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La villa de Serón
de Nágima
se asienta al Este provincial.
Serón
de Nágima
Forma parte de
la comarca rayana con Aragón y, por su buena tierra, comparte la de los
Campos de Gómara. Es una de las dos históricas Vicarías, la otra es
Monteagudo. Durante mucho tiempo tuvo una importante población musulmana,
y la configuración de sus calles estrechas y empinadas dan buena fe de
ello. Participó en las luchas entre castellanos y aragoneses y prueba de
ello son las ruinas de lo que debió ser un inmenso castillo, pero que el
componente arcilloso de la tierra ha ido deteriorando, y a la vez,
evitando
que sirviera de cantera, como ha sucedido en otros castillos sorianos, de
los que apenas quedan unas pobres paredes. También tuvo que luchar
durante la Edad Media con el Concejo de Soria que consideraba suyas las
tierras de las Vicarías y arrasaba los sembrados, si lo habian hecho sin
su consentimiento.
Los
duques de Sessa fueron señores de esta villa, entre otros nobles como el
Marqués de Poza; a ellos pechaban los vecinos, y del importantísimo
impuesto de alcabalas, los de Serón pagaban cada año 3.402 reales; el
pan de pecho lo entregaban en frutos de la tierra, y las tercias las
pagaban al rey. Las aldeas agrupadas en torno al castillo y villa de
Serón eran: Cañamaque, Torlengua y Valtueña y se conoce un despoblado,
ahora perteneciente a Bliecos pero propiedad en su día de la Vicaría de
Serón, de nombre Torre Serón.
Tiene
Serón una interesante iglesia gótica, apuntando a flamígero, del siglo
XVI, dedicada a Nuestra Señora del Mercado, con el escudo de otros nobles
más en la fachada: los todopoderosos Enriquez, familiares directos de los
reyes de Aragón; este templo se edificó sobre la mezquita, pues también
judíos hubo en Serón, dando así un ejemplo de convivencia pacífica
entre las tres religiones.
El
espacio que Madoz dedica en su diccionario a Serón, no está acorde con
la importancia histórica del lugar, pues apenas una líneas nos informan
de que en el siglo XIX eran 900 las almas que habitaban la villa. Tenian 4
molinos harineros, 4 zapateros, 4 sastres, 13 tejedores de lienzo,
cáñamo y lino y varios cardadores. Se cosechaban en el término todos
los cereales además de judías, patatas, lino y cáñamo. No dice nada en
cambio del azafrán, por lo que Serón ha sido famoso y no resultaría
descabellado deducir que sería el mismo que la venerable Ágreda plantó
con sus manos en la vecina Chércoles.
Pero
nos interesa hoy hablar del río Nágima (puesto que sobre Serón
podéis leer el artículo de Carlos de Escalada, en estas mismas
páginas).
Hemos caminado un trecho de
él y, como todos los ríos, nos fascina la vida que gira alrededor de
ellos, no tan solo su vegetación y fauna, si no la base para aquello que
hoy nos parecen artefactos del pasado y, en su día fue industria
necesaria y hasta floreciente, como los molinos, batanes, tejeras, etc..
El río llega a Serón, desde las fuentes de Bliecos, una de las cuales
mana a los pies mismos de la Virgen de la Cabeza y de la cual se afirma
que tiene propiedades curativas. Desciende el río moviendo molinos en
término de Bliecos y al menos 4 en término en Serón. A él se le une
muy cerca de la villa el llamado Carraserón o Velilla, que llega desde
los manantiales del despoblado de Borque, en término de Velilla de los
Ajos. Toda esta agua irá a parar al Jalón en Pozuel de Ariza y desde
ahí al padre Ebro.
Proponemos
la ruta desde el merendero junto al puente a la entrada de la villa, por
un camino que discurre por delante del cementerio. El objetivo es la
ermita de la Virgen de la Vega. Por ahí iremos viendo, en la margen
derecha del río Nágima, unas tierras de labor muy bien regadas a través
del canal de un antiguo molino. Pequeños sotos poblados de chopos van
animando la senda; el agua baja rápida y limpia por ese canal y va a
humedecer las tierras de cereal, sana costrumbre esta del riego que apenas
se da en la provincia y que los de Serón llevan a gala practicar.
Pasaremos
por una pequeña ermita, de San Roque, como a un kilómetro del inicio de
la ruta, muy bien restaurada, para sin apenas darnos cuenta llegar a una
finca con árboles frutales y abundante vegetación que cobija el molino
harinero cuyo caz sirve ahora de canal de riego.
Y desde ahí ya,
divisamos la ermita a la que convendría denominar magnífico templo de
Nuestra Señora de la Vega, patrona de la villa.
Tiene, como no, su
leyenda que dice que fue ocultada para librarla de la profanación
agarena; después de haber estado escondida durante siglos, fue hallada
por un labrador, en el mismo lugar donde después se levantó el templo.
Estas tradiciones orales que encontramos en todo el orbe rural tienen su
fundamento puesto que es cierto que en las luchas entre los de una
religión y otra, los santos debían ser escondidos para que no fueran
quemados o profanados. Así que entre los responsables de aquellos guerras
y los desaprensivos que hoy se dedican a robar todo lo que encuentran
(dando lugar a que la imagen deba permanecer en la parroquia bien
custodiada) la pobre virgen de la Vega no ha vivido un siglo completo de
tranquilidad. Una copia del original está instalada en la ermita que
lleva su nombre.
El
templo se construyó en 1688 sobre las ruinas de una anterior, por lo que
algunos restos arqueológicos que se conservan en el atrio podrían
pertenecer a esta construcción. Es de mampostería y sillería, tiene 27
metros de larga por 15 de ancha y tuvo casa para el santero y para el
capellán; además de amplios salones para reunirse los fieles que
conservan restaurados y amueblados. Una restauración posterior, en 1994,
ha unido tradición y modernidad, pues pueden verse unas pequeñas placas
solares que sirven para calentar el agua y suponemos que para la
iluminación. La restauración nos parece muy afortunada.
Junto
a la ermita, han conservado protegido un horno del que el sacerdote del
lugar, don Adolfo, nos informa que podría tratarse del mismo que sirvió
para hacer las tejas que cubrian la ermita. Antaño acudian varias veces
en romería para pedir favores, y según recoge el Padre Damián Janáriz
en su trabajo inédito sobre las ermitas "por la tarde, después de
comer, la juventud de ambos sexos adornada con trajes típicos del país
entre músicas y alegres cantares se trasladan a la ermita donde rezan el
rosario, se pronuncia elocuente sermón y terminan cantando la Salve. El
público permanece hasta la noche en torno a la ermita festejando a la
Virgen y divirtiéndose honestamente... Suelen acudir a esta fiesta los
vecinos de Cañamaque y Torlengua". El mismo autor dice que son
incontables los favores que los fieles refieren como dispensados por la
Virgen y de las paredes de la ermita debian colgar cantidades de exvotos
que quizá con la restauración han sido retirados. En la actualidad
acuden cada año el domingo de San Lázaro, antes de Pasión para pasar el
día en comunidad. Allí homenajean a la Virgen con sus cánticos que
dicen así:
De Serón en la Vega tu trono has
alzado reina y señora. De Serón es tu pueblo que te adora con fe. Del castillo
ruinoso en la cumbre hay un foco esplendente de luz que a tus almas
esparces las luces y ese foco de amor eres tú. De Serón, tu pueblo te
ofrece su vida y su amor.
Con
la ermita en la retina, tomaremos una senda para atravesar el río
Nágima, algo que sólo podrá hacerse en determinadas épocas del año,
pues si lo ha sido de lluvias el río bajará abundante y deberemos volver
por el mismo camino que hemos venido. Pero nosotras pudimos atravesarlo,
mojándonos un poco. Iremos siguiendo un Nágima pleno de berros,
cobijados por la sombra de los chopos y otros árboles que gustan del
agua, hasta tener a la vista un gran puente sobre el que discurre la
carretera que se dirige a Monteagudo, muy cerca del cuál deja sus aguas
el Carraserón de Borque en el Nágima. Alrededor de este paraje
encontraremos los restos de una tejera, pues la tierra es arcillosa y se
presta bien a ser modelada. Desde aquí subimos a la carretera de
Monteagudo, pues el río nos impide seguir su cauce. Ahora es el momento
de acercarnos a la panadería y comporar unos buenos sobadillos o
cualquiera de sus elaborados y merendarnóslos tranquilamente en el
merendero.
©
Isabel y Luisa Goig
Mapa
de la ruta (112 KB)
Serón de Nágima,
Carlos de Escalada
Fuentes
de Serón de Nágima, José Ignacio Esteban
Ermitas
de Soria
Serón
de Nágima,
en el blog de Juan Carlos Menéndez
Serón
de Nágima - caminosoria.com
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