Incansable
Adrián. Sabe bien que quien resiste, vence. Ojala esta vez las
instituciones consideren importante su proyecto y pueda dar un paso más
adelante. Porque importante lo es. Se trataría –si su museo estuviera
bien proporcionado y hasta mimado- de una oferta cultural más –e
importante- para ese camino por el que, hace ya algún tiempo, discurre
Soria en su empeño de promocionar esta tierra para y por la Cultura.
La magnífica colección de fósiles
de Adrián Martínez Tierno, que él muestra y explica, encantado, se ha
visto complementada con una iniciativa propia. En su finca se encuentran
reproducidos, de momento, alrededor de veinte ejemplares de trilobites,
hechos a escala, moldeados a base de tirar de cincel y maceta, de
entusiasmo y duro trabajo, de pasión por estos animalillos más que
prehistóricos.
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Hemos acudido a una guía de
fósiles de H. Chaumeton y D. Magnan, para ilustrarnos algo sobre los
trilobites, y hemos podido saber que fueron artrópodos marinos
extinguidos al final del paleozoico. Se encuentran exclusivamente en los
terrenos primarios. “El nombre de trilobites se debe al hecho de que el
caparazón quitinoso está dividido en tres lóbulos longitudinales: un
raquis medio y dos pleuras laterales. De delante a atrás el cuerpo
consta de cabeza, tórax y pigidio. Los trilobites vivían tanto en mares
bastantes profundos como en zonas litorales. Eran rastreros o cavícolas,
aunque parece ser que ciertas especies eran nadadoras”. Lo más frecuente
es encontrar estos fósiles en estado de moldes en el interior de cierto
tipo de rocas como las pizarras cámbricas y ordovícicas, donde son
verdaderamente abundantes. En rocas más jóvenes de nuestra península,
especialmente en el Ordovícico superior y Devónico, los trilobites se
encuentran generalmente en otros tipos de materiales tales como las
calizas, o las areniscas. La clase Trilobita está dividida en ocho
órdenes y unas 15.000 especies.
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Esta iniciativa de Adrián debería
haber producido ya unas cuantas propuestas para engrandecerla.
Recordemos las reproducciones de dinosaurios que fueron colocadas en
puntos clave de Tierras Altas. ¿Podría esta idea llegar a fructificar y
salir del ámbito privado para, ampliada, contar en un futuro con un
pequeño parque temático, no sólo de trilobites, si no, también de otros
fósiles que aparezcan en Soria?
De momento, lo que Martínez Tierno
querría es viajar con sus fósiles a Zaragoza, con motivo de la Expo
2008. No existe en Soria nada –a parte de los ríos, naturalmente- que
mejor se identifique con el agua que los restos fosilizados de aquellos
animalillos que, en la noche de los tiempos, habitaron parte de la
tierra donde hoy se asienta la provincia de Soria.
©
Isabel Goig
MUSEO
DE FÓSILES-->>
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