Exposiciones para recordar
Numantikon, el legado de Numancia Aula Municipal de Cultura San Vicente, de Almazán
En el año 2003 se crea la Asociación Cultural Celtibérica “Tierraquemada”. Son los vecinos de Garray, pueblo a los pies del yacimiento, herederos de aquellos numantinos indomables, quienes se unieron para llevar a cabo la reconstrucción histórica, y la escenificación de los modos de vida del mundo celtibérico y romano. Lo que empezó siendo una asociación cuyos miembros debían confeccionarse sus equipos para las representaciones, a día de hoy es la encargada de gestionar las visitas al yacimiento, la tienda donde se venden recuerdos alusivos a Numancia, el aula de Garray, además de las distintas exposiciones.
Una de estas exposiciones es la que pud o verse, hasta el 18 de febrero de 2018, en la magnífica Aula Municipal de Cultura San Vicente, de Almazán. Edificio románico del siglo XII, al inicio de la calle de las Monjas, desde donde, bajando una cuestecilla de pocos metros, puede verse el discurrir del río Duero. Con el título de “Numantikon. El legado de Numancia”, la exposición muestra el paisaje, el territorio, quiénes eran los numantinos, los trabajos que realizaban en especial con la lana, de la que confeccionaban los sagum. Las armas con las que se defendían y atacaban, etc., todo ello en estanterías con objetos propiedad de Tierraquemada, y paneles didácticos.
Hacen hincapié en la cultura y la vida cotidiana del pueblo celtibérico, especialmente enfocada en el papel de la mujer, como transmisora de ritos, costumbres y saberes. Cuadros representativos con mujer e hija delante del fuego a tierra, en casas que, como puede apreciarse en las reconstruidas en el yacimiento, son parecidas, por no decir iguales, a las que, a día de hoy, resisten en algunos pueblos, como lo hicieron los numantinos ante los romanos. Pueden verse carteles informando de la organización social de la ciudad-estado que fue Numancia: asambleas de ancianos que representan la sabiduría, y asambleas de jóvenes representando la fuerza.
En el tramo final de la exposición, un guerrero en el suelo, caído en combate, espera que unos buitres disecados (cedidos por la Junta de Castilla y León), se ocupen de elevar al cielo sus restos, cumpliendo así el ciclo de la vida. Cuando morían de enfermedad se incineraban, y si eran niños, se inhumaban debajo del suelo de las viviendas.
Organizada por Tierraquemada, y apoyada por Numancia 2017 y el Ayuntamiento de Almazán.
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