
Manuel Castelló Rizo
Grandes músicos olvidados
Por Manuel Castelló. (Músic d´Agost)
El maestro Manuel Castelló, entre los grandes
músicos olvidados, llama nuestra atención con Tomás García Coronel,
“excelente trompetista, como lo demuestra en el Tercer ejercicio de
concierto, donde trata al instrumento en todas las facetas técnicas,
pero de modo que puede lucir más, con una cadencia, un cantabile y la
ultima parte de triple picado tan utilizada en las Polcas. Todos los
trompetistas han estudiado y tocado esta obra durante su formación”. (En
la Fundación Juan March. Conciertos del sábado, programa de diciembre de
2005, sobre la interpretación del tercer ejercicio del concierto:
Andantino, Anclantte y Allegretto). Don Tomás García Coronel (1875-1951)
era soriano, de Almazán. En 1883 escribió un “Método completo para
cornetín y trompeta o clarín”, que fue publicado en 1977 en Unión
Musical Ediciones, S.L.
He acabado la lectura de un interesante libro de
Santiago Posteguillo
El séptimo círculo del infierno,
sobre
los grandes olvidados y maltratados en la literatura, entre ellos varias
mujeres: Concha Espina, sor Inés de la Cruz… mujeres que han hecho más
por el feminismo que las actuales feministas que tantas condecoraciones
se prenden. Durante la lectura iba recordando que en el mundo de la
música ocurría lo propio, como el caso (por citar uno) de Clara Weick,
conocida como Clara Schumann por haber sido esposa del gran compositor
alemán, gran pianista que era capaz de leer a primera vista lo
inimaginable, como se relata en el episodio de la visita de un joven
Brahams con su deliciosa primera sinfonía bajo el brazo, la cual se
estrenó en su casa con el piano de Clara, la gran dama del piano y de la
música, de la cual cada vez que escucho la sinfonía Primavera firmada
por su marido, no puedo apartar de mi mente que fuera ella la autora de
tan deliciosa página sinfónica, exactamente igual que la tercera
“Renana”. Pero no sólo las mujeres han sido olvidadas en este complicado
mundo de la música, también ha habido muchísimos grandes intérpretes,
profesores y compositores borrados casi por completo de la historia y de
la memoria de la música.
Me
contaba D. Julio Molina profesor de trompeta del Real Conservatorio de
Madrid que D. Tomás García Coronel, autor de uno de los métodos de
trompeta que utilizábamos en su clase, era un superdotado para la
trompeta, tanto es así que en una de las giras que hizo la Orquesta
Sinfónica de Madrid, seguramente el de París para el centenario de la
toma de La Bastilla, una de las obras que figuraron en todos los
conciertos era el
Concierto de Brandenburgo
Nº 2 en Fa M.
de J. S. Bach, obra donde la trompeta tiene un destacadísimo papel
principal con la flauta de pico, o piccolo agudo. Relataba D. Julio que
Don Tomás tocaba aquel concierto con la trompeta en Do, no con el
piccolo en Mib o en Fa como es habitual. No en vano fue aquel soriano
adnamantino primer clarín en la Capilla Real y solista en el teatro
real, miembro de la Real Banda de Alabarderos, investigador sobre los
instrumentos de metal, autor de métodos, estudios y conciertos para
trompeta y profesor de trompeta del Real Conservatorio de Madrid. En
aquella mi época de estudiante y a modo de información, los estudios de
trompeta y fliscorno se realizaban con tres únicos textos: Primero,
segundo y tercer curso Arbán y primer cuaderno de T. García Coronel; en
cuarto y quinto seguíamos con ellos y se incrementaba con los estudios
del 2º cuaderno de Clarck y segundo de Coronel; y para el sexto curso,
los mismos textos más el tercer cuaderno de Clarck. Esos textos con el
concierto de Coronel, Haydn,
Añoranzas memorias,
y el concertino de Blatermann resumían todos los textos de la carrera
de trompeta fliscorno, eso sí había que dominar todas las lecciones, en
caso contrario no pasabas de curso, no como ahora que puedes incluso
licenciarte sin ni siquiera ir a la “mili”
Durante
los años que pasé en Bilbao ocupando la plaza de fliscorno solista de la
Banda Municipal y percusión de la Orquesta Sinfónica conocí entre otros
a un violoncello excepcional, se llamaba Gabriel Verkós. El
maestro Verkós nació en San Sebastián y estudió violoncello en su ciudad
natal y en Madrid; fue miembro de las orquestas Lasalle, Arbós, Teatro
Real de Madrid, concertino de la cuerda de violoncellos de la Orquesta
Sinfónica de Bilbao; además fue un director destacado que dirigió entre
otros el Coro Easo de San Sebastián, fundador del trío Bilbao con
(Jenaro Morales, otro virtuoso del violín y concertino de la misma
orquesta), concertista destacado, tanto es así que, en una gira de la
orquesta de Bilbao por España, la obra que interpretó en todos los
conciertos fue D. Quixote de R. Strauss, obra inédita en España en
aquellos tiempos. Y finalmente, Verkós fue Catedrático de Violoncello
del Conservatorio Vizcaíno. Entre sus condecoraciones destacar la Gran
cruz de Alfonso X el Sabio, Palmas Académicas de Francia y la Medalla de
Plata al Mérito en Bellas Artes. Su archivo personal, obras, conciertos,
estudios, programas… se conserva en los Fondos Eresbil (Archivo Vasco de
la Música).
Otro gran instrumentista vasco del que guardo un profundo, agradecido y
cariñoso recuerdo era el Erandiotarra
Paulino Idoate Zubieta,
el cual ingresó a la temprana edad de quince años en la Banda Municipal
como meritorio, ocupando el atril de requinto en mib, pasando después
por oposición a la plaza de clarinete principal y solista de la
Orquesta Sinfónica. Tengo grabados en mi memoria la interpretación con
su clarinete de los solos de la
Rapsodia Húngara nº 2
de
Listz y el solo del “Adiós a la vida” de la ópera
Manón Lescaut
de
Puccini. Recuerdo con nitidez aquel sonido limpio, dulce,
aterciopelado...Una gozada escuchar su clarinete con una musicalidad y
seguridad pasmosa. Además del clarinete D. Paulino Idoate era un
extraordinario intérprete de violín y relataré que cuando se nombró
director de la Orquesta Sinfónica al maestro Rafael Frübeck de Burgos, a
la sazón teniente director de la Banda de Música del Regimiento Valencia
nº 23 destacado en Santander, el dicho maestro realizó un examen de
capacitación a todos los miembros de la orquesta, exceptuando los
solistas que decía ya se examinaban en cada concierto, en aquel examen
se presentó el profesor Idoate con el violín y el maestro Frübeck le
propuso para la plaza de ayuda de concertino, el profesor Idoate rechazó
aquella oferta con esta frase: “Si no soy concertino de violín, quiero
seguir con mi plaza de solista de clarinete”. Otra anécdota famosa fue
que en su día pidió una excedencia para hacer dos viajes como músico en
la orquesta de un crucero de recreo; en uno de los viajes recalaron en
Nueva York y el profesor Idoate fue a una tienda de partituras buscando
libros difíciles para el clarinete (Los españoles siempre nos hemos
creído que en el extranjero tienen más y mejores libros que aquí);
entonces un clarinetista de la orquesta de Nueva York le preguntó: ¿Vd.
puede tocar esos ejercicios? El maestro Paulino le contestó que sí, le
dejaron un clarinete y al escuchar como tocaba, le preguntaron de qué
orquesta era profesor, él contestó que iba en la orquesta de un barco de
recreo. Los allí presentes se llevaron las manos a la cabeza asombrados.
El
maestro Idoate fundó el quinteto de viento Bilbao junto con los también
profesores solistas de la Orquesta Bilbaína: D. Esteban Lejonagoitia (Fagot),
D. Teodoro Martínez de Lecea Mendiguren (Flauta, pianista concertista y
profesor del Conservatorio de Donosti), D. Juan Tarín Sanchez (Oboe) y
el excepcional trompista de Liria D. Juan Manuel Gómez Gómez “Gómez de
Edeta” su nombre artístico quien era profesor solista de la Orquesta y
Banda Municipal de Bilbao y del Conservatorio vizcaíno, estrenó en
España con la Orquesta de Bilbao la “Serenade” de Britten, para tenor,
trompa y orquesta de cuerda, obra que posteriormente interpretó con
varias orquestas españolas, introdujo en España la trompa de los Alpes
con la que interpretó varios conciertos. Este quinteto de viento actuó
en muchísimas localidades del Norte de España e incluso allende los
Pirineos cosechando grandes elogios de crítica y público. En los años
que estuve en Bilbao, me honré con la amistad de todos ellos y del
maestro Idoate y esposa Miren Urrutia guardo un gran recuerdo por su
musicalidad y bonhomía.
Acabo
este periplo de olvidados con un gran saxofonista actual de Tavernes de
la Valldigna:
José Grau Grau “Pepín”.
El maestro Grau “Doppio Grau” (italianizado por sus dos apellidos)
estudió en la Banda de Tavernes y en los Conservatorios de Valencia,
Madrid y Sevilla con cursos especiales con Pedro Iturralde y Daniel
Defayet, terminando los estudios con las más altas calificaciones.
Ingresó a la edad de 18 años en la Banda de Música de Infantería Marina
con el empleo de suboficial músico, concertista, miembro con el saxofón
barítono del quinteto de saxofones del gran jazzista y profesor del
Conservatorio de Madrid Pedro Iturralde, profesor por oposición en el
Conservatorio de Sevilla y en las Bandas Municipales de Sevilla y
Alicante. Relataré de él que por Navidades de 2018 estrenó con la banda
de Tavernes de la Valldigna mi concierto para barítono
Tribeca
bajo
la dirección del maestro enguerino Rafael Garrigós, al término del
estreno y con los aplausos aún en la sala se fue a la localidad vecina
de Benifairó a ensayar con su banda puesto que al día siguiente
interpretaba ese mismo concierto con dicha banda bajo la dirección de
otro gran maestro enguerino Teodoro Aparicio Barberán. El maestro Grau
es sin lugar a dudas uno de los más grandes intérpretes de saxofón
barítono de España, y es que esta nuestra tierra es fecunda e inagotable
en grandes maestros e instrumentistas.
©
Manuel Castelló
(Músic
d´Agost),
enero 2021
Las
Ánimas y Todos los Santos
Sarnago
desde la distancia
Doble
concierto en si bemol "In modo antiquo"
El
maestro Manuel Castelló
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