses
después un crédito de 400 ducados para su reparación. Unos años después,
el 24 de mayo de 1667, se firma un contrato de obras para la bóveda de
la Virgen de la Peña, y al año siguiente, 25 de julio de 1668, se
conserva la escritura para hacer las capillas de la ahora ermita de La
Peña.
En
el año 1697, la ermita sufrió un robo del que se tiene noticia
documental el día 13 de noviembre de ese mismo año, al otorgar un poder
a Juan Lopez de Garixo, Anttonio Lopez y Juan Francisco Lopez de la
Cuadra el cura y parroquianos de la Iglesia parroquial de Santa María
de la Peña, de San Pedro Manrique juntos a campana tocada en dha
Iglesia para conferir y resolver las cosas tocantes al servicio de Dios
Ntro Señor y utilidad de dicha Iglesia. Dicen que el jueves, 24 de
octubre de 1697 por la noche fue robada la iglesia, tanto las limosnas
que en ella estaban recogidas en un cajón,
como las joyas que
tenían las imágenes del Rosario y de la Peña y en especial las que por
decencia y adorno tenían puestas en dha iglesia y fue rreconocido haver
entrado en ella y salido por las troneras y ventanas de la torre de el
campanar y especialmente haver ronpido la cerradura rexas y archivos y
llegado a quitar de sus sagrados dedos de dicha milagrosa imagen de
Nuestra Señora de la Peña dos anillos de oro y de su pecho y cuello otra
joya de oro y la cruz de oro esmaltada y la cadena de oro de eslabones
menudos y la cadena de plata y dos joyas de plata de Nuestro Señor
Jesucristo sobredoradas y la otra joya de oro ochavada y la de christal
y la bolsa de seda que tenia pendiente para su adorno. Y a la sagrada
Virgen del Rosario le quitaron un rosario de christal y una joya de
plata como es notorio y se reconoció al día siguiente (…).
Sigue diciendo el poder que fueron en busca y seguimiento de los
ladrones y las joyas, y las reconocieron en el Reino de Navarra, en las
ciudades de Olite y Tafalla, por el mayordomo y el sacristán de la
Iglesia de la Peña. Dan poder a Juan Lopez de Garixo, Anttonio Lopez y
Juan Francisco Lopez de la Cuadra para que pidan, judicial y
extrajudicialmente, que las joyas, dinero, y demás bienes sean devueltos
a la Iglesia de la Peña, donde quiera que se hallen.
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En
las cajas de protocolos notariales de San Pedro Manrique, conservados en
el Archivo Histórico Provincial de Soria, hemos encontrado documentos de
los regalos hechos a estas dos imágenes desde el año1665 hasta la fecha
del robo, que aportarán luz sobre quién mandó en los testamentos los
obsequios, toda vez que no existe relación específica de ellos.
13
de abril de 1660. Testamento de Miguel López, casado con María López de
Medrano. Antes del testamento había encargado para la Virgen de la Peña
un relicario de madera donde se encierra el Santísimo que está puesto en
el altar mayor. Desea que esté con la decencia posible y manda a su
fallecimiento
se pongan pronptos y
demanifiesto dos mil rreales de vellón, para que el dcho rrelicario se
dore en la forma y por el maestro que mas convenga y encargo al cura y
beneficiados de dcha iglesia loagan dorar yhaciendolo se entreguen dchos
dos mil rreales
(1).
En
el mismo testamento, manda dos mil reales de vellón,
para queconellos sseagan
dos candeleros de plata los quales estén ordinariamente enel altar mayor
dela dcha iglesia.
El
mismo testador, y también para la Virgen de la Peña, manda quinientos
reales de vellón para que se aga un cetro de plata. Para la
capilla de la Concepción una lampada de plata que de ella y hechuras
queste mil rreales de vellón.
Las
cantidades han de ser para lo estipulado, sin poderse destinar a otros
menesteres, y si no fuera suficiente con el dinero testado, la iglesia
debe hacerse cargo del resto.
María López de Medrano, mujer del testador, quien más tarde volvería a
casarse con Domingo Rodríguez, era una hacendada de la época quien, al
testar, cinco años después que su marido, lega mil ducados de vellón a
cada uno de sus doce sobrinos.
El
14 de septiembre de 1661, firma testamento Diego de Clara e Isabel
Muñoz, como los anteriores, vecinos de San Pedro. Isabel manda, en caso
de fallecer antes, a la imagen de la Peña un delantealtar de la
tela y forma que pareciere a Diego de Clara, su marido.
El
14 de octubre de 1664, hace testamento Diego Gómez Recio, licenciado,
notario del Santo Oficio, cura beneficiado de la iglesia de San Miguel.
Manda a nuestra señora de la Peña una venera (2) de
oro que tengo pendiente en el pecho del Sancto Francisco.
El
23 de diciembre de 1665, firman testamento Juan Rodríguez y Ana Sáenz de
Escobosa, marido y mujer. Ana Sáenz manda que después de su
fallecimiento y para el adorno de la Virgen de la Peña, le sea
entregado un rosario de cuentas de azabache. Además del rosario para la
imagen, manda se entregue al licenciado Roque Ruiz, un cuadro de la
Ascensión de Nuestra Señora; dos cuadros más, uno de Nuestra Señora de
Illescas, y otro de San Francisco, de pincel, para que lo pongan en la
capilla de la Virgen.
Cathelina Gil, soltera, de Fuentes de Magaña, hija de Domingo Gil y de
María Ximenez, residente en San Pedro Manrique, manda, en testamento
firmado el 14 de noviembre de 1668, a la sagrada y milagrosa imagen
de Nuestra Señora de la Peña, dos joyeles de plata sobredorada o, en
su lugar, 40 reales de vellón que es el valor de ellos. Ratifica la
manda en el codicilo que firma en julio de 1671.
20
de agosto de1669. Testamento de Juana Jiménez, moza, natural de
Fuentebella. A la santa imagen de la Virgen de la Peña unos manteles de
caña, uno delgado, andados, de granillo de çevada que tengo.
Un sancto Christo de plata pequeño con su cadenilla. Un joyel de
plata pequeño y un celemín de trigo.
El
27 de diciembre de 1672, testan Juan Sáenz Dorador, y su esposa, María
Sáenz, ambos de San Pedro, y mandan a Nuestra Señora de la Peña
él una cruz de plata que yo tengo sobredorada y en ella un Santo
Christo crucificado con remates de plata por dorar y todo eso pesa más
de dos onzas. Y María, a la imagen un rosario hecho y fabricado
de monja de diferentes colores.
Testamento de María López de Medrano, quien había vuelto a enviudar,
esta vez de Domingo Rodríguez Carabantes, de San Pedro Manrique, manda,
el 30 de noviembre de 1679, a la imagen de la Peña, patrona de Villa y
Tierra, una cadena de cordoncillo de oro de peso de hasta cuatro onzas.
A la Virgen del Rosario, una venera pequeña de oro con las armas de la
Santa Inquisición. Y al Hospital, cien reales para cosas precisas para
el alivio y amparo de los pobres que a él llegaren.
El
7 de abril de 1692, Ana Sáenz, viuda de Domingo González, San Pedro
Manrique, manda a la fábrica de la iglesia de San Martín unos manteles
alemaniscos (3) para que se pongan en el altar de la
Sª Santa Ana. A la imagen de Nuestra Señora de la Peña la hechura de
un St. Cristo que tengo de plata que pesa con poca diferencia un Rl
de a quatro.
2
de abril de 1693. Redactan testamento el licenciado Pascual Martínez,
presbítero beneficiado de Santa María de la Peña. Manda a la Peña por
el hornamento que mea de dar para mi entierro y por mi devoción una taza
de plata de asta catorce onzas de pesso poco mas o menos y diez
tarxettas pequeñas en que se incluyen dos relicarios pequeños que tengo
en la sala de mi casa.
El
20 de marzo de1695, Ana Sáenz, viuda de Domingo Sainz, manda, para
adorno a la imagen de la Peña una hechura y joya de plata de un Sttº
Xpto. De los que yo tengo que pesa media onza con poca diferencia.
Testamento firmado el 3 de junio de 1695, por Juana Pérez, moza, natural
de Acrijos. Manda a la imagen de la Peña un joyel de plata con unas
cintas el mejor de los joyeles que tengo. A la imagen de Nuestra
Señora del Monte dos sortixas de plata para que su mayordomo las
venda y de su precio para las cosas que a la hermita convengan y su
conservación como mexor le pareciere. Y a la virgen del Rosario, de
Acrijos, un joyel y una cruz de plata.
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En
cuanto a la imagen de la Virgen del Rosario, albergada también en la
ermita de la Virgen de la Peña, María Sanz, de San Pedro Manrique, viuda
de Francisco Saz Portillo. Manda, en 1655, a sus cabezaleros compren una
toca a su gusto para la imagen del Rosario.
Testamento de Cathelina Hernández, casada con Blas Hernández Frayle, de
El Collado, firmado el 31 de diciembre de 1671. Manda a Nuestra Señora
del Rosario una media de trigo y un joyel.
María López de Medrano, además de los legados a la imagen de la Peña,
recogidos líneas arriba, manda a la del Rosario, una venera pequeña de
oro con las armas de la Santa Inquisición.
Archivo Histórico Provincial de Soria. Cajas: 2627, 2633, 2634, 2636,
2641, 2644, 2645, 2649, 2651, 2653.
(1)
El relicario se hizo en el año 1658. AHPSo., caja nº
2628.
(2)
Venera: insignia distintiva que traen pendiente al pecho
los caballeros de cada una de las órdenes. (DRAE).
(3)
Alemaniscos. Se decía de cierto género de mantelería
labrada al estilo de Alemania, donde tuvo su origen. (DRAE).
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