José Ignacio Esteban Jauregui
Diciembre 2013
(Actualizado Diciembre 2018)
soria-goig.com
Si bien el tema de la muralla de Soria suele ser habitual en los trabajos sobre dicha ciudad, ya sean sobre su historia, o sobre su desarrollo
económico o urbanístico, no es tan habitual que se haga referencia a la cerca que, en el exterior occidental de dicha muralla, protegió
el arrabal.
Por supuesto que no conocemos toda la bibliografía que trata este tema, pero entre la que hemos consultado sólo hemos encontrado un artículo que
hace alusión a esa cerca exterior; en la revista del colegio 'San José' número 37, Moisés Herrero hacía mención a la misma.
Es por ello que creemos pueda ser interesante el conocer un poco más aquella especie de parche que sirvió para la defensa
urbana allí donde no llegaba la muralla soriana.
Es sabido que Soria estuvo rodeada por una muralla en cuyo recinto se distribuyeron hasta 35 collaciones o parroquias, que con el paso del tiempo se fueron agrupando en cuadrillas. Sin embargo, no quedando claros los verdaderos motivos del por qué, la ciudad inició su expansión más allá del recinto amurallado, y si bien las leyes de, al menos, finales del siglo XV no impedían la edificación de casas fuera de aquellos límites sí impedían la creación de arrabales.
Así pues, ante el desarrollo del asentamiento de población en los arrabales de Soria, lo cual provocaba, entre otras cosas, la pérdida de
los ingresos que debían generar los impuestos sobre las ventas que se efectuaban en ellos, los Reyes Católicos mandaban el 21 de Febrero de
1497 que no se permitiera la edificación extramuros de la ciudad
(1).
Sin embargo un año más tarde, el 20 de Febrero de 1498, pedían información sobre
si la casa que estaba haciendo Juan de las Heras en el arrabal era fortaleza y la altura de sus paredes y su tipo
de construcción, pero no mandaban que se derribara
(2).
Así pues, si bien pudo ralentizarse el asentamiento fuera de la muralla de la ciudad no parece que se paralizara con aquella orden de
1497.
En 1525 es la Ciudad (Ayuntamiento) la que decide que se edifique en el exterior adosando los edificios a los muros de la
barbacana al objeto de evitar los muladares que se formaban al pie de dichos muros
(3).
Con el incremento poblacional en los arrabales occidentales, ya que en el burguillo del otro lado del río Duero
no tuvo tanta incidencia, surgió una indefensión en este sector que si bien no se notó desde el punto bélico
sí se dejó notar en el aspecto médico o sanitario, ya que su exposición a enfermedades llegadas de otras partes era mayor que en el
recinto intramuros; así en 1531 cuando se declaró la peste en Agreda, Cornago, Cerveriza y otros lugares acabó
por contagiar el arrabal de la capital, ya que las medidas preventivas iniciales que se tomaron se limitaban a pregonar que desde las zonas afectadas
de pestilencia no se viniera a la ciudad, ni a sus arrabales y burguillos, y a echar de la ciudad a los pobres; pero como la
ciudad estaba delimitada por la muralla no resultaron ser suficientes dichas medidas.
En este episodio epidémico de 1531 que afectó a Soria, la Ciudad mandó en Julio que se cerrara con tapias la parte del arrabal que el
procurador del Común considerara conveniente, si bien no conocemos por donde se cerró dicho arrabal
(4).
En los años siguientes se
incrementa el interés de la Ciudad por urbanizar este sector de la población.
En 1532 la Ciudad mandaba pregonar la obra del Humilladero por si alguien la quería hacer; aunque no volvemos a tener noticias de este
edificio hasta 1552, año en el que se concertaba la cofradía de la Santa Vera Cruz con los hermanos Rodrigo y Pedro Pérez, canteros,
para que estos acabaran la obra de dicho Humilladero
(5).
En 1541 se construye la fuente del Campo en el campo de San Andrés, cuyo arca para la distribución del agua estaba
ubicado en el muro del convento de San Francisco, ya que el caudal se repartía entre dicho convento y la Ciudad, (poco
más o menos a la altura de la entrada actual a la iglesia de San Francisco)
(6).
En esta década de los cuarenta la Ciudad ya había tomado a censo del cabildo de la Colegial de San Pedro parte de
la heredad de San Andrés para salida de la ciudad
(7).
Sin embargo, a pesar de la expansión urbana en esta parte occidental y extramuros del recinto urbano, cuando el 4 de Julio de 1558, por las
epidemias contagiosas de Valencia y Cataluña, se manda guardar la ciudad y que se cierre
las puertas Aogalobos (sic) y Nájera, y se tapie el postigo a los molinos y San Agustín y fortaleza, vemos
que la cerca defensiva de la población seguía siendo la muralla, ya que las puertas que quedarían abiertas eran las del Mercado,
el Postigo y la del Puente.
Es en los episodios epidémicos de las dos últimas décadas del siglo XVI cuando encontramos noticias de que la Ciudad manda encerrar
las edificaciones extramuros de su parte Oeste construyendo para ello una cerca en el arrabal que las amparase; cerca cuyas puertas
se convertirán en las verdaderas puertas defensivas de la ciudad.
Por la documentación sabemos que inicialmente se estuvo cerrando la ciudad con tapias de tierra, pero en 1583 se
harán de cal y canto por el gasto que suponía tener que estar cada año reconstruyendo dichas tapias.
Así en 1581, el 17 de Abril, el Ayuntamiento acordaba que en la ciudad y arrabales en parte donde la cerca no alcanza se tapie y se cerque luego como en otras ocasiones semejantes se ha hecho.
En 1582, el 9 de Julio, para prevenirse de la peste declarada en Madrid, Alcalá, Guadalajara y otro lugares, mandaron que esta ciudad se guardase y las puertas y portillos se cerrasen y tapiasen y quedasen abiertas las puertas que se acostumbran que son la puerta del Humilladero, y la de la puente y la puerta el mercado. El día 27 de Julio mandaban que se clavasen las puertas de pro de las casas de La Tejera (recordemos que las puertas de pro son las puertas traseras, las puertas de servicio).
En 1583, el 1 de Junio mandaban que se reparen las tapias que para este efecto se hicieron la guarda pasada, y porque en ellas
por ser de tierra se gastan mucha cantidad por haberse de hacer cada año, y siendo como es por nuestros pecados la peste cada año, parece
que sería conveniente cosa hacer estas tapias y cerca de piedra de una vez, así para esto como la buena administración y guarda de las
alcabalas y otros derechos de esta ciudad, y otro suceso, que las dichas tapias y cerca nueva cerca (sic, 'rodea') los
arrabales de la dicha ciudad, pues es cosa poca y será de mucho fruto; que acordaban y acordaron que estas tapias se hiciesen de cal y
canto de la altura necesaria; y al no tener propios la Ciudad acordó pedir facultad del rey para echar
una sisa en algunas cosas.
El 27 de Julio, ante la peste que había en Andalucía por parecerles cosa tan conveniente que la cerca que se hace
para la dicha guarda de la peste de tapias se haga de piedra de una vez y excusar los gastos de cada una según que lo tienen acordado y pedido a
su majestad y señores de su muy alto Consejo, y en su virtud se ha despachado la dicha Real Provisión, acuerdan y requieren al señor
corregidor que se lleve a debida ejecución esa Real Provisión, en la que se entiende que se autorizaba la referida sisa.
En 1589, el 18 de Septiembre, se acuerda que se pongan guardas en las puertas que se acostumbra poner, por la orden que se suele hacer y que se cierren los portillos en las tapias de los arrabales.
En 1597, el 22 de Febrero, se manda guardar la ciudad de la gente procedente de Cantabria, Burgos y Vizcaya, y al ser estos lugares el punto de origen de gran parte de los canteros, tapiadores y albañiles que hay en la ciudad, se manda hacer un censo de dichos trabajadores. El 4 de Marzo se manda hacer las tapias que hagan falta para cerrar la ciudad, y así mismo hacer puertas de madera para colocarlas en las puertas principales. El 26 de Septiembre se mandaba cerrar todas las puertas excepto la del Humilladero y la del puente.
En 1598, el 14 de Agosto, se ordena cerrar a piedralodo la puerta Balobos y la puerta Nájara (sic) y el postigo de San Agustín y se tomen las llaves de la puerta de los Porteros y de la puerta el Mercado y que en la puerta del Humilladero y en la puerta de la Puente se ponga una guarda en cada una y se les dé el salario que pareciere a los comisarios, y así mismo se cierren las puertas de pro de la Tejera //...// y que a las tales personas no se les pueda dar más de hasta tres reales a cada uno y se reparta entre los vecinos de esta ciudad para lo que costaren las guardas, y el repartimiento sea entre los vecinos de esta ciudad, en los de todos [los] estados.
En 1599, el 30 de Marzo, ante la extensión de la peste por Estella y Puentelarreina se manda
que se cierren y tapie el Postigo que está junto al molino de Antonio López de Río y Francisco de Molina, y el Postigo de
San Agustín el Viejo y los postigos y cerca del Castillo, y en la cerca detrás del Mirón se aderece una subida que hay, y se torne a cerrar
lo derribado de la puerta Balobos, y se cierre la puerta el mercado, y la puerta de porteros se tapie, y los portillos que hubiere en toda
la ciudad se cierren y las puertas de la Tejera se tapien.
Mandándose el día 26 de Abril que la puerta del alberca se tapie y se suba un hilo de tapias en el callejón junto al hospital
de Villa Real.
En la puerta del Humilladero había un pequeño alojamiento puesto que el 19 de Noviembre de este año la Ciudad mandaba que al guarda que
había nombrado para guardarla se le entreguen las llaves de la casilla.
Se puede ver en estos apuntes cómo en 1583 se habla de que se había pedido, y obtenido, permiso Real para la edificación de esa cerca de piedra, evitándose el gasto de construcción y reparación de las tapias que protegían el arrabal. Así mismo se ve cómo a partir de 1597 se colocan puertas de madera en las puertas principales, lo cual es más práctico que cerrarlas a piedralodo ya que permite su apertura y cierre según convenga, de la misma manera que ya las tuvieron en el primer tercio del XVI (8).
En 1608 de nuevo queda de manifiesto la existencia de esta cerca exterior que bordeaba el arrabal, cuando el día 2 de Junio acuerda la Ciudad que se arriende la dehesa de la Ciudad de las tapias afuera.
Constatamos cómo, al menos desde el último cuarto del siglo XVI, tanto la muralla (de esa parte occidental) como sus puertas pierden su carácter defensivo, ya no son útiles ni bélica ni sanitariamente. Con la construcción de la cerca exterior del arrabal, las puertas occidentales de la ciudad dejan de ser la del Mercado (llamada más adelante del Rosario), Postigo y Rabanera, tomando el relevo la otra también llamada del Mercado, la del Humilladero, la de Los Porteros y la de La Alberca, encontrándonos también algún portillo como el de Villarreal.
En 1634, el 19 de Junio, vuelven a ser noticia las puertas del Postigo y del Puente por ser las únicas puertas por donde entren las mercadurías que se han de traer a esta ciudad; esta utilidad hacendística para controlar los impuestos correspondientes a los productos que pasan por ellas, se hará extensiva a otras puertas tradicionales en el siglo XVIII. Sin embargo no queda claro cómo se resuelve el aspecto impositivo de la actividad comercial en el arrabal. (Si bien es cierto que las alcabalas y otros impuestos se arrendaban y por tanto su cobro era problema de quien las había arrendado)
En 1648, a partir del mes de Abril, se manda guardar la ciudad de la peste que hay en Valencia; y es en el
contrato del 22 de Junio, efectuado para cerrar el arrabal, cuando se
detalla el desarrollo que tenía la cerca exterior que estamos reseñando:
Comenzaba dicha cerca junto a la puerta de la muralla que se abría próxima al hospital de Santa Isabel (próximo a la iglesia
de Santo Domingo); de allí debía ir hasta el mesón ubicado
junto a la puerta del Mercado, desde donde se aprovechaban las casas del barrio de la Tejera como muro (calle Rota
de Calatañazor) hasta llegar al monasterio de Nuestra Señora del Mercado (entorno de la plaza de toros); de aquí
continuaba hasta el convento de La Concepción (por la calle Venerable Palafox y Las Concepciones) desde donde se dirigía al de San
Francisco, dejando junto al Humilladero (ermita de La Soledad) una puerta suficiente para el paso de un carro cargado.
Desde el convento de San Francisco, aprovechando sus muros se cerraba hasta las casas de los Beltrán / Zapata (según
época; desde mediados del XVII de los marqueses de la Vilueña; edificio en la actual plaza Mariano Granados) donde se abría la puerta
de los porteros en el camino de Almazán, y siguiendo la línea llegaba a la muralla, junto a la cual se ubicaba la
puerta de la Alberca (en la calle de este nombre). Entre estas dos últimas puertas se encontraba
el portillo de Villarreal.
(9).
(Tanto la descripción por las calles actuales que acabamos de hacer como el trazado que presentamos son sólo una
aproximación partiendo de la información del citado contrato para cercar el arrabal del 22 de Junio de 1648)
En 1650, el 14 de Febrero, con motivo de la peste en Andalucía la Ciudad manda cerrar todas las puertas y portillos excepto las del Puente y del Humilladero, acordando el 2 de Abril que se haga un aposento encima del Humilladero para los que guardaren en la puerta del Humilladero, casa que el 1 de Octubre de 1652 todavía estaba sin acabar ya que, con motivo de las epidemias en Zaragoza, se acuerda que la casa que está empezada a hacer junto al Humilladero para albergue de los que guardan se acabe, y respecto de lo desabrigado que está el puesto, y que empezará el invierno.
En 1676, el contagio en Cartagena motiva nuevamente el cierre de la capital soriana, dejándonos el acuerdo del 20
de Julio la descripción de cómo se había de efectuar el mismo:
...y esta Ciudad tiene su cerca y Muralla que sólo con poner unas puertas de madera en la puente que es por donde entra el comercio de
los reinos de Valencia, Aragón y Navarra, y otra en el Humilladero que es por donde entra el comercio de Castilla, Andalucía y La Mancha,
y sólo tendrá de dificultad hacer unas tapias de tierra de cinco o seis en alto desde el convento de San Francisco hasta el Humilladero y
convento de La Concepción que tendrá hasta cuatrocientas varas de largo [335 metros] y otras desde el convento
de San Benito hasta la Tejera que habrá como doscientas o trescientas varas [167 ó 250 mts], cerrando y
tabicando las casas que tuvieren puertas al campo desde la dicha Tejera a la puerta del Rosario; y desde la otra parte del convento de
San Francisco a la casa de don Juan Zapata hasta La Alberca que habrá en todo quinientas varas [418 mts] de
tapias con los huecos hasta llegar a la cerca de la ciudad por ser todo lo dicho arrabal; y cerrar los demás portillos que hubiere
en dichas cercas que esto es cosa de hasta once o doce mil reales...
Se puede apreciar en este acuerdo citado que el desarrollo de las tapias que cerraban el arrabal era, poco más o menos,
de 1.000 metros sin contar la tapiería de los edificios que delimitaban el cerco urbano.
Es en 1706, con motivo de la guerra de Sucesión, cuando las murallas vuelven a tener protagonismo como defensa bélica, aunque en realidad los enfrentamientos no llegaron hasta la capital; refiriéndose a preparar su defensa, en la sesión municipal del 22 de Noviembre el procurador general del Común proponía a la Ciudad que para la defensa de los vecinos que viven en los arrabales de ella convendrá se cierre de tapia todo lo que está abierto según y de la manera que se ha acostumbrado en tiempo de peste, aunque con alguna más fortaleza para invasión de los enemigos si por desgracia se acercan a esta ciudad, y que para ello se discurran los medios más suaves y prontos para su ejecución, que los vecinos concurrirán para ello con todo cuanto pudieren. Y oída la proposición por la Ciudad, y conferido sobre ello, acordó que se cierren los arrabales según y de la manera que parezca más conveniente para la defensa y consuelo de sus vecinos, lo cual se ponga por ejecución con la brevedad posible. Para este cierre defensivo, la Ciudad solicita al procurador general del Común que junte su estado abierto y les pida que permitan y consientan se haga un repartimiento general conforme los medios y caudales de cada uno; y en caso de consentirlo noticiárselo al estado eclesiástico para que si fuere de su agrado concurra con lo que pudiere a este fin como tan interesado en la defensa de sus iglesias, fábricas y casas; y así mismo que en caso de tener efecto el cierro referido para que se ejecute con mayor acierto se llame al coronel don Carlos Morfi y se le participe esta resolución para que como militar tan experto sea con su dirección lo que se haya de hacer.
Salvo alguna alusión al cierre de las puertas de la ciudad en la segunda decena del XVIII, y sin haber encontrado referencias documentales
sobre esta cerca exterior del arrabal soriano, llegamos a la guerra de la Independencia, en la cual la muralla y el castillo recobran
un protagonismo atípico, ya que en vez de servir de defensa a la población sirvieron para la defensa de las fuerzas
de ocupación francesas.
Si bien al inicio de esta ocupación la citada cerca exterior del arrabal parece estar derribada, al menos parcialmente, las noticias
que tenemos sobre el asalto del mariscal José Joaquín Durán y sus tropas en Marzo de 1812 nos confirman la
existencia de esos muros exteriores, al parecer reconstruidos por la guarnición francesa asentada en la capital soriana.
Calama Rosellón (La Guerra de la Independencia...', pag.94) transcribe la carta del
mayor general al mariscal Ney, del 18 de Noviembre de 1808, en la que se le ordena
... vuestra expedición tendrá por primer fin someter la ciudad de Soria, que es importante reducir antes de marchar a otro lado.
A este efecto, señor duque, os dirigiréis sobre esta ciudad, la desarmaréis y haréis saltar las viejas murallas.
El 22 de Noviembre el dicho mariscal Ney, entre otras cosas, informaba (pag.114)
La demolición de las murallas de Soria exigiría 20.000 libras de pólvora y un gran número de artificieros, esta operación sería por otra parte
de rara utilidad puesto que la ciudad está completamente abierta por el lado de Osma.
Este último comentario hace pensar que las tapias que cerraron en épocas anteriores el paso desde el convento de San Francisco al
de La Concepción ahora no existían.
Unos pequeños fragmentos de los textos de Lino Matías Picado Franco y de Dionisio Badiola, capellán de José Joaquín Durán el primero, y el segundo arquitecto o maestro de obras que le asesoró en la preparación del asalto a la capital soriana en 1812, así como el informe escrito por dicho Durán el 17 de Abril de ese mismo año, nos permiten hacernos una idea de la cerca occidental a la que vamos haciendo alusión.
Pérez-Rioja se hace eco del comentario que hacía Picado Franco referente a la intervención de los franceses en el aspecto defensivo de Soria desde 1808 a 1812: "la habían fortificado más y más y la miraban y llamaban un segundo Figueras por su importancia en todos los sentidos".
Calama Rosellón intercala en su texto (pag.250) la descripción que hacía Dionisio Badiola de las murallas y tapias que rodeaban la capital: Soria, situada en una magnífica posición táctica, contaba con una fortaleza difícil de expugnar, si hubiese tenido una guarnición adecuada; disponía de un muro de "45 pies de altura y 9 de espesor con un alcázar fuerte en el centro que de ordinario era muy sólido e inexpugnable sin artillería" y una muralla que tenía "36 pies de altura y 6 de espesor con almenas y cubos fuertes" //...// "por el arrabal formaba un muro de barro por la llamada Tejera, conventos de San Benito, de la Concepción, y de San Francisco y entre estos tres trozos, de nuevo muro de 18 pies de alto y 3 de espesor y además los palacios de Vadillo y de la Vilueña con prados cercados y huertas"
En su informe el general Durán dice
La ciudad de Soria, cercada de un muro antiguo de 18 pies de altura
y 6 de espesor, con unos cubos salientes a manera de baluartes, y almenas en sus cortinas,
un arrabal fortificado y un castillo, cuya situación le hace inexpugnable sin artillería.
...
al amanecer se fijan las escalas en los puntos señalados; dan el "quién vive" las centinelas, se desprecian sus tiros, y los intrépidos
oficiales y soldados suben a los muros, asaltan el arrabal, y rompen las puertas y paredes, sostenidos por los que les seguían.
Los enemigos acuden por todas partes, y su resistencia tenaz hizo un momento dudosa la victoria; pero mi presencia y exhortaciones,
juntas con las de los jefes y oficiales, reanimaron el valor de los soldados y decidieron la facción, abandonando el arrabal los
enemigos y retirándose a la cuidad ...
...
La demolición de las murallas y el incendio de los conventos de San Francisco, San Benito, la Concepción, San Agustín y el Hospital se
principiaron en el momento, como objeto el más urgente.
(Citas tomadas de soriaymas.com - Ver artículo original)
En aquella acción para liberar la ciudad de Soria la noche del 17 al 18 de Marzo, los hombres del Batallón de Numantinos
se descuelgan por las Pedrizas a dar al asalto por los portillos de la Concepción y de San Benito
(Seguimos ahora a Calama Rosellón en 'La División...', pag.91)
Liberada la ciudad, pero con los franceses refugiados en el castillo, los soldados de la División 6ª de Soria tuvieron que salir de ella
el día 25 debido a las noticias de la llegada de refuerzos galos; antes de replegarse hacen una demolición parcial de la muralla y se
queman los conventos y hospital citados en el informe de Durán; los de San Benito, la Concepción y San Francisco en el arrabal,
y San Agustín y el Hospital de Santa Isabel dentro de la Ciudad.
En la madrugada del 14 de Septiembre de 1812 los franceses abandonan definitivamente el castillo y la ciudad (pag.94) El Coronel Tabuenca entra ese mismo día 14 y el 16 llega el General Durán, que permanece hasta primeros de octubre y "habiendo recibido mandato de las Cortes se demolieron todas las murallas y castillo", bajo su orden para evitar que pudiese volver a ser punto fuerte para el adversario.
Sobre estos edificios que incendió Durán antes de abandonar la ciudad en Marzo, en la versión que hace Pérez Rioja (que sigue a Picado Franco) cita el Hospicio en lugar del Hospital de Santa Isabel.
Debemos aclarar que en el plano de Coello aparece como 'Hospital demolido' un edificio junto a la iglesia de Santo Domingo, sin embargo nos consta que los muros occidentales de dicho hospital estaban construidos sobre la muralla. Por otro lado el Hospicio o 'Casa de Beneficencia', que también aparece en dicho plano, se ubicaba a la salida de la ciudad hacia Almazán, próximo a la casa del marqués de La Vilueña (en el plano, donde nosotros hemos señalado 'Villarreal'). Ahora bien, en ningún caso debe confundirse con el Hospicio que, después de la desamortización de bienes eclesiásticos, se ubicó en el que había sido convento de La Merced, que es el hospicio que hoy día todavía se recuerda.
Si observamos qué edificios fueron los incendiados vemos que los de extramuros son precisamente aquellos que servían de puntos fuertes de la cerca exterior del arrabal, y los dos ubicados dentro de la ciudad, el hospital, como vamos diciendo, al estar edificado sobre la muralla, fortificaba la puerta del Rosario, y el convento de San Agustín, que también tenía desde 1542 uno de sus muros construido sobre sus lienzos, a partir de 1747 alargó su fachada para apoyarse en el torreón del puente; es decir que estos dos edificios intramuros, en realidad se podrían considerar como verdaderos puntos fuertes de dicha muralla.
Sobre su demolición e incendio de los conventos citados, Calama Rosellón nos habla de la discusión habida en la Junta de Jefes de la División (pag.93) "en razón sobre todo a ser dueños los franceses del Castillo y quedar otros dos conventos grandes dentro de la Ciudad y buen número de casonas y palacios"; ahora bien, viendo que había que salir de la ciudad dejando a los franceses dentro, y sabiendo lo que les había costado entrar en ella, se podrá valorar lo acertado, o no, de la decisión tomada.
A partir de estas fechas de 1812 no volvemos a encontrar noticias de aquella cerca exterior que protegió el arrabal soriano.
Lo cierto es que no tuvo nunca categoría como para considerarla muralla, pero sus puertas sustituyeron a
esas otras tan renombradas hoy día y que algunos pretenden que eran defendidas por la nobleza titulada.
Sus muros de tierra o barro, y tal vez en alguna época de piedra, ni siquiera parece que permanecieran constantemente en pie,
reconstruyéndose sólo cuando hicieron falta.
Su utilidad no fue nunca ornamental, fue única y exclusivamente defensiva.
Sin embargo, a pesar de éstas y otras carencias, creemos que cuando se hable de la muralla de Soria como perímetro de defensa urbana
habría que mencionar esta otra cerca que al proteger a la población extramuros de la ciudad protegió así mismo el recinto amurallado.
Los tres conventos/monasterios situados extramuros de la ciudad de Soria: el de San Benito o de Nuestra Señora del Mercado, el de la Concepción, y el de San Francisco, como ya hemos dicho, al convertirse en puntos fuertes de la cerca exterior motivaron su destrucción cuando las tropas españolas entraron en la capital soriana en 1812.
Hemos leído algunas apreciaciones sobre el incendio de esos tres edificios del arrabal, también de los otros dos interiores, que no nos
parecen del todo correctas.
Al tratarse de conventos establecidos en Soria desde hacía siglos, en algún caso se hace alusión a la pérdida histórico-artística que
supuso la quema, o destrucción, de construcciones tan antiguas (por así decirlo).
Sin pretender desdeñar la pérdida que se produjo, veamos algunos apuntes sobre dichos conventos, iglesias o monasterios.
Convento de San Benito o monasterio de Nuestra Señora del Mercado
Hay autores que sitúan la casa original de esta institución antes de la invasión musulmana, o la datan en la época de
la repoblación soriana. También se cuenta que en dicha casa pernoctó San Francisco cuando de paso por Soria fundó
el convento de su nombre allá por el siglo XII.
No vamos a entrar en dichas dataciones, ya que lo que nos interesa es saber qué edificio se destruyó en 1812.
El 19 de Febrero de 1666 se leyó en el ayuntamiento un memorial que decía
El Padre Prior y casa de Nuestra Señora del Mercado dice cómo a VS consta de la fábrica de la iglesia de su convento que de
necesidad por su mucha antigüedad ha sido necesario levantar de cimientos y se halla con poca posibilidad
por su poca renta y para consumar la obra y que pueda el Santuario estar con la decencia que es razón por ser iglesia tan frecuentada
y de tanta devoción necesita de valerse de la misericordia y celo de VS y así suplica a VS favorezca esta acción con la limosna que
fuere servida y se espera de su grandeza será socorrida de esta necesidad por ser tan afecta a nuestro Señor y en nuestras oraciones
encomendaremos a Dios y esta soberana Señora a VS.= Fray Benito Rodríguez.
Acordando la Ciudad dar por vía de limosna trescientos ducados en tres años a razón de cien ducados anuales.
El 27 de Agosto de 1671 en su ayuntamiento
La Ciudad acordó que atento tiene noticia que se traslada el santísimo sacramento de la iglesia vieja a la nueva que se
ha fabricado en el convento de San Benito en que se halla tan interesada, acordó que para manifestar la estimación que ha hecho
de tan ilustre fábrica y para mayor veneración del santísimo el segundo día haga una fiesta a la noche antes con cohetes; y el día
siguiente misa y sermón; y se comete al sr don Manuel de Mendoza; y vaya la música.
Y el 7 de Septiembre acordaba
que atento mañana día de Nuestra Señora se traslada el santísimo sacramento de la iglesia vieja de San Benito a la
nueva, se conviden las religiones y se haga apregonar asistan a ella todas las cofradías para hacer rogativa por la
grande necesidad de agua.
Convento de la Purísima Concepción
Este convento edificado en el último tercio del siglo XVI, dotado y fundado (junto con un colegio u hospital para
viejos hijosdalgo) por Francisco de Barnuevo, para el que en 1581 la Ciudad
pedía al Provincial de los Franciscos que enviase religiosas; se quemó el 25 de Junio de 1667
(AHM 27-6-1667) trasladándose las monjas a la casa conocida como Palacio de los Río y Salcedo
(sede actual del Archivo Histórico Provincial de Soria), utilizando para sus oficios religiosos la iglesia
de San Clemente.
En Mayo de 1676 ya habían retornado a su convento una vez reconstruido. (PN-784-1268-183)
En 1812, después del incendio ordenado por Durán, tras una breve estancia en el convento de Santa Clara (PN-1297-1986-77), volvieron a alojarse en el mismo palacio en el que ya estuvieron en 1667 (PN-1297-1986-96).
Documenta ampliamente este convento Frías Balsa en El convento de Nuestra Señora de la Concepción...
Convento y monasterio de San Francisco
El 28 de Febrero de 1584 se daba cuenta de que la mitad de la iglesia estaba caída
habiéndose leído en el dicho ayuntamiento una petición del guardián, frailes y convento de sr San Francisco de esta ciudad por la
cual da noticia cómo el dicho monasterio está sentido
mucha parte de él y que tienen la mitad de la iglesia caída y lo que resta por caerse les ha hecho sentimiento y si se hunde se hundirá
con ello toda la clausa? de su casa lo cual sería una gran ruina y destrucción por ser como es uno de los más principales edificios que
hay en todo el reino de esta orden y puesta la primera piedra por el glorioso padre San Francisco ...
El 25 de Enero de 1618 se incendia y arruina el convento, y el 2 de Marzo la Ciudad dijo que por cuanto en ella hay un monasterio cuya fundación es hecha por el glorioso padre san Francisco pasando por esta ciudad el cual ansí en antigüedad como en religión es de los más graves y autorizados de la Provincia y de quien la dicha ciudad y su tierra ha recibido muy grandes beneficios espirituales y toda la Provincia tiene puestos los ojos en él y fue nuestro señor servido se quemase el jueves que se contaron veinte y cinco de Enero de este año de suerte que se asoló y arruinó por manera que su daño y reparo de él importará más de diez y seis mil ducados... Acordándose pedir licencia al rey para imponer una sisa con la que recaudar hasta 3.000 ducados para ayuda a la reconstrucción.
Así pues, como se puede ver, sin despreciar el perjuicio ocasionado por los incendios causados por el general Durán en 1812, no se destruyeron edificios románicos ni de épocas parecidas, sino que, como decimos sin desdeñar el estropicio, eran del siglo XVII.
Base Documental
Don Fernando y doña Isabel por la gracia de Dios etc.
A vos el concejo, justicia, regidores, caballeros, escuderos, oficiales, hombres buenos de la ciudad de Soria salud y gracia.
Sepades que a Nos es hecho relación diciendo que por las leyes de nuestros reinos está prohibido que en las ciudades y villas donde
hay población de gente que han tenido en ellas disposición donde puedan poblar fuera de los muros de las dichas ciudades y villas no se hayan
de hacer arrabales ni casas porque de ello se sigue mucho deservicio a Nos y mucha pérdida y daño a los vecinos de las
dichas ciudades y villas, y dis que esa dicha ciudad no está tan poblada como de razón debiera porque de poco tiempo a esta parte
de fuera de esa dicha ciudad se han hecho y edificado muchas casas especialmente a las puertas del postigo y de mercado y a la puente
de lo cual dice que nuestras rentas y pechos y derechos reciben mucho daño porque dice vienen a los dichos arrabales algunas personas con
mercaderías y las venden y que se van sin pagar el alcabala que deben y que allende de esto en los dichos arrabales se acogen muchos
delincuentes y malhechores y se van y vienen sin que puedan ser habidos para ser punidos y castigados y dice que esa dicha ciudad
a esta causa de cada día se despuebla y nos fue suplicado y pedido por merced contra ello mandásemos proveer mandando que de
aquí adelante no se hagan ni edifiquen ningunas casas fuera de los dichos muros de esa dicha ciudad en los dichos arrabales
o como la nuestra merced fuese, lo cual visto por los del nuestro Consejo y con Nos consultado etc.
Porque vos mandamos que ahora ni de aquí adelante no consintades ni dejedes lograr que ninguna ni algunas personas de esa dicha ciudad
ni de fuera de ella haga ni edifiquen casas algunas fuera de los muros de esa dicha ciudad en los dichos arrabales ni alguno de ellos
puesto que de antes las .?. tenido en los lugares donde así las ficieren o quisieren hacer y si alguna o algunas personas las
quisieren hacer o hicieren os mandamos que no se lo consintades ni dejedes lograr a ello y les derribades y demolades todo lo que
así hicieren y edificaren, y porque esto sea público y notorio mandamos que esta nuestra carta sea pregonada y publicada en esa dicha
ciudad por pregonero y por ante escribano público por las plazas y mercados y otros lugares acostumbrados de ella para que
todos lo sepan y ninguno de ellos no pueda pretender ignorancia, para lo cual así hacer y cumplir y ejecutar vos damos
poder cumplido por esta nuestra carta etc. y no hagades ende al etc.
Dada en Burgos a XXI días de Febrero de XCVII años. Yo el rey y yo la reina
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Don Fernando y doña Isabel etc.
A vos el que es o fuere nuestro corregidor o juez de residencia de la ciudad de Soria salud y gracia. Sepades que Juan de las Heras vecino
de esa dicha ciudad nos hizo relación etc diciendo que por el concejo y regidores de esa dicha ciudad de Soria le fue puesto embargo y mandado
que él cesase de hacer y edificar una casa que él tiene en el arrabal de esa dicha ciudad diciendo que el dicho edificio era
fuerte siendo casa llana y tal que dice que apenas se puede sostener el dicho edificio por no ser las paredes anchas aunque el dicho
edificio se puede sostener,
en lo que dis que ha recibido y recibe mucho agravio y daño y nos suplicó y pidió por merced cerca de ello le proveyésemos de remedio con
justicia mandando dar nuestra carta para que vos informásedes si el dicho edificio era fortaleza y tal edificio que de él viniese perjuicio
a la dicha ciudad y si no era en perjuicio man[da]semos alzar y quitar el embargo que así estaba puesto o como la nuestra merced fuese y
por los del nuestro consejo visto fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra carta para vos en la dicha razón porque vos mandamos
que luego que con esta nuestra carta fuéredes requerido llamadas y oídas las partes a quien atañe hayaís [de] dar información y veaís demás
de la dicha información la dicha casa y obra de ella por vista de ojos y sepaís y veaís por qué causa y razón esa dicha Ciudad y vecinos
de ella le pusieron embargo en la obra de la dicha su casa y si la dicha casa y obra de ella es fuerte y qué altura de
paredes tiene y si son de cal y canto y qué ancho tienen y si lleva forma y manera de casa fuerte en lo que así tiene labrado en la
dicha su casa o en lo que quiere labrar y edificar en ella y que es de perjuicio, y agravio que de ello viene a la dicha ciudad, y de todo
lo otro que vos viéredes que se debe saber y la información habida y la verdad sabida con vuestro parecer firmada de vuestro nombre y
signada de escribano ante quien pasare cerrada y sellada en manera que haga fe la enviad ante Nos al nuestro Consejo para que la Nos
mandemos ver y proveer en ello como cumpla a nuestro servicio y se hallare por justicia a los unos ni los otros etc.
Dada en la villa de Alcalá de Henares a veinte días del mes de Febrero año del nacimiento de nuestro señor Jesucristo de mil y cuatrocientos
y noventa y ocho años.
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Sobre cómo la Ciudad acordó edificar a la salida de la puerta del Postigo en el año 1525 ya tratamos en nuestro artículo
'Palacios, calles reales y puertas de pro', y se vuelve a tratar en el titulado 'La
puerta del Postigo'.
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Este día se toman varios acuerdos referentes a evitar la propagación de la peste; entre ellos el cierre y tapiado de las puertas y postigos
de la ciudad; que no se salga a lavar ni a por agua al otro lado del puente, que salgan del recinto amurallado los vecinos del
arrabal que entraron dentro de él; y además:
Ordenaron que se tapie lo que le pareciere al procurador de la Comunidad, en el Rabal, de tapia.
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Que se pregone la obra del Humilladero que se ha de poner a boca frente de San Francisco para quien la quisiere hacer.
Noticias sobre la ermita del Humilladero o de la Soledad, entre otras obras, en 'La cofradía y ermita de la Vera Cruz de Soria'.
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La concordia entre la Ciudad y el convento de San Francisco para el aprovechamiento del agua de la fuente del Campo, en AHM 'Documentos
Singulares' nº8. Más información en los acuerdos de 18 de Julio de 1541 y posteriores.
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Mandaron que se libre y pague al Cabildo de San Pedro y censuarios por todo el tiempo que ha que no se labra las tierras de San Andrés
que se tomaron para salida de la ciudad, noventa medias de pan terciado con la era que se tomó de San Andrés.
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Mandaron dar la llave a Antón del Río de la puerta Ogalobos (sic)
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El 22 de Mayo se manda cerrar las puertas de la ciudad, volviendo a acordar el cierre el día 19 de Junio, esta vez llevándose a cabo dicha acción, y concertando la obra el día 22 de Junio (PN-469-813-154).
(Las tapias generalmente se hacían de 10 pies de largo y 5 de alto, en este caso se contabilizan por 'tres varas de largo', es decir 9 pies; respecto de la altura total que se cita 'tres hilos de tapia en alto' equivaldría a 15 pies.
El Colegio que se cita en 'desde el Colegio hasta San Francisco' haría referencia al 'hospital de viejos' ubicado junto al convento de La Concepción que fundó y dotó, al igual que dicho convento, don Francisco Barnuevo (PN-85-191-251).
La Ciudad cometió al señor don Gaspar de la Guardia regidor concierte con un oficial el encargarse de tener en pie las tapias que la Ciudad ha hecho y hace para guardar la peste y dé cuenta a la Ciudad.
La Ciudad acordó que los comisarios de la cerradura de la ciudad hagan poner dos puertas una en los porteros y otra en el mercado y se libre lo que concertaren en la parte que se ha librado lo demás.
(*) Para la ubicación de la puerta de Los Porteros:
1540 - 18 de Agosto; en la fundación de mayorazgo de Antonio Beltrán se incluyeron sus casas principales en el arrabal
"do dizen los Porteros junto a San Francisco" (Diago Hernando, Tesis Doctoral, pag.585 nota 11)
1550 - 3 de Noviembre; Sancho González de Rueda daba y dio al dicho Domingo Hernández una huerta que él ha y tiene
bajo de los porteros de la dicha ciudad que han por aledaños de la una parte huerta del canónigo Rodríguez y de la otra huerta de Antonio
Beltrán y por delante la calle real (PN-23-54-236)
1567 - 7 de Febrero; el capitán Diego de Aguilera y su mujer venden a Gonzalo Rodríguez de San Clemente, escribano, una huerta
que nos habemos y tenemos en esta ciudad do dicen los Porteros camino de Almazán (PN-42-105-218)
1594 - 8 de Marzo; Alonso de Albiz arrienda un prado que el dicho Alonso de Albiz tiene en la huerta que tiene junto la
puerta que llaman de los porteros, que es y se entiende el prado que está junto de la pared del prado de San Francisco que llaman el prado
de San Francisco (PN-114-245-111v)
1598 - 17 de Julio; Gonzalo Rodríguez de Barnuevo pide al Ayuntamiento que se le dé un esconce que está junto a sus huertas
bajo de la puerta de los porteros en el camino que va a Almazán (AHM caja 7-2)
1613 - 9 de Noviembre; Pedro Malo arrienda de don Juan Zapata Beltrán una casa y mesón en que al presente vivo que el dicho don Juan Zapata tiene en esta dicha ciudad junto a la puerta de los Porteros de ella, con una casilla que está arrimada al dicho mesón en que al presente vive Felipe Conejo, vecino de esta ciudad, que las dichas casas y mesón han por aledaños las casas principales del dicho Juan Zapata y la dicha Puerta de los Porteros y la calle real (PN-301-585-435)
Las noticias que sitúan esta puerta en el Camino de Almazán, junto a las casas de los Beltrán - Zapata y calle real, que sin duda es la del citado camino, hacen que la ubiquemos en la actual Calle Alfonso VIII.
(Ubicación modificada en Diciembre-2018, pues en la versión de 2013 la indicábamos en el lado Occidental de las casas de los referidos señores; casas conocidas años más tarde como de los marqueses de la Vilueña)
(**) Las casas de Pedro de Salazar se ubicaban en la actual esquina de la calle Alberca y la plaza de Ramón y Cajal.
1653 - El 1 de Abril, Francisco Hurtado y su mujer toman a censo de por vida, de Juan Francisco Zapata una casa que tiene en esta ciudad fuera de la puerta El Postigo, en la calle de La Claustrilla que comúnmente se llama, //...// que son frontero de las casas de don Pedro de Salazar.
En el catastro del marqués de La Ensenada, a la actual plaza Ramón y Cajal se la denomina en ocasiones como plaza de Salazar (Sanz Yagüe, La Ciudad de Soria..., pag.367).
La puerta de la Alberca se ubicaría en la calle de ese nombre, ya utilizado en la última década del XVI, pero lo que no queda muy claro es a qué altura de la misma se cerraba, ya que suponemos que la cerca tendría que amparar todas las casas de dicha calle.
El portillo de Villarreal se ubicaría junto al hospital de este nombre; entre las citadas casas de los Beltrán, Zapata o Vilueña, y las de los Salazar, posiblemente en la actual Calle Cortes de Soria, por lo que se desprende de los lindes del hospital en la venta del mismo.
Se suele decir, erróneamente, que el hospital de San Salvador y el de Villarreal eran el mismo, pero, entre otros documentos, el acuerdo del ayuntamiento del 20 de Febrero de 1726 disipa cualquier duda cuando hablando de los hospitales, además de los de Santa Isabel y Santi Espíritu, dice: Otro que se intitula de Villarreal destinado para la convalecencia de los referidos pobres. Otro que llaman de San Salvador en que se recogen los pobres y peregrinos que ocurren forasteros y transitan por esta ciudad.
Ahora bien, en 1740 el obispo de Osma don Pedro de la Cuadra Achiga, ante el mal estado de las casas del hospital de Villarreal, ordenó que se vendiese junto con un herreñal que había tras él, y que con el importe se hicieran en el de San Salvador dos salas para convalecientes: una para hombres y otra para mujeres, cada una con tres camas. Por lo que a partir de entonces hay que hablar de un único hospital de convalecencia y peregrinos. (PN-1020-1581-1)
(Las noticias relativas a la venta del Hospital de Villarreal se incorporan en Diciembre-2018; documentándolas en "Hospital de convalecencia y peregrinos. Nuevos datos")
La puerta del Humilladero no ofrece dudas en su ubicación puesto que dicho Humilladero será el que pasará a denominarse Ermita de La Soledad; y por tanto esa puerta estaría en el camino que próximo a ella sirviera de salida para El Burgo de Osma, entre otros destinos.
La puerta del Mercado no hay que confundirla con la de la muralla del mismo nombre que pasaría a denominarse del Rosario;
esta de la cerca del arrabal se ubicaba entre las casas de la Tejera (el mesón como se dice en algún caso) y los edificios que, siguiendo
la línea de dichas casas, se adosaban a la citada muralla en la parte exterior del Hospital de Santa Isabel, tales como el que se cita
en el inventario post-mortem de Rodrigo de Rosales, carpintero: 'un corral en esta ciudad fuera de los muros de ella
arrimado a la pared del hospital de Santa Isabel' (PN-180-375-267v; 11 de Mayo de 1590)
Con referencia a la puerta ubicada frente a la iglesia de Santo Domingo (Santo Tomé) nos surge la duda ¿cambió el nombre 'del Mercado' por
'del Rosario' para distinguir la de la muralla de la de la cerca del arrabal?
Dejamos claro que las ubicaciones de las puertas que proponemos no tienen por qué ser necesariamente correctas, y que en cualquier caso no alteran el objetivo principal de este trabajo que es el de documentar la cerca exterior del arrabal.
(Volver al texto)Referencias insertas en el texto:
Cuando sólo figura una fecha de acuerdo hacen referencia a los del Ayuntamiento municipal
AHM - Archivo Histórico Municipal; Acuerdos del Ayuntamiento de la fecha que se indica
AHM-Común - Archivo Histórico Municipal; Acuerdos del Común de la fecha que se indica
PN - Archivo Histórico Provincial de Soria; Protocolos Notariales -caja-volumen-folio
AGS-RGS - Archivo General de Simancas, Registro General del Sello -legajo-referencia-folio
Bibliografía que se cita