Luis
Isidoro Sáenz Sáenz
Escultor
Isidoro Sáenz,
imparable artista del hierro
El verano del 2009, tuvo lugar el 1º Certamen FACTORYART -Intervenciones Artísticas
Sin Huella- La sostenibilidad de la naturaleza, en el Pirineo Aragonés,
concretamente en Aragües del Puerto-Refugio de Lizara, patrocinado por
Espacio Visiones-Fundación Rey Ardid. Zaragoza.
Entre los artistas que se dieron cita,
estaba el riojano afincado en Soria, Isidoro Sáenz, junto a los alumnos
de la Fundación Rey Ardid y Ángela Ibáñez, Gabriel Alonso, Miguel Ángel
Punter, Osvaldo Giuliani, Norberto Fuentes, Ricardo Pinilla y José R.
Magallón. Cada uno de ellos expresó, en plena naturaleza, su concepción,
no tan solo del Arte, sino también de su forma de entender la vida en
relación con esa naturaleza.
En el catálogo editado por la Fundación,
Isidoro Sáenz expresa así sus dos intervenciones:
El deterioro del ecosistema
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El
deterioro del ecosistema es evidente e innegable. La carrera suicida
del sistema que sólo puede mantenerse huyendo hacia delante. Por
primera vez en la historia la Tierra ha mostrado sus límites, su
finitud. No cabe crecimiento ilimitado del entorno cerrado, pero a
esta verdad sencilla el fin del crecimiento y la limitación de
necesidades y deseos, se ha tomado el falso desvío del desarrollo
sostenible (que se sostiene, en realidad, sobre el “otro”
desarrollo, el insostenible). Como el dragón Ouroboros, Natura se
muerde la cola. Ya su cabeza otea el extremo caudal de su organismo,
haya que darle un valor no por lo que vale, sino, por lo que
significa. El saber popular, más sensato, cuando observa que una
polémica se encona y no tiene ya solución: “Es la pescadilla que se
muerde la cola”. Ese es, ahora mismo, el Estado de la Cuestión. El
concepto del doble pensamiento, la fuerza corrosiva del sistema, con
justificación legalista. Olvidemos, aunque sea un poco, de tener y
volvamos a ser. Dedicando el tiempo libre, que cada vez sea mayor, a
ilustrar nuestro espíritu, un modo de vida donde menos es más, y la
simplificación un arte y una estética. Dice el Tao:
El que
sabe cuando detenerse
No continúa hacia el peligro,
Y puede resistir mucho tiempo
Aquí por
fortuna hay espacios en donde es perfectamente asumible el sonido
que deja una obra de arte cuando desaparece. En Lizara todo es
atemporalidad y grandeza, con las puestas de sol y los mares de
nubes. La intervención no es una corriente artística es un proceso
de realización personal y colectiva.
Con el arte y naturaleza, las dos grandes manifestaciones de nuestro
entorno.
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Logos
Nuestros antepasados sabían de estas y de otras cosas, que hemos
olvidado. Se ceñían a lo imprescindible, les bastaba con lo
esencial. Tenían sobre sus cabezas el cielo y su único temor era que
algún día se desplomara. Reconstruían el útero materno con grandes
losas que hoy llamamos dólmenes. O punzaban las corrientes telúricas
de Gea, la Madre Tierra con agujas pétreas (menhires). También
iluminaban con pinturas el lóbrego interior de las cuevas. Hoy a
esto le llamamos Arte, pero para ellos era un rito más para
congraciarse con las fuerzas de la naturaleza. El arte actual sigue
cumpliendo un papel de mediador entre el Logos y el Caos y, como
tal, es tan necesario como antaño lo fue el chamán de Altamira, el
mago de Lascaux y los constructores del Dolmen de Lizara.
Para contemplarlo debemos recuperar la pureza y la intensidad de la
mirada del Primer Hombre, aquel todavía no maleado por las prótesis
mentales de la civilización. Aquí se conduce al observador de una
percepción inmediata a otra consciente, en una realidad física, toda
obra realizada por las manos del hombre revela el espíritu de su
época.
El arte es una creación que desde un principio y en todas sus
épocas, surge de la nostalgia de lo duradero, de la eternidad y que
plasma el rostro espiritual de su época, qué se mantiene en el
tiempo más allá del nacimiento y de la muerte. Dicen que tienen
derecho a hacer cualquier cosa que no podemos dejar de hacer, la
moderna máquina económica, totalmente independiente de las
limitaciones geográficas o ideológicas. De todas formas sabemos que
saldrá la flor, caerá la nieve y se pondrá el sol, Lizara es la
huella del pasado no es un capricho de la fortuna.
El pasado define el presente, porque la humanidad no es dueña de su
propia historia.
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Isidoro Sáenz. Perfomance
Isidoro Sáenz, forjador de ensueños en hierro
Luis
Isidoro Sáenz
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